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Capítulo 14 | Enemigo y Cómplice.

Capítulo 14

Enemigo y Cómplice.

Darren:


El reloj marcaba la una de la madrugada, me di vuelta otra vez en la dura alfombra; es increíble cómo terminé durmiendo en el suelo. Pegué furioso en la almohada de plumas francesa, la una de la madrugada y la cama seguía vacía, quizá no debería preocuparme; seguramente Willow estaba con el idiota de Mike los había visto besándose. A la vez algo dentro de mi no me dejaba tranquilo ¿Que si no estaba con él? Cuando llamé a su casa dijeron que no había llegado ahí.

Ni si quiera sabía porque me preocupaba, la verdad si algo malo le sucediera Tyler no me lo perdonaría jamás. Llamé a su celular y tuve respuesta

—H-Hola —Era su voz y sonaba rara, estaba ebria.

—¿Willow? ¿Donde estás? —Le pregunté y escuché risas. —Es mi esposo —Volvió a reír.  —¿Donde estás? —Pregunté nuevamente.

—¡No te importa! ¡Estoy feliz! Vete al diablo Darren. —Gritó como si estuviese drogada.

Estaba en la habitación debatiendo si debía ir a buscarla, si fuera porque ella me importa no lo haría ni loco; decidí que iría por Tyler y su familia si algo le pasaba sufrirían mucho. Era un chica terca en ese momento despechada y ebria, era un peligro para ella misma.

Es tan predecible, tanto que la encontré en su bar favorito, estaba sentada en la barra coqueteando con un hombre que a simple vista se estaba pasando con ella; me sentí furioso porque la gente observaba, me acerqué y estaba borracha pero exageradamente borracha, nunca la había visto así; por lo que vi había estado llorando, tenía los ojos rojos y el maquillaje corrido, hablaba disparates; me recriminó al verme.

—Nos vamos. —Le dije tratando de llevármela.

—¡No! M-me q-quiero estar aquí t-tonto ¡Es mi esposo! —Le dijo al hombre que la acompañaba y se hechó a reír como una demente.

—¡Oye no te la lleves! —Me dijo el tipo. —Nos la estamos pasando bien.

—Es suficiente —Dije y la cargué, la tomé con fuerza y no me importó su berrinche.

Hacía pataletas como una niña pequeña, me hizo enojar rápidamente, al salir de bar la bajé.

—¡No quiero ir contigo! —Gritó.

—Ok, quedate aquí y duerme en la calle, no me importa lo que te pase. —Le dije furioso.

Di unos pasos hacía el coche y escuché su voz suplicando, no podía culparla estaba pasando por demasiada presión pero había elegido la forma incorrecta de liberarse. Volví hacía ella la ayudé a levantase nuevamente y fue ahí, vomitó mis zapatos, le sostuve el cabello mientras la chica tiraba todo al piso. Al llegar a casa tuve que cuidar de ella, jamás había tenido que aguantar a una mujer hasta ese nivel y ella tenía la magia para sacarme de mis casillas, tuve que cuidarla hasta que se quedó dormida. No paraba de llorar y decir que Mike la había besado a la fuerza y que lo amaba ¿Realmente amaba a ese tipo? Si eso es amor es mejor no enamorase.

Escuché pisadas por la escalera a toda prisa y reí esperaba que sucediera eso; en tres segundos aparecería Willow insultándome.

—¿Tu me cambiaste? —Preguntó con tono de enfado a mi espalda.

—Si. —Dije sin dejar de mirar el sartén con los huevos revueltos que estaba preparando. —¡De nada Willow!

—Eres un idiota —Me giré hacia ella que estaba en posición de jarra —No debiste.

—Te vomitaste encima y no te preocupes porque en la condición que estabas lo único que provocabas era lástima, así que verte desnuda no fue un problema. ¡Además ya te he visto! ¿Lo olvidaste? —Sonreí.

—Vete al carajo.

Me observaba furiosa por un momento creí que tomaría un sartén y acabaría golpeándome, se fue y cuando volvió estaba más calmada y se dispuso a desayunar aunque era más almuerzo.

—Darren. —Inició. —¿Hize algo de lo deba arrepentirme? Cuando desperté tenía en mi bolsillo el numero de un tan Jeff —Dijo haciendo lo posible por recordar.

—Cuando te encontré estabas en un bar y estabas con un tipo. —La miré y su cara se notaba preocupada. —No se quien era.

—¡Gracias! —Dijo con amabilidad a lo que reí negando. —¿Que?

—Es la primera vez que eres amable conmigo. —Dije en un tono dramático provocando risas. —Por cierto perdiste un zapato.

—No no —Negó. —Estuve terrible.

Estábamos planeando volver a la oficina cuando sonó el timbre. Era el sujeto del bar al parecer Willow le dio nuestra dirección, y estaba ahí con el zapato de Willow; me pareció estúpido.

—¿Que quieres? —Le pregunté riendo.

—Le traigo esto a Willow ¿Ella está? —Parecía un tonto.

—Oye amigo, No lo necesita tiene como mil pares y además yo puedo comprerle otros. —Le dije sin invitarlo a pasar.

Willow atendió al imbécil y estaba maravillada con que le había llevado el zapato. Hoy teníamos una fiesta de la empresa, no quería ir pero al ser dueño por obligación debía asistir, luego de un chantaje de parte de mi enemiga que me obligaba comprarle un vestido de diseñador y zapatos caros para que pudiese acompañarme me alisté.

Otra vez saqué esa vieja fotografía del cajón, la miré por unos segundos; últimamente pensaba mucho en ella. Volví a guardar la fotografía al escuchar los tacones de Willow.

Estaba deslumbrante ese vestido parecía hecho para ella especialmente, era rojo vivaz y no podía verse mejor en la castaña de ojos de azules con boca de camionero a la hora de defenderse. Se sentó a maquillarse ¡Una hora! Tardó un hora en ponerse ese maquillaje.

Definitivamente es imposible entender a una mujer, tardan horas y horas arreglándose quien sabe para que, son expertas aceptando a los hombres equivocados.

Llegamos a la fiesta y era todo elegante, con Willow hacíamos la pareja perfecta, es genial cuando te miran y te hacen sentir importante pero después sale sobrando al ver que todos creen algo que no eres, me sentí feliz por un momento al ver que podía presumir a una hermosa mujer de vestido rojo frente a todos pero a la vez saber que entre nosotros solo hay odio y un pasado de dolor me hace caer a la realidad.

Ella lucía fuerte hasta que al final del salón vio a Mike, entonces noté como bajó la cabeza; Willow es fuerte y podría matarte si se lo propusiera pero cuando se trata de la gente que ama es la persona más débil del mundo. Charlamos con nuestros amigos y le hacían cumplidos, traía el cabello recogido y daba pinta de actriz de hollywood a muchos se le caía la baba.

—Me quiero ir de acá. —Me susurró mientras tomábamos una copa de vino.

—¿Tan rápido cariño? —Pregunté con tono de burla a lo que negó susurrándome un insulto. —¡Ven bailemos! —La arrastré a la pista.

Era demasiado torpe me pisó muchas veces, mis italianos sufrieron el efecto de su pie izquierdo.

Willow:

Una mirada fija me estaba poniendo de malas, a lo lejos Mike me observaba; tuve intenciones de irme pero la idea de Darren de bailar me había hecho recapacitar. La mirada de mi ex al principio era tierna pero en ese momento estaba rojo al verme con mi esposo entonces me di cuenta que quería hacerlo sufrir.

Mi hermano paseaba con la zorra de Kiara de su mano, la exhibía cómo un trofeo.

Acerqué mi rostro a la del elegante hombre que bailaba conmigo; unas cuantas chicas me miraban con desdén.

—¡Te ves guapo esta noche Darren! —Susurré a lo que sonrió dejándome saber que conocía mis intenciones.

—Sé lo que intentas hacer. —Sentí su mano recorriendo mi espalda y sentí como su barbilla rozó mi cuello a lo que solté un gemido. —¡Por Dios mujer!

—No es lo que piensas tarado. —Intenté disimular.

—¡Sigues insultándome te dejo acá mismo cariño! —Me sonrió cínicamente retirándose.

—Sé mi cómplice esta noche. —Me apegue a él. —¡Por favor! Y te prometo que haré lo que tu quieras.

Seguíamos bailando, una canción romántica sonaba Darren fingía pensar la propuesta, a unos pocos metros de nosotros estaba Mike obsevabdo cada movimiento; lo vi de reojo y estaba furioso.

—Ya lo pensé, seré tu cómplice.

Le sonreí victoriosa a lo que el rodó los ojos, nunca lo había visto tan de cerca; entendí porque las chicas se volvían locas su nariz respingada y sus ojos azules que cuando te miran te hacen temblar. Se acercó más a mi y una idea vino a mi mente, no era una buena idea pero era genial para enojar a Mike. Acerqué mis labios a los de él y el maldito sonrió arrogante.

—¿Segura? —Me preguntó a lo que sonreí, entonces él me tomó del cuello provocando juntar nuestros labios que desesperadamente se movían, el sabor a menta de su aliento era tan placentero; tenía una forma de besar que me provocaba morder su labio, mi mano estaba entre su cabello. Me estaba quedando sin aire pero ¡Joder! A quien le importa el aire, recordé que estábamos en público, intenté frenar pero mi cuerpo casi nunca le obedece a mi mente.

Darren llevó su mano por toda mi espalda a lo que mi piel respondió erizandose. Nos separamos y fue incómodo creo ambos habíamos habíamos perdido la noción y el conocimiento de con quien estábamos.

No tenía idea de cuanto me costaría, pero esa noche Darren aparte de ser mi enemigo se convirtió en mi cómplice.

***

Otro capítulo. Xd
Gracias por leer 💜 

Amo a Darren. Es un genio.

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