Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

8. Yo Soy Groot.

Annie.

Nunca me he tomado bien el rechazo de las personas, siempre me a gustado complacer y estar a la altura de las personas que quiero o me importan, es por eso, que el hecho de que cierto chico me haya rechazado me a trastocado un poco. Sí, acepte salir con Richard y no fue tan malo como creía, pero tampoco me llevó a pensar en alguna posible segunda cita.

La mayor parte del tiempo se la paso hablado de cosas que francamente no podrían importarme menos, como el hecho de que él no invitaba a salir a cualquier, y, que en el caso, de hacerlo la chica se debería de sentir afortunada de que él la invitara, perdí la cuenta de las veces que me contuve de rodar los ojos al cielo.

Dejando de lado su alta estima e idolatría Richard puede llegar hacer un chico bastante divertido con sus bromas qué evitaron que mi cabeza golpeara contra la mesa del restaurante de comida rápida al que fuimos debido al aburrimiento que sentía en un principio.

Fuera de todo eso, no podía sacudirme la sensación de parecer tonta e insípida. Sí, me rechazaron y no es el fin del mundo, hay muchos peces en el agua. No voy a mentir y decir que no lastimo mi ego —porque lo hizo y mucho—, pero mi orgullo alzó una barrera impenetrable entre Dain y yo.

No soy insignificante, ni sosa y no tiene nada se malo que me guste el romance.

Como sea, justo ahora estoy bastante agradecida de que se aproximan la jornada de exámenes y eso me mantenga lo bastante ocupada como para no estar pensado estupideces, aunque ya pasaron un par de semanas no puedo ignorarlo, y es que, siempre me a costado soltar las cosas ya sean malas o buenas.

Justo ahora me encuentro en la biblioteca, al fondo de una sección donde nadie viene. Estar aquí siempre me genera una paz que soy incapaz de explicar, estar rodeada estanterías llenas del libros hasta el techo de doble altura, dos pisos repletos de libros y más libros, la iluminación que entraba por los ventanales le dan un toque cálido y a mi me gustaba imaginar que cuando entro aquí lo hago a la biblioteca de Bella, cual película de Disney, es como si entrará en otra dimensión donde solo somos yo y los libros. Me estoy tomando un descanso de la guía de estudio qué hice hace aproximadamente una semana y estoy aprovechando para escribir el borrador de la que podría ser mi primera novela de fantasía, aunque aún no estoy del todo convencida.

Mis dedos se mueven como si tuvieran vida propia sobre el teclado de mi portátil, me muerdo el labio inferior y frunzo el ceño cuando termino de escribir el capítulo que no me está encantando, así que borro un par de párrafos para escribirlos de nuevo.

Estoy tan absorta escribiendo que no me doy cuenta de que alguien se ha acercado hasta que el sonido de la silla frente a mi siendo arrastrada me hace fruncir el ceño aun más.

Las únicas personas que saben que este lugar es algún tipo de refugio son mis amigas, que por lo regular esperan hasta que decida salir de aquí porque saben que solo vengo cuando quiero desconectar un poco de todo el caos en mi cabeza o en caso de que sea lago urgente siempre recurren a llamarme al móvil. Termino de escribir el último párrafo antes de levantar la cabeza y ver a la persona que ha venido a perturbar mi paz.

La sorpresa que me genera ver a los ojos ambarinos qué me devuelven la mirada me golpea con fuerza, haciendo que mi estúpido corazón se salte un latido, demoro un par de segundos en recuperarme de la sorpresa sustituyendo esa emoción por molestia lo que me hace fruncir el ceño una vez más.

No puedo creer que este rufián tenga cara para venir hasta aquí, a mi lugar sagrado —al menos para mi—a molestarme.

—¿Qué quieres? —espeto, cortante cerrando la laptop con más fuerza de la necesaria.

Silencio.

En lugar de responder a que en el infierno ha venido se recarga en el respaldo de la silla de manera despreocupada extendiendo las piernas y cruzando los brazos delante del pecho.

—Yo soy Groot —dice, con seriedad y una casi imperceptible sonrisa tira de la comisura de sus labios.

Siento un aleteo extraño en el estómago, pero lo ignoro y en su lugar ruedo los ojos al cielo haciendo que un brillo peligroso se instale en esa tormenta ambarina que son sus ojos.

—No estoy para tus juegos, ¿qué quieres?—suelto con brusquedad.

—Yo soy Groot —repite, con evidente diversión en tu tono de voz.

Me quedo en silencio un segundo llena de incredulidad, no puedo creer el descaro de venir aquí luego de todo lo que me dijo.

En vista de que no piensa largarse y de que evidentemente yo no me voy a quedar aquí con él ni de broma me pongo de pie tomando mis cosas en el proceso.

—No tengo tiempo para esto—digo, molesta en su dirección antes de echarme andar en dirección a la salida.

Apenas he dado un par de pasos fuera de la biblioteca cuando me alcanza y camina a mi lado en silencio, aprieto el paso pero no sirve de nada porque mientras yo doy tres pasos Dain da uno, suelto un resoplido de pura frustración.

—Deja de seguirme —me dio es una orden medio una suplica.

—Yo soy Groot —vuelve a decir con tranquilidad.

Y lo pierdo, me detengo girándome hacia donde esta Dain con una sonrisa de medio lado.

—No, no eres Groot, él es genial y tú no. Ni siquiera llegas hacer Rocket, así que déjame en paz.

Me doy la vuelta dando un par de pasos cuando una mano —su mano— grande y áspera me toma de la muñeca haciendo que un escalofrío me recorra entera ante su tacto.

—Quiero hablar contigo, podemos ir a otro lugar —su voz se a vuelto más ronca qué hace unos minutos y la indignación me araña el interior.

Libero mi mano con brusquedad pero el calor de su mano sobre mi muñeca se queda tan grabado qué lo siento hasta en los huesos. Lo detesto.

—No tengo nada que hablar contigo—sentenció —. Ya dijiste lo que tenias que decir y lo respeto, ahora sigue tu camino y déjame a mi con mis mierdas románticas —sueno resentida y no me importa en la absoluto, Dain me lastimo con lo que me dijo.

—Lo siento, de acuerdo. Fui un idiota y te dije cosas que no debería haber dicho…

—Pero querías decirlas —lo interrumpo —. Mira ya no importa, ya paso, déjalo estar y déjame en paz.

—Me asuste y no sabia como hacer gestionar todo eso extraño que provocó el…

—¿Te aplaudo? O mejor aún ¿te hago una fiesta?—sueno venenosa y no me importa —. No me importa si estabas cagado de miedo, fuiste grosero he hiriente y no me lo merecía.

—Tienes todo el derecho de estar molesta y…

—Es que ni siquiera estoy molesta. No me importa —miento, de manera tan fluida que yo misma me asusto —. No fue más que un insignificante beso ¿no?. Eso fue lo que dijiste, así que qué mas da.

—Déjeme terminar de hablar, joder—se exaspera.

—¿Por qué? ¿por qué me lo estas pidiendo?—suelto una carcajada carente de gracia—. Que te follen.

Me doy la vuelta dispuesta a irme a mi dormitorio con el corazón latiendo con fuerza dentro de mi caja torácica, pero eso sería demasiado fácil.

Una mezcla de coraje, indignación y frustración empieza a abrirse paso en mi interior, a correr por mis venas hasta que se convierte en un sentimiento denso, oscuro y viscoso cuando Dain me corta el paso al ponerse enfrente de mi.

—Quítate de mi camino—siseo. Intento rodearlo pero el da un paso aun lado impidiendo que pase. Suelto un resoplido.

—¿Ya me vas a dejar hablar?.

—¿Si lo hago me dejaras en paz?—inquiero, con molestia—. Que sepas que nada de lo que diga repara lo que me dijiste.

—Eso es un ¿sí?.

—Eso es tienes dos minutos —me miro la mano viendo el reloj imaginario que llevo en la muñeca—. Un minuto cincuenta y ocho segundos.

—Que mona —se burla.

—Un minuto con cuarenta, se te está acabado el tiempo—me golpeó la muñeca con el dedo como si de verdad tuviera un reloj.

—Aquí no, vamos a otro sitio.

—Debes estar bromeando.

—Yo no bromeo con nada que tenga que ver contigo, Annie—dice, con seriedad y la voz enronquecida haciendo que escalofrío me recorra la espina dorsal.

De pronto siento que esta haciendo demasiado calor pese a que llevo unos short de jeans y una camisa sin mangas.

—No voy a ningún lado contigo —aseguro.

—Me debes una cena—me recuerda.

—Cena que te valió un sorbete mandar al diablo.

—Bueno la quiero ahora oh a caso no pagas tus deudas.

Mi boca se abre en señal de incredulidad ante el cinismo del hombre frente a mi, lo observo con el ceño fruncido y pueda notar como se tambalea de atrás hacia delante sobre sus talones con las manos metidas en los bolsillos de sus vaqueros en un gesto que se me antoja ansioso.

Me llevo la mano al bolsillo trasero de mis vaqueros para tomar mi teléfono y desbloquearlo.

—Pásame tu cuenta para transferirte el dinero de la cena, no me gusta deber favores y menos a ti—la última palabra la digo con desdén.

—¿Qué? No. Ese no fue el trato.

—El trato fue que te tenia que invitar a cenar, te invitaré la cena eso no quiere decir que yo tenga que estar ahí.

—Estoy tratando de ser amable pero me la estas poniendo muy difícil, Tormento.

—Eso suena como a que es problema tuyo y ¿Cómo acabas de llamarme?.

—Tormento, porque eso es lo que eres en mi vida un tormento —abro la boca para decir algo pero entonces continua—: un dulce y aterrador tormento, desde el momento en el que te vi entrar a mi habitación con tu sonrisa brillante y el huracán de risos sabía que ibas hacer un desastre, que significabas peligro y que debía de mantener cuanta distancia fuera posible entre nosotros.

»Decir que me asuste cuando te bese es quedarse corto en comparación con todas las cosas que se sacudieron en mi interior, fue como sentir un terremoto dentro de mi y me reafirmo que tengo que mantenerte lo más alejado posible de ti.

Mi respiración se atasca en mi garganta en este momento y el enojo que siento a mermado un poquitín.

—Eso no te daba derecho hacer grosero.

—Sí hubiéramos ido a esa cena, si hubiera ido por ti como había quedado ¿Qué crees tu que hubiera pasado? ¿Hubiéramos seguido tonteando? ¿Te habías acostado conmigo? —suelta con brusquedad dejándome sin palabras —. ¿Y luego que? todo se hubiera ido a la mierda y todo hubiera terminado peor estoy seguro.

—¿Por qué?—pregunto, con brusquedad—. ¿Por qué me gusta leer mierda romántica y crees que me voy a hacer castillos de humo en la cabeza? O ¿por qué crees que me voy a obsesionar contigo?.

—¡Por qué no eres mi tipo! No eres el tipo de mujer con la que quiero una ventura —espeta, exasperado y sus palabras queman como lava ardiendo en mi piel.

El aliento me empieza a faltarme y un nudo se instala en mi garganta. Sus palabras me enmudecen y la picazón en los ojos, esa previa a las lágrimas me golpea con fuerza.

Me muero de la vergüenza cuando me doy cuenta de que un par de alumnos nos observan con curiosidad, le sostengo la mirada y luego de lo que se siente como una eternidad asiendo con la cabeza incapaz de hablar antes de girarme sobre mi eje y echarme andar en dirección por la que venía hace un momento.

Escucho una maldición antes de alejarme a toda velocidad, siento que el aliento me falta mientras avanzo por el campus con dirección desconocida pero me niego a echarme a llorar, me niego a darle el poder de lastimarme una vez más.

—¡Annie! —me llama y en este momento quisiera correr para que no me alcance.

Aprieto el paso y escucho sus pisadas cada vez más cerca, me detengo un momento para girar sobre mi eje y encararlo.

—No me sigas. No quiero hablar contigo—le doy la espalda y me echo andar una vez más.

No doy más que unos cuantos pasos cuando vuelve a tomarme del brazo deteniendo mi andar. Giro con brusquedad tirando de mi brazo para liberarlo en el proceso.

—Vete a la puta mierda, Dain.

—Lo lamento, Annie. De acuerdo la cague en grande, vale—dice, exasperado —. Siento muchísimo haber complicado las cosas.

—Mira Dain, creo que ya me a quedado bastante clara tu postura —replico, irritada y dolida a partes iguales—. Me queda claro que no soy el tipo de mujer con el que mantendrías una aventura. Que piensas que soy demasiado enamoradiza  y tonta como para esperar que un príncipe con armadura brillante llegue a mi vida y me haga vivir un amor idílico. Que no soy guapa, ni seductora como las chicas con las que se te ha visto de tanto en tanto, pero eso no te da derecho de restregármelo en la cara como si no sintiera nada.

De pronto el aire se espesa a nuestro alrededor, el corazón me da un vuelco cuando la seriedad se apodera de su rostro y me observa como si me hubiera vuelto loca por completo.

Una risa roca y carente de humor en absoluto sale de su garganta haciendo que se me erice la piel.

—Lamento muchísimo que llegaras a pensar eso—murmura, con la voz ronca antes de dar un paso en mi dirección y luego otro hasta que esta frente a mi erguido en toda su altura haciendo que tenga que levantar la cabeza para mirarlo—. Annie, sí fui un idiota contigo no fue por todas esas cosas porque, creerme, no me pareces algo que no sea preciosa. Tampoco creas que no eres seductora; porque no tienes nada que envidiarles a las chicas con las que me he enrollado ni siquiera un poquito —siento el rubor subir por mis mejillas pero no apartó la mirada de la suya, sintiendo ese aleto extraño en el estómago —. Y no, no quiero una aventura contigo no porque no me parezcas todas esas cosas, porque si bien es cierto que no eres mi tipo no es por las razones que tu crees, si no porque mereces algo distinto. Algo que yo jamás podré darte.

Aprieta la mandíbula con fuerza como si decirlo en voz alta le disgustara más de lo que debería. El pulso me late detrás de las orejas con tanta fuerza que apenas puedo escucharlo.

—No creo en el amor, ni en las almas gemelas. No soy un hombre de romance. No quiero una relación seria y ciertamente no sé si algún día llegué a querer una— una pequeña sonrisa de auto desprecio se le dibuja en el rostro —. Y seguro como el infierno que tu no mereces eso.

»Tenía que alejarte porque no puedo ofrecerte otra cosa que no sea algo medias, sin etiquetas, ni ataduras. Algo sin pies ni cabeza, un Casi Algo.

Un casi algo. Casi amigos, casi novios, casi algo.

El escozor que siento en los ojos es casi tan intenso como el nudo que se a instalado en la garganta. Su presencia me aturde y no me deja pensar con claridad, pero lo que si me molesta es que piense se soy tan tonta como para no saber como se las gasta los hombres como él y la clase de relaciones que esta acostumbrado a mantener.

También se que Dain tiene razón, que soy incapaz de mantener una relación así, que de inmediato las ilusiones empezarían hacer estragos en mi y que al final sería inevitable salir enamorada…

… Y de todos modos la vocecilla en mi cabeza no deja de insistir en que intentarlo no me va a matar.

—¿P-por qué me estas diciendo todo esto?—mi voz suena ronca y temblorosa pero llegados a este punto me importa un carajo.

Siento que el corazón se me va a salir del pecho en cualquier momento y un millar de sensaciones y sentimientos encontrados me invaden el cuerpo.

De pronto algo salvaje le cruza sus ojos antes de que la determinación le invada la mirada.

—Porque son un hijo de puta egoísta que no puede dejar de pensar en ti y que pese a que se que debo alejarte de mi, aquí estoy —sacude la cabeza en un gesto que se me antoja enojado y ansioso—. Me canse de fingir que no me atraes de una manera aterradora, porque, cada que pienso en ti lo único que aparece en mi mente es el montón de formas en las que puedo besarte… en las que puedo tocarte.

»Porque si vuelvo a verte salir con alguien más lo voy a despellejar vivo, ¿entiendes?... Me voy a volver loco, así que, sí Annie soy un hijo de puta egoísta que es incapaz de ofrece algo que mereces pero que también es incapaz de dejarte ir.

Sus palabras se asientan en mi cabeza de tal forma que me mareo, mis manos tiemblan tanto que tengo que apretarlas en puño, el corazón me late tan rápido como el aleteo de un colibrí nervioso.

—De verdad crees que soy tan ingenua para no saber que clase de hombre eres y que clase de relaciones son las que mantienes —espeto, cortante y contundente —. Yo no estaba buscando otra cosa que no fuera pasar el rato pero lo haz arruinado a lo grande, Dain. Tampoco pienses que con esas palabras bonitas voy a correr a tus brazos cual chica enamorada, porque eso no va a pasar y si eso era lo que pensabas tienes una idea demasiado equivocada de mi.

Su mirada se oscurece varios tonos.

—¿Eso era lo que querías? ¿tontear conmigo? Porque si es así, puedo darte eso, puedo…—sacude la cabeza en una negativa —Sobre lo que si eres ilusa jamás lo he pensado y no esperaría menos de ti. No espero que lo que te digo borre lo imbécil que fui hace unas semanas, lo único que quería era que supieras que me estas volviendo loco…

—Eso ya no importa. No puedes esperas que haga como si hubiera pasado nada y que… —No logro terminar la oración porque sus manos me acunan las mejillas con dulzura dejándome sin aliento, como si hubiera corrido un maratón aunque a penas he caminado un par de pasos.

—Se que estas molesta y que te lastime con las cosas que te dije. También se que no tengo cara para pedirte nada… Pero de todos modos voy hacer un descaro y pedirte que me dejes invitarte a salir para redimirte por lo bestia que fui contigo.

»Y, por lo que más quieras, te suplico que me dejes besarte una vez más, déjame besarte.

Niego con la cabeza pero no me muevo, no me apartó ni un centímetro de su tanto, por el contrario inclino la cabeza hacia tras de modo que su aliento que mezcla con el mío.

Se que muy posiblemente voy arrepentirme de esto en algún momento, pero ahora mismo yo también quiero besarlo, quiero fundirme con él y olvidarme de todo. Acabar con la quemazón que llevo en el pecho desde la primera vez que me beso.

Sus labios rosan los míos y yo dudo un segundo.

Dain espera paciente y quieto que me aleje pero al ver que no me retiro por completo vuelve a intentarlo, sus labios vuelve hacer presión de manera más firme que antes, y, esta vez mis labios se abren un poco para darle acceso.

Entonces me besa enserió y con ganas haciendo que el mundo a mi alrededor se disuelve y no quedamos más que él y yo.

Hola de nuevo, espero que se encuentren muy bien una disculpa enorme por la tardanza en actualizar y gracias por la paciencia, por permanecer.
No se olviden de recomendar la historia si les está gustando ni de votar para que llegue a más personas.
Las tecueme. Besitos de gatito.

 Redes sociales
Instagram- ana_dn95
Twitter -anadiaz240695
Threads- ana díaz
También hice un grupo en Facebook por si quieren unirse el link lo pueden encontrar en mi perfil.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro