"Ha llegado la hora"
||Narración normal||
Después de la llamada de Franklin, Trevor sabía que esta vez perdería para siempre a Michael, una parte de él dolía demasiado por ello mientras que la otra entendía que eso fue lo que al final se había buscado este con sus acciones, eran las consecuencias de sus decisiones al final de cuentas.
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La noticia de la muerte de Michael había llegado rápidamente a su persona, el dinero del golpe sería entregado a su familia en compensación, el funeral ni siquiera se llevó a cabo debido a que su familia se fue del pais y no quisieron saber nada más.
Por ello Trevor fue quien realizó en solitario una pequeña despedida, le había dolido en el alma el ser quien reclamara su cuerpo en la morgue y lo enterrara en la ciudad donde se conocieron: North Yankton.
Mikey... Soy un masoquista y quiero que esto sea otra mentira tuya, deseo que dentro de un par de años resulte que solo fingiste tu muerte otra vez... pero estoy consciente de que no será así y...-. Las palabras se quedaron atrapados en un nudo en la garganta de Trevor mientras lloraba como lo hizo en antaño, decir adiós realmente estaba fragmentando aún más su frágil corazón.- ...¡¿Por qué debes abandonarme?!... ¡¿POR QUÉ QUIEN MÁS AMO ME DEJA DE NUEVO?!... ¡PORQUE YO TE AMABA MICHAEL, TE AMABA TANTO Y AÚN LO HAGO!... Te amo tanto que duele ¡Maldición! Ya no me importa una mierda lo que sucedió en el pasado, necesito que sigas en este mundo... te necesito.
En ese momento había comenzado a nevar, obligando a Trevor ir al coche que usó para llegar allí con el cuerpo de su amado para cubrirse de la nevada.
No quiso irse del sitio aún, no podía decir adiós definitivamente, por ello solo se quedó allí, llorando mientras memorias vagas pasaban por su mente.
||Narra Trevor||
Como me encantaría decir que todo lo que había sucedido entre nosotros había sido flores y arcoíris, pero no sería cierto, estaría mientiendo asquerosamente como tú llegaste a hacerlo durante diez años.
Tal vez nuestras peleas y discusiones a lo largo de los años y después de nuestro reecuentro estuvieron de más, pero me hacían sentir vivo de nuevo, era un cálido sentimiento luego de tantos años en fría soledad.
Ahora volveré a estar sin ti, para siempre.
Nunca sabrás que me gustaba tu figura algo gordita, pero creo que lo sabías, nunca pude mentirte después de todo, sabía que solo contigo era sincero.
Ahora pensaré en ti hasta que el fin del mundo llegue, no será diferente a lo que hice en los últimos años después de todo, pero no aproveché mi oportunidad, al final no te dije lo que sentía.
Aún recuerdo nuestro encuentro, no había terminado bien, pero a partir de allí nuestras vidas se habían juntado.
El tiempo pasó y cada vez cometíamos mejores robos, con lo que me enseñabas podía mejorar tanto que me emocionaba lo siguiente que fueramos a hacer juntos.
...Hey T, hace más frío de lo usal ¿verdad? Toma, si te enfermas joderás todo el día de mañana-. Habíamos salido del motel en busca de algo para comer y yo no me había llevado más que una chamarra.
Tú al contrario ibas mejor abrigado y notaste que me dio frío, por lo que te quitaste la bufanda que llevabas para medio ponermela mientras sonreías y avanzabas un poco.
Por un momento creí que había sido esa prenda la que me dio el calor que necesitaba para soportar ese maldito clima helado del sitio, pero no fue así.
Ese gesto fue lo que logró darme calidez, una que jamás había sentido, era el calor del cariño, y aunque suene ridículo que alguien como yo lo diga, tal vez fue eso lo que hizo que comenzara a amarte o por lo menos a hacer que te quisiera de manera distinta.
||Narración normal||
Trevor continuaba con su llanto, pero odiaba escucharse en aquel silencioso auto, por lo que encendió la radio, y como si fuera cosa del destino, la canción que alguna vez escuchó durante uno de los aniversarios luctuosos de Michael volvió a estar reproduciéndose en la estación que se había puesto primero.
...Me debes estar jodiendo... ¿Esto es obra tuya desde el más allá Mikey?-. Por mucho que le doliese la letra, no cambió la estación, dejo que la canción sonara y entonces vio por la ventana a Michael viendo su propia tumba.
Como una exhalación bajó del coche sin importarle la fuerte nevada que estaba desatándose en aquel momento y fue directo a donde este estaba.
¡Michael!-. Se había quedado sin aliento y sin voz luego de que le vio allí de pie, estaba confundido a la vez que feliz por ver que estaba allí.
No deberías estar aquí, te enfermaras y esta vez no tengo una bufanda que ofrecerte como antes... Además, es una mierda ver que estes llorando así por mí, hice cosas malas, cometí tantos errores de los cuales me arrepiento ¿Por qué me hiciste un entierro, es que acaso no me odiabas?-. El llanto de Trevor continuó mientras negaba y lo abrazaba teniendo miedo de que se fuera definitivamente.
...Por mucho que estuviese molesto no podría odiarte, aún si las razones sobraban, por encima de todo seguía estando mi amor por ti...-. Su voz había salido en un susurro que apenas pudo ser escuchado por Michael, quien mostraba sorpresa en su expresión mientras correspondía el abrazo.
Vaya momento para decirme tal cosa T, no podré corresponderte y lo sabes bien... Pero ya no importa, debes irte, la nevada empeorara y estaras en peligro-. La negativa por parte de Philips fue rotunda, ya no le importaba su seguridad mientras pudiese tener en sus brazos por unos minutos más a su amigo.
No quería decirle adiós, porque muy dentro de él sabía que esa sería la última vez que lo vería en su vida.
Por mucho que Michael insistió Trevor se rehuso a marcharse y entonces sucedió lo predecible.
A la mañana siguiente una persona que iba de visita al cementerio encontró el cuerpo de Trevor semi enterrado en la nieve, pero cuando trató de ayudarlo ya era tarde, este había muerto debido al frío de la tormenta de nieve de la noche anterior.
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Lentamente el Philips comenzó a abrir los ojos debido a la luz del sol que entraba por las cortinas de la habitación en la cual dormía con su prometido.
Estaba destapado y por ello sentía algo de frío, ademas de que se encontraba solo en la cama donde estaba, miró a los lados confundido.
Reconocía el sitio como la casa de Michael, las memorias de su sueño estaban mezcladas con su realidad y le hicieron sentir un dolor en la cabeza, de pronto por la puerta entró su amado con dos vasos de café de una cafetería cercana.
Hoy hace algo de frío ¿verdad? Fui por algo de café ya que ya no tenemos en casa, debemos hacer el super ho... ¿Estas bien? Parece como si hubieras llorado T, espera ¿No te habrás puesto a drogarte a tan tempranas horas, o sí? ¿Qué demonios voy a hacer contigo, eh?-. Trevor le miró molesto por un momento y luego se puso de pie, se acercó para quitarle ambas bebidas que colocó cerca de la fotografía de ellos en el pier para poder cargarle y llevarlo a la cama.- ¿Pero qué demonios? ¡Trevor! ¡¿Qué diantres te sucede hoy?!
Estas aquí conmigo ¿Verdad?-. La voz algo dolida de Philips desconcertó de sobremanera al De Santa, quiso mirarle de frente pero este había ocultado su rostro en su cuello.- ...No estas muerto, no me haz abandonado ¿O sí?...
¿De qué estas hablando ahora maldito psicópata? Claro que estoy aquí contigo idiota, joder ¿Qué te metiste ahora T?-. Todo quedó en silencio mientras Mikey trataba de averiguar que sucedía con su amado, entonces recordó algo.
Hace unos días el había tenido un sueño donde Trevor había muerto a manos de Franklin y suyas, tal vez le pareció algo rebuscado pero llegó a la idea de que este había soñado algo similar, por lo que solo afirmó su existencia en ese mundo mientras le daba un par de palmadas en la espalda.
Estoy aquí contigo, todavía no puedo morir, debemos casarnos ¿Lo olvidas?-. Trevor no dijo nada, pero Michael podía sentir como este asentía a lo que dijo tranquilamente.
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