Capítulo 17
Capitulo 16
Las calles de esta zona de la ciudad siguen siendo deprimentes. Nunca lo note mientras viviamos aqui. Pero ahora que ya he conocido mucho mas del el mundo, no me gustaria volver a vivir en este lugar.
Llegamos a lo que alguna vez fue mi segunda casa, no se ve en mal estado. Pero si los años han dejado su marca. Sobre todo en la pintura roida y la reja que le falta una buena cuadratura.
— ¿Esta segura que es la dirección correcta? — el chofer me pregunta por tercera vez desde que me subi.
— Sí. Aquí es — le respondo sin mirarlo, tengo miedo de pedirle que me saque de aqui de inmediato.
El chasquido que hacen mis tacones sobre el asfalto me despiertan del trance. Yo decidi hacer esto. Nadie me lo ha pedido.
— Sí usted quiere puedo esperarla. O le dejo mi numero y vendre por usted. Me sentiré culpable si llego a saber que le paso algo después que la deje aquí.
El chofer del taxi es un hombre corpulento, asumo debe ser padre de familia. Si no no me explico su preocupación. Ya le he pagado lo que decía el taximetro, pero aún sigue aquí.
— No creo que tarde demasiado, sería muy amable de su parte espérarme.
— Aquí estaré entonces.
La casa no tiene timbre asi que grito un par de veces para hacerme escuchar. Hace tanto que no andaba por un lugar asi. Que si no sale alguien pronto. Me ire.
Una mujer que reconosco de inmediato abre la puerta, la señora Carmen debe tener unos cincuenta y tantos. Es tan bella como su hija.
— ¿Se encontrará María?
— ¿Quien la busca? — sus ojos azules ahora estan bordeados de arrugas. Ella nunca fue una mujer sofisticada como mi madre. Pero su apariencia descuidada me hace ver que su vida no ha cambiado demasiado desde que la conoci.
— Soledad.
Ella repasa mi nombre un par de veces hasta que parece recordarme.
— Claro. Ya le digo que venga. Espera un momento — Vuelve a cerrar la puerta.
En el vecindario se ve bastante movimiento para ser las siete de la tarde. Sigue sin gustarme este lugar.
Aunque para mi no todos son malos recuerdos. Siempre veníamos aqui despues de clases. Nuestra escuela quedaba a medio camino de la casa de ambas. Yo no siempee vivi en la enorme casa que tiene ahora mi madre.
— ¿Que haces aquí? — su voz llega primero que su imagen, realmente creí que vería a la chica de las redes sociales. No esta que tengo en frente.
Se sigue viendo igual, mantiene el cabello largo como el mio. Pero su rostro ha cambiado. Hay algo que falta.
— Tu sabes a que vine.
— Te tardaste.
— Lo sé. ¿Puedo pasar?
Ella se acerca a mi, es más alta que yo. Pero de contextura similar. Lleva una camiseta sin bracier. Otra diferencia entre nosotras, ella siempre tuvo con que llenarlos. Yo en cambio tenia que ingeniarmelas para mo parecee un chico.
Abre la puerta de la reja y me deja pasar. Mis tacones suenan muy fuerte o son mis sentidos los que se han agudizado.
— Estaremos en el patio. No quiero que mi madre escuche. ¿Esta bien?
— Por mi no hay problema.
La sigo por el costado de la casa hasta el patio trasero. Hay un monton de cosas apiladas sin ningun orden, me concentro por no pisar nada que me haga caer. Los tacones no son el mejor calzado para este terreno.
— ¿Y bien? — ella toma asiento en la pequeña terraza, la mesa que nos separa tiene una gruesa capa de polvo —. ¿Por donde comenzamos?
— ¿Podriamos empezar...? quiza por el principio Maria — intento que mi voz suene segura, pero no dejo de pensar que ella puede ver a traves de la mascara. Solo espero que haya perdido ese toque con los años.
— Que tu novio me dejo embarazada. ¿Por ahí esta bien para ti?
Sus palabras duelen, como si fuera la primera vez que las oigo. Pero no dejaré que me amedrente. No la dejaré.
— Podriamos empezar por eso. Sí. Aunque esa no es la razón verdadera por la que estoy aquí.— mi voz se escucha clara y firme. Tal cual se escuchaba en la reunion con los accionistas el dia de ayer. Pero hoy estoy mucho mas aterrada.
— ¿Y cuál sería?
Hay al menos cientos de escenas inventadas en mi cabeza durante estos años. Siempre me quedaba hasta aqui. Nunca podia responder realmente esta pregunta.
¿Por que estoy aqui?
— ¿Por que? — me arrepiento no de lo que digo, si no como suena. Me duele y ahora ya no puedo ocultarlo.
— Tu sabes por que.
Ella se cruza de piernas y se apoya en el respaldo de la silla. No veo arrepentimiento por ninguna parte y eso hace que la piel me arda.
— Me dijiste que lo amabas. ¿Que querias que hiciera? — mis palabras salen casi entre mis dientes. Al menos el dolor en la mandibula me hace parecer contenida. No perdere esta vez.
— Te dije que estaba embarazada de él. Nunca dije que lo amara Soledad.
— Entonces...
— Yo queria lo que tu tenias con él. No a él. Cuando te fuiste no tuve nada. Y ademas estaba embarazada.
El recuerdo de Andre llorando la noche anterior llega a mi con rapidez.
— Él dijo que lo abandonaste.
La escucho tomar aire con fuerza y despeina su cabello como tantas veces la vi hacerlo cuando se ponia nerviosa. Es lejos la mujer mas bonita que he visto y verla en este lugar demacrado. Ella no pertenece aquí. Eso fue algo que siempre me dijo. Pero nunca lo entendi. Hasta ahora.
— Veo que no pierdes el tiempo. ¿Cuanto llevas de vuelta? ¿Cuanto te tardaste en arrastrarte ante él?
— Yo no estoy aquí para pelear por André. Solo me interesa saber por que lo hiciste. ¡Me lo debes!
Ella suelta una carcajada y hace otra de sus feas manias, lleva la palma de su mano a su rostros y restriega esta sobre su nariz. Siempre le dije que esa era una mania horrible. Nunca me hizo caso.
— ¡Él no me importaba! Nunca lo hizo. Yo queria otra cosa. O ¿aun no lo entiendes?
— Creeme que lo intento. Pero no..
—¡Yo queria tener tu vida! — me interrumpe y al parecer ya no le importa que su madre escuche—.Tu eras una niña mimada, tenias todo lo que yo queria. Una madre amorosa, un hermoso lugar donde vivir. Podias elegir ¡Tu vida era perfecta maldita sea!
¿Que?
— Eso... eso no es verdad.
— ¿No? Tu te fuiste de aquí. Y yo me quede. Dos veces. Y mirate ahora vienes y todo esta como lo dejaste.
— Tu no sabes nada de mi María — practicamente le escupo las palabras —. Y yo no me hare cargo de esto.
— ¿A que has venido Soledad? Querías sentirte mejor sabiendo que mi vida es miserable.
Su palido rostro ahora esta casi totalmente rojo y de aqui veo una lagrima deslizarse por su mejilla. Me duele ver en lo que nos convertimos.
— Yo te queria Maria. Eras mi mejor amiga. Y me quitaste todo. Te elegi a ti. — no me he dado cuenta cuando me he puesto de pie. Pero ya no soporto estar aqui —. No debi venir.
— No. No debiste.
— Deberias madurar. La niña no tenia la culpa.
Quito la silla de mi camino e intento pasar por su lado. Solo espero que el taxista aún este esperando por mi.
— ¿Que niña?
Sus palabras chocan con mi costado y se meten en mi espalda. Hay una corriente que sube desde mi zona lumbar hasta mi cabeza. Un clic suena y busco sus ojos. Ella me mira buscando que responda.
— No te hagas la tonta Maria. Sabes de que estoy hablando.
— ¿Que niña Soledad? — me repite la pregunta y la veo hacerse mas alta que yo al ponerse de pie.
Las palabras de Andre chocan conmigo y podria recitarlas frente a ella. Pero no quiero hacerlo. Ya obtube lo que queria de ella. Ahora ya puedo cerrar esta parte de mi historia. ¿Por que ha eso vine? ¿O no?
— Te conto que nuestra hija murio al nacer. Él me dijo que solo con una prueba de ADN se haria cargo de ella. Yo tuve que esperar a que ella naciera, ya que no tenia el dinero para hacer el examen aun estando dentro de mi — se ha vuelto a sentar, pero ya no me ve a los ojos. Se queda mirando hacia la nada y continua —. Cuando nacio yo la escuche llorar. Pero dijeron que habia nacido muerta. André no fue a verme en ningun momento.
Las lagrimas ya no pueden quedarse dentro de mi y no soy lo suficientemente rapida como para detenerlas antes de que cubran mi rostro.
— Maria...
— Tuviste tu venganza después de todo Soledad.
Mi boca se abre pero no sale nada. No sé que decir. Mi cuerpo involuntariamente retrocede y tropiezo con algo que estaba en mi camino. Mi tobillo se tuerce y el dolor me llega hasta la espalda.
Pero no puedo pensar en el dolor fisico. Cuando el dolor que tengo en el pecho en mayor. Me quema y solo pienso en que todo esto es una maldita broma.
— Lo siento... yo.
— No lo sabías — me interrumpe y me mira directamente a los ojos, parece una muñeca rota. Eso era lo que faltaba en ella cuando la vi. Algo se rompio. Despues de todo la que no perdio la capacidad de ver a través de la mascara fui yo —.Deberías irte, este no es un barrio para alguien como tú.
Muerdo mi mejilla para volver en mi. Pero tiene razon. Tuve mi venganza. Pero ella también la tuvo. Una que yo no merecia. Yo siempre la quise. Incluso cuando paso todo. Yo di un paso al costado y le deje el paso libre.
Salgo y el taxista me hace un gesto con la mano para que vuelva a subir.
— ¿Y bien? A donde vamos ahora.
— Lleveme a casa.
No se que esperaba que pasara, quiza aun seguia creyendo en ella. Quiza sigo creyendo en todos. Crei en Andre. Lo vi llorar. Vi a la pequeña. Siguen las mentiras en este lugar. Y yo ya no pertenezco aquí. Quiza nunca lo hice y solo me he mentido a mi misma creyendo que algo de aqui me pertenecio alguna vez.
Hola queridísimos míos, espero se encuentren bien y que la vida los trate con amor.
¿Que les parece como van las cosas?
¿Se esperaban algo así?
No dejen de comentar todo lo que deseen, amo leerl@s
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