•26• Una conversación pendiente.
Durante la despedida me daba cuenta de que en sí eran las únicas personas que había considerado verdaderos amigos creo que en mi vida entera. Jimin, Hanna, Naomi y YoonGi viven en Busan, mientras que SeokJin y NamJoon vendrían con nosotros a Seúl. Recién ayer me enteré de que Nam es el hijo del mánager de Jungkook y que este había sido el motivo por el cual SeokJin y él empezaron a conocerse.
A diferencia de la última vez que llegamos de viaje, no hubo necesidad de ningún tipo de huelga por mi parte, pues aunque la intriga acerca de eso que Jungkook había prometido explicarme al llegar me acompañó todo el viaje, la ducha juntos había garantizado mi buen humor toda la mañana.
—Ayy, precioso, ya sé que me extrañaste.—Kingkang está de intranquilo arrimándose a mis manos y moviendo la colita.- ¿Los tíos te cuidaron bien, eh?
—No dudes de eso.— Mina habla mientras ocurre el reencuentro amoroso entre mi mascota y yo.
—Deberías dejárnoslo.— dice mi hermano mientras tomo a Kingkang y lo levanto entre mis brazos.
—Yah, deja de soñar con eso.
—¿Soñar con qué? Ni se acordaba de ti.— me contesta divertido sentándose junto a Mina en un sofá de la terraza.
—Mentiroso. ¿Verdad amor?—recibo un lametazo en la mejilla y sonrío dejando al cachorro en el suelo para irme a sentar en el mueble junto a ellos.—¿Y ustedes?— mi mirada oscila entre la pelinegra y mi hermano.—Se ven como recién casados.
Ellos sonríen como tontos y Hoseok pasa el brazo por los hombros de su esposa.
—Gracias por arreglarlo ,Hae. —Mina me toma la mano al tiempo en que Kingkang se acurruca cerca de mis pies.—No hubiera sido sin tu ayuda.
—Lo sé.—admito orgullosamente.— De nada, ustedes no podían seguir así.
—¿Que hay de las vacaciones?—pregunta ella.—¿En serio fueron a Japón? Vi las fotos que compartió Jungkook en Instagram.
—Sí, la familia de un amigo de Jungkook tiene una casa en la playa en Tokyo.—respondo.
—¿Estuvo bien?
-Uh, estupendo.—respondo asintiendo, los recuerdos me dejan algo pensativa.—El lugar era bastante bonito, y bueno los amigos de Jungkook fueron agradables conmigo.
—¿Cómo está Jungkook? —pregunta mi hermano.— Me imagino que se hablen más y se odien menos.
—Uhm, sí, algo así.— digo con cierta duda en el tono y una sonrisita ignorante con la que pretendo restarle importancia al tema. Ambos se me quedan viendo con la misma desconfianza y picardía.
—Agh ¿Por qué colocan esa cara ahora?—me quejo rodando los ojos.
—Hae, estás sonrojada.— Mina me mira divertida con una ceja alzada.
Me toco las mejillas rápidamente, percibiendo lo calientes que están. Me coloco el pelo detrás de las orejas para disimular. No puede ser que odie tanto el color de mi piel, soy muy transparente.
—Aah, ¿En qué acabas de pensar, hermanita?— Hoseok me molesta, y se lo que está insinuando.
—¡N-no pensé nada!
—Uhm. Habrá que hablar con Jungkook, ¿tú que crees, amor?- le habla a Mina, mirándome con los ojos levemente entrecerrados.
Solté un bufido y rodé los ojos negando con la cabeza.
El timbre se metió en la conversación mientras cargaba a Kingkang con las manos y le ponía sobre mis piernas para entretenerme acariciándolo, él se acuesta encima cómodamente.
—¿Quien será?— Mina frunce el ceño confundida
—Quizás sea mi madre, iré a ver. Últimamente es la única que viene.
Alzo la mirada tras la mención de mi madre pero continúo acariciando a Kang en espera de que Hoseok vuelva con la visita.
—¿Dónde está Mina? He traído Gimbap a mi nieto.—la voz de mi madre cruza el umbral de la puerta de la terraza primero que ella, y me preparo para verla aparecer.
Veo como las orejitas de Kingkang se levantan y más tarde comienza a mover la cola. Sí, le tiene cariño a pesar de las hostias que le daba cuando estábamos en casa.
—Están aquí. Llegaste en el mejoor momento.—oigo a mi hermano.
—¿Están? ¿Quienes?
Detecto su sorpresa de verme en la sonrisa iridiscente que trae a penas la veo.
—Oh. — murmuró.
—Bienvenida, DoYeon.— Mina le saluda con una sonrisa y se levanta a darle un abrazo.
Miro a otro lado un poco incómoda, porque tal vez como ella le ha dado un abrazo tenga que darle uno yo también, y eso sería raro. Pero también sería raro no dárselo y quedarme aquí sentada como si nada.
—¿Dónde está el Gimbap?
—Hoseokie debió guardarlo, espero te guste, las chicas de casa me ayudaron a hacerlo.—noto algo extraño en la actitud de mamá hacia mi Mina, y frunzo las cejas un poco. ¿Es mi impresión o se llevan mejor? Conozco a mi madre, y no está siendo hipócrita ahora mismo.
—Uh, vale, gracias por eso.
—No es nada, querida, mi nieto debe alimentarse bien.— mi madre le toca el hombro, con empatía pero tan distante como suele ser, aquí la reconozco de nuevo.
—Amor, ¿puedes venir?—Hoseok se aparece en el marco de la puerta ,robando la mirada de todas.
—Por favor, ponte cómoda. —Mina le señala los asientos a mi madre, quien asiente y le deja ir donde mi hermano.
Los dueños de la casa se van a adentro y quedamos las dos predeciblemente solas.
—Hija, me da gusto que hayas regresado. —me habla mientras toma asiento a mi lado.
—A mí también. —digo, inmersa en el pelaje blanco de mi perro disfrutando de mis caricias.
—¿Cómo está Jungkook?—me mira—Nunca le veo si no te pido que andes con él ¿ya se llevan mejor?.
Qué rara esta conversación.
—Él está bien, prefirió quedarse. Y sí, ya nos llevamos mejor.— respondo, omitiendo lo que ha tenido que pasar para que nuestra relación mejorase.
—Ah, me encanta oír eso.— mi madre sonríe ampliamente, y yo sonrió también un poco sin poderlo evitar.
—¿El viaje fue bien? ¿Se divirtieron mucho?
—Sí, hice amigas.— mencioné.
—Oh, por Dios. Eso es bueno.— dijo, con ella ya no se sabe cuando dice algo de verdad pero supongo que sí se alegra en serio.
Nos quedamos en silencio unos segundos, me tomé el turno de hablar yo.
—¿Y tú? ¿Estás bien? ¿No has tenido que ir al médico?- Le pregunto, realmente interesada.
—No. — niega con la cabeza— He estado perfectamente, aunque sé que debo retomar las quimioterapias algún día.
—Mhm, bueno me alegra que estés bien al menos por ahora.- digo sinceramente. Nuestras miradas se cruzan y parece que siento un agradable sentimiento de confianza ,pero ambas terminamos rompiendo el contacto visual y la música sentimental se apaga de repente.
—Por cierto, — comienza diciendo y le atiendo —estás invitada a la fiesta de compromiso de la hija del señor Mugché. Y Jungkook también, por supuesto. Será mañana. Quien lo diría ¿no? todos poco a poco se casan.
—¿Quien se casa?—Mina y Hoseok vuelven, pero yo simplemente sigo estancada en la parte de la oración en la que mi madre ha mencionado al señor Mugché.
—Los Mugché darán una fiesta por el compromiso de Clara— informa mi madre mientras ellos se sientan.
—Ah, sí, lo sabíamos. — dijo mi hermano.
—De hecho hemos comprado un presente.—dice Mina y mi hermano asiente.
—Bueno, mañana se reúne toda la familia. —el comentario de mi madre va con una sonrisa, y su mirada termina cayendo en mí.
Me evito la sonrisa forzada y finjo seguir concentrada en acariciar a Kingkang.
No sé si realmente quiera ir a ese evento mañana.
(...)
Cierro la puerta detrás de mí dejando fuera los truenos y el viento frío que mueve los árboles con ferocidad. Está por llover y el clima es un desastre. Hoseok y Mina no me han dejado irme sin almorzar, deben ser más de la una de la tarde.
Pongo a Kingkang en el suelo mientras escucho el sonido de lo que debe ser la TV encendida.
Kang se va corriendo al interior de la casa y yo solo tengo que atravesar el pequeño pasillo que divide el recibidor de la sala para encontrar a Jungkook recostado cómodamente en el sofá. La sala está medio oscura, y el televisor reproduce lo que parece un documental, al cual Jungkook ha dejado de prestar atención en cuanto ha notado mi presencia.
—Lo siento si tardé más de lo que habia dicho — me siento en un sillón individual, Jungkook me mira—Tampoco planeaba quedarme tanto pero se me ha olvidado la hora.
—Uh, sí, está bien. ¿Comiste algo?
—Almorcé en lo de mi hermano.—digo, echando un vistazo curioso a lo que ponen en la TV. Suspiré.— Va a llover.—mencioné escuchando que tronaba.
—Sí ¿Tu cuarto está cerrado? Deberías ir a ver.—me dice y asiento con un sonido. El televisor pierde la señal momentáneamente mientras me pongo de pie.
—Y tú deberías dejar los osos panda para otro momento.—menciono con gracia antes de recoger mi bolso e irme escaleras arriba.
Jungkook.
Hae desapareció en el piso de arriba y entonces me arrimé al televisor para desconectar el cable. Luego recordé que las ventanas de la cocina estaban abiertas y me encargué de ir a cerrarlas. Y justo cuando lo hacía la lluvia se desplegó volviéndose fuerte en segundos.
Aseguro el pestillo de las puertas de cristal que conducen al patio, y me quedo a mirar como las gotas caen en la piscina. La lluvia me ha arruinado los planes muchas veces, como una salida en la noche con los chicos, por ejemplo. Pero pase lo que pase nunca me deja de gustar cuando llueve, es relajante.
Me pasan unos minutos en lo mismo, y es hasta que siento pasos a mis espaldas que despego la mirada de la piscina. Giro el cuello casi de forma automática para ver como HaeMi entra a la cocina. Cambió la ropa que traía por una blusa corta y un short de franela, y es en lo primero que me fijo, luego noto a Kingkang en sus brazos.
—Todo estaba de par en par, si no llego a tiempo se moja.— dice dejando al cachorro en el suelo.
—Nah, yo no hubiera dejado que pasara.— encojo los hombros despreocupado dirigiéndome al refrigerador.
Agarro un paquete de cereales y un pomo de leche y lo pongo en la encimera. El ruido de algo arrastrándose me hace mirar por encima del hombro, y la veo a ella sentándose en una de las sillas que bordean la mesa. Y me enderezo para seguir con lo que hacía.
—Cereales con leche, ¿quieres?— le hablo vaciando los cereales en un bol que escojo.
—No, muy pesado. Comí demasiado en el almuerzo, sigo sin hambre.— le oigo a mis espaldas.
—Vale.— murmuro casi para mí mismo y regreso el resto de los cereales y la leche al frío.
—¿Tú te hiciste algo de comer?— HaeMi sigue mis movimientos.
—No tenía deseos de cocinar, pero sí me pedí un delibery.— tomo asiento en otra de las sillas dejando mi merienda en el cristal de la mesa.
Kingkang enseguida se sienta en sus patas traseras a observarme y sonrío levemente viendo como me mira atento.
Cuando vuelvo los ojos a HaeMi está mirando a alguna parte, como perdida.
—¿Cómo están Hoseok y Mina? ¿Fuiste a casa de tus padres?— consigo su atención mientras comienzo a comer.
—Están bien, hasta parece que nunca estuvieron distanciados.
—Uhm, me alegra eso.— comento, la lluvia haciendo fondo a la conversación.
—A mi madre la vi. Fue de visita a llevar Gimbap a su nieto— Hae recalca la última palabra y reímos, yo más confundido que divertido.— . Está perfectamente, como siempre. Aunque pronto deberá retomar las quimioterapias.
—¿Ese pronto cuándo es?
—Unas ...semanas. — me responde sin estar muy segura.—Me voy a mi habitación.— pone las manos sobre la mesa con un suspiro y se levanta de su asiento.
—¿Te vas? ¿Me vas a dejar sentado aquí solo?
Ella me mira como diciéndome que no exagere.— Siéntate, venga.—le insistí.
—Que no, necesito estar en una cama, no en una silla.— dice, y se tarda unos segundos mirándome.— si quieres sube a mi habitación cuando termines con eso...— señala con la vista lo que me estoy comiendo y yo me paso la lengua por las comisuras, velando que no esté embarrado por algún lado. — Yo tampoco quiero estar sola.
—Vale.—digo—de seguro voy cuando acabe aquí.— miro que ya no me queda mucho en el bol.
—Como quieras.— dijo antes de dar media vuelta e irse.
Ay por favor, ¿de seguro? Ya me veo allí.
Le miro hasta que se pierde de mi vista, la imagen de su pelo cayendo por su espalda casi llegando a su cintura y su short luciendo tan bien en ella es hermosa.
Me como tan rápido lo que me queda de los cereales que no sé cómo no me atraganto. Dirijo la mirada de Kingkang a los cereales unas dos veces, y pensándolo mejor, me levanto y busco su plato para verter lo que me queda en el bol. El perro se abalanza a la leche sin pensarlo. Yo enjuago el bol en el fregadero y lo dejo en alguna parte de la encimera, luego lo acomodaría en la alacena. Me seco las manos, y ha pasado tan poco desde que HaeMi se fue que posiblemente note que me he deshecho de los cereales para ir corriendo donde ella, pero no me importa.
.
.
.
Holaaa ☺️
Creyeron que no volvería?
No sé porqué después de que había empezado una racha súper buena de actualizaciones en abril de repente la inspiración se me fue por completo... 😐☹
Pero aquí vengo con otros caps que les harán volver a amar este fanfic 😈😉
Se acerca lo bueno 🔥
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