[Final] JUNTOS POR SIEMPRE
—Cariño— siento que unas manos me remueven, pero estoy demasiado cansado como para abandonar mi preciado sueño.— Cariño— otra vez esa dulce voz y me obligo a abrir los ojos.
Me remuevo un poco incómodo y me giro para poder darle la cara. Siento las lagañas en mis ojos y los restriego para quitarlas. Mi bella esposa parece que alberga un nido de pájaros en la cabeza, tiene el cabello revuelto hasta la médula y su enorme panza de nueve meses resalta más que nada.
El tan solo imaginar el día en que tengamos a nuestra preciosa princesa en brazos me hace sentir tantas emociones juntas que el corazón me galopa en el pecho.
—¿Pasa algo? ¿Ustedes están bien?— pregunto y ésta asiente. Respiro aliviado porque en un momento llegué a pensar lo peor.
—Es que tú hija y yo tenemos hambre y en la nevera no está lo que queremos.— expresa con un pucherito adorable que me encoje el pecho. Le sonrío sin poder evitarlo porque ésta mujer, Dios, es mi vida.
Sin más remedio me quito el edredón de encima y arrastro mi cuerpo hasta el borde de la cama. Le tiendo mi mano mientras nos levantamos, me pongo mis pantuflas y camino hasta la puerta.
TN mece sus pies mientras está sentada en un taburete frente a la encimera, rebusco en los cajones hasta encontrar un tazón y un paquete de cereales nutritivos. Vierto el cereal y luego le añado leche con miel para que quede bueno. Se lo tiendo junto a una cuchara y me mira antes de comenzar a devorarlo.
No llega a cinco minutos cuando ya raspa el fondo del tazón con la cuchara.
—¿Estaba bueno?— le digo divertido mientras le limpio con una servilleta las comisuras de sus labios. Asiente en una sonrisa y de un momento a otro jadea mientras arruga al ceño.
—Jung— mi nombre queda en el aire y rápido tiro la servilleta al cesto mientras respiro asustado y más que todo preocupado.
TN vuelve a gemir mientras se dobla y la sostengo para que no se caiga de el taburete.
—Respira cariño, es solo una contracción, respira, ¿Si?— soplo su cara para que se calme pero niega adolorida.
—Jung-k-kook— mi nombre sale interrumpido por sus jadeos— No es una contr-acción, he roto la f-uente— y cuando concluye soy yo el que jadea asustado. Una lágrima sale de el ojo de TN y miro el suelo viendo el charco de agua.
—Mierda, mierda. Respira. Recuerda lo que dijo la doctora. Respira— ella hace lo que le digo y sonrío tembloroso mientras agarro el teléfono y llamo a mis padres. Luego le indico a los guardaespaldas que preparen el auto y TN solo jadea y respira haciendo exactamente lo que le digo.
—Príncipe Jeon, ¿Desea presenciar el parto de su esposa?— habla el médico que desde más de 20 años ha sido nuestro doctor de confianza. Tengo un nudo en la garganta pero aún así asiento sin pensarlo mucho. Mi esposa y mi hija me necesitan, eso es lo que importa.
—Si, estaré allí — le digo y luego de ponerme la vestimenta y prepararme entro al quirófano.
TN me mira con la cara llena de lágrimas y beso su frente.— Se fuerte, recuerda que te amo— ella me sonríe débilmente y de un momento a otro otra contracción la ataca.
— Señorita ya casi, veo la cabeza del bebé, cuando le diga puje— le indica la enfermera y mi esposa asiente mientras el sudor le gotea por la frente.
TN extrangula mi mano mientras grita y puja fuertemente. Mis huesos crujen pero en el instante en que el llanto de mi pequeña princesa inunda la habitación es como si mi mundo se paralizara. Veo a TN inhalar aire aliviada de tanta presión mientras tira la cabeza hacia atrás, sonríe mientras las lágrimas se deslizan por sus mejillas y el nudo que antes sentía en mi estómago se desvanece mientras sonrío y al mismo tiempo lloro.
Las manos me tiemblan mientras la enfermera me coloca en brazos a la bebé. El doctor sonríe al ver cómo una nueva descendiente de la realeza llega al mundo. La décimo sexta princesa de la dinastía Jeon, mi pequeña Jeon Soji. Beso su pequeña frente y su llanto se evapora mientras ronronea gustosa y se acomoda en mis brazos. Sus ojos me miran mientras sus manitas tan pequeñitas se mueven.
Se la entrego a su madre y TN sonríe mientras le besa la frente y le murmura lo mucho que la quiere. Aún está pálida y cansada pero eso no es impedimento para dedicarle a nuestra bebé el amor que se merece.
Me acerco a TN mientras me arrodillo a su lado. Tiene cables en su brazo izquierdo y la enfermera se los acomoda mientras nos hace una reverencia y se retira. Beso dulcemente la mejilla de TN mientras juntos vemos cómo nuestra pequeña es amamantada del pecho de su madre.
—Es preciosa— dice mientras me mira— Se parece a tí, tiene tus ojos, tu naríz.
Sonrío ante lo último— También se parece a ti, solo mira su pequeña boca, tiene tus labios, tus manos. Es la versión miniatura de ambos.
En todo el rato nos dedicamos a ver cómo nuestra pequeña come tranquila y de vez en cuando abre los ojos para mirarnos o se remueve.
La bebé duerme tranquila en la incubadora que yace al lado de la cama de TN. Ya ambas están en su habitación privada, lejos de él olor de la medicina u otros químicos.
Estoy recostando en el sillón, son las 6 de la madrugada en punto. El reloj de la pared lo indica. Sonrío mientras veo a las mujeres de mi vida dormir tranquilas.
Mamá entra al cuarto y sonríe mientras las ve a ambas. Luego se dirige a mí y me abraza. Le devuelvo el abrazo aliviado, mientras la aprieto contra mí.
—Mi niño— murmura contra mí cuello y beso su frente.— Ya eres todo un hombre, solo mírate, estás hermoso— dice mientras acaricia mi cabello y besa mi frente.
— Te extrañé mucho— le digo sinceramente mientras la tomo de las manos. Acaricio el dorso de éstas y mamá desvía la mirada a TN.
—¿Cómo están?— pregunta mientras se acerca a TN y le toca la frente. Sonríe mientras mira a la bebé— Es preciosa, se parece mucho a ambos.
Sonrío mientras camino hasta estar a su par.— ¿Dónde está papá?— murmuro para no despertar a la bebé que se remueve.
—Afuera, esperando su turno.— sonrío cuando dice lo último y asiento. Me agrada la idea de que papá está aquí. En éste tiempo hemos mejorado nuestra relación y puedo decir que ahora somos padre e hijo.
TN se remueve pero no sé despierta y suspiro mientras veo su rostro relajado en comparación a antes.
—Vendré luego, tu abuela te manda muchos besos y ni hablar de tu abuelo, ambos te mandan saludos— dice y toma su bolso.— Descansa, ¿si?— asiento como un niño.
—Ten cuidado y dile a la abuela que pronto iré a verla.— la abrazo y ésta asiente antes de salir del cuarto.
Suspiro sintiéndome el hombre más afortunado en el mundo, mientras miro a mi reina y mi princesa.
No sería nada sin ellas, sin Soji y sin mi mejor amiga. La mujer de mi vida.
Son tantos recuerdos. Como éramos en la universidad, cuando me dijeron que debía casarme con ella, cuando la besé en el altar, cuando hicimos el amor, cuando le cociné. Cuando me jaló por la oreja. Sonrío ante ese recuerdo. Cuando me dijo que estaba embarazada. Díos son tantos recuerdos.
Sonrío mientras me limpio una lágrima que cae por mi mejilla.
Si de algo estoy seguro es que jamás me arrepentiré de haberme casado con TN. Y que daré lo mejor de mí como rey y ciudadano de ésta nación.
...
Estoy llorando 😭, realmente lo estoy haciendo.
En mi opinión éste es el final perfecto para ésta historia. Ahora solo nos queda el epílogo y decirles que estoy muy agradecida con todas las que han llegado hasta aquí. Muchas gracias de corazón. Sin el apoyo de todas ustedes no me hubiera armado de valor para editar éste libro🥺🥰.
Espero que lean mis demás historias y que igual les gusten.
MELANIGP14JM.
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