Capítulo 22💌
Aquí sentando de copiloto mi ansiedad sube, mis dedos tocan una melodía que cada vez se hace más rápido haciendo que me desespere mucho más.
— Gire a la izquierda. — el GPS hablo de nuevo.
— ¿Cuánto falta? Estoy nervioso. — pregunte dirigiendo mi visita hacia Matías que va en el volante.
— Tranquilo, vamos llegando.
— ¡Eso me dijiste hace quince minutos!
— Vale, calma, pronto estarás con ella.
— Solo espero que esté bien, es lo único que pido. — el cielo está tan claro y con las nubes que parecieran en 3D como a ella le gusta.
— Lo estará Noah, ya verás que sí. — estar con Matías me tranquiliza bastante, ahora no sé si es por el hecho de que la paz y tranquilidad que transmite o porque nos conocemos desde pequeños.
Por el retrovisor ser puede ver a las patrullas atrás de nosotros, todo el equipo de Leonardo está aquí, ayer Angel pudo conseguir la dirección del lugar donde está Ashley, parece que Carolina no escondió bien sus huellas, Mati tiene la teoría de que ella solo quería saciar su furia con Ashley así que por eso ha dejado rastros de pistas o simplemente no sabe cómo esconderlos.
— Creo que ya nos estamos acercando a la cabaña. — corte el pequeño silencio viendo el paisaje.
— Siga derecho. — la voz automática del GPS hizo que dirijamos nuestras vistas milésimas de segundos hacia el aparato y efectivamente estamos a punto de llegar a nuestro destino si es que se puede llamar así.
— Ahora si Noah, vamos cerca. — respondió totalmente tranquilo.
— ¿Cómo le haces para estar tan calmado?
— Pues mi novia sufría de ansiedad y depresión, así que aprendí como ayudar a manejar eso, en las terapias con otras personas he podido tener más experiencia al tratar con este tipo de cosas, y aunque si estoy preocupado no estoy tan alterado eso también es porque ni siquiera la conozco, pero es muy importante para ti.
— Comprendo — suspiré ansioso viendo a la ventana y las agujas que me indican la velocidad que va el carro y viceversa.
— Llegamos Noah… — salí sin esperar que el vehículo terminará de detenerse.
— Cálmate. — Leo me detuvo agarrándome por uno de los hombros. — Ustedes vayan por esta parte y ustedes por atrás. Hay que cubrir todo el espacio. Noah vente atrás de mí.
— ¡Despejado! — grito uno de sus compañeros de trabajo dándonos la luz verde de poder pasar, el lugar es tan horrible que parece un total chiquero.
— ¿Dónde estarás osita? — susurre viendo las mesas llenas de herramientas a cada lado del lugar y habitaciones abiertas frente a nosotros como en las películas de elegir una habitación que te da algo.
— Encontramos una escalera en el suelo que va hacia abajo.
— Vamos. — ordenó Leonardo con las linternas y armas como en las series de criminalistas, cada escalón que bajamos un olor horrible se hace más fuerte.
Al bajar hay como un pasillo un poco pequeño, en el final de este hay una gran puerta de metal recibiéndonos, Leonardo abrió la puerta y todo es negro, un pequeño ruido como de una cadenita llamó mi atención.
— Parece que encontré la luz. — hablo Leo y a los segundos una escena frente a mí me rompió el corazón, Ashley está tirada en el suelo lleno de sangre seca, tanto su cuerpo como la cara tienen cortadas un tanto enrojecidas y sus muñecas están un poco blancas dando a entender que estuvo encadenada por mucho tiempo, arrodillado frente a ella puedo observar como su piel está un poco reseca al igual que un poco sucia, como
Como su cabello ya se le fue el aroma del shampoo que tanto me gusta.
— ¿Ashley…? — susurre en un intento de despertarla, le pase un brazo por la cabeza mientras el otro brazo por sus piernas.
— ¡Hey señorita! — volteé rápidamente a ver quién fue la persona que entró a la habitación.
— ¿¡Noah!?
— Si fuiste tú Carolina. — respondí con seco y rencoroso.
— No he terminado con ella, no te la puedes llevar.
— Sí, sí puedo porque es mi novia. Tú no tienes ningún derecho sobre ella.
— ¡Tu tampoco ser novio de ella no te hace mandar algo sobre ella!
— Yo me la llevó para protegerla.
— Si, tan protegida estaba que una estúpida loca como me llamaban en la Universidad, secuestro a tu novia. — creo que mi furia se notó tanto como para que ella se pusiera recta y Leo me echará una mirada de advertencia.
— Sal, yo me ocupó de ella.
En el pasillo me encontré con uno de los policías arrestando a un gran hombre.
— ¡Vamos al hospital! — Matías grita estacionándose frente de mí, me monté rápidamente en la parte de atrás acostándola en mis piernas.
— ¿Qué pasó allí adentro?
— Yo... La vi... Después entró Carolina ¡Dios Matías no la pude proteger! ¡No pude!
— Ey calma, lo importante es que ahora está contigo, sé que esto pueda desencadenar muchas cosas en su relación, pero eso también ayudará a reforzarla.
— Pero...
— No pienses ni en lo que pudo haber pasado en lo que pasará, enfócate en el ahora en que te necesita.
— Mmm ¿Noah? — un susurro apenas audible llamo mi atención, había despertado.
— Sí pequeña, soy yo, estás a salvo. — le susurré de vuelta, acariciándole el cabello.
Al llegar al hospital la llevaron a urgencia de una vez, últimamente he tenido unos días bastantes agobiantes, estoy en el pasillo, impaciente viendo que salen y entran médicos, pero no me dan noticias de ella.
Hasta que por fin unos treinta minutos después, sale un doctor.
— ¿Señor Noah? — pregunta viéndome y me paro de un brinco.
— Sí soy yo, ¿Qué sucede? ¿Cómo está ella?
— La daremos de alta mañana, no perdió mucha sangre, pero si suficiente como para ponerle una bolsa, su pierna izquierda tiene una fractura, podrá caminar dentro de unos meses cuando sus huesos se unan se le pondrá unos clavos, tendrá que tener terapia, y cuando pase el reposo necesitara ayuda para que su cuerpo recuerde otra vez como caminar, sus muñecas… Bueno tiene que hacer fisioterapia, también necesita alimentarse, está desnutrida a un gran nivel, unos días o incluso horas pudo haber muerto. — asiento varias veces a todo lo que me dice. Es la primera vez que estoy ansioso.
— ¿Cuándo la podré ver?
— En unos treinta minutos o un poco más.
Lo primero que veo al entrar es a Ashley acostada en la camilla con una inyectadora en su muñeca derecha, dicha inyectadora está unida a una bolsa llena de sangre. Su mirada está totalmente perdida.
— Hola. — susurro adentrándome a la habitación, voltea automáticamente y sus ojos se iluminan.
— Hola…
— ¿Cómo estás?
— Bien, supongo…
— El doctor me comentó que no puedes caminar por un tiempo hasta definir si podrás o no ¿Qué sucedió?
Su mirada se volvió perdida su cara se contrajo y sus labios se fruncieron indicándome que está atrapada en las pesadillas que vivió, al posar mi mano en su pierna, volvió y sus ojos se llenaron de lágrimas.
— Fue con un mazo… Lo amarró en una cabuya en el techo, como si fuera una piñata, y lo soltó así sin más, estuve horas con eso en la pierna, no me lo podía quitar pesaba mucho.
— Dios Ashley… Lo siento.
— Tú no tuviste la culpa.
— Si no te hubiera dejado allí nada de eso hubiera pasado.
— Hey tranquilo ¿Alyshi cómo está?
— Pues te extraño mucho, estuvo apagada estos días… Bueno quien no lo estaría, pero hoy se despertó de un buen humor porque le dije que había posibilidades de que volvieras hoy.
— Y me rescataste… — una pequeña sonrisa se asomó en su rostro, sé que será difícil, un secuestro es un evento traumático.
— Te extrañé mucho… Me hiciste falta. Más de lo que crees…
— Tenía miedo que pensaras que era una zorra porque desaparecí después de tener sexo.
— Nunca podría pensar eso de ti, osita, eres como una florecita… — le acaricié la mejilla y dio un pequeño saltito.
— Perdón, pero es que el corte de mi mejilla aún duele un poco.
— Tranquila… — me siento tan mal, como pude dejar que esto pasara. — Lo siento por llegar tarde, no imagino lo que tuviste que pasar…
— Tenía miedo, pero fui fuerte por ti, Alyshi, mi familia y mis amigos.
— Eres increíble…
— Y no tienes por qué pedir disculpas, supongo que no fue para nada fácil saber dónde estaba.
— Pero igual me siento culpable.
— Ya estoy aquí contigo, estamos juntos…
— Como tuvimos que estar… — sonreí al verla un poco más animada.
— Tengo hambre ¿A qué hora me traen mi comida?
— No lo sé, seguro que pronto.
— ¿No sabes que me darán? — negué con la cabeza y arrugó la frente disgustada.
— No seas exquisita. — dije burlón.
— Pero hay cosas que no me gustan — refunfuño como una niña pequeña… Ashley es mi niña.
— Normalmente, lo que dan es avena ¿Te gusta? — asintió rápido.
— Sí, y mucho.
— Me alegra que te guste.
— ¿Noah?
— ¿Umm que pasa?
— No creo que un plato de avena me llene ¿Me podrías comprar algo?
— Claro ¿Qué te gustaría comer?
— Unas hamburguesas no estarían mal.
— Se nota lo hambrienta que estás, en parte eso es bueno…
— ¿Cuándo seré dada de alta?
— Mañana. Aunque necesitas sangre no es mucha y en 24 horas se estima que volverá como antes o muy cerca. — asintió viendo la bolsa y de nuevo a mí. — Bueno, iré a comprarte tu comida.
— Está bien — me paro y cuando estoy casi saliendo me llama — ¿Noah?
— ¿Si?
— ¿Cuándo vuelvas podremos ver unas películas?
— Sí, pero me gustaría más en el departamento, estaremos mucho más cómodos, y no tendremos que estar pendiente de que los doctores no nos regañen por la hora.
— Sí, pienso que sería mejor, bueno podríamos ver televisión un rato o llamar a mis padres.
— Cualquier cosa está bien, pero creo que es mejor llamar a tus padres, tienen que estar al tanto.
— Está bien entonces te espero porque no puedo mover mucho las manos, me duelen, eso es por tenerlas encadenadas por mucho tiempo.
— Entonces no me tardo mucho pequeña.
Saliendo del Hospital sus amigos van entrando.
— ¿Noah a donde vas? — Haru me pregunta confundido y un poco receloso, no lo culpo ¿Quién en su sano juicio deja a su novia después de que estuvo secuestrada?
— Tiene hambre, no comió en una semana así que quiero comprarle comida aparte de la que le vayan a dar en el hospital, si ustedes tienen es mejor, está en la habitación 10 del segundo piso.
— Vale, gracias.
— Le dará gustos verlos. — lo digo con sinceridad antes de ir al McDonald's que afortunadamente está en la esquina de al frente.
Siento la mirada de muchas personas al entrar y eso me inquieta un poco, por el rabillo del ojo puedo visualizar como algunas chicas me comen con la mirada, ojalá supieran que tengo novia y que estoy más que loco por ella así que no tengo ojos para nadie más que no sea ella o Alyshi.
— Hola Noah.
— ¡Katherine tiempo sin saber de ti!
— Lo mismo digo ¿Cómo estás?
—Bien, gracias por preguntar.
— ¿Qué pedirás?
— cinco hamburguesas con papas fritas, dos refrescos y una caja feliz.
— Vale ¿Algo más?
— No creo que no ¿Hago la fila para pagar mientras espero?
— Sí así no pierdes mucho tiempo.
— Vale. — camino hacia la fila viendo a los niños jugando en el parque, aunque no es tan larga la fila está un poco lenta, pero no me importa mucho, ya que eso dará tiempo para que preparen mi pedido.
— ¡Ah Noah! ¿Para llevar? — le asiento a Katherine con la cabeza y va hacia la cocina.
— Gracias por comprar.
— Hasta luego Kat.
— Hasta luego Noah. — aun recuerdo cuando íbamos al Instituto y ella me ayudaba con química, ya que esa materia no se me daba un poco bien, cruzó la calle y veo a Emmett entrando al hospital corro un poco hasta alcanzarlo.
— ¡Hey!
— ¿Cómo está?
— La darán de alta mañana, no podrá caminar por unos meses, le duele un poco las muñecas y esta hambrienta. — digo subiendo la bolsa con el pedido.
— Es de esperarse que esté hambrienta.
— Psicológicamente, aún no lo sé con certeza, a veces se pierde en los recuerdos de lo que pasó en el secuestro, y ese brillo característico de sus ojos no está, se me hizo un poco difícil que volviera.
— Necesita hablar con Matías.
— Lo mismo pienso, por ahora lo que está es en shock, no lo termina de asimilar.
— Le llevará un poco de tiempo, pero ya verás que todo saldrá bien. Ahora ¿Y Carolina? ¿Qué has sabido?
— No he visto el celular desde que llegue, no sé si Leo me ha escrito.
— Entiendo.
Mientras más me acerco a la habitación, puedo escuchar su linda risa y me da miedo entrar a arruinarlo.
— Uhhhh, vuelve a comida. — hablo con eje de hambrienta, aunque nadie la puede culpar.
— Dios Ashley no se nota que tienes hambre.
—! Hola! — sonrió viéndome.
— Mira lo que te traje — sonreí alzando la bolsa y sentándome al lado de ella
— ¡Compraste en McDonald's! Mientras te fuiste me dieron mi avena.
— Me alegra un montón que hayas comido algo mi pequeña osita. — después de un largo tiempo pude volver a ver sus mejillas sonrojadas.
— ¿Qué compraste?
— cinco hamburguesas, tres para ti, dos para mí, una cajita feliz para Alyshi y dos refrescos. Necesitas comer, estás desnutrida.
— ¡Vieron les dije que olía a hamburguesa! — todos sonriendo moviendo la cabeza de un lado a otro — ¿Crees que me comeré todo eso?
— De un solo golpe tal vez no, pero puede que te despiertes en la madrugada con hambre.
— Pensaste en todo.
— ¿Todavía te duelen las muñecas? ¿Has llamado a tus padres? — negó con la cabeza y su mirada baja.
— No… — su voz sonó un poco triste y temerosa.
— ¿Lo quieres hacer ahorita? — me miro e hizo una seña para que mes acercara a ella.
— Si quiero, pero me da miedo, recuerda que la última vez que hable con ellos fue antes de que me secuestran.
— Vale, entiendo.
— Chicos… ¿Podrían salir? Para hablar con mis padres. — la mire perplejo, sorprendido de que en serio lo vaya a hacer.
— ¿Ashley tu teléfono?
— Mierda, cierto.
— Traje tu laptop, la vi en el cuarto de Noah y la traje por si acaso.
— Gracias Emmet.
— Tranquila. — me la dio y mientras prende todos salieron dejándonos solos.
— ¿Qué les diré? ¿Lo siento por no escribir, pero es que me secuestraron?
— Bueno… Así no, pero algo parecido, más calmado.
Después de entrar a Skype y encontrar el número de la mamá, puse la mesita para la comida encima de ella con la laptop, entonces le di llamar, empezó a sudar y sus dedos están moviéndose ligeramente.
— ¡Ashley Dios! ¿Qué ha pasado? ¿Por qué tienes una herida en la mejilla? ¿Estás en el hospital?
— Hola mamá... — tartamude viéndola toda alarmada y molesta al mismo tiempo.
— ¡Ashley Elizabeth Villarreal contesta de una vez! — miré a Noah quien está sonriendo, movió sus labios sin emitir ningún sonido, pero igual entendí lo que dijo que fue: “Bonito nombre Elizabeth”.
— Bueno, contestándote las preguntas... Sí estoy en el hospital... Y... Tengo la cortada por la misma razón que estoy aquí.
— ¡Ashley basta de rodeos!
— ¡Me secuestraron mamá!
— ¡Ves! Te dije que no fueras para allá. Dios mi niña.
— Estoy bien... No es algo tan grave, cálmate.
— ¡Ashley como quieres que me calme te han secuestrado! — la noticia la alteró más de lo que Noah y yo pensamos.
— Fue mi culpa que la secuestraran. — Noah se sentó al lado mío viendo a mi mamá.
— Noah... — suspire viéndolo estupefacta.
— ¿Quién eres tú? — ahora es turno de él, viéndome estupefacto.
— ... Es mi novio, mamá te presento a Noah. — ella lo miro enojada. — Mamá no es lo que crees.
— Todo empezó un poco antes de que saliéramos, mi ex me dejó a mi ahijada porque no la quería seguir cuidando. — tome su mano en un intento de tranquilizarnos a ambos, y continúe la historia.
— Cuando conocí a Alyshi nos caímos tan bien que empezó a decirme mami.
— Mi ex se enteró de eso y la segó la irá, entonces el sábado cuando íbamos de paseo a Alyshi se le quedó algo y Ashley dijo que nos esperaría allí, aunque insistí en que viniera con nosotros no quiso... Y al volver no estaba.
— Entonces déjenme ver si entendí ¡¿Estuviste toda una semana secuestrada?! — asentí con miedo de lo que diría a continuación — ¡¿Y tú que hiciste que te tardaste tanto?
— Mami...
— ¿Cuánto tiempo llevan juntos?
— Tres meses. — respondió Noah con la cabeza en alto.
— Ashley por Dios tú te fuiste hace 4 meses.
— Lo sé, lo sé... Pero ya nos conocíamos. Él no fue el primer novio que tuve, Noah y yo nos conocimos cuando yo tenía catorce tuvimos una relación a distancia de dos semanas.
— ¡¿Qué tú qué?! ¡Te salvas de que tu papá no esté aquí! Dios Ashley ¿Por qué no me lo contaste?
— Mami tenía miedo y no pasó más de unos mensajes.
— ¿Miedo de qué?
— De lo que tú y papá dirían.
— Sabes bien que no podríamos decirte mucho con el historial de la familia, no me sorprende que te gusten los mayores, pero veo que tuviste suerte con que con era alguien malo.
— Lo siento.
— Noah, no fue tu culpa el secuestro, gracias por rescatarla, fuiste tú ¿No?
— Sí señora... Bueno unos amigos también ayudaron, le prometo que esta vez iré en serio con su hija y la protegeré.
— Eso espero... ¿Qué dijo el doctor?
— Que tengo que comer más, que tengo que hacer ejercicios para la muñeca y lo más importante es reposar la pierna, porque la tengo fracturada.
— ¡¿Cómo que tienes una fractura?!
— Me cayó un mazo encima, se necesita que los huesos se vuelvan a unir, me van a poner clavos.
— Yo pagaré todo, es lo mínimo que puedo hacer.
— Eso me tranquiliza un poco… ¿Qué se hará con la firma?
— Supongo que la retrasaré…
— Ay Ash…
— Lo sé, lo sé no es algo que yo quiera…
— Ashley primero es tu recuperación, si no se puede hacer bueno, siempre habrá más oportunidades.
— Sí…
— Ashley, tu mamá tiene razón.
— Lo sé, pero estaba tan feliz con la firma…
Después de hablar con mamá, Noah le llevó a Alyshi su caja feliz y cuando llegó cenamos, vimos televisión hasta quedarnos dormidos, hoy si podré dormir en paz, sin miedo de lo que pudiera pasar y estar cada momento en alerta.
Aunque Noah no pudo acostarse en la cama que esté aquí en la misma habitación conmigo, me hace sentir bien, segura, protegida. Con él siempre me siento así y me gusta.
Hoy no sólo se celebra mi cumpleaños, sino el primer añito de esta historia, un año escribiendo y dedicándole mi tiempo y amor.
Gracias por quedarse a pesar de todo. Los amo❤.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro