Capítulo 31💌
— Estoy tan emocionada, ellos no saben nada.
— ¿Entonces llegaremos de sorpresa? — Noah me miro entre sorprendido y confundido, asentí viéndolo con esa expresión.
Estamos por fin en Venezuela, quise sorprender a mis padres, nadie sabe nada de esto, ya tengo seis meses de embarazo y quiero que ellos estén en el proceso de los meses que vienen.
— Exacto, vente. — lo jale del brazo hasta las afueras del aeropuerto, tiene a Alyshi dormida en brazos.
— ¿Enserio no quieres que te ayude con las maletas? — pregunto por milésima vez.
— No, tranquilo, a mi siempre me ha gustado arrastrar las maletas.
— ¿Pediremos un Uber?
— Noah aquí no hay Ubers.
— ¿Qué? ¿Cómo que no hay? — pregunto estupefacto.
— Aquí solo hay taxis normales.
— ¿Y esos no lo son?
— Los ubers dan refrigerios y lo sabes.
— Por eso me encantan.
En el taxi camino hacia la urbanización donde siempre he vivido, Alyshi se despertó.
— Umm. — murmuro recién despierta.
— ¿Qué pasó mi pequeña? — pregunte viéndola.
— ¿Ya llegamos? — yo asentí acariciando su cabello castaño.
— Al país sí, a la casa vamos llegando falta poco. — sonreí viendo el camino que me sé de memoria y extrañe con tanto anhelo.
— Ohhhh, entiendo. — respondió acomodandose para ver por la ventana.
— Gracias. — le dije al taxista saliendo del carro con Alyshi agarrandome de la mano, Noah agarro las maletas y se acercó a nosotras con una pequeña sonrisa.
— ¿Mami vamos a caminar?
— Sí, lo siento pequeña, pero el taxi no podía entrar la urbanización.
— No importa ¿No es tan lejos?
— Emm bueno no es tanto, aunque yo ya estoy acostumbrada a caminar por aquí cerca.
— Aly si te cansas yo te cargo ¿Está bien? — ella asintió viéndolo.
— ¿A que casa van… ¡Ashley!
— ¡Señor José! — sonreí viéndolo, este abrió el portón con rapidez para poder nosotros poder pasar, me dio un abrazo y después me miro de pies a cabeza.
— ¡Y estás embarazada! — exclamó señalando la pequeña pequeña panza. — Cómo pasa el tiempo. Aún recuerdo cuando tus padres vinieron a casa contigo recién nacida y mirate ahora eres tú la que va a hacer madre.
— Ellos aún no lo saben, se los diré ahorita, será sorpresa.
— Entiendo. — respondió mirando detrás mio a Noah y Alyshi.
— Señor José, el es mi prometido Noah. Y nuestra hija Alyshi. — los presente viéndolos y sus caras mostraron sorpresa genuina, creo que la más sorprendida fue Alyshi.
— Mucho gusto. — comentó el mayor dándole la mano primero a Noah y después a Alyshi.
— Mucho gusto. — respondieron los dos al unísono.
— Bueno vayan, esa noticia no llegará sola.
***
— suspire en frente a la puerta. — Estoy nerviosa ¿Tengo que hacerlo?
— Mami obviamente tienes que hacerlo sino ¿Dónde vamos a dormir?
— Tienes razón. — suspire resignada tocando la puerta.
— ¡Voy! — escuché la voz de mi papá acercándose a la puerta.
— Oh Dios… — murmura jugando con mis manos.
— ¡¿Ashley?!
— ¿Amor quién es? — mamá se quedó en shock viéndome, o al pequeño ser que tengo dentro, no lo sé.
— Hola. — susurre nerviosa agitando un poco mi mano en un saludo.
— ¡Mi amor! — dijeron al unísono recibiéndome con un abrazo que me hizo sentir en casa.
— ¡Vengan pasen, no se queden allí! — exclamó mi mamá empujando un poco a papá para abrir más la puerta.
Nos guiaron hasta la sala, donde mi perrita Sasha vino corriendo hacia mi.
— Hola, mi pequeña ¿Cómo estás? ¿Me extrañaste? — sonreí acariciandola, ella por instinto se paró en dos patas para abrazarme.
— Yo también te extrañe, mi bebé.
— ¿Puedo acariciarla? — preguntó Aly atrás mio viendo a la perrita con un poco de miedo.
— Sí, ven ella no muerde. — empezó a acariciarla con miedo, cuando agarro confianza se sentó frente a mi perrita para jugar.
— Es bonita. — expresó Noah al lado mio viendo a Alyshi, acariciando e intentándole enseñar trucos a la perra.
— Sí, la tengo desde mi graduación de bachillerato, fue un regalo de mis padres. Ven siéntate conmigo. — le tomé la mano hacía el sillón grande al frente de dos individuales dónde se sentaron mis padres.
— ¿Por qué no dijeron que vendrían?
— Quería que fuera sorpresa. — apriete un poco su mano.
— ¿Cuántos meses tienes? — pregunto papá señalando mi panza con un rostro que claramente se nota que ha intentado calcular mis meses de embarazo.
— Seis meses.
— ¿No saben el sexo? — pregunto mamá intrigada.
— No, quiero saberlo con ustedes. — murmure viéndola.
— Creo que ya es hora... — murmuro mamá observando a mi papá que después de unos segundos sonrió.
— Sí, lo es. — le contestó con una sonrisa dándole caricias en la mano.
— Ya vuelvo. — mamá se levantó del sillón y Noah me miro con preocupación.
— Aún recuerdo cuando los leías con curiosidad, diciendo que los querías cuando fueras grande y llegara el momento, aunque hay cosas que tal vez te saltaste, aquí están los otros. Ahora son tuyos. — comentó mamá acercándose con una pila de libros que dejó en la mesa al terminar su discurso.
Son doce libros para mujeres embarazadas, cada libro se trata de un mes, de lo que sucede en esa etapa con el bebé y la mamá.
— Gracias mami. — sonreí abrazándola. — Te amo. — susure para que sólo ella me pudiera oír.
— Siempre serás mi bebé hermosa. — la abrace un poco más fuerte dejando que unas lágrimas de felicidad salieran.
— Ya no los necesito. — continuó mamá cuando me senté otra vez al lado de Noah.
— ¿Segura? — intervino papá con picardía.
— Estoy completamente segura. — respondió ella un poco molesta viéndolo.
— Bueno, iré a buscar pastel de de tres leches.
— Aly ¿No? — Noah y yo asentimientos, la pequeña lo miro.
— Primero, me puedes decir abuelo y segundo ¿Quieres pastel de tres leches?
— Sí, por favor. ¿Dónde me puedo lavar las manos? — pregunto viéndose las manos.
— Ven sígueme.
— Ya vengo, como y juego contigo otra vez. — habló Aly dirigiéndose a la perrita, que solo se acostó, sin darle mucha importancia a lo que la pequeña dijo.
— Ya vuelvo, voy a vigilar a tu padre para que no coma más de lo que debe. — acotó mamá yéndose también a la cocina.
— ¿Cómo le decimos de...? — pregunto Noah señalando mi anillo.
— Creo que lo más preocupante era el bebé y mira como lo tomaron. — sonreí acomodando mi cabeza en su hombro. — Cuando papá hablo de mi torta favorita, el bebé se movió, creo que quiere comer.
— Espero que no se vuelva un antojo...
— ¿Ashley te vuelve loco por los antojos? — interrogó papá entrando con dos platos en manos, mamá también con dos y Aly comiéndose el suyo con gusto. — Porque dejame decirte que cuando estaba en la panza siempre era un antojo. — Noah rió agarrando el plato que mi padre le ofreció, también tomé el mio.
— Sí... Bueno un poco, una vez tuve que salir a las dos de la mañana a buscarle helado y galletas, tuvo suerte que Walmart seguía siendo abierto... Y aunque me tarde, seguía despierta esperándome. — sonreí comiendo el postre hecho por mi mami ¿Cómo lo sé? Porque de tantas veces que he comido esto, puedo diferenciar cuando es de ella.
— ¿Por qué no me sorprende? — sonrió papá con burla. — ¿Cuando piensas pedirle matrimonio? — él al lado mio se ahogó al escucharlo.
— De hecho... Ya lo hice... — respondió sin quitarle la vista a su pedazo de pastel.
— No te sientas mal chico, todos tenemos tiempos distintos. — le tranquilizó notando el miedo que mi prometido tenía.
— ¿No tienen fecha? — negamos viéndolos.
— Lo único que sabemos es que queremos que sea aquí.
— Tu abuela estaría muy orgullosa de tí, mi amor. — comentó papá con una sonrisa melancólica, a lo que asentí un poco triste.
Mi papá y Noah pasaron todo el día hablando de fútbol, mientras que Aly le enseñaba todo lo que le ha tejido a su hermanito y contándole todo lo que hemos vivido.
— Se nota que te quiere mucho. — exclamó mamá acostando a Alyshi en mi cama que se quedó dormida después de cenar. — No sabes lo orgullosa que estoy de tí, no todas las familias ni relaciones tienen que ser sanguíneas, esa niña es afortunada de tenerte.
— No mamá, yo soy afortunada de tenerla como hija.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro