Siyeon quería salir de aquel lugar con una sola persona, así que luego de dejar a Taeyang con un peligro misterio, se ocupó de contarle su plan a su única compañera. Esta se había dejado "seducir" hasta estar entre los brazos de su amante, pero al escuchar la idea se tenso.
Yoohyeon creía que había ido demasiado lejos. ¡Acusar a Minji con Taeyang! ¡Era muy riesgoso! La idea no le gustaba en absoluto; ya que estaba segura que el muy maldito no tardaría en descartarlas cuando ya no le sirvieran.
Tal parecía que debía controlar más a la pelinegra. Así que usando sus lágrimas temerosas trató de persuadir a la mayor. Lamentablemente esta última no cambió en absoluto de opinión.
— Siyeon tiene el sueño muy pesado —se quejó antes de que le reclamaran por el tiempo. Esta vez le tocaba arrodillarse en el suelo junto a Minji. Todo porque su ""novia"" estaba de mal humor.
O solo era una excusa para que, otra vez, no pudiera terminar de entender el plan. Vaya casualidad que siempre coincidían las dos cosas. Y pensar en eso le formaba una puchero en los labios.
Siyeon le guiño el ojo y le hizo un gesto con las manos debajo de la mesa. Se apuntó.《Yo》luego apuntó a la menor《Tú》y para finalizar sus dedos dieron vueltas entre sí.《¿Después? 》
Yo después te cuento
Probablemente Siyeon sería la mejor inversión de su vida. Una peligrosa inversión.
— Mi Plan es así: —habló la más alta extendiendo un pequeño mapa sobre la mesa. A medida que avanzaba la explicación los dedos de Minji iban recorriendo distintos puntos en el mapa.
Los puntos azules eran las cámaras, los celestes los micrófonos, los rojos eran las personas que iban a matar y en naranjas los rehenes. Le explicó el roll de cada una y por qué colaboraban junto al plan de Gahyeon: ellas desviaban la atención para que pudieran escapar sin problemas y Yuqi les daba la información que podía hackear. Minji decía que necesitaba apoyo. — Estoy segura que en cuanto Yuqi le diga alguna cursilería, por que sí, creo que va a hablar, Soyeon se va a ir corriendo tras ella para ser felices para siempre o algo por el estilo. Ahí Siyeon tomará su lugar.
— Aceptalo Minji, mi plan es mejor.
— Tenemos intereses diferentes, por lo que no está a discusión qué plan es mejor. Si aquí todas son una conformistas no es mi culpa, pero yo quiero más. Eso es todo por hoy, mañana pasamos a la fase de negociaciones para ver qué quieres tú.
— ¿Y si quisiera a Yoohyeon?
No hacía falta formar esa tensión, no tenía que detener el paso de Minji ni ganarse una mirada molesta de la peliplata. Hasta Bora sabía que era una pregunta estúpida. Pero Siyeon sentía el sabor del poder envenenado su lengua y no temía enfrentar a la pelimorada.
—La negociación es con el gobierno, no conmigo. Y sabes muy bien la respuesta. Yoohyeon, vamos —ordenó autoritaria mientras se levantaba y caminaba hacía el pasillo. Yoohyeon la siguió luego de decir:
— Sí, unnie.
(...)
Siyeon había pasado toda la noche pensando qué quería. Algo que pudiera engañar a Minji pero que a la vez le fuera útil en el futuro. Realmente solo quería irse de allí con Yoohyeon. ¿Quién podía ayudarla para buscar algo más vanal? Algo que se ganara la confianza de JiU.
Unos metros más adelante estaba Soyeon caminando con Yuqi, ellas podrían ser una buena forma de empezar. Supuso. Apuró el paso para llegar con ambas mientras buscaba una forma apropiada de empezar a hablar sin ser obvia.
—Hola.
—Hola —la pelirroja asintió en respuesta también —. ¿Qué interés tienes?
Vaya, había adivinado.
—Quería saber... Sé que tienes cosas en común con Minji ¿pero qué exactamente?
—Es eso... No tengo mucho con común con ella pero necesito cuidar a alguien. Necesito asegurar que esté a salvo sobre cualquier otra cosa.
La chica a su lado adquirió un fuerte sonrojo, no era ningún secreto que hablaba de ella. Aún así no podía con la emoción que eso le provocaba. Soyeon sin duda era la chica más amable y linda del mundo. Claro, después de Miyeon.
— Es muy lindo de tu parte ¿pero no hay nada más?
—Bueno, agradecería también que me dieran un trabajo al salir. Una empresa textil no estaría mal. No quisiera ser una vagabunda.
Soyeon era demasiado simple. Tal vez Lalisa fuera de más ayuda, tenía una energía similar a la de Minji.
—Una casa, un auto y un puesto en SM como vocal coach —finalizó la pelinegra, copiando en gran parte el discurso de la rubia. Ella quería estar en YG como bailarina o coreógrafa —, y algo más. Pero esto... quiero pedírtelo a ti.
—¿Tinte para el pelo? ¿Polvo decolorante?
—Uhm... Ahora que lo dices sí pero no hablo de eso. Sino de Yoohyeon.
—Ese tema no tiene discusión. Es mía.
—Prometeme que la vas a cuidar. Que dejarás de tratarla así... Que ella va a ser feliz —hizo una pausa para tomar una mano de su mayor al ver que le dedicaba una mirada fría pero interesada. —. Podrá ser algo revoltosa y traviesa, pero no es mala chica. Lo sabes. Y creo que al salir de aquí todas merecemos ser felices ¿no?
— Basta —exigió la mayor frunciendo el ceño para reflejar molestia. Se levantó bruscamente quitando sus manos del poder ajeno. En el fondo solo suplicaba que dejara de ser tan dulce, porque estaba por robarle un par de lágrimas sinceras. —. Lo que pasé después solo me concierne a mi, y tal vez a ella. Tu tonto enamoramiento no va a cambiar nada. Mejor convencela para que deje de hacerte ojitos —habló fría y sin titubeos, sabía que no podía ser tan simple. Siyeon no podía renunciar a la menor así como así. Por que Yoohyeon siempre conseguía lo que quería —, o mejor aún, que dejen de besarse a escondidas ¿crees que no noté como se miran?... ¿crees que no noté... que tienes el labial de Yoohyeon en los labios... cada vez que la mando a buscarte?
Siyeon se tenso al escuchar aquella declaración. ¡Minji lo sabía! ¡¿Qué más sabía?!
Su sonrisa se había vuelto espeluznante cuando le clavó la mirada. Y la pelinegra no tuvo tiempo de esconder la verdad en sus ojos. Ahora Minii sabía que tenía otro par de enemigas.
—Espero que escuches bien los gritos de Yoohyeon esta noche. Por que son tu culpa.
Apagó la luz de emergencia que tenía y se la llevó a su habitación mientras escuchaba la desesperada respiración de Siyeon. Comenzó a caminar por el pasillo, quería ver cuanto tardaba en reaccionar. Pero entró en la habitación sin ser interrumpida, lo que la desconcertó. Cerró con llave y apoyó la luz mientras respiraba profundo.
—Yoohyeon, desvistete. ¡Ahora!
—¿U-unnie? ¿Q-qué hice?
—A ver cuándo dejas de hacerte la inocente, maldita puta—sin esperar más la tomó del brazo y bajó tanto su pantalón como su ropa interior de un solo tirón. Casi arrancandoselos. La lanzó a la cama y se quedó parada frente a ella, viendo su delicado cuerpo temblar en cama, siendo apenas iluminado por la tenue luz.
—Creo debo usar a tu amiguito para que aprendas.
—No...¡No por favor! —quería que se lanzara al suelo a rogarle, que su cuerpo temblara y que Siyeon escuchara sus temerosos gritos.
Era un castigo para ambas, a ver si volvían a atacarla por la espalda después de eso. Aunque claro, Yoohyeon se llevaba la peor parte por tener que enfrentar su cuerpo a aquel objeto que tanto miedo le daba. Sus súplicas por que no lo hiciera duraron cerca de dos horas, revolviendo su cuerpo por las ataduras, tratando se resistirse a ellas. Pero Minji era más fuerte y solo podía mirarla mientras se volvía un mar de lágrimas.
—Yo siempre voy a saber, Yoohyeon —la tomó del mentón, obligándole a juntar sus aguados ojos con los sátiros de Minji. —. Así que todo lo que planeabas con Siyeon, será mejor que lo dejes ahora.
—Por favor. No lo hagas. ¡No lo hagas! ¡Por favor! Me voy a portar bien. No lo hagas. ¡Te lo suplico! —de solo saber que estaba cerca suyo se ponía mal, ahora que lo tenía entre las piernas, amenazando con penetrarla otra vez no era capaz de esconder su pánico. ¡Lo quería lejos! ¡Ya! Y estar atada no ayudaba en nada a calmarse, en especial por la loca que estaba torturandola. —. Te diré lo que sé. Por favor... ¡Basta! ¡Basta! ¡No! ¡Por favor! ¡Basta! ¡Bastaaa!
—Dime qué hizo Siyeon. Ya.
— Quiere quitarte el puesto... Quiere acusarte con Taeyang... Por favor detente. Ella le dirá tu plan... Quiere que te mueras... P-por favor basta... Quita eso...
La pelimorada sonrió satisfecha y volvió a esconder el dildo en su cajón secreto. Aliviando a la menor por tenerlo lejos. Sentía que lograría tener un fuerte ataque de ansiedad si tenía aquel objeto entre sus pierbas un segundo más. Minji la miro con una mezcla de sentimientos.
Le quitó las ataduras a Yoohyeon con suavidad y, una vez que la venda estuvo fuera, le alcanzó un vaso de agua junto a unas galletitas de chocolate. Adios bocadillo de medianoche. Pensó mientras rodeaba el tembloroso cuerpo de Yoohyeon entre sus brazos y secaba sus lágrimas.
—Si dejaras de portarte mal, yo podría cuidarte mucho. ¿Sabes?
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