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Amor Antes De La Guerra

–Eso espero Capitán es lo que acordamos, estamos aquí solo para lograr nuestro cometido, intente que no sea problema un soldado o alguna mujer –el infiltrado francés vestía un pantalón café oscuro algo desgastados y una camisa a cuadros azul, con unos mocasines cafés todo prestado por los soldados, tenía cabello color castaño y ojos azul verdosos el francés más Alemán de todos –

–Ya te lo he dicho se lo que hago, el cómo lo hago no es tu problema –

–¿Capitán? –una voz se escuchó buscándolo, así que se vieron obligados a dejar para después su charla, el infiltrado corrió para no ser visto, en cuanto el coronel se dio la vuelta antes de que lo vieran –

Yo me dirigí a la oficina de Daniel, donde estaba Jamie, y Mallory los oí hablar sobre mi así que decidí escuchar primero

–Jamie te lo cuento por que eres la única persona que creo podría darme un consejo, yo... Bueno, es Madeline, ella me gusta mucho pero creo que hay una especie de complicidad entre ambos Nic y ella, la quiero solo para mi de la manera mas tierna y amorosa yo no se si ella sienta lo mismo pero es que me mata este sentimiento –

–Daniel yo no se que le ven a esa chica, es decir es muy linda pero, su encanto es tan común. No se que decir le, probablemente lo mejor sea que intente, que no la deje, invita la a salir, a bailar, conquista la –supongo que Jamie decía todo eso por que no me quería cerca de su mejor amigo –

–Tienes razón yo lo intentaré –sin darse cuenta Mallory ya había llegado tenía una cara de molestia al escuchar a Daniel, sin tocar entró a la oficina –

–Te recomiendo no salir con ella, o insinuarte más, por que te recuerdo se le está estrictamente prohibido a un alto mando salir con una soldado o una simple enfermera –Mallory se escuchaba celoso, en ese momento no tenía juicio, dispuesto a una guerra, al escucharlos alzar la voz decidí entrar, me quede pasmada no sabia que decir y se notaba en  mi cara –

–Oigan yo solo vine para hacer mi trabajo –todos me vieron y quisieron ocultar lo que decían – Aun que pensándolo bien mejor vengo más tarde –

Mallory y Daniel pueden hacer que a Nic lo despojen de su cargo solo por salir conmigo ahora debemos salir mas en secreto que nunca. Fui hasta donde estaba Nic, sentado en la banca frente al lago me senté a una considerable distancia para no levantar más sospechas

–Nic los oí hablar Mallory y Daniel dios si ellos nos ven juntos harán que te despidan o te maten –me oía bastante alterada y como no estarlo, no quería separarme de él

–Oye tranquila lo solucionaremos –Jamie llego para decirle a Nic sobre lo mismo, me tomo de los hombros y me cargo hasta el agua, era más fuerte que yo, mis movimientos eran inútiles –

–Madeline un momento –me sambutió la cabeza en el agua y no me soltaba, Nic se levantó a intentar detenerlo pero no era lo suficientemente fuerte para hacerlo –Si te ven con ella te pueden incluso matar amigo –decía apenas entre dientes, sacó mi cabeza para que tomara aire y luego la volvió a meter –

–Es un riesgo que estoy dispuesto a correr –seguía forcejeando para que me soltara pero no lo lograba –¡Ya Suéltala! –

–¡Estas loco! –repitió la acción como torturandome –¡¿Cómo mantienes en secreto algo como eso?! –

–Ya encontraré la forma –Mallory y Daniel fueron avisados de lo que me hacían y ambos corrieron a rescatarme al ver como me torturaban –

–¡Jamie detente! –Mallory tampoco el tenía la fuerza –¡Vas a matarla! ¡Se esta quedando sin aire! – Mallory gritaba desesperado –

–Sigo creyendo que es el mal, puede que esto lo compruebe –al parecer de todo solo comprobaba su demencia –No se está ahogando mira –sacó mi cabeza del agua y me acerco a el –¿Madeline te estás ahogando? –ni siquiera me dejo responder me sambutió de nuevo con más fuerza me movía debajo del agua pataleando por ser soltada, tenía los ojos abiertos y pude ver como mi collar se iluminaba era momento de volver –Además no puedes detenerme –

–El no yo si –Daniel le soltó un puñetazo en la cara el cual fue tan fuerte que Jamie me soltó de inmediato pero para ese momento ya había perdido el conocimiento –

Desperté al instante y estaba recostada en la cama de la vieja mansión, volteé a un lado y Thomas dormía plácidamente, su cara parecía una perfecta escultura, no saben sus ojos la cantidad de veces que e contado sus pestañas, lucia realmente guapo. No pude resistir me, me acerqué a el acaricié su rostro y pose mis labios sobre los suyos, nos comenzamos a besar lentamente, haciendo eterno el beso, se encimo sobre mi para besarnos mejor, le quite la camisa, pude ver su pecho era perfecto ni muy delgado ni muy fornido era la combinación perfecta. Deslizé mis manos por su espalda hasta lograr bajar un poco sus pantalones apretujando sus glúteos, lo necesitaba, no se si se puede amar a dos personas al mismos tiempo y menos bajo los términos de mi sufragio, es como querer saltar al acantilado solo para sentir la brisa del mar, tan arriesgado, tan difícil, que no si decir que vale la pena. Afuera se escuchaban unos pasos lo cual hizo que el se hiciera aun lado, pero me miró, me miró de una forma tierna, amorosa, diciéndome su amor con la mirada, esa mirada que cala los huesos

–Ya es muy tarde para besos hay que ir a desayunar, más tarde iremos a la ciudad para recoger unas cosas, vamos cariño –se levantó de la cama y se comenzó a vestir, esa palabra jamás me la había dicho, y con esa sinceridad, se oía tan real –Te espero abajo –comencé a vestirme y un ruido afuera me hizo estremecerme –

–¿Lucille? –dije pensando que sin duda era ella –¿eres tu? –no tarde en escuchar como llamaban a la puerta del cuarto, me acerqué y abrí de par en par la puerta, un obscuro pasillo enfrente de mi, no había nadie, eso me dio miedo y de golpe cerré la puerta, termine de vestirme cuando de nuevo llamaron a la puerta, abrí de nuevo dudando de hacerlo, con el miedo en el cuello, las manos sudorosas, de nuevo silencio y nada mas caminé hasta donde provenían un par de pasos y ahí parada inmóvil un cadáver viejo, color escarlata, casi parecía ser de arcilla, callandose a pedazos, de ojos negros cual abismo, de cuerpo desnudo atrofiado caminaba hacia a mi. No tuve reacción solo retrocedí unos pasos, el espíritu caminaba hacia a mi, de manera lenta, tropezó por un enorme charco rojo, no lo pensé más y corrí pero me seguía arrastrándose mire hacia atrás sin darme cuenta de los escalones, haciéndose resbalar. Thomas y Lucille corrieron a mi auxilio, alce la vista hasta el principio de las escaleras y el fantasma aun seguía ahí mirándome, sin mas expresión que de la muerte –

–Edith ¿Estás bien? –Thomas me ayudó a pararme, Lucille sacudió mi vestido, ambos me miraban extraños –¿Qué te sucedió? –

–Caí por que me perseguía –me oía alterada, me dolía mucho la espalda, apenas soportaba el dolor –

–¿Quién? –señale hacia arriba –

–Ella –pero cuando voltearon de nuevo no había nadie –

–El golpe a sido demasiado fuerte, lo mejor será que te sientes mientras te preparo un té, ya vuelvo –Lucille se fue a la cocina mientras Thomas me condujo al sillón en su sala la cual estaba frío lenta, se hincó frente mio para verme con más clama a los ojos, literal el me deba paz con solo una mirada –

–No iremos a la ciudad no hoy y menos después de tu caída, debes descansar –el espectro se apareció detrás de él y me dijo "Miente, egolatra descarado" lo miraba con recelo, clavando su mirada en su espalda cual cuchillos –

–Tranquilo quiero ir, solo fueron un  par de escalones, nada de que preocuparse apenas me duele la pierna –

–Está bien –suspiró –Pero al más mínimo quejido de dolor regresaremos –Lucille entró con una bandeja de té, sirvió un poco en una taza y la extendió a mi –

–Te servirá para entrar en calor, son las maravillas del té –su sonrisa era fingida, el espectro se paro a un costado de ella y acarició su mejilla con suavidad la miraba incomprensible inclinando la cabeza como resolviendo un enigma "Si no fuera por que debo odiarte tu y yo seriamos buenas amigas" esboze una sonrisa –Voy a salir tengo que ir a ver al notario no tardaré –

–También saldremos hermana, Edith y yo iremos a la ciudad a arreglar el asunto de los bienes –

–Claro –se oía molesta, miraba a Thomas con odio como regañando lo –Sólo no regresen tarde – mientras estaban concentrados en su mundo yo iba a tomar del té, pero el espectro interpuso su mano la cual se sintió como una ráfaga de viento "No lo hagas" –

–Voy a darme una ducha y después nos vamos –me levanté de la sillón y subí de nuevo aun dudando, las escaleras que rechinaban con cada paso haciendo crujir la madera vieja, el pasillo estába obscuro y frío, casi corrí a la habitación, saque de un viejo mueble un poco de ropa, fui al baño y me relajé un segundo en la tina, cerré los ojos un pero me vi forzada a salir de la bañera por un ruido en el piso de arriba –

Salí del baño para vestirme, baje a ver a Thomas estaba afuera jugando con sus máquinas el espectro se divertía haciendo fallar la maquina más grande que ya hacía sobre la tierra urdiendo tubos debajo de esta, sacando tornillos o cuando Thomas se acercaba demasiado a la maquina como para perder control y ser aplastado ella jugaba a por poco matarlo.

Cuando me vió salir de la casa corrió hacia a mi sonriente

–Cariño estas lista la carroza nos espera, ojala no hayas empacado más que tú abrigo volveremos hoy mismo –

–Claro lo que tu digas –me dio un casto beso, ese momento fue glorioso sin Lucille era como vivir plenamente lo que sentíamos –

–Pues vamos –subimos a la carroza la cual nos llevó hasta la ciudad, todo el trayecto me la viví en sus brazos, creo que ese es mi verdadero lugar perfecto para vivir, cerca del latir armonioso de su corazón, con su respiración perfumada, a la temperatura perfecta, con la suficiente fuerza para no soltarme ni por voluntad propia. Recién comenzaba una tormenta. Llegamos por fin a la oficina de correos, el lugar se veía bastante elegante, con aires del viejo mundo, con un busto esculpido de palas, puertas de madera finas talladas a mano, alfombras persas, era un verdadero palacio –

–Buenas tardes bienvenidos –dijo un viejo mozo de complexión corpulenta –¿Necesitan ayuda? –

–Necesito hablar con el abogado Martin –Thomas se dirigió con el sujeto a hablar en privado –

–¿Necesita ayuda señorita? –el hombre encargado del correo me pregunto sonriente –

–Sólo espero a mi esposo Thomas Sharpe –

–¿Es esposa del señor Sharpe?Por que creo estas cartas le pertenecen –de una repisa en la pared me dio unas cartas algo viejas, sin duda estaban ahí, esperando ser entregadas a algún destino desde hace mucho tiempo, las tomé con algo de miedo y curiosidad no debía abrirlas ahí, debía ser en privado –

–Gracias. Podría prestarme un baño por favor –el hombre me indicó la puerta, entre y con la privacidad que me brindaba el espacio abrí las cartas con sigilo, cada una de un remitente diferente, cada palabra, cada una de esas tres cartas era de no creerse, o más bien me negaba a creerlo, sabía que esto significaba mentira que de eso iba mi trabajo aquí pero, jamás estas muy preparado para eso. Thomas tenia tres esposas –el espectro se apareció detrás del espejo del baño –

–Te lo dije mortal no lo tomes a mal, no es por ofenderte pero tu especie me genera, de ves en cuando, un poco de asco, tan patéticos, tan vanos, no saben apreciar de un buen amor como de un buen vino, por eso ustedes no pueden vernos por que tal como la flor que crece en la falda de los volcanes si nos tocan nos deshacen –

–Debo volver, debo afrontar lo –tire las cartas a la basura y salí para encontrar me a Thomas –

–La tormenta a apretado, me temo que no podremos irnos si no hasta mañana, he alquilado una habitación para esta noche, será mejor a descansar en especial después de tu caída –Sólo asentí y subí con el a la habitación, que no era tan lujosa como el vestíbulo. Me recosté una vez cambiada con mi enorme camisón, Thomas de igual manera ya hacía en pijamas, me miraba parado frente mio con seducción y deseo –Creo que hay algo pendiente no crees –se acercó a besarme, estaba encima mio pero no tenía todo su peso sobre mi, sin darnos cuenta estábamos desnudos, nuestra piel pegada una a la otra, y nuestros labios embonando a la perfección cual engranajes, nuestros besos apasionados, se convirtieron en caricias. Inconscientemente abrí mis piernas, y ya sentía su enorme virilidad en mi entre pierna, Thomas besaba mi cuello y de mis labios escapaban suspiros, sin previo aviso él entró en mi de manera lenta haciéndome retorcerme debajo de él por el dolor –Lo lamento voy a ir despacio –siguió moviéndose lento hasta que en algún momento ya no sentía dolor, si no placer, agitados presa del deseo llevando acabo nuestras más bajas y obscuras pasiones consumando en el silencio de aquella habitación donde comenzó algo interminable, después de un tiempo sus movimientos fueron más rápidos hasta llegar a la cumbre de nuestro placer, unidos éramos uno, nuestros cuerpos tenían un principio que desbocaba en el otro, tuvimos toda esa noche para querernos, para demostrar que de cuando en cuando podías visitar el cielo o hacer de este infierno un paraíso. Me dormí al compás de las respiraciones de su pecho, había estado aquella noche entre el cielo y la tierra, entre la locura y la cordura, dormí pensando en el, en lo maravilloso que es estar a su lado.

Cuando desperté estaba en la sala de enfermería, tenía un suero puesto, y no estaba sola. Pude ver a lo lejos, en la entrada a Mallory, Daniel, Jamie a mi amado Nic y aun soldado desconocido aun para mi, de ojos azul verdosos, cabello castaño algo largo, de mocasines cafés, y camisa a cuadros hablando con ellos. De nuevo el espectro apareció frene mio, casi parecía humana, pero sus ojos como tizones encendidos la delataban.

–Estás tomando tu papel muy en serio mortal, solo que te recuerdo que NO DEBES ENAMORARTE –recalcó esas últimas palabras –ellos ya tienen un destino, ya tienen un final. Ya casi lo logras, por que sabes, el precio amarlos, a no querer irte, es estar aquí para siempre –

–Jamě –dije pidiendo misericordia, ella flotaba sobre el piso, como haciendo que este no fuera digno, y no lo era, su vestido carcomido por el tiempo, de un rojo descolorido, desgastado la hacían lucir muy bien, aquellos dos hombres de quienes se enamoró tenían justa razón de estar embelesados con ella –No actúe como debería pero, el corazón no me deja, y creo que es lo correcto –tan en metida en mi platica estaba que no noté que mi triángulo amoroso se dirigía a mi, al igual que el que se empeña en matarme y el ¿francés? –

–Madeline que bueno que despertaste –ellos no veían a Jamě, ella los miraba retadora –Sólo estuviste dormida unas horas –aclaró Daniel y Jamie rodeo los ojos con molestia y descaro –

–Se nos unirá un hombre, de los que salvaste, nos ayudará con analítica su nombre es Buck, acostúmbrate mujer de ébano, evadida de la ribera nocturna –Jamie volvía a su demencia a la cual ya le restaba importancia, Daniel carraspeó para interrumpir su discurso a la moral –

Me levanté de cama a las oficinas del cuartel algo en mi decía que no confiara en el, era un hombre guapo pero tenebroso como Lucille, de infinita belleza y de interminable y desdeñable juicio. Dije todo  lo que podía decir y el soldado me miraba estupefacto, y este a su vez veía una que otra vez a Mallory, como cruzando palabras.

–Sólo miralos, parecen esculpidos de la mano de Miguel Angel, con un cincel y un coro de ángeles, sus ojos tienen un trasfondo al cielo, mirarlos es mirar a través de las estrellas, de piel seda. Es como estar cerca de aquellos seres celestiales con los cuales llevo más de quinientos mil años librando batallas, de esos que no se rinden, que venían a mi con sus palabras de amor para arrepentirme de mis actos, amor que no están dispuestos a compartir. No entiendo  el amor, ya no, aunque ahora que lo pienso jamás lo hice –

–No es cuestión de comprender lo si no de saber sentirlo –respondí en mi mente –

–Voy a estar para ti visible para cuando llegue la hora, conmigo ni una bala te tocará, ni brisa, ni arma, ni muerte no te dejare perder esta última batalla, una que contrario a lo que dije, esta muy cerca
No caigas en sus juegos –aquel soldado me miraba impactante, puliendo mi rostro, contando mis cabellos, tenían paciencia pero yo ya no –

–¿Qué tengo?  Digamelo o deje de mirarme –Mallory miró a aquel soldado con desaprobación y enojo, Daniel también posó su mirada de molestia en él, esto parecía una guerra, como cuidando los pasos de todo aquel que se acerara a mi–

La junta terminó y el nuevo aliado se fue a conversar con Mallory, la noche caía, los pájaros huían y los murciélagos aparecían, hambrientos a cazar fantasmas, nadie mas había ahí, solo ellos, como almas en pena

–Ya veo por qué te enamoraste Mallory la chica es hermosa –sonreía cual tonto, Mallory no entendía si lo decía por molestar o por que realmente había algo, molesto lo miraba con asco, dispuesto a matarlo si era necesario en nombre de lo que su corazón decía –

–¡Ni se te ocurra ponerle un dedo encima si no! –Mallory perdió los estribos, le apuntaba con el dedo, su cara estaba roja de la ira contrario al otro que sonreía victorioso –

–Si no ¿qué? Son solo palabras –aquel betusto y amenazador hombre se fue, dejando a Mallory ardiendo en cólera, cada vez estaba más cerca de librar la guerra y ser libre, o de ponerme los grilletes, dado que les había entregado mi corazón a esos dos hombres y había puesto un puñal en sus manos. Que es mas horrible morir de amor, o vivir si en el.




Pasen a leer mi novela Baby on board les va a gustar ;)

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