[07]
TN;
El auto se mueve mientras cierro los ojos y me relajo en mi asiento, detrás nos sigue otro auto de seguridad.
Jungkook se remueve en su asiento y resopla. Lo miro moverse y no puedo evitar pensar en que es lo que lo atormenta.
-¿Estás bien?- me motivo y le pregunto. Asiente con desánimo.
-Si, solo un poco ansioso.- me miró y se pasó una mano por su perfecto traje.- Te veo relajada- Habla y mojo mis labios.
Asiento- Lo estoy- sonrío cortamente y este asiente mirando al frente.
Un gran palacio antiguo se abre a nuestro paso y estiro mi cuerpo preparada para lo que viene a continuación.
El auto atraviesa un portón de hierro mientras se desliza por el impecable asfalto. El conductor se baja mientras nos abre la puerta. Jungkook hace una mueca pero luego esbosa una mínima sonrisa. Yo también sonrío un poco por su acción.
-Vamos- indica mi esposo mientras me toma de la cintura y susurra algo en mi oído- Solo relájate y no dejes que te incomoden- Dice y al culminar besa mi frente.
Comensamos a caminar y lo que parece ser un mayordomo nos indica por dónde debemos atravesar pero tal parece que Jungkook conoce el camino a la perfección. Claro, si toda su vida a estado rodeado de cosas como éstas.
Una puerta antigua de esas que siempre veía en los doramas de la época de la dinastía Joseon, se desliza y dentro está una señora sentada en el suelo en estilo indio y a su frente hay una mesita de madera y dos cojines.
Le hacemos una reverencia y siento los jugos gástricos removerse en mi estómago, estoy nerviosa y el corazón me late desbocado. Imito lo que mi esposo hace que es arrodillarse sobre uno de los cojines y agradezco al cielo por traer un vestido que me cubre pero también me facilita la acción.
La mujer al fin nos mira. Porque desde que entramos ha estado con la cabeza gacha.
Sus ojos marrones oscuros parecen atravesar mi alma y luego habla serenamente.
-Sabía que serías la indicada- su tono frío y áspero me pone los pelos de punta y trago grueso mientras desvío la vista confundida.
-Abuela- reprocha Jungkook entre dientes.
La mujer parece querer devorarme y siento náuseas del miedo. Y es que joder, quién no sentiría náuseas si te miran como si miraran a través de tí.
-Jeon Jungkook- éste resopla- Déjanos a solas- pide pero parece más una orden.
-Pero- protesta.
-Pero nada, sal- lo mira seriamente y este se levanta y se retira. Me mira dándome ánimos pero solo lo fulmino con la mirada.
Es un maldito, se atrevió a dejarme sola.
Suspiro y la miro, ésta parece ablandar su semblante y sus ojos parecen adquirir brillo.
-Tranquila, se que doy miedo, pregúntale a Jungkook... pero no muerdo- sonríe y le miro asombrada.
-Esta bien- la duda bañó mis palabras.
-¿Segura?¿No estás incómoda en esa postura?- niego y parece aliviada.
-Estoy bien.
Aseguro y parece aliviada.
-Ash, este mocoso me sacará canas verdes- no puedo evitar soltar una risa que la contagia- Cuando salgas de aquí- habló en un susurro.- Dile que te asusté, verás como se pone, ese muchacho anda loco por ti- me dice intrigadamente. Suelto una risa nerviosa por sus palabras y aprieto los labios.
-De acuerdo- le hablo tranquilamente.
Todo el rato que pasa me cuenta anécdotas de su vida, de como Jeon Jungkook siempre andaba en travesuras. De como fueron sus primeros pasos. Su primera palabra y me asombro cuando me cuenta que ésta es la primera vez que interroga a alguien. Sonreímos cuando me cuenta que siempre quiso un nieto pero su hija, la actual reina no quería, hasta un día que se le ocurrió darle un brebaje a la reina y su esposo y terminaron consiviendo a Jungkook.
Además le cuento de mi vida, rápido tomamos confianza porque le digo que antes su nieto y yo no nos queríamos ni hablar y ahora estamos en cómo dice ella, ''nidito de amor''.
Jungkook asoma la cabeza y parece aliviado cuando ve que estoy conversando abiertamente con la gran reina.
-El abuelo te espera- le dice a su abuela y ésta asiente mientras se levanta. Imito su acción y observo el rostro sereno de Jungkook.
La gran reina sale y Jungkook entra. Se tumba en el suelo y palmea sus piernas.
-Ven- pide y me sonrojo al mirar su entrepierna. Vuelve a palmear sus muslos- ¿Qué pasa?- alza una ceja.
Me rasco detrás de la oreja mientras le miro un poco nerviosa- Nada- le digo mordiendo mis labios.
-¿Entonces?
-¿Entonces, qué?
- No me respondas con otra pregunta.
Aprieto los puños no por molestia sino porque sigue insistiendo. ¿Acaso no ve que estoy roja de la vergüenza?
Jungkook lanza una risotada y frunzo el entrecejo.
-¿Qué te causa tanta gracia, eh?
-Nada, - mueve la mano sin borrar la sonrisa- Pareces un tomatito, eso es lo gracioso- admite y abro la boca levemente enojada.
Me le acerco y golpeo su hombro- Maldito- cuando me voy a separar soy jalada por su mano y pego un grito al caer sobre el.
Tiene una sonrisa maliciosa y antes de poder protestar ya se encuentra entre mis piernas.
-Pues este maldito, puede hacerte muchas cosas- indaga y trato de detenerlo cuando mete sus manos bajo mi vestido, abro la boca sorprendida cuando baja mis bragas de un tirón y se arrodilla en el suelo.
Cierro las piernas- Nos pueden ver- protesto pero las vuelve a abrir.
- No me importa.
Cuando voy a volver a hablar, siento algo húmedo tocando mi centro. Gimo y arqueo la espalda mientras se me nubla la mente. El muerde, supciona y chupa mi punto sensible y jadeo sin contenerme.
...
Arreglo mi vestido arrugado mientras lo veo acomodarse el pantalón, me peino un poco con las manos y salimos. Cuando voy a caminar siento aún mi intimidad palpitar y no es para menos.
Jungkook entrelaza su mano con la mía y salimos de el enorme palacio.
Afuera está la camioneta negra y los guardaespaldas al vernos nos hacen reverencias.
El conductor nos abre la puerta mientras entramos y pone el auto en marcha.
...
Por orden de Jungkook paramos en un parque donde a lo lejos se pueden ver niños jugando.
Caminamos mientras mi esposo me toma de la mano y nos acercamos a una niña que está llorando.
-¿Pequeña, estás bien?- le pregunta Jungkook mientras suelta mi mano y se arrodilla de una pierna. Éste limpia sus lágrimas y no puedo pasar por alto lo tierno que es la escena.
-Mi mami no ha vuelto- miro a Jungkook preocupada y éste suspira triste. La niña que no parece pasar los cinco años hace un puchero y comienza a llorar de nuevo.
A lo lejos se ve a una mujer venir corriendo en nuestra dirección, cuando llega a nuestro lado prácticamente le arrebata la niña a Jungkook y cuando le mira luce sorprendida.
Jungkook se levanta y le sonríe. Miro a la niña que no deja de mirarme y le sonrío haciendo que esconda la cabeza en el cuello de su madre.
La mujer parece estar en un trance pero aún así contesta- Príncipe- murmura y hace una reverencia un poco incómoda por traer la niña cargada.
-Cuídela mucho- le dice Jungkook y la mujer asiente.
La mujer se va y le seguimos el recorrido con la mirada. Jungkook me pega a él y apoyo mi cabeza en su pecho.
- Sería lindo tener un bebé- sus palabras me impresionan pero no de molestia sino de felicidad.
-Lo sería- le abrazo y besa mi cabeza.- Se parecería a tí- levanto la cabeza y beso su barbilla.
-Y a tí- me toma de la cintura con ambas manos y deposita un beso en mi nariz que me hace sonreír y esconder la cara en su pecho.
Se balancea conmigo en brazos y el tiempo parece detenerse cuando me besa, nuestros labios danzando lenta pero profundamente. Me aferró a su cuello con ambas manos cuando ladea su cabeza y las piernas me tiemblan como gelatina. Sus manos aprietan mi cintura y suspiro en sus labios.
Las mariposas parecen querer salir de mi estómago y el pecho se me remueve ante tantas sensaciones.
Nos separamos luego de un rato y con la respiración agitada y el corazón latiendo rápidamente juntamos nuestras frentes. Abro mi boca respirando con dificultad y este respira rápidamente.
-Te quiero- sus palabras me hacen mirarlo a los ojos y sonrío con los ojos cristalizados.
Jamás pensé que se sentiría tan lindo que te dijeran eso.
-Yo también te quiero- le digo sinceramente y sonreímos antes de volver a juntar nuestras bocas suavemente.
-Terminemos esto en casa- dice sin separarse del todo de mí, porque aún estábamos en medio de un parque y varias personas nos miraban asombrados.
Asiento emocionada por su propuesta indecente y salimos de allí dejando atrás a las personas que hablaban de nosotros.
De seguro mañana era titular de prensa nuestro reciente beso.
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