Capítulo 24 | Eres Mía Y Cuentas Con El Pasado.
Capítulo 24
Eres Mía y Cuentas Con El Pasado.
Willow.
¿Alguna vez les ha pasado que ponen la mirada y les gusta alguien imposible? Estos días me había dado cuenta de una cosa, sentía cosas por Darren.
Sentía cosas por el chico que hace unos meses detestaba y deseaba cobrarme todo lo que me había hecho, ni siquiera sabía que sentía él por mi posiblemente se burlaría de mi al darse cuenta de mis sentimientos porque claramente él no sentía lo mismo; me evitaba y era un poco insoportable, tenía miedo decirle lo que me estaba pasando.
Desde esa noche que viajamos en su motocicleta me di cuenta mientras me sujetaba a él que el hecho de saber que nos divorciaríamos me ponía triste porque lo quería.
No quería quedar como una tonta, él claramente se casó conmigo porque nuncha podría fijarse en mi, o al menos es lo que expresó cuando hicimos el trato.
No entiendo ¿Que le pasa al corazón? ¿Acaso no entiende razones? Nos enamoramos de quien no debemos y de quien posiblemente nunca nos corresponda.
Esa noche estaba cenando con Albert intentando olvidar al chico que me esperaba en casa, seguramente estaría trabajando en su portátil tomando café.
—Así que ¿Se van a divorciar? —Luce emocionado. Albert es súper alto y tiene ojos marrones que vuelven loca a cualquier chica.
—Si. —Digo no muy convencida.
En ese momento estaba muy confundida por un lado tenía a este chico castaño sexy con una sonrisa de inocencia y era mi flechazo de la infancia, pero estaba Darren con esos ojos azules y su sonrisa cínica y perversa que me provocaban y necesitaba aunque fuese discutir con él. Realmente la cena iba mal hablábamos pero no era donde quería estar.
Suele suceder que estamos físicamente en un lugar pero nuestro corazón está en otro muy diferente.
Esa noche Albert se portó como un caballero, luego de la cena me llevó al hotel justo en la puerta para despedirnos me besó, y se disculpó, ese beso fue horrible.
Subí y minutos después estaba en la suite, efectivamente Darren estaba en su portátil.
Sin camisa, con una taza de café y muy concentrado en su trabajo, podía sentir su hostilidad.
—¿Que haces? —Pregunto mientras me quito el abrigo.
—Veo porno ¿Por? —Contesta de manera poco educada.
—¿Que rayos sucede contigo? —Me observa furioso.
—¿Donde estabas? —Arquea una ceja.
—Con Albert. —Su rostro se tensa. —¿Algun problema?
Cierra su Mac de golpe, iba a irse pero me pego a la puerta para evitar que la abra y se vaya.
—No irás a ningún lado. —Digo poniendo resistencia.
—No quiero hacerte daño, Willow QUITATE DE LA MALDITA PUERTA —Riñe.
No me muevo ni un centímetro, él se da la vuelta intentado controlarse peina su cabello con su mano.
Lo noto nervioso y furioso, lucha internamente consigo mismo.
—¿Te molesta que salga con él? —Pregunto.
—No quiero hablar. —Responde.
—¡Dime! —Le exijo. —¿Te molesta que salga con Albert?
—SI WILLOW ME MOLESTA. —Grita enojado.
—¿POR QUÉ? —Pregunto en el mismo tono.
Intenta controlarse, no me responde y me evade pero continuo insistiendo en saber el porqué.
—¡Basta Willow! —Me dice furioso.
—Dime. —Exijo.
—¡TU ERES MIA! —Grita mirándome a los ojos.
Mi corazón se paralizó al escuchar eso, lo dijo en tono posesivo y serio, jamás nadie me lo había dicho. En ese momento se formó un silencio y él desvió su mirada al suelo, se notaba avergonzado como si lo que dijo hubiese preferido callarlo. Yo estaba sonrojada, él estaba celoso.
En ese momento no sabía lo que estaba pasando por su cabeza, solo sabía una cosa, quería besarlo. No me importó lo que pensara él pero fui y de un impulso lo apegue a mi, nos besamos. Esta vez era diferente, nuestros labios se movían de una forma lenta, mi cuerpo temblaba al sentir su mano recorriendo mi espalda.
—Willow no... —Susurró.
—Darren shhh —Coloqué mi dedo en sus labios. Nuestras narices se rozaban sintiendo nuestra piel—Solo besame.
—No sé que es esto que siento —Dijo un poco agitado. —Pero me gusta estar contigo y me enfurece saber que estas con otro. Es la primera vez que siento esto por alguien Willow.
Eso me hizo sentirme feliz, jamás imaginé escuchar eso; en ese momento no me importaba nada. Darren acariciaba mi espalda, nuestros labios compartían besos, luego sus labios en mi cuello me hicieron temblar, sentí que la ropa estaba demás entre los dos, entre besos y caricias terminamos en las sábanas; sentía la respiración agitada de un Darren temblando y tratando de contenerse, él recorrió con sus labios cada parte de mi piel. Sentía como mi corazón latía como loco, siempre imaginé que Darren era un salvaje pero esa noche fue diferente; me trató con delicadeza como si yo fuese algo delicado.
—Willow —Susurró a mi oído con su voz agitada. —Te quiero.
Al oír eso comprendí lo que estaba sucediendo ambos terminamos enrredados el uno al otro. Ese trato y esa seguridad de que nos casábamos solo por conveniencia y se fueron al carajo. Caímos en nuestra propia trampa. No me imaginaba a Darren enamorado pero entonces entendí el porque de sus celos y lo atento que era conmigo.
Sus manos acariciando mi piel y su labios besando mi cuello me provocaban descargas de placer, el «Te quiero» que me había dicho resonaba en mi cabeza, de un momento a otro estaba llorando y él lo notó.
—Willow ¿Que tienes? ¿Hice algo mal? —Pregunta con preocupación mirándome a los ojos.
—Mi primera vez fue a los catorce, un chico me dijo que me quería y sólo quería acostarse conmigo al siguiente día me rechazó, fue horrible el recordarlo me hacía pensar que todos serían así. Luego en una pelea con Mike terminamos y me fui con Tyler a aquella fiesta —Darren acaricia mi mejilla. —Fue la noche del accidente, bebí de más y Dan Harper me llevó a su habitación en un principio yo estaba decidida a hacerlo con él pero luego me di cuenta que era un error, le pedí que parara y no lo hizo. —Duele recordar. —Yo estaba ebria no tenía fuerza para quitarlo de encima, el me besó y me tocó de forma indebida, iba a abusar de mi, por suerte llegaste junto a Tyler y le partiste la cara. Nunca pude estar con un chico, me daba miedo.
—Willow, lo siento. Si no quieres está bien. —Me besa.
Sonrío con ironía. Y entonces se lo digo.
—Contigo no hay temor, Darren, contigo no hay miedo. —Me besa con desespero.
Quedo debajo de su cuerpo desnudo, con una mano acaricia mi muslo, luego siento como entra en mi cuerpo provocándome gemir, se mueve lento dentro de mi. Tiemblo al sentir en roce de su piel contra mis pechos, está en medio de mis piernas.
Él me deseaba tanto como yo a él, no supe en que momento dejé de odiarlo o ni siquiera estaba segura se alguna vez lo odié o solo lo hostigaba porque me gustaba. Al tener su cuerpo sobre el mío me di cuenta de una cosa, lo quería. Quería a ese chico con sonrisa de idiota y con esa mirada pretensiosa. Su aroma era perfecto, el sabía lo que hacía. Esa noche no sólo me acosté con el, no solo dormí con ese chico con el que soñaban muchas mujeres sino que me sentí la más feliz del mundo. Por un momento pensé que el podría estar usándome y luego nos divorciaríamos pero no me importó.
Por un momento tomé el control y él disfrutaba.
Quedo encima del él y me mira con deseo, sus manos están mi cadera y las mías en su pecho, me muevo sobre él, se que lo disfruta así que continuo moviéndome sobre él.
Luego vuelve a dejarme debajo de él, lleva uno de mis pechos a su boca y me produce placer, vuelve a recorrer cada parte de mi cuerpo con sus labios.
Disfruté la manera en nuestros cuerpos se mezclaban y nuestra piel desnuda rozaba, disfruté sus labios en mi cuello. Por un momento sentí que ese era el lugar donde debía estar y cada caricia de sus manos me lo confirmaron. Esa noche sentí la sutil diferencia entre tener sexo que es lo que comúnmente las personas hacen y hacer el amor lo que pocos entienden porque involucra querer y ahora en día nadie quiere a nadie.
Desperté. La luz entraba por las cortinas del ventanal, enfoqué y vi el techo blanco, me moví y estaba sola. Me levanté y heche un vistazo a la habitación al parecer Darren se había ido. No es como esperas despertar luego de lo que pasó anoche. Pero creo que era lo mejor, me dispuse a ducharme cuando en la mesita vi un desayuno y una rosa en una bandeja, típico de Darren.
Me acerqué y bajo la rosa había una nota, la tomé y decía.
Willow anoche fue maravilloso, te quiero y estoy asustado, es la primera vez que estoy sintiendo esto. Tengo miedo de arruinarlo y tengo miedo de lastimarte. Perdoname por no estar ahí. Pero quiero que sepas que contigo todo es diferente.
Tengo miedo de no ser lo que mereces y lastimarte una vez más. Lo que te dije es cierto. Te quiero y no se como pasó, no se en que momento pero me encanta estar contigo, me gusta verte sonreír y me gusta verte aun si recién te levantas, me vuelve loco que no seas una chica fácil. Se que talvez tu no sientas lo mismo pero es lo que siento. Soy tan corbarde ¿Sabes? Hubiese querido decírtelo de frente pero soy muy cobarde Willownii contigo todo es real. Aquí me tienes escribiéndote esta ridiculez, diciendo cosas que no he dicho a nadie. Talvez lo nuestro podría funcionar.
No soy lo que mereces, tengo miedo a sufrir, pero tu vales la pena, vales los riegos.
¿Y si lo intentamos?
Dejé la nota en la mesa, esto era loco. En ese momento solo pensé ¿Donde carajos se metió ahora? Y en ese momento la puerta se abrió y regresaba de correr. Ese momento fue el más incómodo de nuestra vida.
—Ey. —Dije y me observó nervioso, se sentó a mi lado en la cama. —Darren no me arrepiento.
—Tampoco yo. —Sonríe.
—Mira esto va ser difícil sabes que no pensamos igual y que voy a llamarte idiota siempre. —Bromeo.
—Vas a querer matarme por momentos pero me voy esforzar sabes —Sonríe tiernamente. —Me conquistate.
Celebré para mis adentros, el que nunca se había enamorado de nadie me quería a mi.
—Willow ¿Donde aprendiste a hacer eso? Ya sabes... —Me sonroje.
—Veía porno de pequeña —Encogo mis hombros y ambos reímos.
—Eres un demonio vestido de ángel ¿Lo sabes cierto? —Solo sonreí mostrando mis dientes.
Se deja caer en la cama, voy a él y me subí encima suyo, me da una mirada pervertida, lo beso y muerdo su labio inferior.
—Vas a volverme loco Willow. —Susurra.
Esa mañana salí del hotel feliz casi caminado entre las nubes, debía hacer unas compras y decidí caminar, no había sol y a esa hora no había gente corriendo por las calles. Al llegar a la esquina del semáforo me quedé parada un momento, odiar también es querer y por primera vez sentí que sería feliz y que todo sería diferente. Tenía en mente que iba a ser difícil que talvez terminaríamos matándonos pero realmente creía que lo mejor estaba por venir. Lastimosamente eso no fue lo que pasó.
Sentí a alguien apretar mi nariz y boca con un pañuelo con un olor extraño a mis espaldas. Después todo se volvió negro.
Darren.
Estaba pensando en ella y cuanto deseba volver a ver su rostro. No podía olvidar el olor a su piel y sus besos, aun me dolía el labio por su mordida solo quería volver a verla.
Cuando mi móvil sonó, la pantalla decía P. O'brien. Decidí que si iba a comenzar algo nuevo debía dejar mi pasado, así que respondí.
—¡Vaya hasta que respondes! —Dijo su voz al otro lado. —Pensé en llamarte del móvil de tu esposa pero veo que has respondido.
—¿De que carajos hablas? —Pregunté confundido.
—No quería ser cruel pero tu me obligastes. —Suelta aire seguramente estaba fumando. —Tengo a tu esposa y no no llames a la policía o la mato. Darren te tengo una sorpresiva.
Y desde ahí todo cambió. Ahí nos dimos cuenta que lo nuestro iba a ser imposible.
***
¡El amor, el amor!
Acá otro capítulo. Déjeme comentarles que esta historia a partir de acá habrá un poco de sufrimiento.
El otro capítulo es realmente difícil así que preparence.
Y
Feliz día de la mujer hermosas! Fueron creadas perfectas, hermosas y capaces.. 🌸🌸🌸
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro