HaeMi.

Suelto un quejido removiéndome entre las sábanas antes de levantar los párpados lentamente y obtener una imagen borrosa de mi entorno. No logro enfocar bien la vista así que me estrujo los ojos e intento volverlos a abrir. Me tardo unos segundos mirando a algún lado de la habitación totalmente perdida, escucho ruido afuera, música y voces, ya todos deben haberse despertado.

Termino con la intención de levantarme, sintiendo haber dormido ya demasiado a piernas sueltas. Me siento en el colchón sosteniéndome la cabeza, con un dolor que me hizo quejarme más de tres veces. Mientras me voy despertando bien, me doy cuenta de que no hay nadie a mi lado en la cama, pero más que eso me llama la atención cómo estoy vestida.

¿Y esta camiseta?

Al quedarme ancha la puedo separar de mi cuerpo y mirar por dentro para confirmar que no estoy usando nada más.

Pongo un stop inmediato a la tranquilidad mental con la que he despertado, y me hago la pregunta clave en todo esto: ¿Qué pasó anoche?

Me toco el alboroto que tengo por cabello y me muerdo el labio mientras intento enhebrar recuerdos borrosos. Tuvo que haber pasado, ayer bebimos mucho, no tengo ropa interior y estoy usando su camiseta, ¿qué otra cosa pudo ser?

La memoria me sigue fallando, y el tiempo tampoco me alcanza para responderme a las dudas yo misma cuando oigo que abren la puerta. Entonces levanto la mirada inmediatamente, es el dueño de la ropa que traigo.

Jungkook me ve despierta y me habla a penas cierra la puerta.

—Vaya, por fin.— dijo, yo le seguí con la mirada viendo que se acercaba a tomar algo a la mesita que hay bajo el televisor de plasma.

—¿Qué hora es?— pregunto en lo que él se dirige hacia mí con un vaso de agua. Cuando está más cerca veo que una pastilla también

—Son las tres dentro de unos minutos.— se sienta en el borde del colchón cerca mío y me tiende lo que lleva en las manos, lo cual cojo sin preguntar. Me echo la pastilla en la boca y la trago con ayuda del agua.— los chicos planearon ir al yate privado de los Park. Sería ahora, por eso venía a despertarte.

Me quita el vaso del que he bebido ya vacío y lo deja en la mesita que corresponde a mi lado de la cama.

Yo me acomodo contra el cabecero sin recostarme directamente  y me paso algunos mechones de pelo detrás de la oreja. ¿Debo hacerle saber que no recuerdo una mierda lo que sucedió anoche o quedarme con la duda de si follamos o no y hacer como si nada?

—¿Qué te pasa, por qué me miras así?— Jungkook detecta la confusión y la intriga en mi rostro.

—Este es tuyo ¿no?— le hablo refiriéndome al pulover, el baja la mirada al mismo, y yo atino a cruzar los brazos en un intento de cubrirme los pechos. No los tengo tan grandes, pero se notan a través de la tela y aunque me le he insinuado bastante no siempre es agradable dejar que te miren así.

—Sí, no encontrabas el pijama anoche y te lo presté.— respondió.

—Ah...

—¿Acaso no te acuerdas?— Jungkook frunció las cejas mirándome, con un astibo de diversión en la cara que pone.

No le iba a mentir, así que después de mantener gacha la mirada unos segundos y aún con los brazos cruzados; negué con la cabeza.

—¿Es en serio?— me preguntó, estirando las comisuras en una sonrisita irónica.

—¿Entre tú y yo... anoche... — intento ignorar que se está mofando de que he perdido la memoria y le pregunto con algo de pena.

En otros casos, la chica se preocuparía por haber cometido una estupidez o algo parecido. Pero en este caso la chica se preocupaba  porque le hubiesen dado la cogida que siempre quizo y no tener un puto recuerdo de ello. Realmente.

—¿Quieres saber si follamos?— él formula la pregunta como es debido, con la ventaja de recordarlo todo y poder elegir entre decirme la verdad o mentirme.

—¿Lo hicimos?

Jungkook se me queda mirando fijamente, pero segundos después menea la cabeza, diciéndome que no.

—Por poco, pero no.— agregó relajado.

Yo me humedecí los labios y respiré aliviada sin que me viera. Saqué los pies de la sábana y me bajé con cuidado de que la camisa no revelase más de la cuenta en ningún momento, Jungkook me dio espacio para levantarme, y más tarde sentí su mirada en mi espalda.

—Te lleves bien en mi camiseta.

—¿Ah, sí? No me digas, qué bien se siente saberlo.— le pongo la ironía necesaria a mi respuesta para que no se note que lo decía de verdad.

Me incliné para encontrar en mi maleta que usar hoy, si iríamos a un yate tal vez necesite traje de baño. No volví a escuchar nada más detrás de mí, y esos minutos de silencio se resumieron a Jungkook sumamente cerca.

—Oops, y mira... — su voz yace cerca de mi oreja, y llego a notar un poco de su aliento tibio. Sobresaltada, veo que me quita el cabello de un hombro y me lo pasa al otro. Le miro receptiva y confundida.— ...parece que vas a tener que ponerte maquillaje por aquí.—dijo mientras miraba mi cuello, yo me toqué con una mano por instinto.

Sigo con la memoria en blanco, pero supongo que se refería a que tenía chupetones suyos.

—Baja cuando te alistes.— me dice, mientras continúo pensando en lo que ha dicho. Jungkook me muestra una sonrisa cínica y perversa cuando vuelvo le vuelvo a mirar. Pienso que eso ha sido todo, pero se toma el derecho de sostener mi mejilla con su mano enorme y aplastar sus labios con los míos en un corto beso. Yo no me inmuto en hablar u oponerme.— Si quieres después te cuento cómo te los hice.— lanza una pequeña mirada a mi cuello.

Es entonces que me suelta y se va dejándome a solas con mi estupefacción.

(...)

—Y aquí está tu perro.— Hoseok quita la cámara frontal de la videollamada y apunta en dirección a alguna parte del suelo de la sala, en donde apareció mi hermosa bolita de pelos blancos con la cabecita sobre las patas delanteras al parecer durmiendo la siesta.

—Oouh, amooor~ — canturreo uniendo las cejas con nostalgia. Hoseok volvió la cámara a su cara y yo fruncí el ceño.— Hey! No me dejaste verle!— me quejo como niña pequeña. Con KingKang y con Hoseok definitivamente saco la parte infantil que no muestro a más nadie.

—Hae, cálmate, está durmiendo. — dijo, pude notar que caminaba, supongo que volviendo a la habitación, ya que le había pedido que fuese donde Kingkang para poder ver que estuviese bien.

—¿Cómo está? Debe estar muriendo de la tristeza sin mí. —comenté.

—Pues que yo sepa no. Corretea bastante por los alrededores , le saco a pasear como me pediste, come cuando le pongo comida...—me cuenta— Esta geenial, hasta se podría quedar a vivir conmigo.

Chasqueo la lengua.—De eso nada, no te emociones.

En el yate es NamJoon quien conduce a mar abierto sentado frente al timón, SeokJin le acompaña mientras hablan de algo que obviamente no alcanzo a oír. YoonGi y Naomi se han acomodado en algún sitio cerca de la proa del yate desde que subimos y se les ve como dos auténticos tortolitos. Por otro lado Jimin y Hanna parecen haber instalado una conversación con Jungkook.

—¿Y Mina? ¿No está en casa?

—Mina...— Hoseok agacha la mirada.

Yo me comienzo a alarmar.

—Joder, no me digas que...

Y cuando estoy por mandar a Mina al demonio mi hermano estalla en risas.— Tranquila, se ha ido de compras con mi madre, deben de estar al regresar.

Me pongo la mano en el pecho aliviada. — Por poco me voy nadando a arrancarle el cabello ¿sabes?

Una risa escandalosa se escuchó por la bocina delantera.

—Oye y hablando de eso... — digo, colocándome algo más seria, el viento bate fuerte despeinándome e intento acomodarlo lejos de mis ojos.— ¿Mi madre cómo está?

—Uh, bien. Al parecer el proceso de quimioterapias se posponía hasta dentro de tres meses así que por ahora no hay de qué preocuparse.

La respuesta me relaja por completo.

—Bueno. Me alegro de escuchar eso...

—¿Ustedes cuando vuelven?— Hobi no deja morir la conversación.

—No tengo idea, creo que nos queda como una semana.

—Wow, está divertido el viaje, parece.

—Pues sí que está divertido.— le recalqué, orgullosa.— además tengo nuevas amigas.

—¿Es en serio?— mi hermano no me cree.

—¿Por qué no sería en serio?

—¿Y cómo se llaman?

Jungkook.

—¿Entonces Yumi...?

—Era obvio que no aguantaría verte con HaeMi.— Jimin encoge los hombros poniendo obviedad a sus palabras — Yoon se lo advirtió pero ella nunca le hace caso.

—No puedo creer que se haya ido por mi... culpa.— dije pensativo.

—No es como tal tu culpa.— Jimin opina.— Piénsalo de la siguiente manera: ella te ha tenido siempre en su corazón, mientras que tú...

Instintivamente, giro el cuello en dirección a HaeMi, y capto el momento en el que parta la mirada del celular y su mirada viene a coincidir con la mía. Yo la desvíe rápidamente, pensando en cómo me gustaría satisfacer mis ganas de mirarle sin que nada suceda. Porque te gusta mirar algo que te gusta, pienso yo. A veces me pregunto si he sido muy obvio en cuanto a mis sentimientos en algún momento. ¿Todo este tiempo lo he sabido disimular tan bien como para lograr que ella no se haya percatado nunca?

—Esto es así, cada uno tiene en su corazón a quien el destino quiere.— le resta importancia encogiendo los hombros.—Que mierda de vida injusta.— murmura mirando a la nada con suspiro.

—¿Oigan de qué. . .

—¿No es cierto, mi amor?— Jimin le pasa el brazo por los hombros a Hanna, haciéndole callar.

—¿El qué?— ella frunce el ceño.

—¿Me tienes en tu corazón?— él le sostiene el mentón, Hanna automáticamente relaja el ceño y asiente antes de que mi amigo le bese en los labios.

Aburrido, observé hacia donde recordaba haber estado viendo a HaeMi los últimos quince minutos, y me llevé la sorpresa de verle acercándose por fin a nosotros. Ella ocupa el sitio vacío a mi lado en silencio.

—Oh, Hae, ¿acabó tu llamada?—le pregunta Hanna.

Pero antes de que pudiese responder escuchamos un grito.

Todos miramos como YoonGi estaba arrodillado frente a Naomi mientras que ella se cubría la boca con las manos y movía los pies emocionada.

—¿Qué?

—¿What?

Jimin y yo nos miramos totalmente sorprendidos.

—¿Es lo que yo creo?— pregunta HaeMi.

—Ouuw. Pero qué bonito, le está pidiendo que se casen.— Hanna pone una expresión adorable mirando la escena.

—¿Ustedes lo sabían?— HaeMi nos miró.

—No.— dijo Jimin.

—No teníamos ni idea.—dije atónito.

—Aigooo! Tendremos bodaa!— gritó NamJoon mientras veíamos que la pelinegra asentía varias veces con euforia y decía que sí más de una vez.

—Yoon, seré el padrino!— vocifera Park esta vez sacándonos una risita a todos.

Nuestro amigo se colocó de pie e insertó el anillo en el dedo correspondiente de Naomi para luego abrazarla y levantarla a volandas dando vueltas con ella tal cual una película romántica.

—Aww, basta. Amor, casémonos.— Hanna tomó de los hombros a Jimin haciéndole ojitos.

—Cariño, cálmate, ya habrá tiempo de eso.— Jimin le acarició la mejilla, a lo que esta nos miró a HaeMi y a mí con un puchero.

—Vaya ...no pensé que fueran a ir tan rápido. Ni siquiera llevan un año.— comenta HaeMi sorprendida.

—Ellos se quieren muchísimo, créeme.—Jimin le dice sinceramente.

—Se aman.— le corrige Hanna.

En eso los protagonistas del momento se acercan a nosotros y Hanna corre a abrazar a Naomi.

—¿Qué te pasa?— Jimin le reprocha a YoonGi a penas se sienta con nosotros.— ¿Por qué no nos dijiste nada, eh?

Yoon encoge los hombros, pero como ahora mismo no es tan importante, Jimin le pone la mano en el hombro a modo de apoyo y seguidamente se abrazan fuerte.

—Felicidades bro.— le da palmadas en la espalda.

—Gracias!— dice YoonGi.

—Felicidades.— HaeMi le sonríe levemente, y este le agradece de igual menera.

Yo suspiré.—Bueno, yo solo te puedo decir que... no nos hacen envidia.— dije, e inmediatamente todos estallamos en risas por lo turbio del comentario.

—Oye, felicidadees.— HaeMi se pone de pie para abrazar a NaoMi.

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Graciasxleer 🥰