Tomé unas cuantas respiraciones largas antes de dar la cara a la casa de Ten.
Caminé hasta encontrarme frente a su puerta.
Mi pulso era irregular.
Esperaba verlo.
Preguntarle porqué no había respondido mis llamadas.
Qué él me sonriera dulcemente ofreciendo una buena explicación.
Qué dejáramos nuestra pelea de hace unos días a un lado.

Pero nada resultó como esperaba.
En cambio, una peliroja abrió la puerta y me sonrió retorcidamente.
Usaba una camiseta arriba de su ombligo, a mi parecer bastante reveladora, con unos jeans bastante ajustados, y así se paseaba por toda la casa.
Frente a el.

No estaba enojada.
Diablos.
Estaba furiosa.
Apreté los puños a mis costados, sintiendo así mis uñas perforando las palmas de mis manos.

—¡Son Hye! —exclamó —Pasa —se hizo a un lado dejando el suficiente espacio para entrar —Chittaphon no está, pero seguro no tarde en llegar

—Mmm Ya veo —me adentre a la casa

—Siéntate —sonrió —¿Quieres algo de tomar?

—No, no te molestes —relaje los hombros y tomé asiento

—¿Qué te pasó en las manos? Estás sangrando

—Nada —oculté mis manos —Es solo que...

—¿Aún tienes problemas con tu papá?

—¿Qué? —la miré frunciendo el ceño

—Bueno, casi te mata una vez, ¿Por qué no lo haría de nuevo? —se sentó frente a mi

—¿Cómo sabes de...

—Yo se todo de ti Son Hye —sonrió de lado —¿Sabes? Te diré algo —recargo su barbilla en su mano —Es difícil que un hombre olvide a su primer amor

¿Primer amor?

—Estoy en casa —gritó chittaphon cruzando la puerta de entrada —¡Mali! —gritó —¡Traje galletas! —dejo caer la bolsa que tenía en la mano una vez que su mirada se topó conmigo —¿Son Hye? ¿Qué haces aquí? —preguntó sorprendido

—Tenemos que hablar —me levanté 

—Los dejaré solos —dijo la peliroja saliendo de la sala

—Wow yo, no te esperaba

—Papá está en el hospital —solté

Su semblante cambio a uno preocupado.

—Son Hye...

—Llamé pero no respondiste—aguante la respiración un poco—Estuvo ahí Seul Gi, y Sook Hee, incluso fue Jaewon, lo deje pasar, aunque solo pensaba en ti como consuelo, creí que.. —sentía como un nudo se formaba en mi garganta —Creí que algo malo había pasado contigo, estaba preocupada, así que vine y me encontré con todo esto

—Yo, puedo explicarte...

—¿Ella como sabe Ten? —me acerqué—¿Acerca de mi estancia en el hospital hace seis meses?

—Yo...

—Le confiaste a ella, cosas de mi vida privada —mi voz era entrecortada —La preferiste a ella antes que a mi

—Yo, necesitaba consejos, sobre que hacer y ella era mi amiga más cercana —se defendió —Vamos Son Hye, ¿Qué había entre nosotros?

—Bueno, cuando tu novio prefiere la compañía de su primer amor, no habla muy bien de un nosotros ¿o si?

—¿Qué? —sus ojos se abrieron como platos —¡No! , Ella es solo mi amiga Hye, además estaba muy enojado contigo por lo que le hiciste

—¡Yo debería estar enojada contigo Chittaphon!—grite perdiendo la paciencia—Me abandonaste cuando necesite de ti, ¡Lo jodiste todo!

—¿Y que me dices sobre ti y Jaewon? —frunció el ceño

—¿Jaewon? El es solo un amigo —suspiré

—El siempre está a tu alrededor esperando el momento perfecto para ganar tu corazón —dijo serio

—Por favor Chittaphon —limpie mis lagrimas bruscamente —Sabes perfectamente que te elegiría a ti por sobre todos —baje la mirada —No estoy molesta o decepcionada —mencioné bajando la voz —Solo cansada de estar dando mas de lo que recibo

—Hye, no digas eso —se acercó a mi, retrocedí

—No importa, cuan importante sea yo para ti, siempre la vas a elegir por encima de mi a ella, ¿Me equivoco? —lo mire —Chittaphon, ¿Me equivoco? —repetí

El no dijo nada.
Yo entendí todo.

—Ten —lo miré por unos segundos—Rompamos

—¡¿Qué?! —me miró con los ojos cristalizados —No, no, no, no podemos, no puedes

—¡Claro que puedo! —mire hacia otro lado—Ya lo hice —susurré

—¡No! ¡Lo prometiste! —habló con la voz entrecortada, tomó mi mano —Prometiste cuidar mi corazón

—¡Y tu me prometiste un para siempre! —reí entre lágrimas —Una promesa que dejaste caer, y a mi con ella —me deshice de su agarre, comencé a caminar

Pase a un lado de él dirigiéndome a la puerta.
Ni siquiera me atrevi a mirarle, no era capaz.
¿Me pediría que no me fuera?
Puesto que mi corazón pedía a gritos un último intento.
Me reí, burlandome de mi misma.
Eso no iba a pasar.
Jamás fui digna de una historia extraordinaria.
Por qué para mí "un para siempre" era más imposible que lo imposible.
Ahora entendía todo.
"Las mujeres saben alejarse... A pesar de estar enamoradas"

Tome la perilla dudosa, la giré lentamente.
El seguía sin moverse, pero sus lágrimas eran incontrolables.
Mi corazón se encogió al mirarle así.
Salí de la casa rápidamente.
Mi historia de amor, más larga, la cual creía mi destino.
Terminó un día cálido de primavera.