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Capítulo 10

—Sigo sin entender cómo es que puedes comer helado con este frío.

Soobin rió bajo cuando escuchó al mayor, alzó sus hombros restándole importancia y siguió comiendo felizmente del mismo, pues luego de varios ruegos, por fin se había dignado a comprarle su helado.

YeonJun sonrió con ternura y se dedicó a admirar a su omega, que correcto se sentía pensar en que Soobin si era suyo y no, no porque lo viera como algo de su propiedad, el sentimiento iba más allá de eso, eso lo sabía muy bien, puesto que lo sentía suyo de una manera emocional y sentimental que nunca se espero pasaría, pero ahora ahí estaban.

Juntos y casados.

Que bien se sentía eso.

—¿Quieres?—. Salió de su ensoñación cuando lo escucho, viendo como ahora tenía la cuchara delante suyo con una pequeña probada, sabía que podía negarse pero también sabía que si hacía eso, muy posiblemente tendría que enfrentarse a un berrinche del menor y si bien estos eran bastante tiernos a su parecer, no quería hacerlo pasar por uno tan rápido en su luna de miel, así que aceptó, haciéndolo sonreír.

Eso lo hizo volver a sonreír.

Soobin se veía tan tierno con aquel gorrito de lana que tenía un pompón en el mismo, sumando a eso su naricita roja por el frío y la forma en la que iba abrigado, verlo de esa forma le recordaba bastante a cuando eran adolescentes y Jungkook, su ahora suegro, solía decirle que se pusiera varias capas de ropa para que esté no tuviera frío, justo como ahora, aunque realmente no llevaba tanta ropa como en este entonces, pero al tener puesta una chamarra suya tanto propia, se veía un tanto pachoncito.

Simplemente adorable.

Una vez el menor terminó su helado, salieron de ahí, caminando por la calle, disfrutando de la nieve y del frío, si bien Soobin era alguien friolento, no iba a negar que le gustaba bastante ese clima, sobre todo por la nieve.

Llegaron a un parque en el cuál, Soobin no dudo en tirar de la mano del mayor, llevándolo hacia la nieve para que pudieran hacer un muñeco con la misma.

YeonJun no se negó y eso mismo hicieron, se tomaron fotos junto a el mismo y luego de eso, se pusieron a jugar, lanzándose bolas de nieve y creando una pequeña guerra, la cuál terminó en un apasionado beso que fue dado por el alfa.

Soobin se sentía tan abrumado cada que lo besaba así, pero debía admitir que le encantaba, aunque una parte de él se sentía nervioso, pues no olvidaba lo que siempre estaba apunto de pasar siempre que el mayor lo besaba así.

Por supuesto que quería entregarse al alfa, pero simplemente no podía, no todavía.

No cuando los recuerdos de aquella noche lo invadían y le hacían sentir el mismo miedo que experimentó.

Necesitaba poder superarlo del todo eso para poder entregarse a YeonJun tanto como lo quería él y su lobo.

Y por supuesto que lo haría.

Durmieron abrazados, con Soobin acurrucado en el pecho del mayor mientras esté le hacía cariños en su cabello, murmurandole lo mucho que lo quería.

Durmieron así cada noche durante su estadía en Nueva York, disfrutando de poder visitar varios lugares en está, YeonJun disfrutando de ver a un lindo Soobin emocionado por todo.

Definitivamente nunca olvidaría ese viaje.

Por fortuna tomaron muchas fotos, sobre todo el omega, pues quería enseñarles a su familia y a Beomgyu lo bonito que era el lugar.

Cuando las dos semanas pasaron y el tiempo de regresar a casa llegó, en cierta parte Soobin estaba tanto triste como feliz, pues aunque extrañaba a su familia, también debía admitir que había disfrutado bastante su estancia ahí, además de que técnicamente tenía a su alfa sólo para él.

Talvez algo infantil de su parte, pero dadas las futuras circunstancias, sabía que una vez que regresarán a Seúl, YeonJun comenzaría su trabajo como presidente de la empresa y había que admitirlo, no era un trabajo sencillo, estaba consiente de que estaría la mayor parte del día fuera de casa y si bien lo entendía, también una parte de él quería a su alfa sólo para él, sentía que estaba siendo algo egoísta por pensar y pedir eso, pero luego si lo pensaba mejor, era completamente entendible, ahora eran pareja oficialmente y seguiría necesitando del alfa, igual que siempre.

Sabía que hablarlo no tenía nada de malo, pero tampoco quería verse infantil por eso.

YeonJun sintió el aroma de tristeza en su omega y no dudo en acercarse a él, con la intención de hacerlo sentir mejor, apoyándose sobre sus rodillas delante suyo mientras tomaba sus manos.

—Regresaremos un día Binnie, no estés triste—. El menor lo miró y sólo asintió, eso llamó la atención del mayor, pues conocía a la perfección esos ojitos. —¿Pasa algo más, cierto?

Soobin lo miró, suspiro derrotado y asintió de la misma forma, sabía que de todos modos se iba a dar cuenta.

—Eso lose, pero cuando regresemos a Corea, tú tendrás el trabajo por el que nos comprometimos al principio, estarás todo el día fuera de casa y si bien se que yo también estaré en la universidad y en la cafetería, va a ser raro llegar a casa y saber que estaré solo hasta que tú regreses, no quiero dejar de pasar tiempo contigo y tampoco quiero verme infantil por estarte diciendo esto pero es que—. Suspiró bajo y decidió quedarse callado, desviando su mirada.

YeonJun lo miró comprensivo y besó el dorso de su mano con suavidad, eso hizo que Soobin lo volviera a mirar.

—Te entiendo Binnie, después de todo, estamos empezando nuestra vida de casados—. Sonrió. —Es normal que no quieras que dejemos de pasar tiempo juntos, pero hay una ventaja de que ahora yo sea el presidente y esa es, que puedes ir a verme y quedarte conmigo las veces que te plazca, nadie te prohibira ni te dirá nada porque eres mi esposo—. Se sentó a su lado. —Encontraremos maneras para no dejar de pasar tiempo juntos y todo eso, ¿De acuerdo?

Soobin sonrió feliz y sin dudarlo, abrazo a su alfa, haciendo que ambos quedarán acostados en la cama.

Eso hizo reír al mayor.

Imposible no amar a Soobin.

Soobin de verdad no se esperaba que su casa fuera a ser de dos pisos y que encima tuviera piscina.

YeonJun de verdad no entendía la palabra "sencilla".

A menos que sus abuelos la hayan escogido

—¿Te gusta?
—¿No podía ser un poco más sencilla?siento que la piscina es demasiado.

YeonJun suspiró, si se esperaba una respuesta así.

—En mi defensa, fue un regalo de mis abuelos, dijeron que una casa grande nos vendría bien—. Soobin frunció su ceño, con algo de confusión.
—¿A qué se refieren?

YeonJun rascó su nuca, algo nervioso por lo que estaba apunto de decir.

—Piensan que nos vendrá bien para cuando estés embarazado y vayamos a tener a nuestros primeros cachorros.

Soobin se sorprendió ante eso, sintió sus mejillas calentarse y pudo notar también el rubor en las mejillas del alfa.

Ambos se miraron expectantes, hasta que Soobin fue el primero en desviar su mirada, un tanto avergonzado, ellos no habían hablado sobre tener cachorros y estaba seguro de que los abuelos del alfa ya hasta debían tener planeado cuántos tendrían.

Ay no

—Ni siquiera hemos hablado sobre tener cachorros—. Decidió romper el silencio. —Digo, si sería lindo tener y que se parezcan a ambos, cuidarlos, amarlos, enseñarles cosas y todo eso, pero aún es muy pronto para pensar en tener uno—. Suspiró. —No estoy listo y se que tú tampoco, aún hay muchas cosas por hacer antes de tenerlos, tengo que terminar mi carrera, conseguir un buen trabajo y tú recién vas a empezar tu trabajo como presidente el cuál no es algo sencillo, los cachorros vendrán cuando sea momento, no antes, no ahora—. Miró al alfa luego de eso, notando su linda sonrisa.

Eso lo hizo sentir un poco más confundido.

¿Porque sonreía así cuando técnicamente le acababa de decir que aún no quería hijos?

—¿Porque sonríes?
—Porque acabas de aceptar que si quieres tener hijos conmigo—. Dijo mientras mantenía esa linda y estúpida sonrisa coqueta.

Soobin sintió sus mejillas aún más calientes y volvió a desviar su mirada.

Podía sentir a su lobito feliz, moviendo su cola de un lado a otro.

Por supuesto que quería tener cachorros con el alfa, aunque nunca pensó que lo admitiría en voz alta y ahora ahí estaba, diciéndolo exactamente así.

Sintió los brazos del mayor rodear su cintura, eso hizo que lo volviera a mirar.

—Se que aún no estás listo y está bien, porque tienes razón, yo tampoco lo estoy, los tendremos hasta que tú te sientas completamente listo, es tu cuerpo después de todo Binnie, así que será tu decisión, no importa si pasan cinco o diez años, esperaré el tiempo necesario—. Dijo con sinceridad y besó su mejilla con cariño.

El menor sonrió en grande y asintió, abrazándolo después de eso.

Sólo esperaba los abuelos de su alfa lo entendieran y no fueran tan insistentes, pues no olvidaba que habían sido criados a la antigua.

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Que bonito se siente actualizar.

Una disculpa, me quedé dormida el jueves, pero aquí tienen.

De verdad que gracias por entender y por sus comentarios así como votos para la próxima historia que empezaré a subir, creo que es obvio cuál hshshs, no se preocupen, de igual manera la otra que no suba, empezaré a subirla cuando termine está sí, está historia no es tan larga shavas, así que bueno.

Cualquier error háganmelo saber porfavor.

Espero su día este marchando bien.

Cuídense mucho❤️.

Nos vemos~

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