•3• Sí, acepto
-Jung Hae Mi ¿ Aceptas a Jeon Jungkook como tu legítimo esposo para amarlo , respetarlo y cuidarlo en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe?
-Sí, acepto.
-¡No! No no no no acepto!- desperté sentándome de un tirón en la cama
-HaeMi- mi madre abrió la puerta en ese mismo momento mientras yo no hacía otra cosa que intentar salir de ese horrendo susto. -¿estás bien?-dijo extrañada.
-Ah, ¿que ocurre?- bufé en un murmuro. Me estrujé los ojos y miré por mi ventana, debían ser las ocho de la mañana o más.
-¿Cuándo te piensas levantar?, amaneció hace un siglo, y los Jeon estan por llegar.
-Está bien- le dije, desapareció de la puerta dejándola entrejuntada, mientras miraba por todo el piso sentí el lloriqueo de mi cachorro afuera.
-¡Mamá!- grité molesta y en un segundo mi lindo perrito entró corriendo, era obvio que lo había golpeado.
Dios, es una versión aminorada de Cruella De Vil.
Kingkang subió a la cama de un salto, inmediatamente tirándose sobre mí. Lo acaricié un rato, para despertar mejor, una vez estuve más espabilada me levanté de la cama dejándolo echado y mirando atento todos mis movimientos.
Hoy teníamos un desayuno pendiente con los Jeon. No entiendo, si ya hemos -o han- hablado de todo lo habido y por haber porqué tenemos que seguir viéndonos.
Jungkook fue hostigante desde pequeños, desde que parecía un conejito bueno y tierno que no rompe un plato. En realidad era alguien con el cual tendrías que saber lidiar, y como yo era toda una mocosa también, a pesar de que me lleva un año, me enojaba en un dos por tres y terminábamos peleando.
Eso fue cuando éramos niños, cuando crecimos consideramos mejor ni siquiera mirarnos, aunque si hacen falta detalles: Jungkook seguía siendo irritante.
Lógica razón por la que no tiene novia.
Que fuese un chico guapísimo era bueno, si, y un desperdicio. Tenía niñas por montón detrás suyo, pero solo las ignora. Ya solo falta que sea gay.
Siempre fue una desventaja que nuestras familias se llevaran tan bien, puesto que gracias a esa maravillosa y única razón, era casi obligatorio tener que congeniar.
Y cosas en las que no quiero ponerme a pensar si no quiero que me coja tarde.
Me adentré a mi vestidor y miré por encima algún que otro vestido, no quiero ser exótica pero tampoco quiero ser invisible, así que si voy a ver a Jungkook que sea como debe ser.
Bajé las escaleras viendo que en ese justo momento una empleada se encargó de abrir la puerta y dejar entrar a nuestras visitas. Mi familia política por así decirlo.
Mis ojos obviaron a los señores Jeon y se detuvieron justo sobre Jungkook. Tal vez después de dos años me llame mucho más la atención. Piercings, tatuajes... a él le miento pero a mí misma no. Si nos lleváramos mejor y yo no estuviera tan molesta con la vida ,no estuviera tan en desacuerdo con esta idea de casarnos.
-¿Creen que se pueda adelantar la fecha?. Si lo que quieren es que nos casemos hagámoslo de una vez- comenta Jungkook, desinteresadamente.
-¿Hae?- escucho el llamado de mamá- ¿No dirás nada?, ¿también quieres que se adelante?
-¿En serio necesitan mi opinion?- ¿cómo se habla irónica y educadamente?- al fin de cuentas un día tengo un novio y al otro sé que mis padres son quieres controlan mi vida. Y no solo eso, deciden que tengo que casarme con ... él.
Jungkook rió burlesco.
-¿De que te ríes, imbecil?- le hablé.
-De que eres más patética que hace dos años ¿no te jode?- escupe, la señora Dana interrumpió mi contraataque
-Chicos, es muy temprano para esto.
-Y por eso quiero acabar con esto. Señora DoYeon, con todo el respeto. - Jungkook se dirigió a mi mamá- Está bien si nos casamos mañana mismo, suponiendo que en tres meses no habrán cancelado nada, quiero que nos casemos lo más pronto.
Yo bufé por lo bajo y lo miré incrédula.
-¿Eres consciente de lo que acabas de decir? ¿Quieres casarte de verdad? Porque no me sorprende que estés enamorado de mí y esta sea tu jodida estrategia.
Algo dentro de mi estalla cuando lo miro a los ojos. Dejamos de vernos hace ya tiempo, por la razón de que su familia se mudó a Busan y el se trasladó de escuela, los vínculos que tenían nuestras familias por negociaciones y demás también disminuyeron. Antes ya lo había mirado muy de cerca porque en la adolescencia intentó besarme una vez. El porqué no lo sé, solo recuerdo que fue de repente, se molestó porque yo no paraba de discutirle por una cosa del millón por las que lo hacíamos a diario. Hoy por hoy solo puedo decir que fue algo imprevisto pero si revivo ese momento en carne propia se sentiría diferente. Estábamos demasiado cerca, nunca me había sentido como aquel día, tenía un rostro masculino frente a mí, un rostro que es el doble de hermoso después de años, algo que en mis adentros no me cuesta aceptar. Mi respiración se volvió irregular de una manera increíble, pero cuando vi que miró mis labios fijamente no pude evitar recordar que en un K-Drama vi algo parecido, si los ojos contrarios bajaban a ahí significaba solo una cosa. No sé por qué mi odio se trasladó hacia la limpiadora al verla entrar por la puerta del salón de clases, ya vacío.
A pesar de que hay una distancia respetable entre ambos se siente el resplandor de los nervios rodearme por completo. Aunque no se si estoy alucinando, algo con él está distinto, no hablando de su físico.
-¡Esto es lo malditamente mejor!, ¿de qué sirven tres meses viéndote la cara a adrede?, casémonos y ya- me habla de la misma manera
-Oigan- volteamos a ver a nuestras madres. Atendiendo principalmente a la señora Dana- precisamente porque no son lo suficientemente adultos van a convivir juntos y a casarse.
-Claro que sí. Estoy segura que eso ayudará a que se caigan mejor el uno al otro.- añade mi madre
-Espera, ¿vamos a vivir juntos?.- pregunté confusa. Imaginando cosas que me gustan y no me gustan la vez. Joder, nunca pensé en eso. Claro, marido y mujer vienen juntos.
-Lo que faltaba- escucho el murmuro de Jungkook y sin echarle un ojo se que rió- realmente ya no tengo nada que decir. HaeMi no está de acuerdo, yo tampoco quiero esto. ¿A que clase de juego jugamos?
-Esto es muy en serio. Dejen de ser negativos. No todos los matrimonios forzado terminan en desgracia.- el argumento se mi madre me provoca ganas de reír.
-Mamá, escucha - tomo la palabra- que en el siglo XlX los padres obliguen a los hijos a contraer matrimonio está bien. Si es tu caso, perfecto, amas a papá y tal. ¿Pero ya te diste cuenta de que han pasado más de diez décadas?. ¡En este siglo las personas nisiquiera se casan!.- expliqué rendida. Ella demoradamante sonríe
-Me casé en el siglo XX ¿si?. Y gracias a tu esmerada explicación, las ganas de que te cases han mutado en mí- su sonrisa es falsa, y lo noto porque la conozco.
-Dios- escondí mi rostro entre mis manos.
-¿Ya ves lo que provocas?, ¿por que no solo te callas?- el reclamo de Jungkook me incita a responderle. Porque si, no me quedo callada por nada.
-¡Estoy haciendo algo bueno por los dos!
-No hagas nada!, ¡estas arruinándolo todo!- lo miro ofendia
-¿Tan grandes son tus ganas de casarte conmigo?, puedes decirlo haber si así te quitas un peso de conciencia.
-¡Silencio, los dos!- se interpuso mamá- HaeMi, sigo pensando que te vas a casar.
-Ahh!- gemí frustrada- ¿tienes que pensar antes en todo lo que tiene que pasarme?! Y lo peor de todo es que no piensas en cosas buenas, mamá!. ¿te tienes pensado que me estás haciendo un bien? ¿Obligándome a esto?
-ok- se interpuso la señora Dana, y lo agradecí en parte, o diría más cosas- por el trabajo de Jungkook la boda no será íntima ¿bueno?, se invitarán a muchas personas y eso llevará algo de tiempo, es decir que la fecha podría ser en una semana. HaeMi no tiene clases por las vacaciones de verano, creo que no es problema, ¿están de acuerdo?
Ninguno dijo nada.
-Bien, lo tomaré como un sí.
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