Tal como el espectro dijo solo estuve un par de horas con Nic, aunque hubiera querido pasar con él el resto del día. Cuando desperté al parecer el espectro ya se había encargado del  baile, o casi.

-¡Espectro! - me levanté de la cama, la ventana estaba abierta, y cuan suave batir de alas entró un majestuoso cuervo, se convirtió de inmediato en aquel espectro traslúcido, sus ojos aun no me veían y ya me aterrorizaban. Y sin asomos de reverencia, se acercó a mi –

–¿Qué te sucede mortal? –me veía con detenimiento, puliendo mi rostro –

–Dime si arreglaste lo del baile –

–Ah eso –esbozó una sonrisa –Algo así  deberás bailar con el en unas horas, el príncipe que camina bajo la lluvia, tu mano tomará, irás con él, bailaran haciendo callar a todos, sus ojos, como el cielo, mirarán a través de tu alma, y la vela persistente, señal será del nuevo amor. Pero aquella del espíritu maligno, y voz de ángel–se acercó a mi y sus manos huesudas y frías tocaron mis mejillas, aquellas manos largas, me daban escalofríos recorriendo mi cuerpo –De ella, hermosa toda marchita, no debes confiar –

–No entiendo cuando me hablas así, sabias que el lenguaje cambió –le dije algo sarcástica –

–Soy un espíritu viejo, no se de otro lenguaje –pero este ominoso espíritu de antaño, que con semejantes ojos cual tizones encendidos no sólo me miraba era como si desnudara mi alma, sentía como leía mis pensamientos –Sólo una vez caminé entre los tuyos, todos son un caso perdido, en ese momento quería volver a morir para no seguir viendo guerras, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. –

–Pues no lo viste todo, no viste el mar o el bosque la noche insondable, el borboteo de la luz o conociste el amor –me quité la ropa para cambiarme debía estar preparada para el baile –

–Te equivocas –deje de aun lado el vestido que me pondría, me concentre en  sus palabras – Lo conocí a la perfección, tanto que me volví presa de la locura, aquel hombre del que me enamore tatuó cada caricia en mi piel  y cada noche para no hundirme en la amargura recuerdo sus besos y su palabras –

–¿Por qué terminaste en esto?  –el espectro desvío la mirada al suelo y yo seguí con mi vestimenta –

–Aquellos que olvidaron la sagrada idea del amor y lo volvieron solo en deseo vil, fueron condenados a ayudar aveces sin éxito, a los que aman a perpetuidad, de los que creen en el amor como una lámpara de inagotable aceite. Me gusta no estar enamorada, algunos se vuelven locos, suicidas o asesinos  –

–¿Qué fue de él? – estaba vestida, era realmente lindo el traje color vino, pero al espectro no le gusto  me veía esperando más –

–Ese vestido mortal, se ve horrible –con un movimiento de manos cambio mi vestido por uno sin mangas y blanco, era exquisito, y sobre mi cuello, posado suavemente el collar que tenía había cambiado de color –

–No sabia que hacía eso –miré al collar algo sorprendida –

–El príncipe ya hace bajo la lluvia –el timbre sonó  baje las escaleras dejando detrás al fantasma, hasta que antes de abrir lo vi de nuevo en la puerta –Cuidado –no hice caso y abrí la puerta, obscuridad y lluvia, el guapo hombre apenas mojado me esperaba –

–Hola –tomó mi mano y la besó –Se asombrarán sí vas conmigo –el espectro se apareció detrás mio, susurrando en mi oído dijo "que no sea tan fácil" –

–No creo, no estoy de humor y no me llevó con ellas –

–Nadie te espera, además no iré sin ti –sus palabras endulzaron mía día. La voz del espectro retumbó de nuevo "que no te encandilen los falsos ladrillos  que ostenta el castillo del príncipe azul" –

–Está bien – dije seca, tome mi abrigo, me lo coloqué y salí del brazo de Thomas  llegamos a la fiesta, el me ayudó a quitarme el abrigo, todos ahí estaban sorprendidos no sólo por ver llegar a la antisocial si no por que iba del brazo del baronet, todas las víboras lo veían seductoras, querían que fuera su marido. Por un momento Thomas desapareció y Alan de acercó a hablar conmigo –

–Edith, no puedo creer lo –tomó mi mano y la besó –Me alegro de que vinieras –Es realmente guapo, quizá Edith no lo note pero este hombre se muere por ella –

–Lo se, Thomas me invitó –su semblante se torno enojado –

–Ya veo – ya sin titubeos me dijo –Pues el es un idiota si me lo preguntas –

–Alan, no te pongas así –un par de voces nos interrumpieron –

–Por favor si son tan amables –era la voz de Thomas –Quiero bailar al compás de un baile inglés dónde la vela debe estar encendida –recordé lo que me dijo el espectro–Y quiero pedirle a la mujer mas hermosa de la noche que baile conmigo –Thomas se acercó a una de mis enemigas  pensé por un momento que ella seria su pareja  hasta que la hizo aun lado, con aires de gran señor y yo de gran dama, tomó mi mano para bailar con el, todos estaban sorprendidos por tal acto, el tomó la vela que ya hacía sobre la mesa  la puso en mi mano, justo hizo una seña a su hermana de que comenzará a tocar y la vi, sus ojos como dos puertas al infierno, era aquella de quien debía estar preparada, nuestro baile comenzó, ambos nos veíamos a los ojos  como dos tontos. El llevaba el ritmo yo solo seguía al compás de la sonata, la luz de la vela tambaleaba, pero no se extinguió, terminamos el baile y Tom soplo la vela, de nuevo el espectro de apareció frente mio "Cuidado con la cumbre escarlata" apenas eso dijo y se esfumó, todos aplaudiendo y riendo me sacaron del transe, Thomas me veía sonriente, me hechizo de una manera diferente a los demás hombres. Me había enamorado. Aquella noche después del baile Thomas y yo no sentamos a cenar con los demás invitados, hizo un brindis en mi honor, e insinuó que era la mujer que cualquiera querría como esposa, fue una insinuación muy directa, luego me llevó a casa, y entró conmigo hasta mi casa, lo invité a entrar solo por cortesía y porque no quería pasar la noche sin despedirme de él. Ya me iba a acostar, estaba a nada de decirle adiós y subir a mi habitación pero mi padre interrumpió nuestra despedida.

–Thomas quiero hablar con usted si me lo permite –dijo el hombre que se supone era mi padre, tan recatado, con las manos dentro del saco y su reloj de bolsillo colgando débil mente de éste, nos miró a ambos sin expresión alguna en su rostro –

–Claro señor –inclinó la cabeza Thomas, yo solo subí a la que era mi habitación y el espectro estaba ahí –
–Tienes que oír la conversación mortal –dijo sin ganas, entre  dientes  apenas entendible –

–¿Y cómo? Me verán –en marque una ceja –

–Toma mi mano –dijo el espectro, dudé un segundo de hacer semejante cosa, tenía miedo, miedo por que aquel espectro era la muerte. Ninguna humano antes quizá, haya sentido la mano de la muerte, la calma con la que te toma, como el aire de verano, tambaleante de miedo, sujeté su mano y de pronto ya hacíamos en el piso de abajo justo en la oficina del hombre, estaba en medio de ellos y parecían no verme –

–Thomas yo se a que ha venido, no siga con sus juegos –dijo el más grande –

–Yo no se a que se refiere –Thomas reía dudando de sus palabras, estaba nervioso, ya sabían de su plan –

–¡Ya vasta! ¡Aun con tu descendencia no eres partido para mi hija! –

–Señor yo...  –Fue interrumpido –

–Eres solo un casa fortunas –el hombre camino hasta su escritorio y me atravesó, solo era humo, invisible, el espectro solo veía, parpadeando apenas –Te daré cincuenta mil dólares y te alejarás de ella –Thomas solo agachó la cabeza, se había rendido  si era un caza fortunas, sabía que pasaría pero aun así me dolió –

–Está bien– el de cabellos platinados comenzó a escribir en un cheque y una vez hecho se acercó para dárselo, Thomas lo miro, no había seña de molestia, ni de alegría por haber ganado, solo estaba serio –Pero no se si ella quiera alejarse de mi –me pare en medio de ellos ponía las manos enfrente, como si eso los separará y decía incesantemente: No por favor no lo hagas, por favor no, no lo alejes. –

–Vas a romperle el corazón ¡dile que la oídas que la aborreces! –se acercó lo suficientemente a Thomas como para soltarle en cualquier momento un puñetazo –Pero no vas a estar con ella ¡¿Me oíste?! –

–Si –aguantaba la respiración ya  que estaban tan juntos que sentía el vapor salir de su nariz, estaba conteniendo la ira, salí de la oficina y ya no era un fantasma, ahí estaba Lucille, así que me escondí para que no me viera –

–El hombre me a sobornado debemos irnos –se acercó a Lucille y le dijo con la voz más baja que tenía –

–Ese no era el plan –la mujer se mostró molesta, frunció el seño y sentía su coraje, en ese mal momento llegó Alan, ya estaba todo el espectáculo a punto de comenzar, salí detrás de mí escondite y Lucille se apartó del lugar, Thomas se acercó a mi –

–Ya he leído tu novela –el hablaba con voz dulce, no entendía, el espectro me dijo al oído "Fue de lo que me encargué" –Y es la obra más horrible que he leído –dijo con tanto asco, me sobresalté por su reacción, era difícil para mi, como si en ese momento yo fuese Edith, la verdadera Edith –Es un asco, tiene la prosa más gastada, carece de matices aristotélicos  ¡sin mencionar que la forma en la que escriben las mujeres es tan vaga y vil! –los pocos invitados de la casa como Alan, Lucille y mi padre salieron al oír la voz de Thomas gritando, no soporté una palabra más y le solté una bofetada –

–Eres un imbécil, podrás ser todo lo elegante, y educado de un Baronet, pero no dejas de ser un imbécil don nadie –casi escupía las palabras, con todo el desprecio de una mujer herida, mi supuesto padre no dijo nada, permitió que me insultara y calumniara en su presencia, ni siquiera Alan dijo palabra alguna –¡Lárgate! ¡Vete y no regreses!–

Thomas se vía apenado, mi padre se acercó para sacarlo de la casa, yo no me quede a verlo, solo corrí hasta mi habitación  llorando, me aventé en la cama y lloré, por alguna razón me afectaba, lloraba desconsolada, el espectro de sentó aun lado mio, sentí como se sumía la cama–

–Ya deja de llorar mortal– se oía tan cortante y fastidiada –El no se alejará de ti –

–Pues ojala lo haga –me levanté de la cama  veía al fantasma con recelo
Se le hacía tan fácil decirlo –No creo que hayas conocido el amor  y si lo conociste debiste haber sido la peor ¡tan estúpidamente enamorada que fracasaste! –el espectro se enojo tanto me levanto del cuello, dejó de tener la apariencia con la que la había visto, esta vez se veía un cuerpo descarnado, con la piel desgarrada dejando ver uno que otro hueso, sus ojos ya no eran tizones si no llamas, sus manos solo eran huesos, que se clavaban como espinas sobre mi piel, ese aspecto lúgubre y sombrío, aterrador hasta el más mínimo detalle, sus ropas antiguas llenas de tierra rasgada y el fétido olor a muerte –

–Calla mortal –ella no alzaba la voz, estaba tranquila, serena –Tu que sabes del amor, si lo más cercano a un amor que has tenido te ha ignorado por años, si para aquel hombre sólo eres una persona más en este mundo –me veía con detenimiento, yo sostenía sus manos con fuerza intentando que me soltará lo cual fue en vano, movía los pies buscando el piso– No olvides tu propósito aquí mortal  nos debes enamorarte si no hacer lo que se te pide –me soltó con fuerza contra el piso –¡El no te dejará, si así fuera no estarías aquí! –me estaba alzándo del piso, aun mareada por la falta de aire –Es aquí donde viene lo más difícil mortal, debes estar preparada, debes ser fuerte –se hincó a mi lado yo retrocedí arrastrándome, temía que me lastimara de nuevo –

–¿Qué va a suceder ahora? –la miraba con los ojos abiertos como platos, asustada –

–Van a matar a el padre de Edith –me quedé helada, el espectro rodeó los ojos en señal de molestia –

–No no puede ser, debo de impedir eso –

–No –me interrumpió –Así debe ser, algunos de los sentimientos de Edith están saliendo, cosa que no creí, hay algo de belleza en la preocupación por los otros, tu mortal eres tan diferente a los que he visto, te preocupan aun sin conocerlos –se acercó para mirarme más de cerca, sentía su aliento frente al mio, ya no lucía decadente como hacía unos segundos  había recobrado mi aspecto, casi parecía estar viva– ¿Cómo lo haces? –

–No lo se –me levanté para hacerme aun lado –

–El debe morir mortal, así es como empieza todo. No te enamores tanto de ninguno de los dos, por que cuando acabe esto no podrás estar con ellos –

–¿Puedo hacerte una pregunta personal? –estaba tan temerosa de preguntar, mis manos sudaban un río –

–Adelante mortal –

–¿Quién era él? –el espectro se puso a mirar por la ventana  analizando mi pregunta, el aire  frío que hacía después de la lluvia le rosaba la cara y hacia volar su cabello, estuvo en silencio solo un minuto hasta que se decidió hablar –

–El era un plebeyo y yo algo de la realesa, mi nombre ya ha sido olvidado de entre las páginas de un viejo libro, no podía estar con el debía casarme con el hijo del rey, un día de desasosiego pensé en huir con aquel que poco poseía, a quien me entregué en cuerpo y alma. Era codiciosa, pude huir con el pero, aquel castillo y la corona, me convencieron más que tener una vida miserable, lo abandoné y quebrante su corazón, fui tan mala, un buen día mi ex amor reto a una batalla al príncipe, no quería que se mataran aun que muy en el fondo deseaba que ganará mi verdadero amor, pero... –el espectro se sentó en la venta disfrutando más del aire –el príncipe perdía y no quería que manchara sus manos de la sangre del que sería mi marido, me interpuse sin saber que el príncipe fingía estar derrotado, se levantó y blandiendo su espada en mi pecho, perforando mi corazón y mis pulmones pero también en ese momento atacó el otro, las dos espadas se incrustaron en mi al mismo tiempo, y caí muerta me enterraron en la colina bajo un par de piedras como dictaba la tradición vikinga, también fueron castigados a vivir sin amor ni felicidad ambos murieron presa de si mismos, luego sin mas ni más hacia esto, estoy condenada a vagar como ayuda de los enamorados por muchos siglos, hace mucho muchísimo que perdí la cuenta, ya no me hago ilusiones –dijo con tristeza, suspirando con dolor –

–Voy a volver con Nic está noche, aun debo arreglar un par de cosas –sostuve el collar en mis manos, deseaba volver con él, el collar se iluminó –

–No te enamores mortal este no es tu mundo, ni ellos tu destino –antes de desvanecerme vi que el el espectro se convirtió de nuevo en aquel torbo desgarbado  cuervo, se fue volando por la ventana –

Cuando desperté estaba en brazos de Nic, oía como tocaban la puerta, moví a Nic pero tenía el sueño más que pesado por que no reaccionaba hasta que oí que giraban la manija de la  puerta

–Nic debemos –Jamie se quedó helado al  ver la escena, Nic y yo desnudos tapados apenas por un par de sábanas –¡Nic! –gritó tan fuerte y el si logro despertar lo –

–¡Por Dios! –Nic se cubrió con la sábana y me cubrió a mi –¡¿Por qué no tocas?! –

–Si lo hice, pero ¡Tú no despiertas! Maldita sea Nic y si hubiera sido el Coronel –Jamie hablaba de una manera tan graciosa que no pude evitar reír me –Sabes que espero en tu sala hasta que estés vestido –cuando Jamie salió de la habitación Nic y yo nos soltamos a reír, cuando ya estábamos vestidos salimos a hablar con Jamie –

–Dime que sucede amigo –Nic se estaba abrochado el cinturón –

–Pues la pelea se acerca, y debemos prepararnos  –no se si a esto se refería el espectro pero, cada vez me es mas difícil seguir con esto ¿Alguna vez sean enamorado de dos personas al mismo tiempo? Dos personas tan distintas y ala vez tan iguales. Creo que muy pronto no voy a querer irme –