Capítulo 1
Historia Original de UpBitto26
Tener una reunión con sus familias los tenía nerviosos, no sabían cómo tomarían la noticia pero tampoco es como si les importe demasiado, lo único que quieren es no tener que casarse con un completo desconocido.
—¿Y si no aceptan? –preguntó un inseguro Gulf, sudando frío mientras daba vuelta de un lado a otro en la habitación del mayor.
—Tendrán que hacerlo –sentenció Mew. Un par de minutos después una de las sirvientes les informo que todos los esperaban en el comedor.
El castaño tomó una pequeña cajita cubierta de terciopelo azul que estaba guardada en el primer cajón del mueble a un lado de su cama, el menor le miró con atención.
—¿Qué es eso?
—Anillos de compromiso, toma –contestó mientras le extendía uno de los hermosos anillos de plata con pequeños detalles de diamante que los hacía lucir excepcionales.
Gulf relamió sus labios mientras tomaba el anillo y lo colocó lentamente en el dedo anular de su mano izquierda, su mirada viajó hacia su amigo quien terminaba de ponerse el anillo y le sonrió con dulzura, logrando calmar todos sus nervios.
Salieron de la habitación para dirigirse al comedor, donde se sentaron uno al lado y comenzaron a cenar mientras sus padres y hermanos hablaban de cosas que a los menores no les parecía interesante aunque prestaban atención pues de vez en cuando les preguntaban respecto a ello.
Una vez la cena terminó, todos se dirigieron a la sala de estar en donde los padres de los menores les preguntaron finalmente el motivo de la reunión.
Los menores se miraron entre sí, respirando profundo al sentirse muy nerviosos. Mew tomó la mano derecha del azabache y entrelazó sus dedos cuidadosamente, el menor miró sus manos juntas sintiendo su corazón latir a mil por hora.
—Gulf y yo nos casaremos.
Las reacciones de sus padres y hermanos fue más que épica, la sorpresa se veía claramente en sus facciones, todos estaban en silencio pues no cabían se la sorpresa.
Mew temía que sus rostros quedarán así de por vida po lo que pidió que dijeran algo, aunque fuera pío.
—Lo vi venir –admitió la madre del castaño.
—¿Cómo? –Gulf le miró confundido, frunciendo el ceño.
—Son demasiado unidos para ser una simple relación de amigos, la verdad pensé que lo esconderian por siempre –explicó, tal vez ella lo esperaba pero para el resto de los presentes era totalmente nuevo.
—¿Desde cuándo están juntos? –preguntó Song, el hermano mayor de Gulf.
—Desde hace dos años –dijo Mew, él había planeado todos los detalles de la supuesta relación que ahora tiene con su mejor amigo.
—He de admitir que me sorprendió, pero si son felices juntos entonces está bien –sonrió el Sr. Suppasit. El Sr. Kanawut dijo lo mismo y el resto fue historia.
Unos minutos después ambos menores se despidieron de sus familias y se dirigieron a la habitación del mayor pues esa noche Gulf se quedaría a dormir.
Entraron a la habitación y sonrieron cómplices. El menor suspiró sintiéndose feliz y tranquilo.
—Listo, nos salvamos –Mew miró al azabache, dedicándole una de sus hermosas sonrisas, dejando al menor un poco embobado.
El mayor se dió media vuelta para entrar al baño y darse una ducha. Gulf suspiró sentándose en la cama mientras el recuerdo de las miles de sonrisas que el castaño había tenido junto a él aparecían en su mente.
Cuando escuchó la puerta del baño abrirse se levantó y entró después de que su amigo saliera. Ya ambos limpios y con sus pijamas puestas se acostaron en la cama del mayor.
—Amo tu cama –dijo Gulf, para él siempre ha sido la cama más cómoda en la que se ha acostado nunca, aunque no sólo era por el colchón.
—Me lo dices cada vez que te acuestas en ella –El azabache sonrió, cubriéndose con la manta y poco después se quedó dormido. Mew observó con atención a su amigo, acarició sus cabellos cariñosamente. Nadie podía negar que ese chico era muy guapo.
Deslizó la mano que tenía en sus cabellos hasta su mejilla, acariciándole como si fuera lo más delicado del mundo. Sonrió sin poder evitarlo sintiendo una calidez agradable en su pecho. Le dió un beso en la frente antes de acomodarse para
dormir.
Como era una boda de una pareja de hombres no requería tantos preparativos como el de una "pareja normal"; dentro de los pensamientos de la sociedad, cabe mencionar. Sólo les tomó un mes preparar todo.
Sus madres se encargaron de prácticamente todo, hasta de los trajes que usarían de los cuales siquiera les dejaron saber el color.
Pero realmente a ninguno le importaba eso, después de todo seguirán como solteros a escondidas de su familia, claro está.
Un día antes de la tan esperada boda para muchos, sus padres se acercaron a los novios y les regalaron un juego de llaves a cada uno.
—¿Qué es esto?
—Llaves –contestó el Sr. Kanawut, ambos menores rieron divertidos y asintieron.
—Eso lo sabemos, papá, pero ¿de qué o para qué son?
—De su nueva casa –El Sr. Suppasit les dijo con una enorme sonrisa plasmada en su rostro, está siendo casi igual a la de su hijo menor.
—¿Qué? –preguntaron los mejores confundidos.
—¿Pensaban seguir viviendo en casas separadas? –preguntó el Sr. Kanawut, ambos cayeron en cuenta de que para los demás serían un matrimonio por lo que tendrían que buscar un lugar donde formar un hogar.
—Claro que no, muchas gracias, nos han quitado un peso de encima –Gulf sonrió mientras discretamente pellizcaba al castaño, quien por fuerza divina soportó el dolor que eso le provocó sin decir ni una palabra.
Los mayores se retiraron dejando a los menores solos.
—¡Ya!, Gulf, suéltame –pidió el mayor, quejándose finalmente pues el azabache seguía pellizcandolo como si su vida dependiera de ello.
—Nos llevaremos tu cama –Gulf le soltó, el castaño de inmediato se sobó la zona afectada y asintió con la cabeza. Antes de que pudiera decir algo sus hermanos entraron en la habitación.
—Hora de su despedida de solteros –dijo War, sonriendo.
—Les dijimos que no queríamos tal cosa –recordó el menor con una mueca.
—No me importa, alégrense porque serán juntas –Mew se encogió de hombros restando le importancia y siguió a los mayores. El azabache no le quedó de otra más que aceptar y seguirlos a quien sabe donde los llevarían.
Para cuando se dieron cuenta, ya estaban dentro de un antro que fue reservado para la ocasión. En el lugar solo estaban sus amigos y familiares más cercanos, al decir esto se refiere a sus primos.
—Vamos, Gulf, divirtámonos –pidio el mayor, susurrándole en el oído derecho.
Gulf se estremeció al escuchar la grave voz de su amigo contra su oído derecho.
Relamió sus labios y asintió con la cabeza, haciendo sonreír al azabache. Los llevaron al centro de la pista y bailaron por un buen tiempo, hasta que llegó la hora de realizar un juego.
"Verdad o reto". Durante todo el juego cada que llegaba el turno de retar o preguntarle algo a la pareja comprometida, les preguntaban acerca de su relación.
Una canción lenta comenzó a sonar en el lugar, pidieron que la pareja pasada al centro pues querían verlos bailar juntos. Mew sonrió entendiendo su mano izquierda hacia el menor quien le miró con atención antes de tomar su mano y dirigirse a la pista juntos. El mayor le tomó de la cintura con su mano libre, sin soltar la mano de Gulf mientras se movían de un lado a otro al ritmo de la música.
Tal vez el que fueran amigos hacía la situación más cómoda para ambos. La canción terminó y todos los invitados comenzaron a gritar "Beso, beso" a lo que Mew rió y salió de la pista junto a Gulf quien agradecía la poca luz en el lugar pues así no podían ver el rubor que cubrió sus mejillas.
—Eso no lo verán hoy. Ahora, si nos disculpan, nos iremos a descansar que nos espera una gran día mañana y no queremos estar con cara de muerto. Pueden quedarse si gustan.
—Yo quería beso –War hizo un leve puchero pero dió por finalizada la fiesta y todos se fueron a sus respectivos hogares.
Se despertaron uno al lado del otro, abrazándose mutuamente pues por alguna razón siempre que dormían juntos terminaban en esa posición, en algunas ocasiones incluso uno estaba arriba del otro.
Se levantaron para ducharse. Gulf lo hizo primero seguido de Mew, quien se sentía un tanto nervioso. Cuando estuvieron listos bajaron al comedor donde los esperaban sus familiar para tomar el desayuno.
Saludaron a todos y se dispusieron a desayunar con tranquilidad como si el casarse fuera algo de todos los días.
Al terminar separaron a los novios, llevándose a Gulf a la casa de enfrente que es donde había vivido toda su vida.
—¿Por qué nos separan? –pregunto Mew, confundido.
—Los novios no pueden verse antes de la boda –explicó su madre con una sonrisa
encantadora.
—Eso solo aplica para el hombre y la mujer –Se quejó frunciendo el ceño a lo que
la mujer rió.
—No querido, una boda es una boda.
—Dime que no le pondrán un vestido blanco a uno de nosotros –Su comentario hizo reír a la mayor y a su hermano.
—Claro que no, cariño, son hombres –contestó riendo su madre. Mew suspiró aliviado y dejó que ella lo guiará en la preparación para su boda.
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