Han pasado dos semanas desde que me enteré que debería contraer matrimonio con ese indeseable, aún recuerdo sus palabras a la perfección y joder, duelen.

Suspiro cansada mientras soy maquillada, si maquillada ya que dentro de dos horas seré oficialmente la princesa de Corea. La esposa de Jeon Jungkook. Le guste a quien le guste y le pese al que le pese.

-Señorita por favor debe usar el liguero y esa ropa interior- las palabras de la maquillista me sacaron de trance. La miré negando. De todas las cosas que puedo hacer en esta vida, la más horrenda sería usar eso.

-Ni muerta- dije mirando con horror la ropa interior que era una lencería bastante sexy- ya dije que no y no insistan- dije firme con mi decisión, si de todas formas yo y el no tendríamos coito.

-¿Qué pasa ahora TN? - preguntó entrando sin tocar a lo que rápido escondí la ropa interior y por suerte tenia una bata-toalla puesta.

-N...nada ahora vete- dije nerviosa y me odié por haber tartamudeado.

-¿Qué escondes?- preguntó serio y alzó una ceja. Negué de nuevo y bufó.

-Algo que ni en otra vida usaría - dije roja como un tomate. Sentía incluso el calor en mis mejillas.

- Muéstrame - extendio sus manos- quiero ver que es eso tan vergonzoso que escondes.

-No- dije rápido avergonzada y negué incómoda por la situación a la que habíamos llegado.

-Señor es lencería,- habló la maquillista y la fulminé con la mirada.

-Maldita- susurré cohibida.

-¿De verdad?- preguntó divertido y lo miré extrañada- ¿en serio crees qué te tocaré? - dijo con asco y justo con esas palabras sentí un cuchillo atravesarme el alma, tanto así que desvié la vista. Respiré profundo ya que no me quedaría callada, eso no.

-¿Disculpa?... en primer lugar yo no pedí eso y en segundo prefiero morirme virgen- sentencié firmemente.

-Odiosa- dijo molesto antes de irse, reí por su comportamiento. En estos días he aprendido a controlar mis sentimientos y a sacar provecho de todo.

Miré a las maquillistas.-¿No les dije que no hablaran?- las regañé y estás asintieron apenadas.

-Los sentimos- dijeron las dos al unísono.

-Tranquilas aunque lograron ayudarme- lancé una sonrisa malévola.

-¿En que?- dijo una.

-A escapar de ese momento, pero por el decirme eso ahora la usaré y por favor apresúrense que ya falta poco para la hora.

-De acuerdo- .

...

JUNGKOOK;

-De verdad está loca, muy loca- torcí una mueca- lo que me espera.

Por un momento un pensamiento fugaz cruzó mi mente. Dónde en el estaba TN, juntos.

Mierda, sacudí la cabeza borrando los pensamientos y decidí posicionarme en mi lugar correspondiente del altar.

...

Tn entraba acompañada de su padre, a lo lejos se encontraba Jungkook y el padre, y entre los invitados estaban los reyes, en primera fila, la familia de TN, los gran reyes. Sus amigos más cercanos. Otros como políticos y ministros, cercanos a la realeza. Y entre ellos estaba el presidente de la Nación, quién fue el invitado de honor.

La boda sería el evento más esperado de la noche, incluso transmitido por la televisión. En el lugar habían periodistas de SBS, KBS y otros noticieros.

Guardaespaldas estaban ubicados por toda el área velando por la seguridad de los reyes y el príncipe.

-Jungkook- habló su padre y lo miró- Cuídala - asintió como último recurso. Si de algo estaba seguro es que no dejaría que le hicieran daño, pasara lo que pasara.

-Lo tengo claro.

Su futura esposa se colocó a su lado y fingió la más hermosa sonrisa para todos, aunque por dentro estaba que temblaba de los nervios.

-Trata de fingir mejor una sonrisa y no cometas una locura- le dijo al oído a lo que TN asintió con la piel erizada por su comportamiento.

- Estamos aqui para unir a estos dos jovenes en santo matrimonio (...)

- Principe Jeon Jungkook, desimoquinto sucesor de la corona, ¿acepta usted a Park TN para amarla, cuidarla, y respetarla hasta que la muerte los separe?

A Jungkook le temblaban las manos y tomo aire antes de hablar.- Acepto- el rey sonrió en grande y Jungkook se asombró de ver tal acción. Incluso se le aceleró el corazón.

-Señorita Park TN, ¿acepta usted al príncipe Jeon Jungkook, desimoquinto sucesor de la corona, para amarlo, cuidarlo y respetarlo hasta que la muerte los separe?

-Acepto- dijo y en ese entonces cayó en cuenta de que se había condenado para siempre.

-Los declaro marido y mujer, próximos herederos de la corona. Puede besar a la novia.

La manzana de Adán de Jungkook se movió haciendo notar su nerviosismo y TN se mordió la lengua para no salir huyendo.

Éste sin mas opción la tomó de las mejillas y plantó un suave beso en sus labios que la hizo suspirar.

Al separarse Jungkook sonrió nervioso.

-¡Larga vida a los príncipes!- gritaban eufóricos.

...

Las horas fueron pasando y para ese entonces ya estaba entrenando a la que ahora sería nuestra casa. Los pies me dolían horrible por los tacones y el vestido al ser muy largo arrastraba al suelo. La reina decidió que no usaría vestidos tradicionales, sino el que ella usó cuando su boda.

La casa era enorme, dos plantas, jardín enorme con diferentes variedades de platas y un garaje de gran tamaño. Por dentro era como estar en un sueño. Tenía retoques dorados por las paredes y al parecer ya habían colocado un cuadro de la boda.

Hice una mueca al verlo.

-Me iré a dormir- le informé pero su mano impidió que siguiera caminado. Lo miré fastidiada comenzando a enojarme.

-Espera que no se te olvide que ahora eres mi esposa, dulzura, y debemos compartir cama- dijo divertido y torcí los ojos cabreada.

-Eso jamás- hablé segura de mis palabras.

-¿Me temes?- seguía con su jueguito. Me solté de su agarre y le enseñé mi dedo del medio enojada.

- Imbécil no puedo creer como te consideré mi mejor amigo, eres un dolor de cabeza- me sobé la frente con disgusto. Pero su semblante divertido no cambiaba.

-Lo mismo opino- chasqueó la lengua.

TN;

Entré a una de las tantas habitaciones que tenía la casa. Busqué ropa cómoda para cambiarme y sin más me dirigí al baño no sin antes haberme desecho de esos horribles tacones.