Capítulo 49
Historia Original de UpBitto26
De regreso en la casa hogar, miraban con atención a todos los niños, jugando entre sí, al menos Mew lo hacía, Gulf buscaba a Achara, hasta que la divisó de nuevo bajo el mismo árbol.
Sonrió al encontrarla y sin esperar más, tomo de la mano al mayor y lo jaló hasta estar frente al pequeño, este sonrió al ver a Gulf para después pasar su mirada al castaño que no conocía. Su sonrisa se esfumó, ladeo su rostro y miro con ojos curiosos al más alto.
—Hola, Achara, ¿Cómo estás? –Preguntó Gulf, la pequeña le miró y volvió a sonreír tímidamente.
—Bien, ¿Y usted?
—Muy bien, mira, te presento a Mew, es mi esposo, ¿Recuerdas? –La niña asintió, se puso de pie y se posó frente al mayor para después extenderle su mano derecha. El castaño sonrió ante eso, soltó la mano de Gulf y estrecho la de Achara.
—Es un gusto conocerte Achara –El mencionado sonrió, jalo de la mano de Mew y lo llevó hasta donde se encontraba sentado antes. El mayor se arrodilló y miro con atención cada movimiento que el pequeño hacia. Este tomo el libro que leía antes y se lo dio.
—¿Quieres leer conmigo? –El castaño sonrió, esa niña era tan seria pero tierna, esos ojos tan llenos de curiosidad en todo momento.
—Claro –Ambos se acomodaron y comenzaron a leer en voz alta, Gulf sonrió para sí mismo y se acercó a ellos.
—¿Te agrada Mew? –Achara alzó la mirada, lo miro por algunos segundos y asintió. —Eso es bueno, pero ahora, debemos irnos, volveremos pronto, ¿De acuerdo? –La menor volvió a asentir, tomo sus cosas y las guardo en un pequeña mochila, antes de irse les dio una abrazo a cada uno y salió corriendo al interior del edificio.
Ambos se pusieron de pie y se dirigieron hacia donde la mujer les dijo que los esperaría, al estar allí ella les saludo y los hizo pasar a su oficina. No les hizo falta hablar con más niños para saber que Achara era la correcta, la querían como hija. La mujer les pregunto si estaban seguros a los que ellos dijeron que si sin dudar.
A pesar de que la mujer les dijo que deberían hablar con más niños ellos se negaron rotundamente, en especial Mew, quien dijo que no hacia falta ilusionar a otros niños cuando ellos están seguros de que al final, volverán a elegir a Achara, la mujer no tuvo más remedio que aceptar y comenzaron a arreglar todo para el proceso de adopción.
Al comprobar que tenían los recursos necesarios para adoptar, les dijeron que pronto iría un trabajador a su casa para comprobar que el lugar donde viven es apto para la niña. Podrían visitar a Achara dos veces por semana, pues el proceso duraba alrededor de dos o tres meses, demasiado tiempo según Gulf.
Ahora, teniendo el trámite en marcha, es hora de hablarlo con Kasem, deciden llevarlo a un parque, juegan un rato con él y le ayudan a columpiarse, llega un punto en el que los tres están agotados y se sientan debajo de un árbol, se refrescan tomando agua y ya relajados empiezan a hablar.
—Burbujita, ¿Te gustaría tener una hermania?
—¿Una hermanita? Si, para jugar con ella, pero no podré al principio por que será un bebé –Mew sonrió y revolvió el cabello del menor.
—En realidad, tendrá tu edad –Aclaró, Kasem sonrió y sus ojos se llenaron de ilusión.
—¿De verdad? ¿Podremos jugar todo el tiempo?
—Claro que si, ¿Te gusta la idea? –El menor asintió con entusiasmo y comenzó a decir todo lo que haría con su hermanita. Gulf y Mew sonrieron antes el entusiasmos del menor.
—¿Te gustaría conocerla? –El azabache arqueó sus cejas y miró al pequeño.
—Si, si, ¿Cuándo? ¿Ahora? –Gulf rió y negó.
—No, mañana, ¿Qué dices?
—Digo que es genial –El menor comenzó a saltar y mostrando su hermosa sonrisa
Buscaron con la mirada a Achara, estaba bajo el mismo árbol de siempre, se dirigieron hacia ella con un emocionado Kasem preguntando si esa niña sería su hermana. Mew se adelantó y saludos a la pequeña azabache.
—Achara, hola –la niña levantó su mirada del libro y al ver al castaño sonrió, se levantó y lo abrazo fugazmente.
—Hola.
—Gulf y yo queremos presentarte a alguien, tiene tu edad y será tu hermano, ¿Quieres conocerlo? –la menor asintió, para ese momento Gulf llegó junto a Kasem. Este se acercó a Achara y sonrió.
—Hola, me llamo Kasem.
—Yo Achara.
—Tu nombre es bonito, ¿Quieres ser mi hermana?
—Si, ¿Tu quieres ser mi hermano?
—Claro que si, jugaremos todo el tiempo –Los mayores miraban fascinados a los pequeños, Kasem y Achara comenzaron a jugar corriendo alrededor de la pareja y del árbol. La mujer encargada de cuidar de Acjara se sorprendió al verla tan alegre y jugando, y no dudo ni un segundo de que era la familia correcta para ella.
Dos Mes Después
Durante esos dos meses de visitas constantes se dedicaron a conocerse, les sorprendió saber que Achara nació el mismo mes que Kasem, con una diferencia de nueve días siendo Kasem el mayor.
Los pequeños se llevan muy bien, el castaño no dejaba que Achara se encerrara en los libros y lo mantenía todo el tiempo jugando. Después de la larga espera al fin podrían llevar a la pequeña azabache con ellos a su nuevo hogar. Preparon una fiesta de bienvenida para el pequeño, donde están presentes los padres de la pareja, los hermanos, y por supuesto, sus amigos más cercanos.
Achara se escondió detrás de Mew al ser recibida por todos en el salón de fiestas de la gran casa en la que ahora viviría. El castaño sonrió y se agachó hasta estar a su altura.
—No les tengas miedo, todos ellos serán parte de tu familia –la pequeña asintió tímidamente y saludo a todos los presentes con una reverencia. Los primeros en acercarse Achara fueron los abuelos, se presentaron y terminaron encantados por el menor.
Después de que todos se presentarán antes la pequeña se dispusieron a comer la deliciosa comida preparada por las madres de Mew y Gulf. Llegó un punto en el que Kasem tiro su comida. —Kasem, ¿Por que hiciste eso? –Pregunto Gulf.
—Ya no quiero –El menor se levantó y salió corriendo, Mew se puso de pie y lo siguió, era evidente que algo le molestaba pues nunca se había comportado de esa manera. Lo encontró en su habitación llorando desconsoladamente, lo cual le alarmó, tal vez se había lastimado.
—¿Burbujita, qué sucede? –El menor se lanzó sobre él pidiendo un abrazo, el cual le fue dado. —¿Qué pasa, pequeño?
—Es que ya nadie me va a querer –Mew acarició los cabellos de su hijo y frunció el ceño.
—¿Por que piensas eso?
—Por que ahora todo van a querer a Achara –el mayor sonrió aliviado, al menos no era nada realmente grave, se separó del menor y secó sus lágrimas.
—Claro que te van a querer, es solo que Achara acaba de llegar y quieren que se sienta segura, pero los van a querer a los dos por igual.
—¿Estas seguro?
—Por supuesto, nadie te va a dejar de querer, ni los abuelos, ni los tíos ni Gulf ni yo –Kasem termino de secar su lágrimas y sonrió.
—Vamos, quiero jugar con Achara –El mayor sonrió y beso la frente de su hijo.
Mew bajó con el menor en brazos y lo dejó en el suelo una vez estuvieron de nuevo en el salón de fiestas, Kasem le habló a sus primos y a Achara y se dispusieron a jugar.
Una vez que todos se retiraron, Gulf y el mayor se dedicaron a limpiar con ayuda de los menores, ya terminado los bañaron y les colocaron sus pijamas, a pesar de que Achara tenía una habitación para ella, prefirió dormir junto a Kasem, lo cual no le negaron pues la cama era bastante grande.
Después de que los pequeños se quedarán dormidos se dirigieron a su habitación y se dieron una ducha para después colocarse su pijama, se recortaron en su cama y se abrazaron. —Estoy tan feliz –Admitió el azabache, el mayor sonrió y beso la frente de Gulf.
—Yo también, nunca pensé que podría ser tan feliz.
—Te amo, bebé.
—También te amo, y no sabes cuanto te agradezco que estes a mi lado.
—El que debe agradecer soy yo, en su momento lo eche todo a perder pero afortunadamente pudiste darle una oportunidad a este idiota enamorado –Gulf se acomodo de forma en que quedarán frente a frente, acarició con su mano izquierda la mejilla derecha del mayor.
—Lo hice –Mew rió junto al menor y le robo un beso. —Ambos fuimos idiotas.
—Si, pero ahora estamos bien, y es lo que importa.
—Claro que si, y no tienes idea de lo feliz que me haces –Sin darle tiempo a contestar, lo beso, Gulf correspondió sintiéndose seguro entre los brazos de su esposo. Nada podría ser mejor.
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