Capítulo 25 | Por Ti, Hasta El Fin Del Mundo.
Capítulo 25
Por Ti, Hasta El Fin Del Mundo.
Darren.
Era una pesadilla.
A menudo nos pasamos la vida intentando descifrar ¿Que es amor? Hace unos meses antes de pararme frente a un altar con mi enemiga a mi lado yo ni siquiera creía en el amor. Pero justo en ese momento me di cuenta que la quería o quizá era más que eso.
Justo en ese momento llegó lo peor.
Con ella mi dolor desaparecía, con ella todo era diferente, con ella sentía que todo era posible. Me di cuenta que me encantaba en cada una de sus facetas; estaba cayendo por una chica rebelde, sexy, atrevida, loca y desesperante. Todas en una misma persona. Ella. Pero justo ahora podía perderla.
—¿Como pasó? —Lloraba desconsolada la madre de Willow. Quería que fuese una pesadilla, pero era real; la habían secuestrado.
Lo peor de todo era sentirse atados de manos, Philliph me había advertido sobre llamar a la policía.
Sabes que amas a alguien cuando tu estómago se contrae de miedo, cuando tu presión aumenta al darte cuenta que esa persona corre peligro, y lo peor de todo es que es tu culpa, eres tu quien debe estar en su lugar. Justo cuando estábamos felices por descubrir lo que nos estaba sucediendo, justo cuando aceptábamos que nos queríamos, todo se vino abajo.
Era doloroso estar desesperados y no saber nada de ella, todos nos encontrábamos juntos en ese momento esperando, no quería pensar que le había pasado algo malo porque nunca podría perdonarmelo.
—¿Como pasó esto? —Dijo Tyler entrando, él estaba en un viaje de negocios cuando le dijimos. Me empuja y casi me hace caer. —¿Donde estabas tu idiota? —Me reclama.
—No es su culpa hijo. —Me defiende la madre de Willow.
—Si algo le pasa a mi hermana no te lo voy a perdonar jamás. —Me advierte totalmente furioso.
Como explicarles que era mi culpa ¿Que pensarían? Decidí ir al hotel, al entrar en la suite sentí un peso muy fuerte en el pecho. Todo estaba ordenado fui a su closet y toda su ropa estaba ahí, sus vestidos tenían su aroma. Ahora ¿Quien iba a retarme? ¿Quien me haría enfadar?
No sabía que hacer, tomé una botella de Wisky y me senté en el piso. ¿Como dejé que esto pasara? Él me advirtió y debí haber hecho algo. Me quedé durmiendo en el piso, preguntandome ¿Donde estaría? ¿Estara bien? Y lo peor ¿Que le estarán haciendo?
Recuerdo que esa mañana mientras me culpaba a mi mismo mi móvil sonó y al ver el nombre del imbécil en la pantalla mi corazón se aceleró como nunca.
—¿Donde está? —Fue lo primero que pregunté.
—Eso no importa. —Ríe. —Te lo advertí.
—Dejala en paz. Ella no tiene la culpa es a mi a quien quieres. —Le exigí.
—Tengo una sorpresa que darte, te diré lo que harás. Vendrás a la dirección que te enviaré solo. Si hay policías, la mato. —Dijo su voz detestable.
Colgó. Segundos después me llegó un mensaje con la ubicación. No dudé ni un segundo en salir. Estaba como a tres horas de la ciudad en una zona abandonada casi llegando a un sitio boscoso. Mientras conducía no podía dejar de pensar en ella en su sonrisa, trataba de calmarme a mi mismo.
Conducía al límite de velocidad, no sabía lo que el idiota quería, pero si lo que yo quería, que Willow estuviera bien. Comenzaba a oscurecer, y mientras menos kilómetros faltaran más ansioso me sentía.
Willow.
Fuertes golpes en la cabeza me despertaron, eran como martillazos. Estaba vendada y no podía ver nada, escuchaba que no estaba sola. Podía sentir que estaba tirada en el piso atada y llovía estaba mojada, había mal olor en el lugar.
—Despertó la princesa. —Escuché que se decían.
—Deberíamos divertirnos con ella —Alguien tocó mi cabeza.
—No imbécil el jefe nos advirtió que no. Dejala en paz.
Mi corazón latía fuerte, no entendía que sucedía. Seguramente le habían pedido dinero a mi familia como rescate, seguramente se trataba de un simple secuestro o quizá no. Solo podía llorar y esperar lo peor.
—Oye —Dijo la voz de una mujer con un acento extraño. —Ya pronto te podrás ir.
—¿Cuanto le pidieron a mi familia? —Pregunté llorando.
—Nada, no queremos dinero. Pronto entenderás Willow. —Eso me pareció extraño.
Escuche sus pasos alejarse, el agua seguía callendo y mi cuerpo me dolía por el incómodo piso, tener los pies y manos atadas. No recordaba como había pasado. El dolor de cabeza seguía aumentando.
Lloraba porque tenía miedo, miedo a morir.
—AYUDA. —Susurré para luego desmayarme nuevamente.
Volví a despertar, estaba vez había cambiado de posición, no estaba más en el piso; estaba sentada y ya no llovía. Seguí amarrada y vendada.
—¿Hola? —Pregunte al silencio. Nadie respondió, sentí como un coche se estacionaba.
En ese momento sólo pensaba en mi familia y en Darren. Su sonrisa y sus labios.
—¿Willow? —Escuché, debía estarme volviendo loca por el ambiente hostil en el que estaba, pero esa voz sonaba igual a él. —¿Willow?
Seguramente ya alucinaba de tanto miedo, sin embargo respondí, aun si solo era mi imaginación cogí fuerza para responder.
—Ayuda.
Escuché como alguien intentaba abrir una puerta, pero estaba trabada; un sonido me indicó que iban a tumbarla. Escuché un fuerte golpe y de repente un frío.
—Willow. —Era Darren, era su voz pude comprobarlo cuando quitó la venda de mis ojos. Verlo fue como volver a la vida estaba mojado y sucio, en su mano había sangre.
Me besó con desesperación. Besó mi frente.
—Perdoname esto es mi culpa. —Se lamentó. —¿Estas bien?
—Viniste —Dije llorando.
—Por ti, hasta el fin del mundo. Willow, te quiero. —Me miró a los ojos y las lágrimas llenaron mis ojos.
—Perdón por ser un imbécil antes y no darme cuenta de que eres tu lo quiero. Te quiero hasta cuando me odias y me haces enojar.
Era perfecto, como una película él diciéndome que me quería y portándose como mi héroe. Me desató y me puse en pie, nos abrazamos.
No era un abrazo cualquiera, era uno de esos abrazos en los que los corazones se unen y el alma se encadena al del otro. Tu sabes que es la persona correcta cuando en sus brazos sientes seguridad y por cursi que sonara en ese momento creí que estábamos destinados. Que en las estrellas estaba escrita nuestra historia.
Justo cuando creímos que todo había pasado, que volveríamos a casa y seríamos felices lo peor estaba por suceder.
—¡Que romántico! —Aparece detrás de una pared un señor con traje elegante y cabello grisáceo y bigote blanco. —Darren tu pudiste ahorrarle el sufrimiento a ella.
—¿Que quieres? —Le dijo Darren poniéndose enfrenten del hombre.
—Saben, su escena de amor fue perfecta, tan perfecta que me siento mal por lo que a suceder. —Noto que trae un arma en su mano derecha, sentí mi corazón latir fuerte.
Nos observó frío. Yo estaba tomada de la cintura de Darren.
—¡Darren hay alguien que quiere verte! —Dijo sonriendo.
—¡Sorpresa! —Dijo una chica saliendo detrás de la pared.
Darren se quedó estupefacto, podía ver su rostro, era como si viese un fantasma y era así.
—Esto es imposible. —Dijo a mi lado.
—No me digas que me olvidaste bebé, porque yo jamás dejé de quererte. —Le dice la pelirroja alta cuerpo de modelo.
—Tu estas muerta —Le dijo Darren.
—¿Tu lo creíste? —Ríe como si le dijesen algo estúpido. —¿Viste el cuerpo? —Él niega.
Yo estaba confundida, pero todo se aclaró en un momento, la chica del recorte de periódico en la agenda de Darren.
—Al parecer tu me olvidaste, amor. —Se acerca a él y yo quiero matarla. —Soñaba con encontrarte —Empieza a llorar. —Te amo Darren y no sabes por lo que pasé.
—Yo, yo —Me observa y apreta mi mano con fuerza. —Dannia las cosas han cambiado yo creí que habías muerto.
—Para mi nada ha cambiando, tuve que fingir mi muerte para protegerte a ti cielo. ¡Sabes todo fue por ti! Me duele que pensarás que estaba muerta.
Me sentía demás en esa situación. Ella lloraba desconsolada asegurando que ama a mi esposo.
—¿Tu te casaste con ella por amor? —Se refiere a mi.
—Si. —Dice Darren. —Dannia yo lo siento pero quiero a esta chica y soy feliz con ella. Lamento lo que pasaste pero yo te superé.
Sentí mi corazón latir. No podía ser más perfecto.
—Ustedes no pueden estar juntos. —Llora y le suplica a Darren. —Hay algo más que debes saber.
Desaparece y aun no lo podemos creer, los muertos si recusitan —pensé en ese momento. La chica reaparece nuevamente pero esa vez con un bebé.
—Es Brandon —Dice a Darren. —Tu hijo.
Y al escuchar eso siento como todo dentro de mi se rompe en mil pezados.
***
No me odien. Los quiero ❤
Bye.
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