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Terminamos nuestro día en la secundaria y Henry, Char y yo nos vinimos a Basura y Más.

Me alegra que el jefe de Henry me haya contratado. Así no estoy todo el día en la casa y hago algo productivo. Además, considero que me sirve para aprender del negocio familiar desde abajo. Afortunadamente mi papá piensa lo mismo que yo y autorizó que trabaje.

Yo me encargo de atender a los clientes y la caja. Henry limpia y Char administra las ventas y los movimientos de la empresa en una oficina que hay en el lado de atrás de la tienda. Ellos pasan la mayor parte del tiempo en el depósito, Henry me ha comentado que es un desastre: lleno de papeles y cosas para tirar o poner a la venta. Por eso pasan la mayor parte del tiempo ahí y necesitaban a alguien que se encargue se la tienda.

Antes de llegar a Basura y Más pasamos por un café, entramos a la tienda riéndonos mientras recordábamos algo que pasó en clase.

-Hola, chicos. ¿Cómo les fue hoy?-nos saluda Ray, quien estaba en la caja. Nosotros nos acercamos.

-Bien, fue un día algo aburrido, sacando que uno le hizo una broma a una profesora.-comenta Henry.

-Te trajimos un café.- Char le entrega el suyo.

-Oh, gracias. Me hacía falta uno.-lo toma-Chicos, sigamos limpiando la oficina de atrás. _________, te dejo a cargo de la tienda, confío en ti.-

Yo asiento y le sonrío. Me acomodo atrás de la caja.

-Nos vemos en un rato, amiga.-se despide Char de mí.

-Prometo subir pronto.-me dice Henry y me da un beso en el cachete, no puedo evitar ponerme roja.

-De acuerdo. Nos vemos al rato. Suerte limpiando y organizando.-les digo algo nerviosa.

Los tres se van para la parte de atrás de la tienda.

Me iba a poner a revisar la lista de cosas que Ray me dejó para hacer cuando el sonido de mi celular me desconcentra. Lo agarro y veo que me llama mi padre. Él y yo siempre fuimos muy unidos, a pesar de su trabajo siempre ha intentado estar pendiente de mí, solo somos mi papá y yo. Mi mamá falleció en el momento del parto, por lo cual nunca la conocí. No niego que me hace falta una figura materna, pero mi papá ha estado siempre para mí de tal forma que no me diera cuenta de la ausencia, aunque a veces es inevitable y me hubiese encantado conocer a mi mamá. Siempre fui una hija obediente y estudiosa, nunca fui problemática. De hecho no estoy acostumbrada a salir tanto de mi casa, o estar tan lejos de ella. Sin dudas que este trato que hicieron hizo que salga por completo de mi zona de confort.

Mi papá trata de llamarme una vez por semana para saber como estoy. Aunque hablamos por mensaje todos los días, una llamada no es lo mismo. Se acerca mi cumpleaños número 17, así que espero verlo pronto, nunca he pasado un cumpleaños sin mi papá, lejos de casa.

-Buenas tardes, padre.-le digo sonriendo.

-Hija, ¿cómo va todo?-

-Bien, estoy en Basura y Más.-

-Perfecto. ¿Descubriste si te gusta el mundo de las empresas?-

-Pues sí, aunque no se compara con los trabajos que me has mandado a hacer de la empresa.-

-Cada empresa es distinta, hija. Pero te sirve para aprender sobre la variedad que hay en el mercado.-

-Tienes razón.-

-¿Cómo te está yendo? ¿Te estás adaptando más?-

-Sí, papá. La familia de Henry me trata muy bien, como si fuera una más. Y con Henry nos hicimos buenos amigos.-no puedo evitar ponerme roja ya que automáticamente pienso en los besos que me dio Henry.

-Me alegro, hija. Es importante que se genere un vínculo entre ustedes, y si es amoroso mucho mejor. Así será más sencillo cuando se casen.- yo suspiro.

-Papá, ¿es necesario que nos casemos? ¿No pueden cerrar un negocio de otra forma?-

-Ya hablamos de esto. Se tiene que hacer de esta manera.-

Yo suspiro.

-Mírale el lado bueno, hija. Has crecido un montón en estos últimos meses. Además, Henry es un gran chico, dale una oportunidad. Si no fuese por este trato, no hubieses experimentado un montón de vivencias nuevas. No hubieses hecho amigos, no hubieses ido a la secundaria, y no hubieses empezado a trabajar. ¿O me equivoco?-

-Tienes razón, papá.-suspiro de vuelta y me aguanto las lágrimas.

Sé que es un cambio muy grande para los dos. Pero Henry ha seguido con su vida normal, con su rutina. La que se tuvo que mudar y dejar todo fui yo. Mientras él solo se tuvo que acostumbrar a ver a una persona nueva en su vida, yo tuve que adaptarme a un estilo de vida completamente diferente.

-¿Te veré en mi cumpleaños?- Mi cumpleaños número 17 es en exactamente un mes. Nunca lo festejo a lo grande, solo somos mi papá y yo en un día donde hacemos algo distinto: salir a comer, ir al cine, o simplemente estar en casa juntos.

-Claro que sí, iré hasta allá por ti, hija. No te preocupes. Ahora te tengo que dejar, estoy por tener una reunión muy importante. Te amo.-

-Yo a ti.- cuelgo y me limpio las lágrimas.

Sin dudas tengo que aceptar que esta es mi nueva realidad de ahora en más. Debo olvidarme de mi vida en Nueva York.