Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 29

El intenso repiqueteo de un teléfono que no es el mío me arrastra poco a poco hasta el mundo de los vivos. Mi sala está igual que como hace unas horas, solo que ahora hay mucha ropa regada por todas partes y al tocarme compruebo que aún estoy desnuda haciendo que despierte de una vez por todas.

André descansa su cabeza sobre su brazo en una posición incomoda. Está arrinconado con la espalda pegada al respaldo de mi sillon. Aprovecho de que aún esté durmiendo para ir por algo con que cubrirme. Ahora sí me decido por un vestido corto. Tomo el cobertor de mi cama para cubrirnos y poder seguir durmiendo.

La televisión aún sigue prendida así que puedo tener una visión de su cuerpo bastante comprometedora un momento más. Solo se ha puesto su bóxer y debe haberlo hecho cuando se dechizo del preservativo. Pero es mi infantil pecho el que no me deja seguir viéndolo. Y la nueva llamada que entra en un teléfono que no encuentro.

—André — lo remuevo suavemente pero no es suficiente para despertarlo.

No recordaba que tuviera el sueño tan profundo. Pero me enternece poder verlo un poco más. Detallo cada una de sus facciones en mi cabeza, no quiero olvidar nada. Ni sus lindas cejas que de seguro no hace nada para que se vean perfectamente perfiladas y la forma de sus labios. El inferior es levemente más grueso que el superior. Muerdo los míos al recordar la intensidad con la que puede besarme con ellos. Un suspiro se me escapa y agradezco que aún no esté despierto por qué vería mi rostro enrojecido por el cumulo de emociones que ahora recorren mi piel.

Lo acaricio suavemente sobre su frente y compruebo que está perlada por el sudor y su respiración que antes era acompasada comienza a acelerarse. Un quejido ronco escapa sin aviso y debo alejarme para no ser alcanzada por su brazo que golpea el lugar donde ya no me encuentro.

Aún con los ojos cerrados tira del cobertor hasta taparse por completo. Y si no estuviera viendo lo que veo no lo creería. Los sollozos llegan antes de que me vuelva a sentar a su lado. Acaricio su cabello suavemente y susurro que todo estará bien. En un comienzo llegó a pensar que no podré ayudarlo ya que apreta la mandíbula dejando todo su cuerpo en tensión. Vuelvo a susurrarle que todo está bien. Que no pasa nada hasta que al fin abre los ojos. Mi corazón se aprieta de inmediato y dudo que sea a mi a quién ve.

Quedamos en un silencio absoluto, solo cortado por su respiración y la mía.

—Soledad... — sus ojos me miran como si no creyera que estoy aquí y están surcados por un terror que al parecer todavía no lo abandona.

Me cuesta tragar el nudo que tengo en la garganta. 

Quiero que esa expresión se vaya

No soporto verlo así. Y en mi desesperación me dejó caer en su pecho. Él me recibe de inmediato acunándome como su hubiera sido yo la que ha tenido una pesadilla. Me acaricia suavemente la espalda y siento como poco a poco su corazón comienza a bajar la velocidad con la que antes latía.

—Estas aquí... — me dice al fin con su voz agotada.

—Sí — me levanto de inmediato para tomar su rostro con mis manos. 

Quiero que me vea. 

Que aquí está seguro.

—Lo siento — su expresión es de alguien agotado y su voz lo demuestra.

—Es normal tener malos sueños — retomo mi espacio personal y ahora solo estamos unidos por nuestras manos, la que he buscado para apretar y darle más énfasis a mis palabras.

Nos quedamos en un sumidos en un silencio ahogado. No quiero soltarlo. Siento que si lo hago podríamos caer en mundos diferentes sin un puente para encontrarnos nunca mas.

Solo quiero que vuelva a mi.

Lo veo cerrar sus ojos con fuerza medida que se endereza haciendo que el cobertor se deslice por su torso hasta su cadera. La piel de su cuerpo también está brillante por el sudor. Me duele su expresión apesadumbrada cuando hace tan poco fueron los momentos más felices para mí en mucho tiempo.  Quizá por eso fue que tuvo un mal sueño.

No era lo él que esperaba.

—¿Quieres saber?

Su pregunta me sobresalta sintiendo que quizá ha podido leer mi mente y con esos ojos es bastante sencillo creerlo.

—Si quiero.

—Bueno. Pero tú tendrás que prometer que no saldras corriendo y me dejaras explicarte hasta el final — André inspira con fuerza y bota el aire de igual manera, pero cuando voy a decir que si me interrumpe para continuar. Las palmas me sudan y creo que siento mis manos temblar en un largo minuto antes de volver de escuchar su voz nuevamente—. Debes prometer que sea lo que sea que te diga. Estarás aqui mañana.

Un escalofrío recorre mi espalda y mi sentido de huida se despierta. La sala aún está siendo alumbrada por la televisión y solo espero que las sombras atenúen mi expresión de pánico. Mis rodillas me tiemblan y me deshago sin mucho cuidado de nuestro anterior enlace. Mentalmente me obligo a mantener el control de mi respiración. 

Esto es lo que yo quería. 

—Esta bien — lo digo con una voz que es demasiado delgada para ser mía y el asiente en silencio.

—Pero debes prometerlo — sentencia al fin.

Me repito un par de veces mas que esto es lo que yo quiero. Quiero saber. Quiero la verdad. En mi mente se dibujan tantas veces que imaginaba como sería y compruebo que nunca fue después de haber hecho el amor con él. Siempre era entre gritos y llanto. Nunca en esta paz y silencio.

—Lo prometo.

—Bien.

La pesadumbre en su rostro no lo abandona en ningún momento, solo sé mescla con algo que no puedo decifrar. Voy de sus ojos a su pecho y me quedo ahí. No podré mirarlo a los ojos otra vez si en ellos hay lo que creo.

Esta avergonzado.

—Desde que te fuiste siempre ha sido igual. Mi inconsciente me hace buscarte. Estoy en distintos escenarios y siempre estoy solo. El pecho me pesa como en esa mañana cuando desperté sin ti.

Sigo sin poder mirarlo y muerdo mi mejilla por dentro al escuchar como una de las piezas faltantes de mi puzle se me está entregando igual de pesada como una piedra de plomo. Está va directamente a mi pecho y se asienta impidiendo que pueda respirar en profundidad. No importa cuanto cuente. Mi respiración ya no me esta sirviendo. 

Me ahoga.

—Ese día salí en la madrugada a buscarte. Te busque por todas partes. No me importo ir a casa de tus padres, pero esa parte ya la conoces. Tu madre me saco a patadas a la calle — suelta una risa suavemente ronca con eso último y me permito mirarlo. No hay alegría en su rostro. Y el nudo en mi garganta se hace más grande —. Fui a casa de todas las personas que conocíamos. Hasta que ya no quedo nadie más. No quería tener que verla. 

Se que habla de María. De quien mas podría estarlo haciendo. Mi estomago se revuelve al pensar lo que tantas veces me atormento. André y María en una misma oración.

—¿Ya sabes de quién hablo? ¿Cierto?

Asiento en silencio. Aprieto mi mandíbula para no abrir mi boca. Intento que el poco aire que puedo respirar llegue al fin a mis pulmones. No puedo desmayarme en este momento.

—Tenía la esperanza de encontrarte ahí.

Definitivamente no estoy preparada. Mi estomago no deja de doler. Pero aún así lo invito a continuar.

—Ella era mi amiga André...

—Por esa razón casi no pude controlarme ese día— me interrumpe.

—No estoy entendiendo.

Inspira con fuerza un par de veces más y desvía la mirada hacia la televisión que está detrás de mi.

—Ella dijo que te habías ido por qué ya no podías estar conmigo — ahora el que desvía la mirada es el —. Que jamás me quisiste realmente. Que estabas aburrida de tener que vivir en las condiciones que yo te ofrecía. Que querías tu vida de vuelta y conmigo no lo conseguirías... — su voz se apaga y mis latidos también.

—¿Que? — debo pestañear un par de veces por qué ya no logro ver nada. Mis ojos han comenzado a llorar y no sé cuando empecé. Logro ver como se tapa la boca con el puño cerrado y al parecer se muerde a si mismo antes de decidirse en volver a hablar.

Mi mente da vueltas una y otra vez, sin poder comprender nada. Hasta que al fin se detiene y solo hay un pensamiento claro.

Alguien miente.

—Yo... Eso es mentira... — logro que mi voz salga al fin. André busca mis manos pero no dejo que me vuelva a tocar.

—Me dijiste que te vino a ver antes de irte. Que por eso te habías ido...

—Tu me engañaste con ella André — Y al fin ya puedo decirlo. Y exigir la verdad que tanto tiempo espere. No desvío la mirada está vez. Si me dirá la verdad la quiero completa.

—Eso no es cierto.

Si antes no quería que me tocará. Ahora lo único que quiero es volver a poner una ciudad entre nosotros.

—¿Cómo explicas entonces el nacimiento de Valentina?

El brillo de la pantalla le da justo en el rostro y puedo ver cómo se debate entre decir toda la verdad o volverme a mentir. Quiero creer que no se atrevería a hacer lo segundo. No después de que el me pidiera prometer que no me iría.

—Ella no es su hija.

Su teléfono vuelve a sonar en algún lugar de mi sala y su insistente sonido lo escucho muy lejos como si sonará a kilómetros luz.

—Deberías contestar.

—Valentina es mi hija. Pero no la suya soledad. Tina está de cumpleaños de abril y si hubiera tenido una hija con ella tendría que haber nacido antes ¿No crees? Tú te fuiste en mayo.

—¿Y entonces?

—Valentina comparte mi sangre. Pero no es hija de María.

La llamada al fin cae en el buzón. Ninguno de los dos hace ningún movimiento por un momento que parece eterno.

—Yo nunca me acosté con ella soledad.

—Si eso es cierto, por qué me dijiste que la había abandonado ¡Dime! — cuando intenta detenerme me pongo de pie. Ya no creo poder seguir tan cerca cuando hay tantas cosas que no tienen sentido.

—Te dije que me había abandonado. Que nunca quiso saber de la niña. Pero no era de Valentina de quién estaba hablando. Yo estuve ahí cuando la niña que tuvo María nació. Ella decía que era hija mía.

Retrocedo por instinto cuando lo veo hacerse mas grande cada vez al ponerse bien. Lo sigo hasta que ya esta erguido en su plenitud. Pero ya no lo veo tan alto como hace unas horas atrás. 

—Pero yo sabía que eso era imposible. Y solo quería tener la evidencia de que todo era mentira.

—¿Por que María dijo que ese hijo era tuyo? — continuo retrocediendo y em mi camino piso mi propio brazier y por poco ahora me tuerzo mi otro tobillo. André me alcanza a sujetar por el codo, pero nuestro contacto solo dura unos segundo, por que em vuelvo a zafar —. ¡André yo necesito la verdad!

Mi sala es la misma de hace unas horas atrás, son las mismas dimensiones, pero todo se ve diferente ahora. Es como si hubieran extraído la mayor parte del oxigeno que antes había y suprimido todo ambiente reconfortante en un solo segundo. 

Llevo mi cuerpo lentamente hasta mi ventanal, y la noche no es la que esperaba ver. Aquí nunca veré el mar. Y esa es una de las razones por las que nunca me sentiré cómoda con este departamento.

Su calor es lo primero que siento a mis espaldas. Doy el paso que puedo hacia adelante y me alejo hasta llegar al interruptor. Ya no me es agradable verlo iluminado solo en parte por la luz de la televisión. Ahora necesito toda la claridad que pueda tener y no solo de la luz eléctrica.

Ya he vivido suficiente tiempo en tinieblas. 

—¿Recuerdas cual fue la condición que me pediste para irnos a vivir juntos? — su voz llega a mis espaldas y un escalofrió surca mi espalda al sentir su aliento tan cera. No me toca en ningún momento y mi piel sufre sin entender que necesitamos mas que caricias esta vez.

— La recuerdo — digo sin entender que tiene que ver eso justo ahora.

Claro que la recuerdo. Una que yo no pude cumplir cuando me aleje de él. En muchos momentos fue lo único que callaba mis propios pensamientos. 

—No quería drogas ni alcohol en la casa.

—Correcto. Pero nunca las dejé. En ese tiempo hice un esfuerzo solo para mantenerte conmigo. Pero al final fue más fuerte. Y me las ingenie para que no lo notarás. María vendía lo que yo necesitaba. ¿Sabías que ella vendía droga?

—Lo sabía. 

Claro que lo sabía.

—Un día fui a su casa a comprar y ella había traído una cosa desde a fuera. Se suponía que solo sería una muestra. Pero me noqueó. Y desperté al otro día.

—¡¿Y me vas a decir que te acostaste con ella para pagarle la droga que ella te dio?! — dejo que una carcajada irónica salga de mi pecho. Si piensa que eso lograra que yo le encuentre sentido a todo esto. Esta muy equivocado. 

Ya ni siquiera quiero su calor cerca de mi y ahora todo tiene sentido. Por eso debía prometer no huir otra vez. Por que es lo único que quiero hacer en estos momentos. 

—¡No! Claro que no... Pero debes entender que tenía una laguna. Y ella aseguraba que eso había pasado. Así que cuando me pidió que me hiciera cargo de su embarazo no lo hice. Sin prueba de ADN yo no me haría cargo — deja caer su cuerpo sobre mi sillón a mis espaldas. Agradezco que sea de buena calidad ya que de lo contrario se habría quebrado bajo su peso —. Ese hijo no era mío Soledad.

— ¿Y quien es la madre de Valentina entonces?

Hola a tod@s, primero que todo gracias por acompañarme en este viaje.
Y segundo, quería disculparme por la hora en la que actualice. La vida fuera de Wattpad hoy estuvo muy salvaje. 

Pero ya me organizare mejor para que no vuelva a pasar. 

Gracias mil por el apoyo. Me dan el animo necesario para continuar con esto. 

Los re quiero. Y espero seguir leyendol@s en los comentarios. Me hacen muy feliz. Son personas muy interesantes. 

Mil besos y nos vemos el día domingo.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro