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C A P Í T U L O 40

Dos parejas, dos citas.

Silver.

Silver:
—Hey, seguro que a las 5?

Sonic:
—Sí, seguro, ¿por qué?

Silver:
—Blaze todavía no llega;-;

Sonic:
—Son las 5:01, no exageres.

Silver:
—Soy tan feo como para dejarme plantado?

Sonic:
¡Ojalá! Sería épico. Quiero decir, tus púas son en forma de marihuana, la marihuana es una planta y Blaze te va a plantar ¡JA!

Silver:
...

Sonic:
—De acuerdo, chiste malo. No te desesperes, apenas y ha pasado un minuto.

Silver:
—No va a venir, lo presiento.
—Siempre me va mal en esto.
—Y si compro una muñeca inflable y nos olvidamos de esto?
—Ya son las 5:03!!!
—¿Y si mejor termino adoptando un niño en cuanto llegué a mis treinta? Síp, eso haré, ya tengo mi vida hecha. Me voy de aquí.
—Ah, ahí viene

Sonic:
—Te dije que no había de qué preocuparse, ahora deja el celular y háblale ;)

Silver:
—Y si ahora necesito ayuda para hablarle?

No puedes responder a esta conversación

Hijo de puta.

Decidí guardar mi móvil en mi bolsillo. Quise saludarla con un beso en la mejilla, pero ella me esquivó. Opté por un simple hola. Momento incómodo.

[...]

Amy.

Aburrimiento era lo que nos consumía los dos, no había nada que hacer más que permanecer acostados en el colchón siendo abrazados por el otro.

—¿Qué tal crees que les esté yendo? —Cuestioné recargada en su pecho.

—No lo sé, bloqueé a Silver ya desde hace un rato. —Mofó.

—Qué cruel eres. —Pronuncié con cierto tono de gracia.— ¿Y si llega a necesitar ayuda?

—Le ayudé a verse bien y a planear la cita perfecta; incluso le di tips. No tiene de qué quejarse.

—¿Le ayudaste a planear su cita? —Asintió orgulloso.— ¿Qué le espera a Blaze? ¿Ir a un bar a jugar billar y beber? ¿Ayudarle a Silver a colarse en un parque de diversiones sin pagar? —Burlé.

—Qué graciosa. —Pronunció con sarcasmo.— Para tu información, la cita que he organizado incluye una cena en un restaurante moderno, con música jazz de fondo y una atmósfera romántica. —Presumió.

—¿Y en verdad a ti se te ocurrió o lo sacaste de internet? —Interrogué dándome la vuelta. Quedando mis manos sobre su pecho.

—¿Duda de mi romanticismo, señorita Rose? —Levantó su cabeza para verme directo a los ojos.

—Quizá. —Sonreí de lado mientras desviaba mi mirada.

Sentí sus robustas manos tomarme de la cintura. Fueron éstas las causantes de tirar de mí para hacerme rodar al otro lado de la cama, él quedó sobre de mí con una sonrisa galante haciéndolo lucir más que atractivo.

—Entonces alístate porque tendremos una gran cita con tal de hacer que te retractes. —Me besó, mordiéndome el labio en la ejecución.

Correspondí al instante, adoraba su forma de besar, la facilidad con la que sus labios se acoplaban a los míos era algo casi quimérico. Llevó sus manos a los costados de mi rostro, acariciaba cada centímetro de mis mejillas al ritmo del movimiento de su boca.

Desplazó sus besos por todo mi cuello y parte del hombro. Pasé mis manos por entre sus púas para acariciarle mientras soltaba constantes suspiros en la realización de los roces proporcionados por sus labios.

Sin un aviso precedente, se separó de mí. Alzó una de sus cejas y rió con malicia. Aún sin comprender el porqué, Sonic se levantó de la cama.

—Ya sé a dónde iremos, apresúrate o no alcanzaremos lugar.

—¡Eres un sucio tramposo!

—No es trampa, es justicia. Tú me dejaste igual aquella vez en tus clases de guitarra. —Soltó una risa con cierto descaro.

[...]

Silver.

—¿Entonces te gusta leer?

—Un poco. —Respondí entrando a la biblioteca.

Rogué para que no me preguntara nada más. Realmente era un tonto en cuanto a literatura.

—Ya veo, ¿y cuál es tu escritor favorito?

—Eh... Beethoven.

—¿Qué?

—Oh, dijiste escritor... Creí que dijiste pintor.

—Beethoven tampoco era pintor.

—Estoy bromeando. —Alzó una de sus cejas. Suspiré ante mi muy patética derrota.— Soy un ignorante en cuando a libros, pensé que venir aquí sería bueno porque a ti te agrada. —Ella rodó los ojos.— ¿Por qué no mejor me enseñas? —Ignoró mi comentario comenzando a caminar hacia uno de los estantes.

—¿Con qué prefieres empezar? ¿John Boyne, Isabel Allende, Alonso Cueto, Muriel Barbery? Hay muchas opciones. —O quizás no lo ignoró del todo.

—Empecemos por tu favorito. Si se puede saber.

—Esa es una buena pregunta. —Llevó su dedo índice y pulgar a su mentón.

Vislumbró un libro en los estantes, lo sacó de allí con un poco de trabajo. Nos sentamos en los asientos compartidos de los que Sonic me había hablado y ella comenzó a leer suavemente, mientras yo me acercaba  con lentitud. Estar en la biblioteca no era tan malo como creía.

[...]

Sonic.

Ella yacía con un atuendo casual, llevaba un suéter negro algo delgado sobre una blusa blanca y unos jeans ajustados.

Tomamos el ascensor hasta la planta baja, la del estacionamiento. Entramos a mi auto, por lo que ella se extrañó.

—¿Está lloviendo o algo?

—Noup. Pero si fuéramos sin auto le quitaríamos la gracia a la cita.

—Por favor, dime que no vamos a él autoservicio de McDonald's. —Reí.

Encendí el motor y partimos a nuestro destino, al planear e investigar para la cita de Silver había descubierto varios posibles planes, uno de ellos era una función de autocinema, algo de lo que estaba seguro que le fasinaría.

Amy miraba por la ventana con un semblante que reflejaba curiosidad y desconocimiento. En cuando observó los carteles en la entrada del estacionamiento me volteó a ver entusiasmada.

—Espero que te guste la película porque es la única que hay. —Advertí con un tono divertido.

[...]

Blaze.

Chaos, qué horrible calzado.

—¿Alguna vez has jugado bolos? —Preguntó tomando la bola en sus manos.

—No.

—Bien, pues entonces ésta será tu primera vez. Suelo venir mucho con mis amigos, me gusta porque creo que es el único deporte donde el jugador se puede divertir sin saber jugar. —Tomé otra bola.

—Ajá. —Carraspeé para intentar cambiar un poco el comportamiento frío que estaba presentado.— ¿Entonces el pulgar va aquí?

—Sí, los otros dos orificios son para el anular y el cordial. —Tomó mi mano para acomodar mis dedos. Lo miré con extrañeza a lo que él reaccionó alejándose.— Eh, perdón.

—Como sea. —Le resté importancia con el fin de evitar un momento incómodo.— ¿Esto va por turnos?

—Ah, sí. —Movió la cabeza de lado a lado con rapidez para percatarse de mi pregunta.— Son diez turnos con dos tiros, excepto si haces una chuza, en ese caso tu turno concluye. El puntaje perfecto son 300 puntos, pero ¿te parece si lo hacemos sencillo y sólo contamos los pinos derribados? —Asentí torpemente, a lo que él sólo rió de manera suave.— Bien, empieza tú.

Con un gran egocentrismo y orgullo, inserté mis dedos en la bola de boliche. Tomé vuelo y tiré pésimamente, el esférico rebotó en el suelo.

—Intenta no aventarla tan alto, es a nivel del suelo. —Sugirió con voz temblorosa, se le denotaba nerviosismo.

Repetí el proceso y volví a fracasar, dando como resultado un cero absoluto de pinos en el suelo. Miré a Silver, quien sin mencionar o presumir lanzó aquel objeto.

—¡Demonios! —Exclamó al dejar dos pinos aún en pie.

¿De qué mierda se quejaba? Un sólo tiro y ya había podido derribar ocho pinos sin problema alguno. Inclusive observé como desplazaba la punta de su pie por el suelo. En su segundo lanzamiento completó el strike, él era realmente bueno en esto.

Con un mínimo coraje acumulado intenté el próximo, pude lanzarla bien por fin... Aunque no le di a ningún pino. El segundo fue exactamente la misma mierda.

—Relaja un poco la muñeca. —Aconsejó acercándose.— Mira, esto consiste en cuatro pasos: en el primero presentas la bola —Extendió el brazo encargado de sostener la bola, colocó su otra mano bajo éste.—, en el segundo la llevas abajo —Efectuó dicha acción.—, en el tercero la pasas por atrás —Retrocedió la mano que sujetaba la esfera.— y en el primero la entregas. —Tiró dando una chuza.

Analicé todo lo que me dijo, intenté llevarlo a cabo. El primer tiro, como de costumbre, fue un rotundo fracaso. Sin embargo, en el segundo logre derrumbar poco más de la mitad de los pinos.

—¡Sí! —Festejé dando un pequeño saltito. Me percaté de ello y me crucé de brazos.— Bueno, tus concejos no son tan malos. —Él sólo me sonrió divirtiéndose.

[...]

Amy.

Habíamos conseguido un buen lugar para ver la película. Nos encontrábamos en una zona alta del estacionamiento por lo que los demás autos no estorbaban nuestra visión.

Mi mirada se encontraba concentrada en el filme, sentí como la mano de Sonic se posicionaba en mi rodilla, la miré, ésta misma comenzó a ir hacia arriba. Acariciando con la yema de sus dedos desde mi rodilla hasta mi cadera pasando por los muslos.

Desvíe mi vista de la película y la fijé en el rostro de mi pareja. Quien mordía la parte interior de su labio, denotando una zona ahuecada en el exterior. Sus ojos eran traviesos y repletos de malicia, mientras más lo analizaba y escaneaba con la vista, más fascinante me parecía.

Correspondí su deseo al arrojarme directamente a sus labios, los sujetaba entre mis dientes con sutileza y lentitud, él soltaba risas bulliciosas, las cuales se veían ahogadas entre nuestros roces. Sus manos seguían brindando caricias a mi pierna, para este punto de la relación había notado una diferencia con los pasados intentos fallidos de lujuria.

Esta vez mi ser se encontraba pleno de confianza y seguridad en ello. Quería que si se presentaba la ocasión, pudiésemos avanzar.

Escrito: 01/05/2018.
Publicado: 10/03/2019.

Créditos a user93538706

Créditos a emiliavallejos5

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