Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 19

Benjamin me ha ayudado a llegar a la sala. No he querido estar con él en mi habitación más tiempo, ya que es demasiado incómodo estar rodeada de tantos recuerdos nuestros cuando lo que le diré romperá su corazón.

Él no me interrumpe en ningún momento, y sé que se ha obligado a no consolarme las veces que mi voz falla por el llanto. Hay cosas que al decirlas en voz alta se vuelven afiladas y cortan en lugares que no se ven. Pero sangraran eternamente.

—¿Diras algo? — se lo pregunto casi en un susurro.

— ¿Lo perdonarás? — me contesta con otra pregunta. El es tajante y eso me asusta. Nunca había empleado ese tono conmigo fuera de la oficina.

Me quedo en silencio. No puedo decirle que lo haré. Por qué en estos momentos no creo ser capaz.

— Soledad responde — su voz denota toda la frustración que debe sentir.

— Yo... no lo sé.

El silencio se vuelve afilado y me aterra. Si Benjamin decide irse lo entenderé. Pero no por eso duele menos.

Él se levanta del sillón donde estuvo quieto por tanto tiempo y se acerca al balcón. Las cortinas están abiertas así que se ve la noche sobre el mar. Es una vista hermosa. Solo que ahora está teñida de una desolación casi idéntica a la que llevo dentro.

— ¿Y que pasa conmigo? — me pregunta sin mirarme en ningún momento.

Cómo todo en mi vida, era obvio que esto me iba a estallar en la cara. Quiero tener a Benjamin a mi lado a pesar de que nunca podré sentir lo mismo por él. Pero no puedo obligarlo a seguir con lo mismo. Si voy a estar con él debe ser en serio. No puedo estar viviendo una vida a medias.

— Benjamín. Tu eres muy importante para mí. Pero...

— ¿Pero que? — me interrumpe con expresión de fastidio.

— Yo... yo no sé lo que siento.

— Yo sí sé. No sabes a quien elegir — sacude su cabeza con incredulidad, como si por primera vez en estos dos años de relación recién me estuviera viendo realmente.

Y cuando lo dice así, no lo siento real. Yo no quiero estar con André. Eso es seguro.  No después de tanto. Es verdad que su cercanía me desestabiliza. Pero quiero creer que son solo retazos de sentimientos antiguos queriendo aflorar. No es amor realmente. El amor no puede ser así de triste.

Lo escucho bufar cuando pasa rápidamente frente a mi hasta llegar a la puerta. Yo quiero levantarme para detenerlo pero mi cuerpo no responde. Estoy entumecida y mi pie duele más que nunca.

— Yo nunca te haría algo remotamente parecido Soledad. Eso lo sabes.

No puedo no asentir ante esa verdad, más cuando sé que saliendo por esa puerta lo perderé para siempre.

— ¿Te iras? — muerdo mi mejilla para no romper a llorar.

— ¿Quieres que lo haga?

— No.

Benjamin suelta el pomo de la puerta y bufa otra vez antes de concentrarse en el techo de mi sala.

Cuando me vuelve a mirar me sonríe. Yo no puedo hacerlo. Más cuando me siento tan expuesta. El suspira una última vez y se acerca a mí lentamente. Me muerdo nuevamente para no llorar como quiero hacerlo cuando limpia mi mejilla humedecida.

Se acerca lo suficiente como para que pueda acariciar su rostro.

Poco a poco nuestra distancia va disminuyendo y lo dejo abrazarme. Sus caricias en mi espalda se sienten muy placenteras. Nos quedamos un momento más hasta que me aleja lo suficiente para que pueda verlo de frente.

— No puedo quedarme Sole.

Yo solo vuelvo a asentir y busco su rostro, no lo pienso más y depósito un beso sobre sus labios. Es un beso tierno. Pero él me lo responde con intensidad. Me besa en serio, apropiándose de mi boca por completo. No quisiera que mi cuerpo reaccionara. Pero lo hace.

Cuando ya se ha sentado junto a mi, lo abrazo por la cintura y dejo que continúe acariciando mi espalda. He repetido tantas veces esta misma escena en este lugar. Que me cuestionó si realmente no siento amor por Benjamin. A su lado siempre he estado cómoda. No tengo ningún tipo de incertidumbre por el mañana. Solo sé que aquí estará. No hay nada más que buscar.

Y no sé si son estos pensamientos o mi decepción frente al amor. Pero busco su rostro y lo besó nuevamente. Su reacción es inmediata. Y si se sorprende con mi iniciativa no lo dice.

Busco ahondar más nuestro beso pero Benjamin me aleja para volver a abrazarme una vez más. Me aprisiona sobre su pecho y puedo escuchar su acelerado corazón. Podría tenerme en este momento. Yo se lo permitiría. Pero él en cambio solo me deja un beso en la frente y se levanta alejándose de mi.

— ¿A dónde vas? — pregunto aún con la voz agitada.

— No puedo hacerlo — él también se escucha agitado.

— ¿Por que?

— No puedo sabiendo que mañana te odiaras por haberlo hecho conmigo.

— Pero Benjamin...

— Adiós Soledad.

Pestañeo un par de veces más cuando ya ha salido por la puerta. Y realmente no creo que se haya ido.

Mi cabeza da vueltas y no logro centrarme en un solo pensamiento. Solo sé que lo he perdido. Pude haber hecho lo que el me pidió. Pude quedarme callada y haber dormido con él. Pude seguir mintiendo. Pero no quise. Y ahora él se ha ido.

Me he quedado sola con mis gatos, al menos ellos parecen no juzgarme ya que llegan de inmediato a mi regazo. Los acaricio sin mirarlos ya que mi vista está puesta en el ventanal que me muestra la oscura noche.

No sé cuánto tiempo paso en la misma posición, pero tanto Batista como Claudel ya se han dormido. Yo también quisiera poder hacerlo, pero el sueño me ha abandonado. El insomnio siempre ha sido un tema para mí. Más que un tema. Un problema.

Mi teléfono me saluda desde la mesita. No he querido prenderlo desde que llegué. Pero será la soledad o el aburrimiento lo que me hace prenderlo. De todas maneras no sé a quien llamar. A la única persona que realmente le importaba mi bienestar ahora está lejos sin querer saber nada de mi.

Por qué no pude quedarme callada. Tuve que contarle todo. Tuve que exponerme a mi y a mis demonios. Tuve que contarle como lo deje por ir detrás de un pasado que solo me ha dado dolor y soledad.

El aparato vibra como loco con la llegada de mensajes, no logro ver el nombre del contacto a medida que llegan más. Y solo me he desaparecido una tarde. Bueno ya casi está amaneciendo.

Tengo muchas llamadas perdidas, hay varios números que ni siquiera tengo guardado de los también tengo mensajes. Cuando voy a abrir el contacto de mi madre. El teléfono vibra con una llamada entrante.

Son cerca de las seis de la mañana.

— ¿Aló?

— Al fin contestas.

Su voz me eriza los bellos del cuerpo de inmediato, y retrocedo inconcientemente hasta quedar con la espalda apoyada en el sillón. Mi sentido de alerta se dispara de inmediato.

— ¿Con quién hablo? — lo pregunto solo para confirmar.

— No llegaste a tu departamento — su voz se escucha suavemente ronca y sé que jamás podría confundirla con nadie más. Aún a través de la línea telefónica.

— ¿Que quieres? — le pregunto sin amabilidad, no quiero hablar con André. Por mi que él se vaya con sus mentiras lo más lejos de mí.

— ¡¿Cómo que que quiero?! ¿Soledad dónde estás? He llamado a todo el mundo por si alguien te ha visto. Casi me consigo el número de tu noviecito por miedo a que te hubiera pasado algo.

Me quedo en silencio un momento muy largo, la sola mención de Benjamin como mi noviecito no me gusta. Menos sabiendo que a él no le importa que tenga una relación realmente. Cómo tampoco le importo la nuestra en su momento.

— No deberías llamarme André.

— ¿Por qué no? Te estuve esperando fuera de tu departamento. Le pregunté al conserje si te había visto llegar — entorno los ojos imaginando al chismoso hombre. Ya suficiente material tenía antes de que André preguntara por mi —. Aproveché de decirle que se metiera en sus propios asuntos y que no volviera a molestarte.

— No tenías que hacer eso — vuelvo a quedar en silencio, no sé que decirle. No puedo permitir que siga arruinando mi vida como a él le plazca. Más cuando sé que sigue mintiendo.

— Claro que sí. Estoy preocupado por ti.

— No tienes que hacerlo. Estoy bien André — mi voz suena cansada. Pero ya no me siento tan molesta.

— Pero lo hago y si supiera dónde estas iría en este preciso momento a buscarte — su voz suena segura como siempre, no hay temor al rechazo en ella y sé que eso es mi culpa.

Me reprendo mentalmente al sentir que las comisuras de mis labios sonríen un poco al saber que quiere saber dónde estoy. Me imagino la escena al esperarme fuera de mi departamento. No sería la primera vez.

Solo me preocupa un poco lo que dirán los demás al saber que André quería saber mi paradero. Eso será difícil de explicar.

—No te diré dónde estoy... no quiero verte André... — mi voz se apaga y no alcanzo a terminar. No quiero seguir hablando. Por qué a pesar de todo lo que me ha hecho. No quiero decirle cosas de las que me querré disculpar. Ya me conozco.

Y sé que si viniera por mi, una parte muy importante de mi se alegraría y me sentiría feliz de tenerlo conmigo. Tal como me sentí el día de ayer. Aún recuerdo su semblante al dormir. Y también recuerdo las ganas de besarlo que no me dejaron dormir a su lado.

— ¿Por qué? — ahora ya no se escucha tan seguro y eso me afecta aun más.

Me muerdo el labio inferior para no responder de inmediato que es mentira. Pero busco en mi interior y encuentro el sentimiento que necesito para alejarlo.

Solo me basta con pensar en María. Solo me basta pensar en sus mentiras y en la certeza de que me seguira mintiendo si se lo permito y ya no lo quiero cerca.

Yo merezco más. Y ese más lo he dejado ir hace un par de horas.

— Como ya te dije, estoy bien. Y no quiero verte. ¿Entiendes eso?

— No. No lo entiendo, pensé que habíamos avanzado. Mira... — quiero creer que es su manipulación habitual, no quiero creer que esto realmente le afecta. Por qué si lo veo así, mi panorama sería bastante distinto —. Yo sé que me lo merezco... creeme lo sé. Pero si me dieras una oportunidad yo haría todo de otra manera. Soledad déjame demostrarte que he cambiado.

— Las personas no cambian André, solo aprenden a mentir mejor... — mis lágrimas salen sin control y no soy capaz de decirle nada más, solo quiero que se calle y me deje en paz.

Cómo puede prometer cambiar cuando hace tan poco ya me ha comenzado a mentir.

Por qué mintió sobre María, dijo que ella lo había abandonado, cuando ella ni siquiera sabe que tiene una hija. Ella piensa que la niña murió.

Que clase de ser humano puede mentir con algo así.

— El dolor puede hacer cambiar a las personas Soledad.

— Lo sé.

Claro que lo sé. Yo ya no logro querer a nadie como debería por su culpa. No siquiera a alguien que si se lo merecía.

— ¿Estás con él? — su pregunta queda en el aire, uno pesado que me cuesta tragar —. Contesta maldita sea. ¿Por eso te fuiste? Fuiste a verlo.

— Sí — le miento.

Quiero que se sienta un poco como yo todo este tiempo.

— Él no te merece Soledad. Él no soy yo y tú quieres estar conmigo.

Vuelvo a quedarme en silencio, muerdo mi labio inferior de la frustración, seria tan fácil cortar la llamada y volver a apagar el teléfono. Pero estoy inmobil.

Él sabe que decir para desestabilizarme. Y yo dejo que él lo haga. André nunca cambiará, siempre estará confiado de que me tendrá a sus pies. Y yo no hago más que confirmar sus palabras.

Si pude ser sincera con Benjamin. También tendré que serlo con André. Ya perdí a uno, será mejor la soledad que vivir en una mentira.

Pero las palabras no salen. No las que necesito en estos momentos.

— Iré por ti Soledad. No te escaparas otra vez...

— El lunes vuelvo a Flores. No vuelvas a llamar.

Quito el teléfono de mi oreja y corto la llamada. Los números de su contacto desaparecen rápidamente. No puedo decir lo mismo de mi cuerpo. Me he quedado congelada mirando la imagen que tengo de fondo de pantalla. Esta se burla de mi.

Es una foto antigua que tomamos con Benjamin cuando llevabamos poco más de un mes saliendo. Ni siquiera puedo extrañarlo en paz. Ya que en mi mente solo hay espacio para una persona que no es él. Alguien que exprime mi corazón con solo mirarme a los ojos o solo escuchar su voz.

¿Por qué tienes que ser una mala persona André?

Me acurrucó en el sillón envuelta en mis mantas, no quiero volver a mi habitación, ahí hay mucho de Benjamin y solo pensar en el me duele.

Pero pensar en André me desgarra. Él sabe el poder que tiene sobre mi. Lo dejo muy en claro con lo que dijo. Y no quiero creer que sea cierto. No puedo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro