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Capítulo 47

Historia Original de UpBitto26




























El día en que se celebra el nacimiento de su esposo se acerca, y se siente ansioso pues con ayuda de su pequeño hijo han estado preparando una sorpresa. Su pequeño Kasem ha estado tan feliz y emocionado qué ha echo a Gulf cuestionarse la razón de ello.

—¿Por que estas tan emocionado pequeño Kasem? –Él menor sonrió y
miró a su padre, este le hizo señas para que inventara algo.

—Papá me llevara al parque con Phaitoom –Mew sonrió y asintió al recibir una mirada de su esposo.

—Vamos, es hora de irnos –Él mayor extendió su mano derecha hacia al pequeño, este la tomó y salió junto a su padre rumbo al centro comercial.

Compraron lo necesario para hacer un pastel, lo harían en casa de los padres de Mew para que Gulf no lo viera.

—Papá, ¿A mamá le gustaban las fresas? –Kasem miró al mayor con ojos curiosos, pudo observar la sonrisa que surcó en los labios de este,
mostrando sus dientes.

—Le encantaban, cuando estaba embarazada de ti las comía todo el tiempo.

—¿De verdad?

—Si, también le encantaba el chocolate, y amaba todo lo que era lindo, hermoso o tierno, por eso te amó tanto, tu eres las tres cosas, pequeño.

Kasem sonrió y extendió sus brazos hacia su padre, este lo cargo y siguió recorriendo la tienda con su hijo en brazos.

Bien, tenían dos horas antes de que Gulf despertará, Kasem se encargó de despertarlo y juntos se dirigieron a la cocina, se dedicaron a preparar un rico desayuno. Una vez listo regresaron a la habitación, Mew besó las frente de su hijo y le revolvió el cabello.


—Sabes que hacer, pequeño –Él menor asintió y espero a que su padre se fuera. Se subió a la cama y comenzó a mover levemente el cuerpo del mayor.

—Mamá, es hora de levantarse, despierta –Gulf abrió sus ojos lentamente y sonrió al ver a Kasem. —Feliz cumpleaños, mami –Él
pequeño se aventó sobre el mayor y le abrazó, este lo recibió gustoso.

—Pero que rico abrazo, muchas gracias, Kasem –Él pequeño sonrió y besó las mejillas del azabache.

—Papá tuvo que ir a trabajar, pero me ayudó a prepararte este desayuno, espero que te guste mamá –La sonrisa del mayor se desvaneció, en los
años anteriores, Mew nunca lo dejaba solo en su cumpleaños, ese día lo reservaba especialmente para estar con él y no creyó qué ese año fuera a ser diferente. —¿Qué pasa? –Volvió a sonreír para el menor y probó un bocado de la comida.

—Esta deliciosa pequeño, muchas gracias –Él castaño sonrió feliz y se dedicaron a desayunar.

—¿Me llevas con los abuelos? Él abuelo prometió darme fresas la próxima vez que vaya –El brillo en los ojos del menor le impidieron al azabache negarse, asintió, y después de lavar los platos sucios se dieron una ducha y se vistieron. Se dirigieron a la mansión de los Suppasit en completa tranquilidad, Gulf notó que el castaño estaba demasiado ansioso y emocionado por algo pero no logra descifrar el por qué.

—¡Abuelo! –Él pequeño saltó y Phak lo tomo en brazos.

—¡Travieso! ¿Has venido por las fresas, cierto? –Él menor asintió y sonrió al ser llevado hacia la cocina. —Tu padre esta allá arriba, te está
esperando –Susurró el mayor.

—Iré con él, deseanos suerte, abuelo.

—Suerte –Phak le dió una sonrisa y se mantuvo en la cocina por unos segundos más antes de dirigirse a la sala de estar donde se encuentra Gulf junto a War. —Ven aquí, Gulf, dejame felicitarte –El llamado sonrió y se puso de pie, dejó que el mayor le diera un abrazo el
cual correspondió. —Feliz cumpleaños, por favor, cumple muchos más.

—Gracias, Sr. Phaj, haré todo lo posible por hacerlo.

—Tantos años y no puedes tutearme –Gulf sonrió apenado.

—War, ¿Y tu madre?

—Esta arriba, con Me... Kasem –Wr se mordió la lengua, su padre le miró mal y él solo pudo susurrar un lo siento, por poco y delata a su
hermano. El azabache miró a War, esta seguro que estaba por decir el nombre de su esposo.

—¿Mew está aquí?

—No, ¿Por qué? –Él mayor de los hermanos Suppasit negó, se rascó la nuca tratando de ocultar su nerviosismo.

—Estoy seguro de que ibas a decir su nombre.

—¿Yo? Para nada, ¿Cómo crees?...

—Hijo, mejor guarda silencio –War asintió ante el pedido de su padre y cerró sus labios fuertemente. —No, Gulf, Mew no está aquí, me ha dicho que tuvo que ir a la empresa –Él menor asintió, deseaba qué su esposo estuviera allí, Mew nunca se iba sin despedirse y que lo
hiciera precisamente el día de su cumpleaños le entristeció.

—Mamá, ven, quiero enseñarte un juguete que me regalo la abuela –Gulf dejó que Kasem le llevara hasta el segundo piso, se confundió al ver que se detuvo en la que solía ser la habitación de Mew. Iba a preguntar que hacían allí pero el menor abrió la puerta y se fue, dejándolo solo, o eso pensó hasta que su esposo apareció en su campo de visión.

—¿En serio creíste qué trabajaría el día de tu cumpleaños? –Él menor
asintió apenado, sus ojos se dirigieron a las manos del castaño, un hermoso ramo te tulipanes se presentó. –Feliz cumpleaños, bebé.

Mew se acercó al azabache, posó su mano derecha en la mejilla izquierda de este y la acarició con lentitud y delicadeza, le sonrió para
después juntar sus labios a los contrarios en un cálido beso.

—Gracias –Susurró el más bajo sobre los labios del mayor. Sonrió al ser rodeado por los brazos de este y no dudo en corresponder el abrazo. Miró la habitación y su vista se tornó borrosa, un par de lágrimas recorrieron sus mejillas. —Mew –Susurró, se separó del castaño y se adentro en la
habitación.

En el techo habían muchos listones pegados que caen colgando, en la otra punta hay diversas hojas de colores con algo escrito que se encargará de leer, otros tantos tienen fotos de ambos juntos, de él con sus amigos más cercanos y otras tantas de él solo, fotos tomadas por Mew.

Su vista se posó en la cama, allí habían puras fotos de él desde que era un bebé hasta la actualidad. Globos de distintos colores están amarrados en diferentes partes de la habitación, y lo que termina de hacerlo más feliz son las fotos que hay en la mesa de noche, de él junto al castaño y con Kasem.

—Tengo que ir por algo, puedes leer las notas si quieres –Mew sonrió, le dió un casto beso en los labios y le dió el ramo de tulipanes
antes de salir de la habitación.

Gulf leyó unas cuantas notas.

La luz de la habitación se desvaneció, se giró con la intención de reclamarle a quien sea que la haya apagado pero no dijo nada al ver a Mew con un pastel en manos y velitas encendidas enterradas en él,  acompañado de Kasem, War, los Sres. Suppasit, los Sres. Kanawut, su hermano mayor y todos sus amigos más cercanos.

Todos juntos comenzaron a corear la canción de feliz cumpleaños. Sonrió en grande, cargó al pequeño kasem y este le abrazo fuertemente. —Feliz
cumpleaños, mamá –El menor le dió un beso en la mejilla y siguió cantando junto a los demás.

Gulf se secó las lágrimas que aún resbalan por sus mejillas y sopló para apagar las velitas, todos los presentes aplaudieron y no tardaron en
felicitarlo uno por uno. —Gracias, de verdad, muchas gracias –Todos se dirigieron al salón de fiestas de la mansión y celebraron toda la tarde el cumpleaños de Gulf.

Alrededor de las ocho de la noche Mew raptó a su esposo, llevándoselo a un lugar desconocido para el menor. Sonrió ante la insistencia del azabache por saber a donde iban, se detuvo en un semáforo en rojo, sacó un antifaz para dormir y se lo colocó a su esposo para obstruir le la vista.

—Es una sorpresa, bebé, ya casi llegamos –Siguió con su camino y se detuvo una vez llego a su destino. Bajó del auto y lo rodeo hasta estar del lado de Gulf, abrió la puerta y le ayudo a bajar, cerró la puerta y se puso aun lado del menor. Le quitó el antifaz y miró con atención la reacción de su esposo. —Hace seis meses que nos casamos, pensé que ya es tiempo de que volvamos a tener una casa, para seguir formando una familia, ¿Te gusta?

El menor abrió y cerró la boca un par de veces tratando de decir algo, su mirada se conectó con la del mayor y no pudo hacer más que sonreír.

—Me encanta –Musitó, abrazó al castaño siendo correspondido de inmediato. —Te amo, muchas gracias, por todo.

—No me agradezcas, aún falta la mejor parte –Mew sonrió y tomó de la mano al azabache y lo guío al interior de la hermosa casa.

—¿Hay más? –Los ojos del menor se tornaron aun más brillosos, al entrar a la casa se dirigieron a la sala de estar. —¿Qué es eso? –Preguntó señalando una caja envuelta y un moño.

—Abrelo –Gulf soltó la mano del mayor y tomó la caja, se sentó sobre el sofá y colocó la caja sobre su regazo, quitó la tapa y casi se ahoga con su propia saliva. —También creo que es hora de que te
dediques a lo que te gusta, estudia fotografía, Gulf, como siempre quisiste.

El menor dejó la caja de lado y se puso de pie, se posó frente a Mew y lo besó, sus manos se posaron en las mejillas del mayor y las
acarició como si fueran lo más delicado del mundo.

El castaño le abrazó de la cintura y correspondió el beso, sus labios encajaban tan bien, como un par de piezas de rompecabezas, ambos se complementan el uno al otro.

Las palabras entre ellos eran completamente innecesarias, solo necesitan mirarse directamente a los ojos para saber que se aman.

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