Leonardo Siller.

Estaba en el campo de entrenamiento, cuando de repente suena mi celular, dejo de disparar, dejo el arma a un lado y atendiendo la llamada.

-Halo.

-Señor tenemos al testigo.

-Perfecto, llevenlo al sótano.

-Entendido.

Luego de dar las órdenes a mis guardias, procedo a recoger mi cosas, en el camino le dejé un mensaje de texto a mi hermanita -Te amo, y perdóname lo que haré-, e estado investigando a escondidas de mi hermana la muerte de mis padres, es un enigma su muerte, ¿Porque lo hicieron?, ¿Quien los motivo a eso?, muchas preguntas siempre estuvieron en mi mente.

Llego al estacionamiento, al momento de llegar al carro, escucho el sonido de unas llantas de moto, hasta que de repente unos hombres se paran delante de mí, sacó el arma para apuntarlos, pero sentí el sonido de una bala, una bala que dispararon detrás de mí.

Hizo que mi cuerpo se desplamara al piso, trato de ver los hombres que me dispararon.

-Malditos traídores.

No era nada más que mis tíos paternos quienes me dispararon, los veo irse, así que aprovecho y saco el teléfono y el mando un mensaje de texto a mi hermana -SOS son ellos -, poco a poco mi cuerpo se terminó de debilitar, hasta que cierro mis ojos, ya no siento el latido de mi corazón.

¿Será que me reencontrare con mis padres?, ¿Quien cuidara ahora a mi hermana?, ¿Mi hermana?, lo único que pensaba era el futuro de ella sin mi.

Acaso hice mal mi trabajo como hermano mayor, o será que fui la decepción de mis padres y de ella, ya no podré saber nada de esto, porque hoy mismo estaré en el infierno.

Fin.