🐻| Galletas de té verde
Había muchas cosas que Soobin quería experimentar. Desde pequeñeces como enamorarse hasta la idea de lanzarse de un acantilado con paracaídas. Eran pensamientos que surgían de la nada, la mayoría del tiempo como resultado de bromas.
Así que apareció mágicamente un día.
Era un buen chico y mantenía sus piernas pegadas a su pecho para que Hyung tenga una vista privilegiada de su sensible trasero mientras tres de sus dedos se abrían paso entre sus esfínteres hasta que las yemas rozaban la próstata.
Era tan satisfactorio, el dolor y el placer se mezclaban de manera escalofriante, le hacía ansiar que entrara más profundo, que lo abriera mucho más.
Se le ocurrió, juntó con el cuarto dedo metido en su trasero que tal vez aguantaría un quinto sin problema, que tal vez toda la mano podría entrar e incluso… el brazo.
El aire no llegaba a sus pulmones, cuando la imaginación y la realidad fueron fluctuando hasta convertirse en una el calor en su pelvis avanzó hasta su cuello, su boca dejó de tener fuerza y dejó que su placer se escurriera por completo.
Sus piernas cayeron flácidas, golpeando los amplios hombros del mayor, el semen salpicó en su abdomen y el lubricante se escurrió en toda la cama cuando Seokjin dejó de jugar con su trasero.
Estaba irritado, le había dicho que no soltará las piernas o tendría un castigo pero no le importaba demasiado. Los castigos también eran placenteros.
—Soobin, no estás siendo bueno para mí hoy —se quejó alzándose sobre la cama, dejando al descubierto su pecho sudoroso, frunciendo las cejas que siempre estaban victoriosas desde que se cortó el cabello.
—Jin-hyung, quiero que me metas toda la mano —arrastró las palabras, todavía con la cabeza en la nubes por su orgasmo, ordenando las palabras para que su oración fuera coherente. Tomo el brazo de Seokjin, tirando de él hasta colocar su mano nuevamente en la entrepierna—, estoy seguro que se sentirá bien, tenerte todo dentro de mí.
No sé tomó la molestia de abrir los ojos. Se acomodó en la cama sobre sus brazos y rodillas, alzando el trasero mientras escuchaba la botella de lubricante ser abierta.
No le pareció tan inesperado que Seokjin pareciera tener un kit listo para ese momento, era un hombre precavido con una predilección por complacer.
Tal vez su ingeniosa idea no había sido del todo original.
• Sirve Simurdiera2 •
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