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3. Soyeon la sabelotodo

No había dejado de pensar en la otra chica en toda la noche, en su hechizante mirada, en sus labios, en el efimero beso que habían compartido... O eso es lo que creía.

En un abrir y cerrar de ojo ya era de día, había luz y todas parecían tranquilas. Incluso se escuchó una risa algo... Particular desde lejos.
Miró su celular para ver la hora y vaya sorpresa se llevó al notar que su mano derecha tenían un Pac-Man gritándole el ojo. Justo debajo tenía un pequeño corte ya cicatrizado y algunos hilos de sangre seca se pintaban hasta sus dedos.

Ya la habían atacado. Y solo había sido una advertencia. Una bienvenida cordeal a su juego.
Lo malo era que ni siquiera lo había notado. Um ataque demasiado sutil.

Aprovechando que estaba en el baño hizo pipi, se lavó bien las manos. ¡La cara! Necesitaba despavilarse y ver si mágicamente sus ojeras volvían a la normalizar. Pero no hubo resultado. Asi que se maquilló con cosas no eran suyas; y salió una vez estuvo conforme con el rodete que se había hecho en el pelo.

La habitación estaba vacía. Genial.

Se cambió la remera por una musculosa. Se puso desodorante y después un buzo negro para no tener frio. Al bajar todas estaban en la mesa desayunando, bueno, casi todas.

Yoohyeon estaba arrodillada en el suelo junto a la silla de Minji y ésta siquiera reparaba en su presencia. Eso hacía hervir la sengre de Siyeon. De tener matar a alguien, estaba segura que eligiría a Minji.Para el colmo se veían algunos golpes en la piernas Namu y su cuello lleno de horribles chupones ¿o acaso tambien la golpeaba ahí?
Pero la mirada de la menor pedía paz y luego evitó corresponder cualquier gesto de Siyeon. Simplemente terminó de comer su tostada. Aún cabizbaja.

-¡Hola Siyeon unnie! Mira Dami, ella es Siyeon. -La chica de pelo corto y castaño la miró sin emoción en los ojos. Apenas arqueo una ceja y la saludó con la mano.

Siyeon solo sonrió tomando asiento junto a Bora. Seguía sin tener hambre.

-Así que ¿aquí hay escuela o algo así?

-Sí pero es una mierda. -Dijo la pelimorada tomando su café y dándole un sorbo. Parecía ignorar las caricias que Yoohyeon le daba con la cabeza en su muslo. - Tienes 17 ¿verdad? Seguro estas en la misma clase que Bora y yo.

-Ah. -Secó y con desinterés, por no decir con asco.

-¿Quieres café, té o algo?-Ofreció Bora. Aunque enseguida se escuchó el sonido del tiembre. -Ag ya tenemos que ir.

Handong y Minji se levantaron al mismo tiempo, Yoohyeon se apuró en seguir a su mayor, Bora simplemente se fue al igual que las dos menores.

Ninguna había dado un guiño de "Sí, fui yo"

Se levantó para seguir a Bora que ya estaba saliendo.- ¿Hay que llevar mochila y esas cosas?

-Si quieres, realmente a nadie le importa si aprendes o no, ni siquiera se enojan si no entregas absolutamente nada.

Okey, eso era demasíado extraño. En su anterior orfanato había asistido a un colegio que la palabra "exigente" le quedaba pequeña.
Pero prefirió ver que tal las clases, después vería si le entusismaba la idea de al menos hacer algo.

Un poco más adelante estaba la chica rubia que la había advertido, de alguna forma, de lo que le esperaba.

-Hola.

La rubia la miró y se sacó el chupetin de la boca formando una leve sonrisa.

-Oh estás viva. Qué bueno.

-Sí, con una advertencia jeje. ¿Te importaría si te hago algunas preguntas?

-En absoluto, pero te aseguro que no te van a gustar las respuestas... En especial si tiene que ver con los que estamos aquí.

-¿Qué significa eso?

-¿Recuerdas el exámen que hacemos casa año? -la pelinegra asintió extrañada. La contraría se acercó un poco mas, mirando a los lados como si alguien espiara y suspiró. -Piensa en las preguntas. Eran extrañas ¿verdad? Y eternas... Eran análisis psicológicos y si dabas posituvo en uno o varios te meten aquí. Pero sh~ muy pocos sabemos sobre eso.

—¿Y tú cómo sabes? ¿Cómo puedo confiarn en ti, Soyeon?

— Instinto. Y se esto por que paso bastante tiempo en la oficina del director de esta cárcel.

—¿Por qué?  ¿Eres rebelde o algo así?

—En realidad es por Yuqi... Pero no viene al caso. Solo cuidate la espalda. Oh y por cierto, no quiero ser cruel, pero si tenías la esperanza de que alguien te adoptara es mejor que la olvides.

—Eres cruda ¿sabes?

—Todos aquí lo somos. Adaptarse para sobrevivir.

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