Capítulo 20 | Ya No Nos Necesitamos.
Capítulo 20.
Ya No Nos Necesitamos.
Willow.
Desperté gracias a la luz que traspasaba el enorme ventanal, me senté en la cama y observé la habitación. Lo confirmé.
Darren no había regresado luego de que casi nos acostamos y terminó diciendo que no merecía eso. Realmente desconocía a Darren, él jamás habría desperdiciado la oportunidad de dormir con alguien. Aún recordar sus labios en ni cuerpo me hace temblar ¡Estaba muy mal! Nunca imaginé que me gustaría y que despertaría deseos en mi.
Por una parte él había hecho lo correcto, ambos habíamos bebido demasiado, por mi parte me sentí valiente frente a él por primera vez.
Al ver la habitación sentía una soledad horrible, me había acostumbrado a él, a pelear, gritarle y que me hiciera enfurecer, me había acostumbrado a su sonrisa sexy de lado, a sus ojos buscando como acusarme. Lo que había sucedido entre nosotros era extraño, había cierta atracción. Por mi parte me dolió que no quisiera algo conmigo. A lo mejor el no había superado el odio o yo era tan fea que nisiquiera despertaba alguna sensación en él. Me había rechazado.
Hice algo estúpido. Le llamé, no contestó.
Estaba preocupada, pensé: ¿Donde habría dormido? ¿Porque se fue sin decir nada? Su ropa seguía ahí. Caminé hasta el closet y sus camisas planchadas estaban ahí, tomé una y aspiré ese perfume, ese perfume que me encantaba. En ese momento no sabía que sentía, a lo mejor era la costumbre de convivir con él pero sin dudar no podía estar tranquila si no sabía de él.
Mike 8:30AM
Te extraño. Eres el amor de mi vida.
Sonreí con ironía, Mike me consideraba tan estúpida. No iba a volver con él, le hubiera perdonado todo menos la traición.
Dicen que en la vida hay tres amores; tu primer amor: técnicamente es la primera ilusión y casi nunca es para siempre. Tu segundo amor que es donde descubres y te das cuenta de los errores que cometiste en una pasada relación. Luego está el amor de tu vida ese que será para siempre porque encontramos a la persona indicada y destinada para nosotros.
Yo creía que Mike era todo eso, es claro que en la vida aprendes de la manera más dolorosa. Para mi suerte él ya era mi pasado. Pero algo comenzaba a preocuparme. Alguien no salía de mi mente, y era ilógico porque yo no podía volverme a enamorar.
Sin embargo ahí estaba sintiendo como una imbécil nuevamente.
—¡OMG! Te lo dije. —La rubia se acomodó en la silla cruzando sus manos y puso cara de victoria. —¡Te gusta!
—No Hannah. —La regañé.
—¡Son una pareja adorable! —Empezó a parlotear como ave cantora.
—¡Basta! No sucederá nada. —La miré seria.
Estábamos en la cafetería de la empresa, casi nunca almorzábamos acá. Darren seguía sin aparecer. Saqué mi móvil para ver si talvez me había escrito, pero no.
—Mmm ¿Esperas un mensaje? —Volvió a hablar mi amiga.
—¡No! —Negué nerviosa. —Solo quería ver la hora.
Típica mentira «Quería ver la hora» al menos funcionaba. Me estaba artando de este juego de mi querido enemigo, siempre que habían problemas desaparecía.
Estaba terminando mi bebida de coco cuando veo a Kiara entrar a la cafetería. Tenía gana de hecharla de ahí; seguramente había recoger sus cosas, mi hermano la había hechado.
—¡Hola querida amiga! —Me dice con ironía.
—¿Que quieres? —Le digo con desdén.
—Sabes, me sorprende. —Se sienta frente a mi, Hannah observa en silencio. —¡Me sorprende lo que hiciste! Te felicito. Pero sabes tu siempre llevas las de perder. ¡Todo lo tuyo ya fue mío!
—¿A que te refieres? —Pregunto.
—Tu novio, tu hermano... —Finge estar recordando. —¡Hasta Darren!
Sentí una puñalada. No podía ser cierto. Hannah me observa preocupada y me susurra que no le crea, que miente.
Cuando menos espero ya tengo los ojos llenos de lágrimas las cuales de deslizan por mis mejillas, frente a mi el rostro de mi ex mejor amiga triunfante burlándose. Sin pensarlo me levanto de la mesa y paso entre la gente hasta llegar al baño. Darren era lo único que yo tenía y ella no, pero ahora también ella lo había tenido.
Tenía coraje, estaba llorando por un imbécil. Me dolía que Darren se acostara con ella. Me dolía y en ese momento no entendía porqué. Me di cuenta que ese baño habíamos hecho el trato con Darren.
Ese baño en el que estaba llorando por él, me había propuesto matrimonio.
En ese momento odiaba de misma esa parte sensible, odiaba ser una llorona inmadura, pero me dolía.
Me desilusionaba el hecho que él se acostara con ella, por muy idiota que él fuera no lo encontraba capaz. Pero con las personas uno nunca sabe. Mienten, engañan y ocultan cosas.
Darren.
—Firme aquí. —Me indicó el abogado.
Firmé los benditos papeles, estaba listo. Ahora la herencia de mis abuelos era totalmente mía.
El abogado Matters me había llamado para informarme que todo para la aceptación de la herencia estaba listo. Cuando llegué su despacho rápidamente me hizo pasar. Al firmar ese papel mi fortuna personal aumentaba muchos millones, los necesarios como para no volver a trabajar en la vida.
Tomé el coche, me sentía feliz y era justamente lo que había estado esperando. Mientras conducía mi vista se clava en mi mano izquierda.
El anillo.
De pronto toda la felicidad que sentía y la sensación de éxito se esfumó como humo.
Debía volver a casa y hablar con ella, fue acto muy cobarde haberla dejado ayer. Pero todo había sido por su bien, la deseaba, nada me hacía más feliz que tocar su piel y sentir esa sensación agradable de tenerla a mi lado. No sabía exactamente pero algo entre los dos había cambiando. Pero ella no merecía alguien como yo, yo solo la lastimaría y la haría sufrir.
Ella merecía alguien que amara ese conjunto de rarezas que era.
Alguien que le dijera lo hermosa que era. Alguien que quisiese pasar la vida con ella y respetarla.
Merecía ser feliz y realizar ese sueño de casarse realmente.
Merecía un hombre que la llenara de detalles y no la dejara sentirse triste jamás.
Yo no era todo eso.
Más tarde llegué al hotel subí hasta la suite, y al abrirse todo estaba oscuro, sin embargo escuchaba un sollozar que provenía desde el baño. Me acerqué a la puerta.
—¿Hola? —Se detuvo el llanto y escuché que el grifo de la ducha se abrió.
Una hora después Willow salió de la ducha, tenía su bata color blanco, su cabello mojado, tenía los ojos rojos. Trató de evitarme.
—Ey debemos hablar. —Dije mientras ella se dirigía a salir a la terraza con una taza de té.
—Si, haber explícame ¿Donde te habías metido? ¿Por qué no me contestabas el teléfono? —Me pregunta furiosa.
—Actuas como una esposa loca. —Bromeo. —No es de eso que quiero que hablemos.
—¿Entonces de qué? —Me observa furiosa con una mirada de asesina.
—De lo que sucedió ayer. —Digo tomando un trago de su té.
—No. Mejor aún explicame. —Sonríe forzada. —¿Te acostaste con Kiara?
¡Joder! Me mira expectante, tiene una expresión de "Te escucho" en su rostro. Cierro mis ojos, no quiero mentirle.
—Si. —Respondo avergonzado.
Ella sonríe incrédula y puedo notar como sus ojos se cristalizan. Me siento el idiota más grande del mundo.
—No lo puedo creer Darren. ¡Tu también! Creí que mentía. Que estúpida fui no se porque creía que tu no eras capaz de acostarte con ella. Son iguales tu, Mike y ella.
—No Willow. ¡Te equivocas! Me acosté con ella a los quince, tu y ella aun no eran mejores amigas. Era un adolescente hormonal ¿Si? Lo siento.
Empieza a llorar, no puedo hacer más que abrazarla, ella unde su cabello mojado en mi pecho y la apego a mi. Despide olor a rosas, la chica se deshace llorando. Le doy un beso en la frente por instinto.
Se que aún le duele todo lo que le pasó, me siento mal por haberme metido con Kiara, pero era adolescente con hormonas locas cuando todo eso pasó. Willow logra calmarse y cuenta lo que sucedió en el trabajo. Nos sentamos en la terraza, debo hablar con ella y contarle lo de la herencia.
Luce totalmente hermosa, sentada ahí sin maquillaje y la luz naranja que deja el sol antes de esconderse la hacen brillar. Tengo que dejar de mirarla.
Estamos sentados en la terraza cada uno en un taburete, en una mesa.
—¡Willow! Lamento lo de ayer. Era una locura si algo sucedía —Capto su atención.
—Darren, también lo lamento. Pero dime la verdad ¿No quisiste hacerlo porque soy fea? —Me mira preocupada.
No puedo evitar sonreír, niego con mi cabeza y ella sonríe, es mi culpa que piense así, toda mi vida la he llamado fea y me he burlado de ella.
Le he dicho fea pero jamás le he confesado que en este tiempo he llegado a desearla.
—No Willow no es por eso. —Digo con seriedad. —Eres hermosa... —Interrumpe.
—¡Oh por Dios! Paren el mundo ¡Darren Monette dice que soy hermosa! —Bromea.
—Retiro lo dicho, no pensaba lo que dije, eres horrenda. —Pongo mi sonrisa cínica.
—¡Eres un maldito! —Dice riendo.
—Lo se —Respondo con superioridad.
Esa tarde había algo diferente, trataba de hacerla reír para sacarle de la cabeza las ideas que Kiara le metió. Pero no podía evitarlo más, el momento había llegado.
Por muy difícil que fuera debía decírselo, no sabía como lo tomaría; al fin éramos libres el uno del otro, nuestro trato estaba cumplido, ella era la presidente de la compañía de su familia, se había convertido en una mujer de negocios exitosa. Yo había recibido la herencia de mis abuelos y podía seguir con mi vida antes de que nos casáramos.
Seguramente la noticia la pondría feliz, ya no tendría porque soportarme.
—Willow. Hoy firmé los papeles de la herencia. —Sonrío tratando de suavizar las cosas.
—¡Felicidades Darren! —Aplaude.
—¿Sabes lo que significa? —Pregunto.
—¿Que ahora eres más millonario de lo que eras? —Responde sonriendo.
Esa no era la respuesta que esperaba.
—No. Willow significa que... —Vacilo entre si decirlo o no. —Ya no nos necesitamos. Lo de nuestro matrimonio falso debe terminar.
Ella me observa y noto que su expresión cambia, puedo notar que la noticia no es de su agrado.
Teníamos un trato y ahora todo estaba hecho, lo siguiente que se venía era un divorcio.
***
😭😭 ay xD
¿Creen que haya divorcio?
Ojalá pase algo para que no se separen 😂😂
Si supieran lo que viene. *sonrisa malvada* 😈
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro