[08]
TN;
Llegamos a la habitación dando tropezones, la boca de Jungkook se mueve con agilidad y fiereza sobre la mía, gimo cuando quita lo último que cubría mi cuerpo y me lanza a la cama.
Sus ojos me miran tan oscurecidos como la noche, lo veo quitarse la última prenda que cubría su cuerpo y jadeo cuando veo su virilidad recta, gruesa y venosa.
Me sonríe maliciosamente mientras tira de mis tobillos y me acerca al borde. Gatea un poco hasta que queda tan cerca de mi intimidad que incluso puedo sentir su aliento mentolado. Me retuerso buscando más contacto.
Jungkook agarra mis caderas con fuerza mientras me inmoviliza y los ojos se me van hacia atrás cuando siento la primera lamida, gimo cuando retuerse mi clítoris y tiro la cabeza hacia atrás.
Se siente tan bien.
El sigue en su labor hasta que dos dedos hacen intromisión y me obligo a abrir los ojos y hacer una pequeña o con mi boca.
Hacemos contacto visual y en ese momento, mientras sus dedos me penetran fácilmente por lo húmeda y resbaladiza que estoy siento un remolino en mi vientre bajo que me obliga a gemir con más fuerza. Cierro los ojos con fuerza mientras siento el mundo venirse abajo y pasa.
Exploto en su boca.
Jungkook se encarga de succionar hasta la última gota y me retuerso sensible por el reciente orgasmo.
Me enseña los dos dedos mojados por mis fluidos y los lame frente a mi cara.
Jadeo por su descarada acción y se mueve a un lado mientras estira la mano y saca de la mesita de noche un sobre plateado.
Lo rasga con ayuda de su boca y se arrodilla en el colchón mientras se lo pone.
No decimos nada porque nuestras acciones son suficientes.
Se acomoda entre mis piernas y me besa, me besa salvajemente mientras su lengua se enreda con la mía.
Gimo en su boca cuando siento la punta entrar.
Dios.
Sus besos bajan a mi cuello y cierro los ojos cuando lo siento entrar de una vez.
Tan duro y salvaje que chillo. Mientras sus caderas hacen un vaivén, éste se despega de mi cuello y tiene el pelo pegado al rostro. Ambos estamos sudando y no es para menos.
Sus ojos viajan a mis pechos y mientras los atiende gimo alto. Siento que me va a romper en cualquier momento porque sus movimientos se vuelven feroces. Sus jadeos de escuchan alto combinados con mis gemidos. Aruño su espalda y enrollo las piernas en sus caderas.
Me siento en el cielo de repente. Una sensación inexplicable. Entierro mis dedos en sus hombros mientras le pido más.
-No te det-tengas- hablo entrecortado mientras gimo. Lo escucho gruñir mientras muerde y lame mi cuello.
-A-sí- grito cuando sube mis piernas a sus hombros y lo siento prufundo, muy profundo.
Asiento perdida en el placer y me aferro a su cuerpo cuando siento el mío convulsionar. Siento mis músculos tensarse y aprito mis dedos de los pies mientras me corro.
Los ojos se me viran mientras grito su nombre y se corre junto conmigo.
Gemimos juntos mientras pegamos nuestras frentes.
Nos sonreímos exaustos y juntamos nuestras bocas de nuevo.
Nuestros cuerpos tienen espasmos y ambos estamos hechos un desastre.
Respiramos con dificultad.
-Dios- le oigo decir entrecortado mientras se recuesta a mi lado y se quita el condón.
Me siento demasiado cansada como para abrir los ojos y antes de dormirme los siento besar mi frente mientras me abraza.
Me despierto desorientada mientras refrego mis ojos. Bostezo cansada y adolorida por todas partes.
Miro a mi lado y el pecho me da un salto al no verlo a mi lado. El estómago se me retuerse del hambre y no me queda de otra que levantarme, ducharme y bajar a la cocina.
Lo busco pero no está, suspiro sonoramente mientras busco la caserola y comienzo a prepararme algo de comer. Me asombro al ver la hora en el reloj que hay en la cocina.
Seis de la tarde. Creo que estuvimos demasiado tiempo en acción.
Mezclo los fideos en el agua humeante y recuerdo que el no está en la casa.
Un sentimiento me entristece pero no le hago mucho caso.
Cómo en silencio los fideos cuando siento el teléfono de la casa sonar.
Me levanto mientras me dirijo a la sala y tomo el dichoso aparato en la mano.
-Tn-oigo decir a Jungkook.
-¿Pasa algo?- indago preocupada por su tono de voz.
-¿Podrías venir a casa de Jin?
-Si, pero, ¿pasa algo?- vuelvo a indagar.
-Es que se siente mal y yo necesito atender unos pendientes.
-¿Pero los chicos no están ahí?- lo escucho decir que no.
- Están en sus casas, tu hermano está aquí pero no sabe que hacer.- lo oigo suspirar.
Relamo mis labios- De acuerdo.
Sin más cuelgo mientras me dirijo a la cocina, termino de comer rápidamente y lavo los trastes que usé.
Subo rápidamente las escaleras mientras me dirijo a la habitación. Me cambio de ropa y tomo un abrigo de felpa mientras salgo. Me aseguro de tomar las llaves del auto y mi celular.
Me subo al auto sin siquiera avisar a los guardaespaldas. No tengo tiempo para explicaciones. Conduzco hasta adentrarme a uno de los vecindarios más caros de Seúl.
Estaciono en la calle que por suerte es bastante tranquila y con poco tráfico de autos.
Me encamino por la puerta de la casa y Jimin está parado en la puerta principal.
-¿Jin, está bien?- digo luego de separarme de él.
-No se lo que tiene, pero le duele mucho- lo miro raro, Jimin no tiende a comportarse tan extraño.
-Debemos ir a un hospital- digo mientras atravieso la sala en dirección al cuarto de Jin.
-No- Jimin me detiene y frunzo el ceño, éste se rasca la nuca nervioso y lo sé porque después de todo somos hermanos.
-Jimin, ¿Que me estás ocultando?- pregunto mientras me cruzo de brazos y lo miro seriamente.
-Nada, nada- se apresura en decir mientras mueve las manos. Asiento no muy confiada y atravieso el largo pasillo hasta llegar al cuarto de Jin.
Abro la puerta y me adentro pero no veo a Jungkook, muerdo mi labio al ver a Jin apretarse el vientre.
-Jin- digo rápidamente mientras me acerco a él.
Sin pensarlo mucho me arrodillo a su lado. Siento la presencia de mi hermano detrás de mí.
-¿Estás bien? ¿Dónde te duele?- pregunto mientras tomó su mano.
Seokjin no abre los ojos y eso me asusta. Siento mis ojos cristalizarse de miedo y pánico.
-Me duele mucho- su voz de siente débil y tomo una bocanada de aire en alivio.
Trata de moverse pero gime de dolor al instante.
-Jimin, vete a una farmacia- le digo y asiente- Compra paracetamol y dile que te venda un sedante.
-Si, ya voy- habla mientras sale apresurado de la habitación.
Miro el cuerpo pálido de Seokjin y me preguntó si de verdad está bien.
-No te muevas mucho- le pido y asiente.
-De acuerdo- susurra.
-¿Cómo terminastes así?- indago y lo veo remojarse los labios, de repente no luce tan mal y le miro extrañada enterrando los ojos.
Pasó una mano por su mejilla para comprobar mi teoría y suelto aire sintiéndome enojada al momento.
El maquillaje blanco se adiere a mi dedo y le miro sin poder creerlo.
-Una comida, me hizo daño.- me río interiormente al escuchar su mentira.
No sé de quién haya sido la idea pero cuando lo descubra créanme no seré amable.
Jimin entra por la puerta con una bolsa y se la arrebato enojada de las manos.
-¿Qué pasa?- dice mi hermano mientras se acerca a mí y sin pensarlo mucho lo tomo de la oreja.
-¿Qué, que pasa?- me río y jalo su oreja y este jadea adolorido.
-Hermanita... suéltame- suplica, pero no lo suerlo.
-Ustedes- mascullo enojada y Seokjin abre los ojos asustado por mi tono de voz serio, enojado y neutral- Son unos muy malos mentirosos.
Suelto a Jimin y se tambalea, rápido se soba la espalda y me dirijo a Jin que hace el intento de huir pero se lo dificulto porque lo tomo de los pelos.
-Mi cabello no- grita asustado mientras tiembla. Sonrío incrédula mientras una carcajada brota de mi boca pero rápido borro la sonrisa. Mi rostro se torna sombrío y traga duro.
-¿De quién fue la idea?- pregunto mientras miro a Jin y luego a Jimin.
-Jungkook- murmura Jin y lo suelto cabreada.
Respiro con dificultad y siento mi sangre hervir, aprieto los dientes y salgo apresurada de allí.
A lo lejos siento a Jimin avisarle a Jungkook de la situación, maldito conejo. En serio pensaba que caería.
Ni siquiera se porqué confié en el y lo más jodido de todo esto es que jugó conmigo, por una hora, pero jugó conmigo y mi propio hermano se prestó a su jueguito.
Me subí al auto mientras lo encendía y manejaba a toda velocidad.
Ésta mañana me dejo sola luego de haber hecho el amor, y ahora me sale con ésto.
Aprieto el volante mientras lo giro furiosa.
Jeon Jungkook no sabe con quién se ha metido y estoy segura que esto para el es otro de sus tantos truquitos.
Estaciono enojada en el garaje y un guardaespaldas me mira asustado cuando salgo del auto echando humo, por así decirlo.
Abro la puerta y Jungkook se me lanza encima al segundo.
-Dulzura, lo puedo explicar- dice mientras trata de soltarse de mi agarre y no es para menos estoy agarrándole fuertemente de la oreja y no me importa escucharlo implorar en éste momento.
-¿Explicar dices?- el sarcasmo adorna mi voz mientras lo suelto y me abraza- Suéltame- exijo mientras me safo de su agarre- Me usates para otro de tus estúpidos jueguitos.- exclamo con la voz rota.
-No era un juego- su tono de voz se torna suave, dolido.
-¿Y que era entonces, eh?- exijo mirándolo. Me toma de la mano mientras me conduce escaleras arriba.
No digo nada solo lo sigo a sabrá Dios dónde. Empuja la puerta de la habitación y el aire se traba en mi garganta. Mis ojos admiran todo y estoy petrificada.
-¿Qué es ésto?- pregunto asombrada mientras llevo una mano a mi boca.
-Supongo que era mi sorpresa por nuestros primeros tres meses de matrimonio- habla- Pero se arruinó- agacha la cabeza y sin pensarlo mucho lo abrazo.
-Lo siento- una lágrima brota de mi ojo izquierdo pero él rápidamente la limpia.
-No lo sientas, aunque bueno sigue siendo una sorpresa- acerca su boca a la mía mientras murmura - Podemos hacer una reconciliación- me besa antes de responder y me derrito en sus labios.
A fin de cuentas la única tonta enojona fuí yo, porque a decir verdad todo esto es precioso.
La habitación decorada con velas aromáticas, la cama con pétalos de rosa y la botella de champagne junto a dos copas en la mesita de noche.
Nos besamos mientras nos juntamos en cuerpo y alma.
...
Creo que no es necesario narrar lo que pasó.(XD.
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