Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

C A P Í T U L O 55

Depresión.
Parte 1.

Sonic.

De nueva cuenta, en el hospital. Sentado en una silla increíblemente incómoda siendo el acompañante de mi madre, quien yacía recostada en su cama.

Pareciera mentira decir que lleva tres meses en este estado, recuerdo a grandes rasgos nuestra última conversación. Tengo la fortuna de que en ningún momento de la misma discutiéramos, conservo en mi memoria cómo lucía su sonrisa y cómo era su timbre de voz. Principalmente porque me visita entre sueños.

No era el único, Sonia también la soñaba a menudo, la diferencia se notaba al despertar. Ella, completamente animada y campante por haber tenido contacto con Aleena en al menos una fantasía; y yo, pudriéndome al abrir los ojos y saber que todos esos buenos momentos eran sólo una farsa.

Me deprimía estar en este lugar tan lúgubre. Apesar de que su propósito principal fuese salvar vidas, no podía evitar darle mucha más importancia a lo que sufrían las familias allí. Cada que venía a ver a mamá, tenía que pasar obligatoriamente por dos pisos, el primero —Obviamente.— donde además de la recepción, también estaba emergencias; y el octavo, cuya ocupación era para las quimioterapias infantiles.

En el tiempo que llevaba asistiendo día con día, me enteré de cientos de historias desgarradoras. Desde una supuesta mujer de la tercera edad que se suicidó al perder a su marido en un choque automovilístico, hasta la de aquel niño que fue abandonado en el hospital al enterarse sus padres que tenía cáncer. Siempre eran relatos contados por los visitantes, jamás por los internos, existía la posibilidad de que se trataran de sucesos que fueron exageradamente modificados al pasar los años, sin embargo siempre llegaba a la misma conclusión: Estar aquí, no era precisamente lo mejor si es que querías seguir cuerdo.

Miraba con asquerosidad a los doctores que no mostraban empatía alguna tanto al recibir a un recién nacido, como al comunicar la muerte de un paciente. Siempre tan neutral, parecían haber perdido la capacidad de entender la vida o quizá la habían entendido tan bien que ya era parte de su rutina. Tal vez, ver el principio y el fin de ésta más de diez veces al día debía ser frustrante.

—Hola. —Le hablé de manera suave.— No tienes idea de lo mal que estoy sin ti. Terminé con Amy, me he comenzado a distanciar de mis amigos, me bajaron el sueldo, me he tenido que mudar de mi departamento a casa otra vez, y bueno... —Suspiré.— Un sinfín de cosas más. El tío Chuck vendrá en una semana a verte, qué bien ¿no? —Guardé silencio.— A veces me pregunto si en verdad me escuchas, o simplemente estoy hablándole a la nada como idiota.

—Hay muchas anécdotas que rondan en torno a eso. —La enfermera había entrado a la habitación. Me mostró una sonrisa comprensiva y pasó a atender a mi madre.— Disculpa por intervenir, no pude evitar escucharte.

—No pasa nada. —Intenté no darle importancia. Me sonrió y prosiguió a marcharse del lugar.

No era la primera vez que tenía una pequeña charla con ella. Sin embargo, sentía que cada una se hacía cada vez más amena. Su nombre era Claudia, tenía veintiocho años y era casada, trabajaba en los turnos de la noche por lo que solíamos encontrarnos muy seguido.

—Ya vine. —Mi hermano me dio una leve palmada en la espalda.

Él cubriría parte de mi turno, sólo unas horas mientras yo iba a trabajar. Era sábado y no habíamos podido organizarnos para cuidar a mamá, aquel horario terminó en un verdadero caos.

—No olvides llamarme si pasa algo. —Le recordé como suelo hacerlo cada día.

Me acerqué a la frente de mi madre y le di un beso. La aprecié unos cuantos segundos con mi vista y crucé el marco de la puerta.

[...]

No tardé mucho en llegar. Entré al café, los meseros me saludaron a lo que yo respondí alzando la cabeza levemente.

—¿Nos piensas invitar algo? —Comentó una voz rotundamente familiar a mis espaldas.

Knuckles ejerció presión con sus nudillos sobre mi cabeza, comenzando a moverlos vigorosamente, haciendo que mis púas se despeinaran. No obstante, me soltó. Tras él venían Silver y Tails. Reí de forma forzada.

—Tengo que ir a prepararme. —Pronuncié como último recurso para salir de allí. Ellos se fueron a sentar en una de las mesas.

Pasé a la bodega, actualmente prefería dejar allí mi guitarra; sería más fácil estar listo para trabajar y no tener que cargarla desde casa, además ya no hallaba motivo para sacarla del estuche si el trabajo no era la causa.

Saqué el cableado necesario, afuera del lugar ya se encontraba Scourge.

—¿Quieres empezar con algo en especial? —Me preguntó al verme con todo el equipo encima.

—No lo sé. Lo que la gente lo pida, estoy en blanco. —Conecté una extensión en un enchufe cercano.

—Bien. —Suspiró.— Iré a preparar una hoja y una pluma.

Cada que tocábamos él y yo, y no teníamos ni idea sobre qué cantar, pasábamos una hoja por las mesas, en ella anotaban las canciones que el público quería —Claro, si es que las conocíamos—.

En pocos minutos, ya teníamos todo preparado. Leí los pedidos del público y arrugué el entrecejo, la mayoría eran melodías lánguidas y apagadas.

—¿Puedes creer que un chico escribió algo de dupstep? El pedido debió de ir para la cocina, nosotros no tocamos con la licuadora. ¿Quién cree que somos como para hacer tal cosa con una guitarra y un bajo? —Se carcajeó.

—Sugirieron "Dust in the wind", seguro la conoces, es clásica. —Comenté sin prestar atención a su anterior comentario.— ¿Hay alguna otra que se te facilite tocar?

—Pues a las chicas les toco ambas. —Puse los ojos en blanco. Él rió.— De acuerdo, pues, eh... Conozco "Unchained melody", "More than words", "Wherever you go" y "Love of my life". ¿Es que acaso todo el mundo está depresivo hoy?

Argh, definitivamente me va a ir mal. Aquella noche estuvo plagada por sucesos infaustos. La música siempre había estado a mi lado en los peores momentos, pero por primera vez no sentía mejoría.

Al terminar, me despedí de mis amigos con frialdad, lamentablemente escuché la conversación de una parejita sentada cerca de ellos, eran quienes nos habían solicitado tocar aquella significativa canción de Queen. Se trataban de dos recién casados muy jóvenes.

No podía dejar de recordarla, pero para tener una relación seria era necesario brindarle tiempo a Amy y con todo lo de mi madre, ya no podía ofrecérselo.

Conociéndola, me hubiese soportado aquel comportamiento, aunque tarde o temprano dejaría de gustar de mí. Se aburriría de tanto esperarme. Preferí alejarme antes de terminar con el corazón aún más lastimado.

Partí rumbo a mi hogar. Caminando con las manos en los bolsillos y mi mirada en el suelo.

Sentía mi cuerpo pesado, la cabeza me dolía y mis ojos ardían. Últimamente tenía problemas de insomnio, dormía realmente poco y despertaba muy temprano. El trabajo y los horarios extenuantes del hospital me causaban demasiado estrés.

Intentaba encontrar un escape de aquello, pero ya nada me funcionaba, o al menos nada que fuese sano para mí. Comencé a esforzarme en evitar las salidas y el contacto con amistades que tenían problemas de alcoholismo, drogadicción o tabaquismo. Deseaba olvidar mis problemas por un rato, mas no quería recurrir a métodos tan corrosivos.

Sentí una fuerte presión en mi pecho, fue entonces cuando me percaté que ahora la tristeza era mi única compañía.

Escrito: 24/02/2018.
Publicado: 04/08/2019.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro