Capítulo 29

Tragedia.

Darren.

Todos tenemos días en que queremos mandar el mundo al carajo. Días en los que no deseamos ni siquiera levantarnos de la cama, suele suceder cuando perdemos las ganas de vivir y luchar, no hay algo o alguien que nos motive a ser mejor cada día. No hay una razón y por eso la vida se vuelve sombría.

Pero decidí que eso no era vida, no es vida cuando tienes que levantarte cada día con ganas de que todo desaparezca. Comprendí que no podía gastar mi vida así, el tiempo iba a pasar y podía perder a la chica con la que quería despertar cada mañana, con la que quería pasar los años que viniesen.

Esa mañana estaba en mi cama, mientras tanto Brandon llegó a despertarme.

—Esperta ya papá. —Dijo el pequeño que aún no dice bien algunas palabras, me pega con una almohada.

Lo que él no sabía es que yo ni siquiera había dormido a causa del insomnio, su madre cocinaba el desayuno. Traté de fingir felicidad, ya que últimamente me había convertido un experto en eso.

Cada mañana al despertar pensaba en ella, quizá ella no hiciera lo mismo pero al abrir mis ojos era lo primero que hacía consiente o inconscientemente. No podía olvidar sus ojos, su sonrisa y principalmente en la forma suya de contradecir todo lo que decía. Sentía que en un momento iba a explotar y gritarle a Dannia que no era feliz con esa vida. No había hablado con Willow desde el viaje de negocios a Hungría, esa noche actuó raro, al principio no comprendía porqué pero al revisar mi teléfono entendí todo; Dannia había enviado unas fotos desnuda, intentaba seducirme de todas formas, cuando estaba en casa se vestía sexy o me coqueteaba, una vez se vimos una película y se quedó dormida en mi cama tuve que dormir en el sofá y en la mañana la noté desilusionada, esa noche me envió esas fotos y Willow las vio. Intenté buscarla y explicarle en la oficina pero los siguientes días no llegó porque según su asistente se estaba mudando.

—¡Hola Guapo! Tengo tu desayuno. —Sonríe la pelirroja que vestía una corta bata rosa. Sólo sonreí falsamente.

Tomé una ducha para luego ir a la oficina, iba a arriesgarme. Quería recuperar a Willow, a esa irritante castaña con ojos azules que lo único que buscan es retarme y acusarme de todos los males habidos y por haber. Dejaría de ser un cobarde y haría un ultimo intento.

Abro la puerta de la oficina de Hannah y me sorprendo. Tyler y ella se estaban besando. Se separan y él me mira furioso. Desde que apareció Dannia él dejó de hablarme, a los cinco prometimos que nada nos separaría, que nada rompería nuestra amistad, sin embargo una chica lo logró. Era su hermana.

—Hola. —Digo y la rubia me mira nerviosa.

—Buenos días, ¿Su, sucede algo? —Pregunta.

—No. ¿Donde se metió tu jefa? —Se coloca más nerviosa.

—No se. —La miro firme sin creerle. Tyler permanece en silencio —Ya te dije se está mudando. Y no puedo darte su dirección.

—¿Ella sabe esto? —Sonrío.

—No. Y no se lo digas. Si abres tu boca te parto la cara. —Contesta serio el.

—Como quieras. —Digo sin darle importancia.

Otro intento fracasado. No quería llamarla, debía hacerlo de frente. No podía conseguir su dirección por ningún lado. La imagen de ellos daba vuelta por mi cabeza, eran su amiga y su hermano ¿Porque no se lo habían dicho? No era ilegal lo que hacían.

Estaba sentado en mi escritorio cuando la fastidiosa de mi ex entra.

—¿Quieres algo? —Pregunta amablemente.

—No gracias. —Digo sin emoción alguna.

—Estas así por ella ¿No? —Pregunta triste.

—Tu sabes la respuesta.

Me mira, yo intento evitarla. Tomó un lápiz y un poststick y escribió.

—Toma. —Me da el papel. Yo no intento tomarlo. —Es su nueva dirección.

La miro rápidamente. Y no dudo en agarrarla.

—Gracias. —Digo amablemente.

—Quisiera ser ella. No imaginé que amaras a alguien más que no fuera yo. —Sonríe triste.

—Lo siento. Quizá... —Buscó las palabras pero soy sincero. —Nunca te amé. Lo siento.

Salgo de ahí. Se que fue duro pero no podía mentirle, no podía hacerlo; tomé mi coche su apartamento estaba cerca de la oficina. Durante el camino pienso que le diría.

Las ideas no me vienen a la cabeza, me sudan las manos. Llego ahí y llamo a la puerta, simplemente le diría la verdad. Que la quería en mi vida para que la complicara y peleáramos a diario.

Ya estaba parado frente a su puerta, llamé. Estaba ansioso por ver su rostro. Pero la puerta se abrió y me decepcioné.

—¿Hola? —Dijo Albert sacudiendo su cabello mojado, el tipo únicamente tenía una toalla enrollada a la cintura.

—Disculpa. Me equivoqué de dirección. Lo siento. —Iba a irme.

—¿Quien es? —Escuché su voz que parecía adormilada. Se asomó a la puerta con su pijama rosa sexy, me vio y no pudo decir nada de la sorpresa.

—Vengo en mal momento. Disculpen.

Sólo me fui. La había perdido, quería matar al idiota de Albert pero el idiota era yo por no amarla aun cuando me dejó.

Me dolió, en ese momento quise partirle la cara a Albert pero esa era su decisión y yo debía respetarla.

Willow.

Me duché rápidamente, debía encontrarlo. No sabía que hacía Darren en mi apartamento y quien le había dado la dirección.

Posiblemente pensó lo peor de mi. Llegué a mi oficina y lo busqué todo el día y no apareció hasta la tarde. Por desgracia se encerró en su oficina, la única forma de llegar a él era mediante Dannia.

Era muy infantil pero debía sentirse mal, yo hubiese reaccionado igual o peor si llego a su apartamento y me encuentro con esa escena, ambos estábamos sufriendo el un por por el otro, debía explicarle todo.

—¿Desde que horas no sale? —Le pregunté.

—Desde las cinco. Oye ¿No crees que ya se han hecho mucho daño? —Pregunta enojada.

—Eso no te importa. —Respondo casi gritando.

En ese momento la puerta de su oficina de abre y sale ignorándome por completo se dirige a la pelirroja.

—No me esperes hoy. —Saca sus llaves del bolsillo.

Avanza y yo lo sigo.

—Necesito hablar contigo. —Intento detenerlo. —Y no voy a irme hasta hablar.

—Dejame en paz. No tenemos nada de que hablar.

Lo sigo hasta el parqueo, y se mete en su coche. Hago lo mismo y lo sigo, sabía que estaba furioso pero lo que no sabía es que todo estaba por cambiar. Conducía como loco, yo trataba de alcanzarlo pero por momentos era imposible. Sobrepasaba la velocidad, había perdido la cabeza; intentaba escapar.

Todo sucedió en fracción de segundos...

Lo siguiente que pasó fue que en un cruce el semáforo se puso en rojo, tuve que frenar bruscamente pero él no lo hizo, una patrulla que hacía una persecución impactó con su coche provocando que diera vueltas en la carretera y su BMW negro quedara volcado. En ese momento sentí como mi corazón salía de mi pecho. Era un caos.

Un segundo auto impactó con su coche orillándolo contra un muro. Darren podía estar muerto.

***

💔💔😥😥 Darren... Mijooo

Pd:

Queridos ya estamos a cuatro capítulos del final. La historia acaba a los 33 capítulos.