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2.Yoohyeon

La luz se cortó derrepente mientras caminaba a la habitación. Mierda.
Sola, en el pasillo. No estaba segura del por qué, pero su corazón estaba desesperado.
Todo en su cabeza era una enorme alarma roja que decía "PELIGRO" y la dirigió al baño corriendo.
Una vez dentro y con la espalda en la pared estuvo un 0.05% más calmada. Sacó de su bolsillo su celular y alumbró el lugar con la linterna.

Despejado.

La puerta no tenía seguro, eso era malo. Su instinto la llevó a esconderse detrás de la cortina de la ducha y se sentó en el piso mirando al frente.
Mientras más apretujada e incómoda mejor. Apagó la linterna por mucho que la idea le desagradara y luego suspiró.

"Tu peor pesadilla"

Entonces no dormiría. Simple... ¿verdad? ¡Claro que no! Eran apenas las 9 p.m. y ya estaba apunto de dormirse. Su cuerpo no daba para más. Eso era raro, por lo general se pasaba la hora de dormir hasta las 12 cuando la guardia de Sunmi empezaba y la obligaba a dormir.
Pero ya no estaba Sunmi unnie para hacer guardia y mantenerla a salvo. ¡En cualquier momento esas locas la lastimarian! Toda la tarde se había hecho la idiota. Pero Siyeon ni era ilusa. Todas eran unas locas, unas verdaderas psicópatas. Pero si se mantenía despierta toda la noche, ninguna le haría nada. Seguro querrían ver su potencial.

¿Qué tal si estaban apostando para ver quién la mataría primero? Pero Siyeon no se iba a dar tan fácil.
¡¿Eso era una cuchara?! Seguro era una cucaracha asesina enviada por cualquiera de ellas como una sicaria.
Oh... Solo era un jabón.

La puerta se abrió y se cerró con rapidez. Siyeon sintió que era su sentencia de muerte. Listo. Este era su fin. Se moriría.
O eso creyó hasta que escuchó como alguien hacia pipi en el retrete. Escucho el ruido del papel dando vueltas y luego un sollozos, un pequeño y doloroso sollozo.
Era la única en esa casa a la que había visto llorar, era fácil de identificar.
Siyeon lo dudó, pero al final se decidió a hablarle.

-Hey... No deberías llorar por esa estúpida.

Un alarido abandonó los labios de la más alta mientras sostenía su pecho con una mano. La había tomado por sospresa.

-S-siyeon... ¿Q-que haces aquí?

-Solo me escondo. Pero en serio, si quieres... Podemos hablar un rato.

-Minji se enojará si tardo...

-¿Qué importa ella? Yo te cuido, si me dejas, claro.

-Estás loca... Hoy ni siquiera te podías mover cuando ella apareció. N-no te culpo. Ella da miedo, mucho miedo.

-No te preocupes, creo que ya se con que tipo de loca me enfrentaría... Y créeme, no me asusta. Seguro basta con darle un golpe para ponerla en su lugar.

-Je... Eres rara. No creo que sea tan fácil... No sabes cuántas veces lo he intentado y-y ella... Ella solo se vuelve peor. -Siyeon no lo resistió más. Se levantó y fue con Yoohyeon, buscandola emtre la oscuridad con sus débiles gimoteos.- Hay veces que no deja de... De lastimarme por horas... Cada vez es  peor... Ya ni siquiera recuerdo la última vez que me hizo sonreir sin hacerme llorar antes... Es por que soy una puta ¿verdad?... Una basura... Una inútil... No sirvo para nada.

-Yoohyeon tranquila, Minji no volverá a tocarte un pelo. Lo prometo.

-No. No te metas, te va a lastimar a ti también... -Los dedos de Siyeon llegaron a los suaves y finos labios de la peliplata. No lo dudó antes de conectarlos a los suyos mientras secaba las mejillas de la menor. Una dulce sensación inundó a Siyeon cuando los labios contrarios le correspondiron con algo de timidez. Pero de pronto se separaron. El miedo se olía a kilómetros. -¿Q-qué? No hagas eso, Minji nos va a matar si se entera...

-Minji no hará un carajo.

-M-me tengo que ir.

Siyeon sintió un empujon en medio de la oscuridad y luego escuchó la puerta abrirse y cerrarse. Ni siquiera había podido hacer nada... Tal vez Yoohyeon no tenía el valor para entrentarla.
Un minuto... Bora había dicho que no creyera nada de lo que dijera Yoohyeon.
¡Pero la bruta de Minji la golpeaba! ¡La violaba! Y todas parecían ignorarlo. No necesitaba otra prueba para comprobar que todas eran una lunáticas.

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