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C A P Í T U L O 6

Plan LSD.

Sonic.

Mi nombre es Sonic The Hedgehog. Si estás leyendo esto es probablemente porque he muerto debido a un ataque de suegros armados o por la rareza de enfermedad que estoy desarrollando, aburrimiento crónico... Es eso o simplemente tiré la hoja y alguien la encontró.

Día 1.
10:22 am.

Llevo 3 meses aguantando la agonía, un hostil me ha capturado, el día de hoy sólo se ha ocupado de torturarme con aquellos sanguinarios artefactos. Soy participe de mi propio sufrimiento, él me ha hecho colaborar en pro de mi martirio. Cual Hércules, he superado 12 infernales y sofocantes trabajos. El dolor es severo y he de admitir que caminar con la espalda totalmente recta me hace pasar por un horroroso delirio propio de condenados.

—Deja de escribir idioteces y ponme atención. —Demandó.

De sus crueles labios brotaron 2 órdenes, cuya sanción al no acatarlas sería la muerte. "Deja de escribir idioteces y ponme atención" fueron las últimas palabras que escuché pues debido a la aflicción, me negaba rotundamente a cumplir con aquel capricho. Es deprimente que haya enumerado las cartas por día siendo que sólo he aguantado uno.

Sin más; me dio un fuerte golpe en la cabeza con la palma de su mano.

—Nada de distracciones. En la cena tendrás que prestar atención a cada cosa que "brote de sus crueles labios". —Rodé los ojos.— No pongas los ojos en blanco, debes ser más educado si quieres sorprenderlos. —Suspiré agotado de tantas reglas.— No suspires en voz alta, un suspiro así denota cansancio, pereza y aburrimiento.

—Joder, al menos-.

—Nada de palabrotas en la cena. El lenguaje formal, fino y educado es parte esencial de un caballero. Ten. —Me extendió un libro.— Léelo.

—Pero-pero-pero esto es un diccionario.

—Amplia tu vocabulario.

—¡Esto es enorme! ¿Cómo pretendes que terminé de leerlo?

—Tienes de aquí a las seis.

—La cena es a las ocho.

—Necesitas arreglarte.

—¿Dos horas? ¿Me crees Sonia?

—Nada de estereotipos, prejuicios o actitudes machistas o misogenas, mucho menos delante de sus padres.

—¿Qué? No, no. No me refiero a todas las mujeres, sólo digo que de todos los de la familia Sonia es quien más tarda en arreglarse.

—Estás siendo burlón e irrespetuoso. En vez de ser su yerno terminarás como su bufón. —Que alguien me mate.

—¿Podemos seguir con la clase simplemente?

—Bien. Hagamos tu décimo tercer trabajo.

Asentí. Mientras él se daba la vuelta para tomar camino, yo escribí de forma rápida en aquella hoja de papel. Justo al final de la página.

Shadow se la come B===D .i.

Knuckles y Silver estarían orgullosos de mí <3.

Salimos de su casa. Caminamos por varias cuadras hasta llegar a un café. Entré, él se quedó afuera mirándome.

Regresa. —Opté por hacerle caso.

—¿Qué?

—Esta es tu lección. Abrir la puerta.

—¿No hablas en serio o sí? ¿Venimos a un café sólo para que te abra la puerta?

—A mí no. Es un café muy popular, le tendrás que abrir la puerta a cada persona que quiera entrar. En resumen, el café ahora tiene un portero y no le tendrá que pagar.

[...]

Después de una hora y media abriendo y cerrando puertas me dijo que parase.

—Abrir la puerta es un hábito atractivo para una dama y envidiable para otro hombre. Tendrás que abrirles la puerta también a tus suegros cada que vayan a entrar a un lugar juntos, incluso la puerta del auto. Una cosa, no vayas a hacer una estupidez como abrirle la puerta cuando alguno vaya al baño, ahí no es necesaria la caballerosidad.

—Sí, sí, entiendo. ¿También hago lo de ayudarle con la silla?

—Sí, se me estaba pasando eso. Ahí sólo tendrás que hacerlo con Amy, con tus suegros no es necesario. —Asentí.

—¿Algo más? No sé, ¿llevo flores?

—No, aún no. Primero, no es la ocasión, es una cena en la que van a tratar un tema serio. Y dos, eres tan idiota que existe la posibilidad de que le lleves flores amarillas o blancas.

—¿Qué tiene de malo?

—No hay problema si es que son de su agrado. Pero las de color amarillo se suelen dar a los enfermos. Y las blancas se asocian más a un funeral.

—Una última pregunta.

—¿Qué?

—¿Quién te enseñó esto?

—Lo leí en internet antes de que llegaras.

Pff. Todo un profesional.

[...]

Amy.

—Yo creo que con ese está bien. —Opiné señalando el vestido.

—¿Segura? Se trata de una cena en un lugar lujoso. Podemos ver otra tienda si quieres. —Sugirió Rouge mientras que Blaze, cansada ya de tantas bolsas, rogó en murmuros porque ya fuese momento de irnos.

—¡No! Eh... No, jeje. Me gustó este. —Respondí con urgencia. La gata suspiró aliviada tirando las bolsas que no llevaríamos.

—Si tú lo dices. Aún no me dices con quién irás a cenar, pilla. —Rouge me dio un codazo.

—Eh...

Él le dijo a sus amigos. ¿Por qué yo no?

—Es algo complicado de explicar.

—¿Has estado saliendo con alguien sin decírmelo?

—No, no... O bueno, sí. Pero de un modo más complejo...

—No pasará con que me digas quién es, queri-.

—Tengo esposo.

Ella sólo rió y en una fracción de segundo me miró estupefacta.

—Pff. Casi caigo, jajá. ¿Qué pasó? ¿Vendrá Tommy Thunder acaso? ¿Algún actor o cantante que sea tu amor platónico?

—Rouge, hablo en serio. Me casé.

—Ya, claro.

—Rouge, creo que dice la verdad. —Aportó Blaze.

—¿Le vas a creer con esa actuación tan sencilla? Está bromeando.

—No, le creo porque últimamente se la pasa pensando y más alejada. ¿Es eso? ¿O en realidad estás jugando?

—Sonará algo descabellado, pero me casé estando ebria.

—¿Eh? —Pronunciaron al unísono.

—Estoy casada con Sonic desde hace 3 meses.

[...]

Ya habíamos llegado a casa, decidieron acompañarme mientras no estaban mis padres, también habían ido de compras, aunque a diferencia de mí, ellos fueron por la despensa.

—¿Por qué no nos lo dijiste antes? —Preguntó Blaze.

—Acordé con él no decirle a nadie, pero mis padres se enteraron y bueno, ya saben.

—Entonces hoy es su cena... —Pronunció Rouge en un tono casi insonoro.— Te vamos a acompañar.

—¿Khé? —Ahora la confundida era yo.

—¿Acaso oí "vamos"? No se te olvidé que yo entró a trabajar y salgo a las nueve.

—Pide permiso para irte una hora antes.

—Me bajarán el sueldo :(.

—Disculpen, pero no estoy entendiendo nada, ¿ustedes para qué van? Es suficiente con mis padres.

—Nosotras también evaluaremos a Sonic. Como amigas tenemos que cuidarnos unas a otras. —Discursó la murciélago.

—No me vengas con tonterías, código de amigas bla, bla. Con lo único que necesito ayuda es con mis padres, quiero que lo aprueben, sé que van a intentar humillarlo.

Ellas se miraron entre sí.

—¿Dices que sus amigos lo están ayudando a él? —Cuestionó Rouge.

—Sí, ¿por qué?

—Dame su dirección. Son hombres, algo en su plan les saldrá mal, necesitan un cerebro entre tanta testosterona y esperma.

—Eso fue lo más estereotipado que he escuchado en mucho tiempo. —Comentó Blaze. Yo solté una carcajada.

[...]

Sonic.

—¡Vaya! ¿Sabías que la palabra haiga sí existe? —Exclamé con euforia al leer el diccionario.

—¿Qué? —Shadow caminó hacia mí, me arrebató el diccionario y revisó.

—Mira, aquí. —Señalé.— Significa "automóvil muy grande y ostentoso, normalmente de origen norteamericano".

Shadow se quedó inmóvil. Me dio el diccionario y se sentó en el sillón de la sala.

—¿Shadow?

—Necesito digerirlo.

Cream bajó las escaleras gotta go fasteando. Tenía en sus manos una cinta métrica.

—¿Por qué siempre me dices de estas cosas hasta tarde? —Interrogó regañando a Tails. Mientras tomaba mis medidas.

La puerta sonó con agresividad. Espero sea Silver con el auto.

—Tails, abre, por favor. —Mi amigo obedeció.

Se trataba de dos chicas. Las conozco... Pero ¿de dónde?

—Uff. Menos mal, sí es aquí. —La murciélago entró a la casa sin pedir permiso.

—¡Rouge! Argh, perdónenla, con permiso. —Una gata morada se adentró.

—Hola otra vez. —Saludó de forma coqueta a Shadow.

¿Otra vez?

¡OOOH! Son las amigas de Amy... Ahora que reacciono ¿qué hacen ellas aquí?

—Yo soy Rouge, ella es Blaze, solteras, por si les interesa, y amigas de Amy. Ya sabemos todo, no nos tienen que explicar, en fin, los venimos a ayudar.

—¿Ustedes me van a ayudar a mí?

—Dah. —Rodé los ojos.

—¿Y en qué piensan ayudarme?

—Ya se nos ocurrirá algo.

[...]

—He de admitir que no se te ve nada mal, cariño. —Me elogió la chica murciélago al mirarme con el traje.

—Te ha quedado genial, Cream; te debo una grande.

—No es nada, Sonic.

—Ya veré cómo regresarte el favor.

—Sí, sí, ajá. ¿Y ahora qué necesitas? —Interrumpió Rouge.

—¿Ahora mismo? Un auto. Silver no se apresura, espero que el coche esté en buenas condiciones. —Saqué una loción de una mochila.

—¿Vas a ponerte esa porquería? —Habló interrogante la aparente Reina del glamour desde sus aposentos.

—¿Tienes algo mejor? —Contesté molesto, en su lugar, me cerró la boca al ver cómo Blaze le pasaba algo de su bolso.

—Toma, es perfume francés. —Me lo entregó. Le quité la tapa y lo olfateé. Huele genial.— Lo compramos antes de venir.

—No está mal.

—Lo sé. —Su ego se vio interrumpido por el sonido de un claxon proveniente de afuera.

Salimos. Era Silver y Knuckles dentro del auto.

—¡Woa! —Bajaron del auto.— ¿Esto es tuyo?

—Es de mi padre, pero desde que se fue por cigarros no lo ocupa.

—¿Hace cuánto que fue por cigarros? —Preguntó Cream inocentemente.

—Cumplo años en agosto.

—Es lo más deprimente que he escuchado. —Comentó entre risas la gata.

—Perdona la demora, pasamos a un autolavado, tenía polvo. —Se disculpó dándome las llaves.

—Tenía escrito "Ojalá mi novia fuera así de sucia" en el parabrisas. —Rió Knux.

Era un auto clásico convertible. Color blanco, cuatro puertas, asientos en color rojo y completamente impecable.

—¿Qué esperas? Vete. Quizá a pie no, pero si no te apresuras con el auto se te hará tarde. —Silver me sacó de mis pensamientos.

—Toma, que no se te olviden tenerlos puestos en todo momento. —Tails me dio unos diminutos auriculares que compré ayer por la noche, eran inalámbricos, haríamos una llamada por teléfono, yo la sintonizaría con ellos diciéndome qué hacer. Me sentía en toda una película de espías.— Suerte, te seguiremos de cerca.

Subí al auto y lo encendí.

—¡Que comience el plan LSD! —Gritó con entusiasmo el equidna.

—¿LSD? —Pregunté antes de irme.

—La Situación Divorciosa. —Simplificó.

Em...

—Sólo no lo vayas a decir si está la policía cerca. —Arranqué cansado de la conversación.

Escrito: 25/11/2017.
Publicado: 05/05/2018.

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