||Narración normal||

Dos años transcurrieron desde aquel fatidíco día, Trevor ahora estaba hundido en miseria y sus actitudes violentas aumentaban con cada día, casi tanto como sus búsquedas por parte de la policía local.

Era día en que, desde su hogar hasta el cementerio donde Mikey reposaba, realizaba un viaje con las intenciones de visitar su tumba para contarle todo lo que hizo durante el año.

Las cosas que llevaba para eso eran simples, un cartón de cervezas, un poco de drogas para su consumo y una caja de pañuelos, porque se conocía, iba a llorar mientras le contaba sobre las películas que se estrenaron y eran del gusto de él.

La visita fue como la del año pasado, pero había algo que le molestaba y mucho, tanto que no dudo en romper una lápida cercana.

En la tumba no había flores, no había rastros de que alguien más, a parte de él, la visitase, era como si no le importara a nadie el que su amigo hubiese muerto.

Le era extraño que ni siquiera la stripper con la que se había casado fuera a dejar unas míseras flores o por lo menos mantener limpia la lápida.

Esa Amanda ¿Cómo es posible que no te visite Mikey? Yo creo que anda de puta nuevamente y por ello debiste hacerme caso cuando te dije que no valía la pena, pero su par de tetas te idiotizaron y al final hasta le hiciste dos niños... Vaya estúpido que eres, ellos te ablandaron, pero también sé que te hicieron muy feliz cuando nació cada uno-. Trevor estaba sentado en suelo mientras bebía una cerveza junto a la lápida donde estaba escrito "Michael Townley", cuando comenzó a hablar derramó una botella sobre la tierra, asemejando que se la daba a beber al cádaver bajo él.- ¡Ja! Recuerdo tu mirada aquel día en hospital cuando nació Tracey, decías que sería tu princesita consentida y planeamos un buen robo para comprarle muchas cosas al día siguiente, incluso yo me sentí feliz porque me incluyeras en tus planes familiares, yo tenía claro que la cuidaría bien de cualquier idiota que tratara de lastimarla y lo que sea que fuera a hacer tú me respaldarías seguro... Ahora ya todo se fue a la mierda, no sé a donde se fueron así que perdón, no puedo cuidarla por ti Mikey...

Sus palabras y disculpa eran dichas al aire, era obvio que no tendría una respuesta, nadie lo perdonaría y eso le causaba gran dolor.

Para encontrar su propia paz interna necesitaba el perdón de alguien.

Lo que más deseaba Trevor escuchar en aquel desolado y triste cementerio era que alguien le dijera "No es tu culpa", quería que le brindaran bienestar, aunque fuese falsa.

Porque aún si le dijeran aquello, él seguiría creyendo que su mejor amigo estaba metido en aquel ataúd porque huyó en vez de salvarlo de alguna manera.

Pero no existía nadie, no tenía a nadie, jamás escucharía esas palabras, mucho menos de esa persona muerta.