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01: no era jungkook

La naturaleza humana ha tenido como objetivo, siempre, luchar contra la muerte. El fin de la vida implica desgracia, dejar de existir es un miedo para cualquier ser viviente, el deseo de ser eternos ha trascendido, sin importar los orígenes de la fe, sin importar nada, vivir para siempre es un anhelo que se remonta a los inicios de la humanidad.

No todos afrontamos de la misma manera el duelo que surge con la muerte de un ser querido. Min Yoongi no aceptaba la muerte de Jeon Jungkook, no lo haría durante lo que le quedara de vida, porque nadie puede encontrar consuelo pleno a la muerte de un compañero, de alguien tan amado.

Por eso, Yoongi había actuado antes de que algo pasara, porque conocía su futuro.

"Kookie..." la voz de Yoongi sonó quebrada y áspera, matizada de puro dolor, lo que estaba escuchando no podía creerlo.

"Hyung..." el menor tomó la mano de Yoongi, le acarició con su pulgar y suma suavidad, demostrándole su apoyo "está bien..." susurró. Su voz también sonaba pesada, porque tenía miedo también, y porque podía ver en los ojos nublados de Yoongi el dolor, no quería verlo así.

"No está bien..." negó el mayor. No podía tomarlo con calma, simplemente no podía. ¿Cómo podía estar bien que la persona a quién más amaba en el mundo  le dijera que su vida acabaría pronto, por culpa de un cáncer que lo alcanzaría con el paso del tiempo, hasta cubrirlo por completo y drenar cada resto de vida de su cuerpo? "no está bien, no lo está..."

Sus manos apretaron con fuerza las de Jungkook, se obligó a soportar su llanto, porque él nunca había llorado frente a Jungkook, ante quien, siempre fue el hombre más valiente e inteligente, pero el dolor que lo estaba alcanzando, sobrepasaba por mucho su capacidad.

"Yoongi..." Jungkook le sonrió, permitiendo a un par de lágrimas juguetonas resbalarse por sus mejillas "tranquilo, hyung" Jungkook se acercó a su mayor y recargó su frente en la de él, cerró sus ojos y lo mantuvo así de cerca poniendo su mano en su nuca, acariciándolo, buscando relajar a Yoongi.

"Jungkook, no puedo estar tranquilo..." el mayor se dejó ante los toques del menor, él también subió una de sus manos y le acarició el rostro, buscó su mirada pero el menor tenía sus ojos cerrados. Su respiración se aceleró, conforme su mente se hacía a la idea de la noticia y comenzaba a trabajar en la tristeza que la ausencia de Jungkook le causaría "estás diciéndome que vas a morir, no... no puedes, Jungkook, no..."

Jungkook murmuró el nombre de Yoongi repetidas veces, ahí, entre la penumbra que les brindaba la noche y el silencio que sus sollozos les dejaban al alcance. No podía hacer nada más, porque ahora que sabía que le quedaba tiempo verdaderamente contado, lo único que quería era utilizarlo para estar junto a su hyung, junto al único que siempre estuvo para apoyarlo.

Yoongi no podía decidir qué era más doloroso. Saber con anticipación el tiempo aproximado que le quedaba a Jungkook por vivir, o el hecho de que no podía hacer absolutamente nada para salvarlo, aún con toda su tecnología, con su inteligencia, no pudo hacerlo.

Jungkook falleció, entonces, casi seis meses después de que le confesara a Yoongi lo que pasaría.

Yoongi no había podido detener el dolor, porque en sus investigaciones científicas, en los laboratorios, en sus libros de ciencia y con sus colegas estudiosos, no habían encontrado aún la cura para el dolor del alma, y tampoco para traer de regreso a las personas que mueren.

¿Hubiese sido menos doloroso el no saber que moriría entre mis brazos en cualquier instante? Yoongi pasó días recostado en la cama que compartía con Jungkook, pensando en eso durante horas.

Traía a su mente todos los recuerdos en los que Jungkook era el causante de su felicidad, eran muchos, y se daba cuenta de la magia que en la mente había. De repente Jungkook estaba a su lado de nuevo, y al cerrar los ojos, lo tenía sonriendo frente a él, mostrándole su bonita expresión al reír y encogiéndole el corazón ante el hecho de que jamás lo vería de nuevo.

Señor Dios, si estás ahí de verdad dime, ¿no crees que él era demasiado joven y magnífico como para morir? Y pasaba una noche más, deseando que sus lágrimas lo terminaran de ahogar en el peso de su dolor.

Yoongi era un científico con título de ingeniero en mecatrónica, era un hombre muy inteligente, muy poderoso y apasionado, su gusto por aprender y descubrir, pero sobre todo por crear, lo había llevado a grandes lugares, uno de ellos, a conocer al que sería el amor de su vida.

Cuando conoció a Jungkook, era el titular de un proyecto de robótica que se realizaba en las instalaciones de un reconocido centro de estudios tecnológicos, en la ciudad de Busan. Su trabajo era sencillo, pequeños robots creados en forma de pequeños animales, en su mayoría aves e insectos, que se exponían para la promoción de la robótica, demostrándola como un paso que el hombre ya había dado, hasta dominar y conquistar ese mundo de ciencia ficción.

"¡Es una monarca!" Yoongi había sido llamado por la voz entusiasta de un joven que miraba maravillado uno de los robots que se mostraban dentro de una amplia caja de cristal, sobre una mesa gris que parecía ser más una máquina que en cualquier momento saldría volando.

"Lo es" el menor se había vuelto hacia Yoongi, avergonzado de que alguien lo hubiese escuchado. Se percató de que quien lo miraba debía ser alguien importante, la bata blanca y la placa que anunciaba un título y un nombre se lo decían, lo miró avergonzado.

"Es increíble..." había murmurado, regresando su mirada al aparato en forma de mariposa. Revoloteaba y se posaba en las que simulaban ser ramas, tal y como una mariposa real lo haría, sus colores e incluso la forma en la que sus alas se batían, lo sorprendían, porque se miraba tan real y hermoso. No atinó a decir algo más, porque extrañamente, el hombre de bata blanca lo hacía sentir muy nervioso con su presencia.

"La ciencia lo hace creíble, pero entiendo tu sorpresa, también la tuve al hacerlo" el menor había dejado de ver al robot para posar sus ojos expectantes en Yoongi.

"¿Usted hizo esto?" su emoción fue grande, porque tenía frente a él a quién miraba como una especie de mago al hacer vida con la ciencia. Yoongi le sonrió suavemente y le brindó el asentimiento que buscaba, el chico pronto se mostró más curioso "mi nombre es Jeon Jungkook y estoy sorprendido de su trabajo" había hecho una reverencia y se había sentido inferior al estar frente a alguien que fuese capas de crear robots.

"Gracias, Jungkook"

"Si quiere puede llamarme Kookie..." el menor sonrió tímido.

"Kookie, entonces..." Yoongi rió suavemente del chico "soy Min Yoongi, agradezco tu interés en mi proyecto"

"Yoongi hyung, un gusto" Yoongi no podía saber cuál era el cálculo exacto o la expresión algebraica que tenía que hacer para descifrar el porqué Jungkook tenía una sonrisa tan bonita.

"¿Está bien si te muestro el resto de la exposición?" Jungkook había aceptado sin dudar, porque aprendería de ese mundo de la mano de quién más sabía, aún cuando más personas a su alrededor estaban ahí también, sería él quién tuviese el honor de hacerlo con Yoongi. Y entonces inició su historia.

Los científicos no suelen darse cuenta de cuando caen enamorados. Yoongi no lo hizo hasta estar completamente hundido, amando al joven que admiraba su trabajo y le hacía su vida más feliz.

"Hyung, ¿no te aburres de eso?" Jungkook, tomaba tiempo libre de sus tardes fuera de la escuela para visitar a Yoongi en el laboratorio, lo podía observar durante horas hacer cálculos, dibujar bosquejos, armar y contar partes y tornillos de cosas que no comprendía, pero sin embargo le fascinaban.

"¿Tu te aburres de mi, Kookie?" le preguntó una vez, con la vista fija en unos planos que recién acababa de imprimir y modificar en la computadora.

"¡Para nada, hyung! no quise decir eso, yo..."

"Y dime ahora, ¿me amas?" Yoongi levantó su mirada de las hojas que cubrían su mesa de trabajo y miró a Jungkook frente a él, por sobre sus lentes, sonriéndole levemente. Jungkook se avergonzó.

"P-pues sí, hyung ¿cómo preguntas eso?..." le había contestado avergonzado, bajando la mirada al sentir su rostro cálido.

"No solemos aburrirnos de lo que amamos" Y así lo comprendió, Yoongi no se aburría de su trabajo porque amaba hacerlo, así como a él lo amaba también.

No había forma de que Yoongi pudiese vivir con ese dolor tan inmenso e insano atacándolo constantemente, porque cada vez que cerraba sus ojos, todos esos recuerdos llenaban su mente, repitiéndose una y otra vez, sin parar, estrujando con violencia lo que podía llegar a ser su corazón que parecía palpitar y al mismo tiempo no hacerlo.

No podía, y había hecho algo para intentar remediar ese presente.

—Yoongi, ¿estás seguro de esto? — Kim Namjoon habló, llenando con su potente voz la gran sala de creación. Su tono denotaba preocupaion, estaba preocupado por su amigo.

—Mi respuesta sigue siendo la misma que la de la última vez que preguntaste eso, Namjoon — le contestó Yoongi, con voz decidida. Aunque en realidad, no sabía lo que estaba haciendo —muestrame lo que hicieron, Taehyung...

Kim Taehyung asintió, miró con tristeza hacia su otro, compañero, Park Jimin, porque lo que hicieron no les enorgullecía del todo, no cuando se trataba de traer a la vida a alguien que ya había terminado su tiempo. No cuando su amigo, sólo acrecentaría su dolor con su proyecto.

—Seguimos los planos de diseño, los archivos de programación que indicaste, los neurotrasmisores, la simulación de frecuencia de estos, el equipo nuevo, nosotros... — el castaño guardó silencio por un momento, mirando a sus compañeros —hicimos todo lo posible, Yoongi.

Yoongi asintió, sintió en todo su cuerpo una ola de emoción que anticipaba la llegada de algo sumamente esperado, había sido mucho tiempo de trabajo, pero lo que quería por fin estaba terminado, tendría a Jungkook de nuevo.

Taehyung se acercó hasta Yoongi y le dio una tableta, era un diseño de tecnología que a simple vista era de un nivel mucho más avanzado, todo en el laboratorio en el que estaban se miraba más avanzado, era un lugar, en el que el futuro había llegado antes. En el dispositivo venían señaladas con azules claros y visibles las múltiples funciones que con ella se realizaban, Yoongi sólo debía presionar una de ellas para terminar con su dolor.

—Hyung... — Taehyung lo llamó con voz cortada, dejando de lado toda la formalidad que antes mostró, porque ya no le hablaba como al científico Min Yoongi, sino como a su hyung, su amigo a quién deseaba ver feliz y no más destruido —esto no va a reemplazar a Jungkook.

Yoongi frunció su entrecejo y ordenó a sus compañeros que se retiraran. Los tres pronto obedecieron, y Yoongi quedó sólo en el laboratorio.

Yo sé que no puede reemplazarlo, pero puedo tenerlo aunque sea por un poco más de tiempo, porque no fue suficiente, yo aún lo necesitaba conmigo.

Y lo sabía, sabía totalmente que quien estaba dentro de esa cápsula no era Jungkook, sino un robot.

[ aclaración ]: bueno pues el otro día estaba viendo astro boy y ayer miré un documental en el que un señor amaba tanto a su esposa que decidió crear un robot con sus ideas y algo así, de modo que pudiera estar con ellos cuando muriera, y con sus descendientes y así nunca ser olvidada; me pareció muy interesante y pues así salió. Es un historia corta, sólo tres partes, y pues nada, gracias si lees esto 💕

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