¡Buen día Laila!

Bueno, casi bueno para mi y perfecto para ti.

Veo que el amor que recibes de parte de mi familia, y me refiero a mis hijos y esposo, ha ayudado a mejorar tu estado emocional. Cuando te encuentras en mi cuerpo, eres una mejor versión de mi; ellos aman cuando tú te encuentras siendo yo, tengo celos.

Sin embargo los celos que pueden sonar como una emoción negativa para muchos, para mi, indican que todo va mejorando y que estos cambios que el cosmos nos propuso, siempre fueron sabios.

Pero.

Por qué siempre hay un pero a todo.

¿Qué fue exactamente lo que anoche pasó? Mi confusión fue enorme al haber despertado en una habitación que no era la nuestra. Con un dolor de cabeza terrible que se define como resaca. Un vestido entallado color rosa pálido, y un maquillaje corrido como si hubiéramos estado llorando.

Después de toda esta impresión, minutos después, me enteré que el lugar de nuestro resguardo, resultó ser el departamento de Orien. Sin embargo su comportamiento me causó conflicto cuando, al ver que desperté y me encontraba confundida estudiando el lugar, se recostó a mi lado abrazándome de una manera insinuante; traté de comportarme como alguien que no recuerda que pasó la noche anterior.

Tengo varias preguntas Laila ¿Cómo fuimos a dar al departamento de Orien? ¿A tu novio no le molesta esto? ¿Erimier sabe dónde andabas y con quién? No quiero hacer un lío de tu vida.

Salí de la cama, que era la de Orien, me puse los botines y tomé nuestras cosas, dispuesta a irme de ese lugar e indagar que había sucedido, cuando Orien solo observó mi actuar y dijo: "de nuevo eres esa Laila rara". Lo sabía, él ya se está dando cuenta de estos cambios, pero deduzco que no puede explicarlos, así como nosotras tampoco podemos.

"¿De qué hablas?" fue mi respuesta a su observación. Me giré mirándolo a la cara, mientras él se ponía de pie e iba a donde me encontraba.

Inesperadamente Orien tocó mi mejilla izquierda de una forma que "un amigo" no hace; esto me alertó. Pero, cuando lo vi agacharse, y acercar su rostro al mío, entendí lo que la noche anterior pasó.

¡Diablos Laila! Fui muy clara cuando dije que este trío no iba a resultar nada bien.

No dejé que Orien se me acercara, di un paso hacia atrás y me alejé poniendo distancia, él me miró, y se limitó a decir "de nuevo esa mirada". Ese chico de ojos verdes ya nos identifica, bueno, a mí, especialmente. Esto no se puede postergar aún más Laila, debes contarle, o al menos, mencionar tus extraños sueños para irlo poniendo en contexto, y yo pueda hablar francamente con él; sé que tal vez te tome por loca al principio, pero al estar yo aquí, terminará de entenderlo.

Aunque, tal vez todas estas líneas se queden en el limbo, no he encontrado algún indicio de tu parte, pero sé que si lo sabes. Yo, he dejado notas para ti en mis pertenencias cuando soy Erendi. Notas en mi celular, algunas frases en aquel pizarrón, pistas con mis objetos de uso diario, y algunos escritos descarados en aquella libreta que es inevitable de ver; por lo que, es seguro que ya sabes lo que pasa y no quieres responder.

Regresando a Orien. Me vi en la penosa necesidad de salir rápidamente sin explicar nada, en cuanto crucé la puerta y salí al exterior, saqué tu celular para informarme de lo que hicimos la noche anterior; ¡Madre Santa! ahora entiendo por qué Orien actuaba así.

Respiré profundo y comencé a buscar una solución, no podemos, no puedes jugar de esta manera con ellos dos, cuando ambos son tu apoyo emocional en este lado de la línea, y debes mantenerlos en un ambiente cordial donde ambos se lleven bien, para que te puedan apoyar cuando lo necesites.

Sin embargo todo se complicó más, cuando comprendí que Leila no era la única que había hecho tu vida un lío emocional, tú misma has moldeado tu alrededor de forma complicada. ¿Y por qué digo esto? Para ver todo lo que había sucedido por la noche, me senté en las escaleras de emergencia del edificio donde se encuentra el departamento de Orien, al abrir el respaldo de imágenes, me di cuenta que la relación entre Orien y tú no era la de una amistad normal, su amistad se basaba en una relación de amigos con derechos y no era la primera vez que, cuando te gana la soledad y la depresión, acudes a su cama para aliviar tu pena; llevan años haciendo esto en común acuerdo.

Otra cosa que también me sorprendió mucho, es ver que te auto lesionas. Nunca se me ocurrió verme en un espejo cuando soy tú, no sé por que. Por esta razón no tenía el conocimiento de que tuviéramos pequeñas cicatrices en las piernas y ¿en las muñecas? ¿cómo es que no puse atención a esto?

Ahora ¿quién demonios es Isaac? Encontré una conversación archivada, donde él te amenazaba con contarle a Erimier sobre la relación con derechos que existía entre Orien y tú, sin embargo el muy sin vergüenza, te pidió un pago que conllevaba algo similar; ¡accediste!

Por favor, dime que en ese tiempo no te servía el cerebro. Esta conversación es de hace un año, y me di cuenta que al seguir leyendo ,el desgraciado era uno de tus profesores; debo arreglar muchas cosas.

El timbre del celular sonó, tomándome desprevenida, al grado de malabarear con el mismo para que no cayera al suelo. Era nuestro divino pecado, y ahora mismo no sabía exactamente si él tenía algún conocimiento de la noche anterior, por lo que fui cuidadosa escuchando cada palabra.

Al parecer ambos pelearon la tarde de ayer, o durante estos días ha habido diferencias que los ha mantenido a distancia; entendí que Erimier te pidió algo, algo que conllevaba probar que le eres incondicional ¿sexo?, no, es obvio que esta parte ya es un ritual entre ustedes dos. ¿Un compromiso?, eso no explicaría que se hubieran alejado, pues sé que lo quieres. ¿Vivir juntos? eso hubiera sido prudente en tu vida, para ver si te daba estabilidad emocional, pero, claramente diste una negativa.

Te juro que no puedo entender lo enredado que se encuentra tu vida. Una madre irresponsable que te niega. Un padre del que nadie quiere hablar. Un amigo de años que es una arma de doble filo. Un profesor que te chantajea. Un novio que se siente excluido de tu vida. Y tú, alguien que se lesiona y siente que no merece nada.