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Han pasado dos semanas desde aquel beso que me dio Henry, mi primer beso. He tratado de evitarlo, me da un poco de vergüenza verlo.

En este momento estoy preparando mi desayuno: waffles con fruta y café. Es sábado, así que considero que es un excelente desayuno para comenzar el fin de semana.

Henry.

Sábado por la mañana: me desperté, arreglé mi cuarto y me bañé. Estando en la ducha no dejaba de pensar en _______. Hace semanas que me ignora y eso me hace sentir culpable. ¿Tan mal beso? ¿Tan mal le caigo? ¿Qué ocurre? Luego de vestirme, bajo a desayunar. Al entrar a la cocina, me encuentro con _______ saliendo de ella. Ni bien me ve noto como se pone roja, algo que me encanta de ella: lo vergonzosa que es. Nos quedamos mirando fijamente, en silencio.

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Sé que es complicado evitar a alguien viviendo bajo el mismo techo, yendo a la misma escuela y trabajando en el mismo lugar. Pero considero que venía bastante bien con eso, hasta ahora.

-________, ¿será que podemos hablar? Sobre lo ocurrido aquella vez.- dice calmado y mirándome fijamente

La realidad es que no iba a poder sostenerlo por mucho tiempo. Henry tiene razón. Tenemos que hablar.

-¿Te parece si vamos a desayunar a mi habitación? Así podremos hablar tranquilos.-propongo yo. Considero que es lo mejor será ir a un lugar más íntimo.

Henry asiente. Se prepara una taza de café, agarra una fruta y me sigue hasta mi cuarto.

Cierro la puerta y ambos nos sentamos en mi cama. Acerco una mesita que tengo en mi sector de lectura (el cual es formado por un sillón y una mesita al lado de mi bibloteca) y ponemos nuestras cosas ahí.

-¿De qué quieres hablar?-decido romper el hielo. Soy un saco de nervios internamente. Agarro mi taza de café y tomo un poco.

-Lamento lo de la otra vez. No debí besarte, no estuvo bien. Lo siento.-noto sinceridad en su mirada.

Suspiro y dejo mi taza en la mesa.

-Henry, no te preocupes.-

-Es que desde ahí empezaste a ignorarme. _______, lo siento mucho. Solo me nació, no me pude resistir. Es que me estabas llenando de preguntas acerca de ese Thomas y no voy a negar que siempre que te veo con él muero de rabia y... No sabía lo que sentía exactamente por ti.-

-Henry, por más de que me guste Thomas, no importa. Tú y yo nos vamos a casar.-

-Lo sé, pero... _______, me gustas.- me mira a los ojos y siento como un montón de mariposas alteran mi estómago mientras me pongo roja.

-¿Por qué, Henry? No tengo nada de interesante. Me paso estudiando. Estoy en tu casa. De la casa a la secundaria, de la secundaria al trabajo. No tengo nada particular. ¿Por qué?-

-_______, eres hermosa. No solo por fuera, sino también por dentro. Eres simpática, inteligente, chistosa. La forma en la que hablas me encanta. Me encanta como se te iluminan los ojos al hablar de un tema que dominas. Es impresionante lo mucho que sabes. Puede que tu no lo veas, pero yo sí. Eres increíble.-

En estos momentos estoy hecha una piedra. No puedo creer lo que me acaba de decir Henry. ¿En serio él ve eso en mí? Me siento muchísimo más roja que antes y las mariposas se multiplicaron por mil. 

-¿En serio piensas eso, Henry?-sonrío apenas.

-Claro, ______. Y sé que nos vamos a casar de todos modos. Pero sin planearlo, me enamoré de ti.-

-Perdón por ignorarte. Es que no supe como reaccionar.-digo sincera, pero en shock por todo lo que estoy escuchando. Jamás pensé que me fuera a pasar esto a mí.-Henry... Fuiste mi primer beso.-le confieso.

Puedo notar como su expresión se torna a una de asombro.

-¿De verdad?-

Asiento.

-Nunca he tenido en mi vida lugar para amigos o un novio. Hasta el trato que hicieron nuestros padres.-

-Es increíble como nos metieron en ese lío.-dice Henry y suspira. Yo asiento.

Ambos nos quedamos un rato en silencio, mirándonos.

-¿De verdad fui tu primer beso?- dice él y noto que se acerca un poco más a mí. Yo asiento.

-El primero y el último, Henry. Ya sabes el porqué.-dije riendo un poco nerviosa, ya que sentía que Henry estaba muy cerca.

Le estaba por hablar, pero siento, nuevamente, después de dos semanas los labios de Henry sobre los míos.