Capítulo 4
25 de diciembre
Haneul
Navidad por fin y ya todos levantados para abrir nuestros regalos. Sin mencionar que todavía seguíamos en pijama.
Cada uno estaba feliz con su regalo.
—Wow, son los tenis de edición limitada —Soobin se sorprendió.
—Ya ves, ahora sí podrás participar en el concurso de tenis del próximo verano —comento.
Estábamos entre risas y chistes, hasta que alguien toca el timbre. Solo pedía que no fuera papá al momento de abrir. Mamá abrió la puerta y lo que alcanzamos a escuchar todos fue...
¿Se encuentra Jeon Jungkook?
Todos nos sorprendimos, mamá la hizo pasar. Era una mujer de cabello negro, ojos cafés profundos, posiblemente tenía la edad entre mi tío y mi madre... Posiblemente más.
—Buenos días, me presento. Soy Kim BaeSoo, hermana mayor de Kim Taehyung.
Todos nos quedamos en shock al escuchar tremenda confesión.
—No le creo —dice mi tío con cierta frialdad en sus palabras—. Taehyung nunca me dijo nada de tener una hermana mayor.
Suelta un suspiro. —Nunca le dijo porque en ese momento habíamos peleado por algo. Pero cuando me enteré de que nuestra familia murió, quise ir, pero no pude porque en mi trabajo me lo impedía. En ese momento pensé que, la que iba a ser su esposa lo iba a cuidar bien. Pero me vine a enterar que lo había engañado y que eso le provocó depresión, ansiedad, entre otros —empezó a llorar—. Lo único que pude hacer en ese momento fue hacerle llamadas. De ahí me contó que te conoció, se hicieron novios, y la razón por la cuál se alejó de ti —sonreía con melancolía—. Yo fuí la que le llamó a tu hermana y le di la noticia del fallecimiento de Tae. Yo creo que después te lo dieron los del hospital.
Mi tío no aguanto más y empezó a llorar.
—Le dije que estabas aquí porque quería darte algo, ya que te ha estado buscando por todos lados —aclara mi mamá.
Saca algo de su bolsa. —Ten, él en una libreta me escribió lo que debía de hacer —le entrega un objeto envuelto. Y al quitarle la envoltura, se dio cuenta que era una foto.
—También me dijo que te diera esto —le entrega un sobre—. Dijo que el tenía algo preparado especialmente para ti. Y lo hizo en caso de no poder soportar esto y no poderte lo enseñar en persona.
Jungkook
Tomo el sobre y me voy al cuarto de mi hermana, abro el sobre y lo leo en silencio.
Hola mi linda estrella. Sí, sonó muy cursi, pero eso eres, una estrella que vino a iluminar esta vida que tenía por tormenta. Sé muy bien que esta carta la estarás leyendo porque probablemente yo ya no esté en este mundo. Sé que el pedirte que me perdones no me traerá de vuelta, pero debes de saber que jamás te dejé de querer.
¿Recuerdas la promesa que te hice? :)
Te la voy a cumplir, porque puede pasarme de todo, pero eso no impedirá que cumpla mi promesa de llevarte a ese bello lugar del que te conté.
Las pistas estarán llenas de frases e indicaciones que te dirán a dónde ir. Cuando estés triste, ve a ese lugar, que yo estaré ahí para consolarte.
Con amor:
Taehyung
En ese momento, libero el llanto, pues es tanto el dolor que tengo, que ya no puedo estar reprimiendolo.
—Tae —susurro y es lo único que alcanzo a decir mientras el llanto se apodera de mí.
En ese momento entra mi hermana y se sienta a mi lado, para después abrazarme, y llorar más. Su abrazo me hizo regresar en el tiempo, como cuando había tormenta, y corría a la habitación de mi hermana para sentirme protegido; sentir que nada malo me iba a pasar estando con ella.
Me volví a sentir protegido con ella.
—Lo extraño mucho —seguía recargado en su pecho.
—Lo sé, lo sé mi pequeño —tenía tiempo que ella no me decía así—. Recuerdas lo que una vez nos contó mamá, de cómo conoció a papá.
La miro. —Sí, decía que se vieron por primera vez, ella tenía 15 y el 19 —respondo.
—Exacto, pero cuando se hicieron novios, tuvieron problemas y se volvieron a reencontrar, pero ya estaban preparados para pelear contra el mundo —me consuela. Me hizo recordar cuando ella me cuidaba, papá y mamá ya no estaban, porque se encontraban arriba cuidándonos—. Recuerda que ella dijo: que si conoces a la persona correcta, en el momento equivocado, la vida los vuelve a juntar. Probablemente no en esta vida, puede ser en la siguiente.
—Lo sé, pero nadie dijo que esto iba a doler —la miro.
Me mira. —Nadie sabe que va a ser difícil el camino, ni que es lo que nos depara —mira la carta—. ¿Vas a seguir las notas? —asiento—. Anímate, a él no le gustaría verte así, de seguro él te devolvería el apodo.
—¿Cuál?
—¿El muchacho de los ojos tristes? —me mira.
Al día siguiente, nos pusimos nuestra ropa de invierno y salimos a dar un paseo en familia.
Haneul y Soobin jugaban alegremente con la pequeña. Mientras que nosotros dos vamos detrás de ellos.
—¿Y el innombrable? —pregunto refiriéndome al tipo que se hace llamar mi cuñado.
—De viaje, y de seguro, con su amante —responde molesta.
—¿Por qué no le dices lo que pasa a Haneul? —la miro.
—No la quiero preocupar —responde.
—Créeme que ella entenderá toda esta situación. Es muy inteligente y toda una adulta —le doy un abrazo por la espalda.
—¿Quieres que te cargue como en los viejos tiempos? —se ríe.
—Pero ahora será al contrario —me mira confundida y la cargo en mi espalda.
—Jungkook, bájame ahora mismo —se aferra a mí, pues teme a que la tire.
—No, es algo que tengo que hacer —me rio y empiezo a fingir que está en un caballo, para después escuchar su linda risa.
* * *
Un día después, empiezo a empacar unas cosas y las subo al auto.
En la parte trasera, subieron Soobin y BaeSoo. En el copiloto se subió Haneul.
—Ten cuidado —me abraza—. Ten —me entrega un sobre—, no lo abras hasta que hayas descubierto la sorpresa que te dejó Taehyung —me dedica una sonrisa.
—De acuerdo, no la abriré —la abrazo—. Nos vemos.
—Cuídate —miro mi pequeña sobrina—. Cuida bien a tu mamá, y no le hagas travesuras, suficiente tuvo conmigo.
Se ríe. —Está bien tío Kook —me da un beso en la mejilla—. Cuida a mi hermana.
—Lo haré —subo al auto y emprendemos el camino de nuevo a casa.
El camino al aeropuerto fue risa y un poco de melancolía. Pues BaeSoo nos empezó a contar las travesuras que luego Tae y ella hacían, y cuando después se les unían sus hermanas. Durante el trayecto fueron risas. Ya cuando llegamos al aeropuerto, la risa se volvió un silencio.
Se acerca. —¿Todo bien? —me susurra mi sobrina y yo solo me limito a asentir.
Será un largo viaje de regreso.
Perdón por jugar a la desaparecida, pero no saben lo ocupada que he estado con la uni. Y más que ya la próxima semana serán exámenes (si no estoy mal T^T). Me traen como loca.
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