Querido recuerdo:

Esta será la primera carta que te escriba, es necesario para terminar de darle un cierre a mi primer amor, un amor que nunca tuvo un principio... ya estoy dando demasiado spoiler, así que mejor comencemos:

Recuerdo que mi amiga me invitó a una juntada con varios chicos, entre ellos estabas vos. Cuando te vi, me encantaste, era inevitable no sentir atracción; eras el típico chico malo mujeriego. Un chico pelado que irradiaba una confianza desbordante. Tus grandes ojos marrones claros, llenos de picardía y encanto, tienen esa habilidad de captar la atención de cualquiera a su alrededor. Aunque no eres tan alto, tu físico fuerte y atlético le otorga un magnetismo especial que atrae miradas.

Al comenzar a hablar contigo, pude apreciar tu actitud desenfadada y tu sonrisa encantadora, que son tu mejor carta de presentación. Sabes cómo utilizar tu carisma para conquistar. Lo hiciste conmigo, cómo no conocer tus tácticas. Aunque me estoy adelantando, lo sé.

Esa noche nos la pasamos tirándonos miradas mientras decíamos algún remate de algún chiste malísimo que decía uno de nuestros amigos. Porque en pocas horas entendimos el código que se manejaba entre nosotros. Y es que no solo me encantaste por tu físico, fue más por tu maldita carisma que terminó de darle la cereza al pastel.

Fue a primera vista, un flechazo al corazón directo, traspasó todas las barreras posibles que estaba intentando construir para que no fuera tan fácil llegar a ese corazón que recién comenzaba a latir... demasiado tarde, lo sé. Por el momento, me gustaba esta nueva cercanía.

Veremos con el tiempo, ¿no?