Séptimo año
||Narración normal||
Las cosas nuevamente comenzaban a ser normales en la vida de Philips, o lo que entraba en el estándar de normal según Trevor.
Un nuevo miembro se unía a su negocio: Wade, un muchacho el cual un par de veces le compró drogas, no era nadie del otro mundo, pero de un día para otro lo vio solo, aquellos que siempre estaban con él lo abandonaron.
Aquello a Trevor de cierta manera le recordó a si mismo, antes de conocer a Michael estuvo solo sin rumbo, no sabía que hacer con su vida.
Por ello le tendió una mano a Wade, le dio un trabajo en su "empresa", por llamarlo de alguna manera, este gustoso aceptó.
Aunque claro, sus personalidades diferian demasiado y eso a veces lo sacaba de sus cabales, pero el muchacho estaban tan agradecido por la oportunidad brindada que simplemente se dejaba manejar con facilidad por Philips.
Sin embargo, fue a el único que no le contó sobre Mikey, pues ya tenía suficiente con que Chef y Ron lo supiesen, no deseaba que alguien más obviara sus sentimientos por aquel ladrón que le enseñó a robar tan meticulosamente.
[<-~×☆×~->]
El séptimo año se cumplía aquel día, desde el quinto año Trevor había prohíbido que lo molestaran, cualquier cosa que surgiera ellos debían arreglarselas solos o tendrían que rendirles cuentas a él.
Lo cual no era muy favorable, no si querían conservar alguna parte suya intacta y pegada aún a su cuerpo.
El día comenzó normal, salió a comprar las cervezas que bebería y buscó la última película del director favorito de Mikey, aquel del cual siempre le escuchaba hablar.
Regresó a su hogar y tuvo que poner la película en la sala, ya que la tele de su habitación estaba rota desde hace dos años y seguía sin cambiarla.
Todo transcurrió bien hasta que una escena de sexo inicio, no era explicíta pero tuvo algo que a Trevor llamó la atención, la escena era érotica, sí, pero también romántica.
Y como parecía hacerse costumbre, alucinaciones le atacaban en ese preciso día, pero estaba vez no fue algo tranquilo.
No fue algo decente.
Por lo menos no para él, que siempre había preferido un buen par de tetas y un culo el cual manosear mientras la metía que alguna otra cosa.
Sin embargo, siempre había una primera vez y esa vez era su primera fantasía con un hombre, con su querido amigo Mikey.
Trevor se distrajó un momento de la tele cuando cerró los ojos un par de segundos, al abrirlos tenía sujetando su miembro pero había una mano sobre la suya, esa mano era de Michael, quien se agachó un poco para susurrarle al oído palabras dulces y provocativas.
No era normal como su corazón se agitó y comenzó a latir tan rápido, ni como estaba extasiándose tanto con una simple alucinación creada por su delirio de soledad.
Pero así era, estaba jadeando mientras decía el nombre de Michael.
Para cuando se dio cuenta, había terminado.
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