Capítulo 38
Historia Original de UpBitto26
Leyó con rapidez y sin prestar real atención a los textos, firmó las hojas en donde requerían su firma viendo aún lado de ese espacio el espacio que esta designado para el contrario. Paso las hojas al menor y este las firmó sin detenerse a si quiera echarle un vistazo.
—Entonces, su divorcio esta prácticamente listo, aún pueden arrepentirse –
Pronunció el abogado de ambos al recibir las hojas de vuelta. Los menores negaron. —Bien, nos vemos –El hombre se puso de pie e hizo una reverencia para después salir de la oficina de Mew.
—Aún así no me rendiré P' –Habló Gulf después de varios minutos sin decir absolutamente nada.
—Como sea –El rubio ignoró su presencia y se dedicó a trabajar bajo la atenta mirada del menor.
—Me voy ya, mi padre me necesita en la empresa, nos vemos Mew –Se puso de pie y se posó aún lado del mayor para después darle un beso en la mejilla e irse. Suppasit dejó de prestarle atención a lo que estaba leyendo al sentir los suaves labios del menor, cerró sus ojos y acarició su mejilla izquierda, esta cosquillea por el anterior beso, su piel quiere sentir esa sensación de nuevo.
Suspiró y giro su silla para poder mirar la ciudad, después de que Gulf fue a su oficina inició los trámites de divorció, agradecía que llevará tan poco tiempo, sólo un mes bastó para que su divorcio se llevará a cabo. El menor volvería a ser un Kanawut y ahora eran completamente libres.
Miró el par de anillos en su dedo índice, se los quitó y volvió a trabajar, pero... Tuvo que volverse a colocar los anillos pues se sentía incómodo sin ellos, sentía que algo le faltaba y se dió cuenta que eran ese par de anillos.
—¿Qué no ya firmaste los papeles de divorció? –¿Qué nadie sabe tocar la puerta antes de entrar? Se preguntó Suppasit, últimamente entraban a su oficina como Pedro por su casa.
—Si, ¿Por qué? –Preguntó sin despegar su vista de la computadora.
—,Aún traías los anillos –Se encogió de hombros y siguió con lo suyo, no iba a ponerse a dar explicaciones sobre eso. —¿Me vas a ignorar? –Suspiró, decidió botar el trabajo, apagó la computadora y miró al mayor.
-¿Qué se te ofrece Jimmy?
—Mirei me pidió que te pidiera que le llevarás fresas, no ha dejado de tener ese antojo y le da pena pedírselo a mi tío –Informó, Mew sonrió ante la información, a pesar de ya llevarse bien con su padre, Mirei no dejaba de sentirse apenada cuando estaba con él.
—Gracias Jim, me iré ya, estoy cansado –Se despidió del mayor con un abrazo y salió de su oficina. Se dirigió al súper mercado más cercano y compró una caja de fresas.
Ya en casa de sus padres las llevó a la cocina. —¿Podrias lavarlas por favor? –Preguntó al cocinero de la casa.
—Por supuesto Mew.
—Gracias –Fue a su habitación y se dió una ducha, se colocó ropa cómoda para después tratar de dormir un poco, siendo en vano el intento por que no lo logró. Suspiró frustrado y se dirigió a la cocina, tomó uno de los topers con fresas y se dirigió al jardín, donde sabía que estaría Mirei.
—He traído las fresas para los comelones –Pronunció una vez que estuvo lo suficientemente cerca para que la menor lo escuchará. —¿Burbujita ha molestado mucho? –La chica sonrió y negó.
—En realidad no, ha estado muy tranquilo –Mew se arrodilló dejando su rostro a la altura del vientre, le dió las fresas a la castaña y posó sus
manos sobre el bulto.
—¿Así que burbujita ha estado tranquilo? Es bueno que no molestes mucho a mamá pequeño –El pequeño bebe pateó, ambos rieron.
—Mi tranquilidad se ha ido, cuando escucha tu voz, enloquece –El mayor sonrió y volvió a hablarle al pequeño.
—¿Es cierto burbujita? –El pequeño pateo de nuevo. —Aw, también te quiero pequeño –Mirei sonrió pero segundos después su rostro se puso en estado de neutralidad cosa que el rubio notó, se puso de pie y la miró.
—¿Qué pasa? ¿Te duele algo?
—No, estoy bien.
—¿Entonces?
—¿No te arrepentirás? Aún estas a tiempo de no registrarlo como tu hijo, entenderé si ya no quieres – Bajo la mirada y empezó a jugar con sus dedos.
—¿Sabes? Siempre he querido tener hijos, y aunque burbujita no es precisamente mi hijo, me hace ilusión, no me voy a arrepentir, te lo
prometo –Mirei sonrió ya más tranquila y asintió.
—Gracias por las fresas –Pronunció antes de tomar una y comerla.
—Hay que darle todo lo que quiera a burbujita.
—¿Y si te digo que quiere pastel de chocolate con nieve de fresa? –Mew soltó suaves carcajadas.
—Vamos, hay que consentirlo.
—Eres el mejor.
—Lo soy –Mirei le dió un golpecito en el hombro mientras ambos reían.
Comieron un poco de pastel, la chica con nieve de fresa mientras hablaban de cualquier cosa, en Japonés pues ella no entendía nada el tailandés
—Iré a dormir Mew.
—Descansa –Tu que puedes. La chica le sonrió para después dirigirse a su habitación. Él se quedó en el comedor, simplemente mirando a la nada.
—¿En que piensas? –Dió un pequeño brinco en su lugar al escuchar la voz del mayor.
—En nada Off –El mayor se sentó frente a él y arqueó sus cejas dándole a entender que no le creía. —En serio, mi mente estaba en blanco –Off
asintió y robo un pedazo del pastel sin terminar del menor.
—¿Ya firmaron el divorcio?
—Si, ¿Cuando te casas? –El azabache hizo una mueca ante el cambio de tema pero no dijo nada.
—En unos meses, ya que mi hermano se gradúe por que no puede venir antes, vamos a ir a su graduación y nos regresáremos todos juntos,
también nos presentara a su novio, si, dije novio. –Mew sonrió y asintió.
—Quien diría, Fiat si tiene corazón.
—Claro que tiene, idiota, por cierto, dice que quiere que tu este allí.
—Será un placer –Sonrió, e iba a decir algo más pero una nueva presencia le interrumpió.
—Joven Mew, le han mandado este arreglo de rosas –Ambos miraron dicho arreglo en las manos del hombre, el rubio se puso de pie y tomó la tarjeta.
—Llevalo a mi habitación Myun, por favor.
—Con permiso –Dicho esto el mayor se retiró, Mew volvió a su lugar y abrió la pequeña tarjeta.
Sonrió al leer aquello, no pasó desapercibido que el menor uso su apellido pero poco le importaba. —¿Quien te las manda? –La pregunta de Off le sacó de su embobamiento.
—Gulf –El mayor abrió sus ojos sorprendido para después sonreír.
—Vaya, va demasiado en serio.
—Parece que si.
No supo en que momento hizo que Off saliera de su casa, quería ver las rosas pues apenas si les había echado un vistazo. Se dirigió casi casi corriendo hasta su habitación y miró el hermoso arreglo sobre su mesa de
noche.
Se acercó hasta donde estaban y las miró con detenimiento, eran muy
hermosas, rosas de varios colores. Acarició los pétalos de una rosa amarilla y sonrió, Gulf había echó una buenanelección, no se fue por las típicas rosas rojas. Su celular sonó indicando un
mensaje.
🌻Girasol🌻
Mew, esperó que te hayan gustado las rosas.
☀️Sol☀️
Voy a ser sincero, me encantaron, gracias Gulf.
🌻Girasol🌻
Me alegra saber eso, Mew. Tu color favorito es el amarillo ¿Cierto?
☀️Sol☀️
Lo es.
🌻Girasol🌻
Ten dulces sueños Mew.
☀️Sol☀️
Descansa, Gulf.
Dejó su celular en la cama y siguió apreciando la belleza de aquellas rosas. Era el primer regalo que recibía de ese tipo, y más por parte de Gulf, y si seguía así estaba seguro que no tardaría en aceptar que lo intentaran.
La ventaja que el menor tiene, es que se conocen desde siempre, entonces será mucho más fácil para el azabache hacer cosas que le
agraden. Las rosas eran un claro ejemplo, a Mew le gustaron desde pequeño pues decía que son muy bonitas y perfectas para regalar a la
persona que amas.
Y después de una semana sin poder dormir ni si quiera una hora, tan pronto como se acostó, cayó ante los brazos de Morfeo.
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