[04]
TN;
Ordenaba y limpiaba los trastes usados mientras preparaba la cena. De seguro se preguntan porque no tenemos sirvientes.
Fácil, la reina y el rey acordaron que es mejor que tengamos privacidad absoluta, los únicos empleados que tenemos son los guardaespaldas que trabajan por turnos y la mucama que solo viene los fines de semana, limpia y se va.
Estoy tan concentrada en lo que hago que no siento cuando Jungkook entra y se posiciona detrás de mí.
Toca mi hombro y brinco sobresaltada. Lo miro mientras tengo una mano en el pecho y el solo ríe.
-¿De qué te ríes?- le digo bastante agitada, este arruga la nariz divertido y niega.
-Nada, cosas mías- dice y mira la encimera, dónde hay dos cuencas con fideos humeantes. Al lado hay salsas y frijoles. Se relame los labios antes de hablar.
-¿Cocinaste?- pregunta y asiento tímidamente, cocinar no es algo que hiciera muy a menudo por lo que rezo porque la comida esté buena.
Jungkook se sienta en un taburete frente a la encimera y precede a comer sus fideos. Curiosa lo miro esperando su respuesta, saborea y parece sorprendido.
- Están buenos- dice y suelto el aire retenido en los pulmones. Imito su acción y como encantada. La verdad los fideos están muy buenos y ni hablar de los frijoles que están deliciosos.
La voz de Jungkook me saca de mi burbuja.- TN, respecto a lo que pasó en la mañana- se rasca la oreja y trago duro.
-¿Qué pasa?- indago sabiendo por dónde va el tema.
- Olvídalo- me dice y siento mis ojos picar, pestaño varias veces para que no se me cristalicen los ojos y asiento, inconforme con su propuesta.
Me levanto de mi silla, ya sin hambre y me dispongo a fregar mi cuenco y el de Jungkook cuando me lo tiende. Éste me mira con pena porque sabe que nunca he tenido novio y que soy frágil cuando de sentimientos se tratan.
Lo oigo suspirar cansado cuando se retira de la cocina y aprieto los ojos para no llorar de la rabia.
Es un insensato.
...
Los minutos pasan y me siento agotada de repente, un líquido sale de mi interior y abro la boca sorprendida. Se suponía que el período me llegaba en tres días.
Para colmo no tengo toallas sanitarias y no me queda más remedio que ir a la habitación de Jungkook.
Toco la puerta pero nadie responde así que me adentro y me encuentro a Jungkook dormido boca abajo solo en bóxer.
Respiro profundo antes de susurrar su nombre en su oído. Este da un quejido y rápidamente se gira para verme asustado.
-¿Qué pasa?¿Estás bien?- interroga sentándose en la cama.
Asiento antes de hablar- No me quedan toallas sanitarias- murmuro y éste abre la boca para hablar pero no lo hace.
-¿No puedes esperar hasta mañana?
Niego, si pudiera esperar hasta mañana créanme que no estaría aquí poniendo mi dignidad a juego.
-De acuerdo, saldré- se levanta y agacho la cabeza avergonzada.
-¿Qué talla usas?- interroga.
-Normal- murmuro mientras me levanto de la cama y mierda no puede ser.
Los ojos se me cristalizan mientras veo la mancha. No me puedo sentir más avergonzada. Jungkook parece darse cuenta de la mancha y lo próximo que siento es como sus pulgares limpias las lágrimas que salen de mis ojos.
-No lo sientas, no es algo como para avergonzarse tanto- me dice y agacho la mirada cohibida-. Hey- su mano levanta mi mentón y susurra-. Eres demasiado hermosa como para llorar- me sorprendo por sus palabras y el corazón me late rápido, con fuerza.
Éste me da una corta sonrisa mientras se gira y termina de vestirse.
- Ésta noche... duerme aquí- me pide y asiento anonadada. No soy capaz de hablar.
Cuando éste sale cambio la sábana y me cambio las bragas manchadas, junto al short del pijama. Pongo la ropa sucia en el cesto para mañana lavarla ya que llevar eso a una lavandería sería bastante vergonzoso.
...
Alrededor de veinte minutos después siento como es abierta la puerta principal y a los pocos segundos aparece Jungkook por la puerta mientras en sus manos trae tres paquetes de toallas sanitarias y está rojo, solo que no sé porqué.
-¿Te ha pasado algo?- pregunto inquieta, este me mira y sonríe negando.
- Nada importante, solo que la señora de la farmacia me ha preguntado que si las toallas eran para conquistar a mi novia, por suerte la señora no me reconoció. - Suspira sonriendo y ahora entiendo todo.
Tal parece que lo avergonzaron un poco.
Le arrebato el paquete mientras me dirijo al baño. Me colocó la toallita y vaya, me queda a la perfección.
Salgo del baño dispuesta a irme a mi cuarto pero su voz me detiene.
-Recuerdas, que te dije que dormirías conmigo- asiento porque la verdad no me pareció tan convincente su propuesta.
-Si- hablo y este me toma de la mano mientras tira de mí. Abro los ojos asombrada por su atrevimiento y murmuro.
-¿Qué haces?- los nervios son notorios y este sonríe.
- Dormimos bien la última vez, debemos repetirlo- asegura mientras con cuidado me tumba en el cama. Quedamos frente a frente.
-Pero, yo pensé que... yo pensé que t...- no me deja terminar de tartamudear a lo que estaba haciendo porque me interrumpe.
-¿Lo dices por el beso?- su voz de torna suave y asiento bajando la cabeza.- Mírame cuando te hablo- ordena y es impresionante como su voz cambia de dulce a autoritaria.
Levanto la mirada- No me importa pasarme la vida besándote, porque ¿sabes algo?- sonrojada le miro- Me encantó besarte y me siento confundido, como si me estuviera ilusionando con una futura relación- confiesa y sus palabras me toman por sorpresa.
Tengo el corazón en la garganta y me cuesta hablar-. Entonces tú, ¿Me quieres besar?
Mi pregunta parece sorprenderle pero aún así asiente y se incluna hacia adelante uniendo nuestros labios y saboreando el sabor del otro.
Es un beso suave, sin lengua, dónde miles de sentimientos se mesclan porque yo también me siento así.
Ilusionada.
Cuando nos separamos no decimos nada, solo me recuesto en su pecho desnudo y éste acaricia mi pelo y mi espalda sintiendo el sueño vencerme, caigo dormida.
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