Épilogo
||Narración normal||
-Un año después del gran golpe.
En un hogar localizado en Vinewood, una pareja despertaba perezosamente mientras uno de ellos apagaba la alarma que sonaba insistentemente.
Las cosas luego del gran golpe habían sido bastante intensas, empezando por la decisión que Franklin había tomado cuando le pidieron matar a Michael o a Trevor.
El chico de piel oscura había meditado bien aquello, llegando a la conclusión de no matar a ninguno de sus mentores.
Cuando lograron deshacerse de aquellos que amenazaban sus vidas, se tomaron un tiempo lejos de la acción, o por lo menos el chico lo hizo porque los otros dos pasaron por más situaciones intensas.
Michael terminó divorciandose de Amanda lamentablemente, la relación ya no funcionaba para nada, ella ya no lo amaba como en antaño llegó a hacerlo, la separación fue inminente con el paso del tiempo.
Además, él tampoco la amaba más, la estimaba pero su corazón ahora estaba siendo atraído por un maníatico que tenía actitudes muy violentas constantemente.
Al final, Mikey había terminado viviendo solo en aquella gran casa en Vinewood por un par de semanas luego de que su familia se fuese, pero la soledad poco le duró.
Prontamente, Trevor al enterarse de su divorcio, fue de inmediato en busca de su oportunidad para prentenderle, pues él tenía claro sus retorcidos sentimientos por su "mejor amigo" y compañero en el crimen desde su quinto año de luto.
Trevor no era de andar con rodeos después de todo, cualquiera que lo conociera lo suficiente sabía lo impulsivo que era una vez tenía algo en mente.
Por ello a sus conocidos, Ron y Wade, no les sorprendió cuando este dijo que volvería a Los Santos con intenciones de quedarse si conseguía lo que quería.
Llegó a la casa de Mikey una noche de verano y fue directo al grano.
¿Sabes qué Mikey? Hubo un día hace como seis años atrás, en el cual, después de tomar una gran cantidad de alcohol, recuerdo bien que comencé a destrozar muchas cosas mandandolas a la mierda porque fue precisamente ese día en el que te sepultaron... Todo fue una puta mierda porque no entendía como no podía olvidarte de una maldita vez-. Trevor había comenzado a hablar demasiado calmado cuando Mikey le había abierto la puerta, este se mostraba demasiado sorprendido por la repentina visita nocturna y porque su amigo no había entrado como si fuese su casa.- Oh, recuerdo bien que salí a rentar una de tus películas favoritas para verla mientras me emborrachaba hasta tambalearme... y entonces la respuesta que buscaba vino a mi mente de manera brusca mientras rompía mi televisor a golpes...
...Hey T, haz venido drogado a mi casa ¿No es así? No quiero imaginarme como lograste conducir en ese estado pero deberías esp-. Antes de siquiera terminar de hablar, Trevor lo calló de un beso brusco, tomándole de sorpresa al De Santa, quien se quedó estático en su sitio una vez el otro se alejó con expresión molesta.
¡Callate Mikey, estoy tratando de decir algo importante aquí y tu maldita habladuría no me deja, estúpido, así que mantente callado hasta que termine de hablar!-. Los gritos al fin habían comenzado por parte de Trevor, pero tomó un respiro antes de continuar con lo que decía previamente, aunque su expresión siguió igual de molesta.- El punto fue que, llegué a darme cuenta de todo... Todo se jodió cuando me di cuenta que mis razones para extrañarte no eran solo porque eras mi mejor amigo Mikey, oh no, yo había quedado estúpidamente enamorado de alguien que supuestamente había fallecido y que jamás sabría de lo que sentía porque estaba pudriéndose dentro de una caja tres metros bajo tierra.
Michael ya estaba totalmente estupefacto por el beso de momentos antes, pero aquellas palabras terminaron por rematarlo de alguna manera, él no estaba preparado para esa situación.
Cuando todo comenzó a ser procesado en su mente un leve rubor le cubrió las mejillas acompañado de una gran vergüenza, esta porque, en primera, su corazón estaba latiendo tan rápido y fuerte que creía que en cualquier momento realmente moriría por un infarto.
En segunda, porque a sus más de cuarenta años sentía que sus mejillas ardían porque se había ruborizado por un pequeño beso.
Lo cual le resultaba penoso pues no era una colegiala enamorada que recibía su primer beso, no, era un adulto el cual ahora estaba en un dilema porque no sabía que responder ni que decir.
Ahora, al fin he podido decirte esta mierda de sentimientos que tengo por ti, pero no queda solo aquí-. La determinación que Mikey vio en los ojos de Trevor le asustó, esa mirada solo significaba problemas, caos, un caos que solo Philips podía causar con su mera presencia.- Michael De Santa, que sepas que no me iré de aquí hasta que tenga una maldita respuesta positiva de tu puta boca, así deba seducirte, secuestrarte o drogarte para que me des lo que quiero, para que me digas lo que quiero escuchar, oh sí, mejor vete preparando porque me tendrás molestandote un laaaargo tiempo "cariño".
Con esa declaración tan al estilo de Philips, este le tomó del cuello de la ropa al otro mientras lo acercaba peligrosamente a su rostro, pero solo quedaron a escasos milímetros antes de que sus labios se tocaran nuevamente.
Sin embargo, el plan de Trevor era distinto y solo le plantó un fugaz beso cerca de los labios, dejando con ciertas ganas y ansías a Mikey.
Luego de eso simplemente le soltó, subió a su camioneta de nuevo y se marchó sin despedirse, dando inicio a un golpe incluso más complicado que el que habían hecho por último en conjunto con Franklin.
Lo que no sabía Trevor, es que en si, ya lo había logrado.
El corazón de Michael ya latía desenfrenado por él, como si la adrenalina de un asalto y de huir de la policía estuviese a tope.
Con el paso del mes, solo fue cuestión de que Trevor siguiera cautivando a su manera al otro, para cuando le preguntó por una respuesta escuchó lo que quería y anhelaba.
Aquella "difícil" misión estaba superada, el conquistar a Michael estaba hecho.
Ahora, era él quien ocupaba el lugar de Amanda en aquella cama matrimonial de la casa de su pareja formal, era él quien apagaba la alarma todas las mañanas y daba los buenos días a Michael luego de una noche de sexo desenfrenado, era él quien disfrutaba de una vida en pareja con la persona que amaba desde hace más de seis años y con quien planeaba casarse el próximo año, si seguían con vida.
Hey, buenos días sugar tits, ya despierta, tenemos que desayunar temprano o dejaremos esperando a Franklin en casa de Lester-. Trevor ya se había levantado y buscaba su ropa interior que estaba tirada en alguna parte de la habitación luego de que la arrojó anoche mientras se comían a besos.
Dame cinco minutos más, las caderas me estan matando porque a alguien se le paso la puta mano durante el sexo-. Michael estaba un tanto molesto por aquello, pero solo un poco, él después de todo lo había disfrutado, siempre lo hacía.
Oh pues disculpame delicada florecita, pero fuiste tú quien ayer gritaba y pedía que le rompieran el culo en dos mientras mordía tus hombros-. Luego de decir aquello, Trevor esquivó la almohada que su pareja quiso arrojarle a la cara por andar diciendo eso.
Su rutina era similar cada día, pero aquel día era especial, tenían planeado reencontrarse con su "aprendiz" y con Lester para hablar un rato, y solo quizás, planear algún que otro golpe si el tiempo les sobraba.
Por supuesto, llegaron tarde porque los cinco minutos más de Michael se transformaron en un mañanero rápido, el cual solo les dio tiempo para arreglarse decentemente y para el desayuno solo compraron algo durante el camino.
Aquel día, al final, acordaron verse más seguido para concretar algunos golpes y seguir enseñándole a Franklin a ganarse la vida como solo ellos dos sabían: de manera inteligente pero poco honesta.
Aunque con grandes ganancias que le permitirían al chico vivir bien cuando su momento de retiro llegara y su vida de crímenes terminara.
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