[03]
Salgo del baño en pijama y cuando planeo acostarme veo a Jungkook sin camisa y en pantalón. Avergonzada le regaño.
-¡¿Pero que haces tápate?! - dije tapándome los ojos y desviando la mirada de su definido torso.
-Se supone que estoy en mi casa, vete acostumbrando.- dijo como si nada. Me mordí la lengua para no insultarlo.
Me fue difícil mantener mis pensamientos a raya, porque siempre la mente me traiciona. Traté de no recordar su cuerpo, pero joder, es difícil y más cuando lo puedes tener todo para ti solita. Tan solo imaginar sus manos en mi cuerpo hizo que mi temperatura corporal aumentara hasta sonrojarme con mis propios pensamientos.
- En serio eres una pervertida- abrí la boca para protestar pero sentí como bajó la cremallera del pantalón.
-¿Qué haces?- los nervios fueron notorios y lanzó una risita divertido.
-Nada, solo dormiré en bóxer y vete acostumbrando- dijo antes de lanzarse a la cama. Le dí la espalda mientras me dirigía al armario.
-Dormiré en la sala- hablé decidida a salir con una almohada y un edredón.
-El edredón se queda- me lo arrebató de las manos.
-Entonces con que me cubriré- conté hasta mil para no matarlo.
-Con nada, ahora sal- maldito bipolar.
Sin más tomé la almohada y salí de la habitación en dirección a la sala.
...
JUNGKOOK;
La sed era tan grande que sentía incluso mis labios resecos. Sin más remedio me levanté torpemente y bajé las escaleras. Al llegar a la sala la ví, durmiendo con esa diminuta pijama que me hizo tragar y <Dios Santo>, la garganta me ardió en el proceso.
Fuí hasta la cocina y luego de beber agua, regresé a la sala. Sin más remedio que hacer pase una mano por su espalda y la otra por sus rodillas. La levanté y con cuidado subí las escaleras hasta llegar torpemente al cuarto.
La recosté en la cama y la arropé con el edredón, me tumbé a su lado y luego de darle la espalda sentí un tímido brazo posarse en mi cintura, sonreí adormecido antes que el sueño me venciera.
...
Los rayos del sol comenzaron a entrar por la ventana y no me quedó más remedio que abrir los ojos. Me removí incómoda en que momento el sofá fue tan cómodo. Casi se me salen los ojos al ver sobre quién estaba y como estaba.
Su duro y desnudo pecho era mi almohada y por un momento me le quedé mirando enternecida. Miré su perfil relajado y por un pequeño momento me sentí afortunada de ser la que lo tenía como esposo.
-Deja de mirarme- abrí la boca sorprendida por su acción.
-¿Qué pasa si no quiero?- le reté dispuesta a ganar la batalla.
-No quieras saber- advirtió.
-Igual no dejaré de mirarte- le hice saber con una pequeña sonrisa.
-¿Dices que no?- lanzó arrogante y negué.
-No- hablé decidida.
-Tu eliges- resumió.
Cuando fui a protestar ya era demasiado tarde y estaba sobre mí, lo miré asustada y nerviosa mientras un volcán se formaba en mi estómago. Traté de alejarlo pero eso hizo que se acercara más, hasta el punto en que sus labios rozaban los míos.
<Dios mío>
Entreabrí los labios respirando entrecortado y éste sin más pegó esos finos labios a los míos. Como si de un imán se tratase le correspondí al segundo en un beso suave hasta que la intromisión de su lengua húmeda y tibia hizo que la temperatura subiera de nuestros cuerpos. Nuestras lenguas se enredaron y suspiré contra su boca. Sus manos acariciaron mis muslos desnudos y mordió mi labio inferior haciendo que gimiera en el acto.
Lo detuve cuando todo comenzó a salirse de control y se separó con la boca roja e hinchada.
-Lo siento- dijo antes de salir apresurado en dirección al baño, aún sin creerlo me toqué los labios y suspiré.
Eso no debió pasar.
Sin más bajé a la cocina dispuesta a evitarlo a toda costa.
Al cabo de unos minutos entró a la cocina. Lo evité puesto que me daba vergüenza mirarlo a los ojos luego de lo ocurrido.
-Saldré- fue lo único que dijo antes de marcharse. Suspiré dejando lo que estaba haciendo para subir a la habitación y ducharme.
JUNGKOOK;
Los guardaespaldas estacionan en la casa de Seokjin. Sin más bajo del auto y entro por el amplio jardín hasta la puerta.
Hoseok me recibe con una sonrisa y mientras le informa a los chicos decido sentarme.
Jimin llega rápido como una flecha y se sienta a mi lado, confuso lo miro.
-¿Cómo está mi hermana?- dice serio.
-Bien, no nos llevamos tan mal- le digo aunque en gran parte era cierto, ese beso tan caliente creo que cambiará nuestra relación.
-Me alegro, sabes que si le haces algo te quedas sin pelotas- trago duro ante su amenaza y asiento rápidamente.
-Perfecto- dice y al poco rato llegan los otros con botellas de cervezas en las manos. Me tienden una y gustoso la acepto.
Taehyung me mira interrogante y se que habrá mucho para hablar.
Trago para comenzar a expresarme de la mejor manera posible; borracho.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro