Choi Soobin era un omega gentil, desde pequeño había sido aceptado y querido por muchas personas. Sus mejores años fueron a lado de su familia, lo tenía todo, tenía libertad, tenía amigos, veía a sus abuelos, corría por el patio, estudiaba libremente. Y luego, todo eso se esfumó cuando a la edad de 19 años, lo comprometieron con el hijo mayor de la familia Kang.

Para él no hubiera sido problema alguno haberlo aceptado, hubiera preferido tener un cortejo y conocer al chico.

Pero evidentemente se negó en cuanto le dijeron que estaba obligado a casarse con él.

¿Por qué?

Porque Kang Taehyun no era lo que él quería, Kang Taehyun no era su Alfa, se negaba a aceptar que su Alfa era aquel hombre tan despiadado. Si bien habían tenido la misma edad cuando fueron comprometidos, Taehyun aparentaba el doble de su edad.

Tal vez era porque su familia lo entrenaba constantemente desde los seis años. A Kang Taehyun le enseñaron su papel en la vida; ser coronado como el diablo en persona, convirtiéndose en el Alfa a cargo de la Mafia.

Los Kang eran conocidos por toda la ciudad de Seúl, todos sabían que a donde ellos fueran había problemas. Es por eso que cuando Soobin salía a la ciudad para comprar o hacer algo útil con su vida, nadie parecía querer atenderlo ni mirarlo.

Porque había unas cuantas reglas en específico ante el esposo de Kang Taehyun: No lo mires, no lo toques, no te acerques, no respires cerca de él. Porque si lo haces, no vivirías para contarlo.

Ahora seis años habían pasado desde que Soobin se había unido en matrimonio con aquel Alfa, y seguía haciéndose las mismas preguntas una y otra vez.

¿Por qué a él? ¿Por qué no elegir a alguien más?

Taehyun no es bueno, es un despiadado asesino y manipulador. Soobin cree que hay una razón detrás de todo eso, pero aún así se niega a aceptar a un asesino mafioso como su Alfa.

Lamentablemente para él, tendría que vivir atado durante toda su vida con la Mafia, hasta el día de su muerte. Y Soobin deseaba que ese día llegara ya.