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22│Enchanted.

El resto del mundo estaba en blanco y negro, pero nosotros estábamos en colores brillantes.

--Taylor Swift

[Cap 22]

Enchanted.
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Mara

Después de varios días de ensayos generales, todos decidimos encontrarnos en una cafetería del centro. Era un lugar acogedor, con luz cálida, paredes decoradas con fotografías antiguas y un pequeño escenario al fondo que servía para karaoke. La idea era relajarnos un poco y hablar sobre los preparativos para las internacionales, pero ninguno esperaba lo que sucedería esa tarde.

Cameron, quien normalmente era el más reservado del grupo, de repente se levantó de su asiento. Todos lo miramos con curiosidad mientras se dirigía al escenario. Sin decir nada, tomó el micrófono y escaneó la sala con la mirada, hasta que sus ojos se posaron en Emily.

—Emily... —empezó, su voz temblando un poco, pero con firmeza—. Desde el primer día que te vi, me enamoré de ti... perdidamente. Pero no fue solo por lo hermosa que eres, sino por lo que transmites cuando cantas. Especialmente cuando interpretaste Enchanted de Taylor Swift en las nacionales. Ese momento cambió todo para mí.

Emily, visiblemente sorprendida, se sonrojó de inmediato. Valeria le dio un leve codazo mientras sonreía de oreja a oreja, y todos aplaudimos animando a Cameron a seguir.

—Hoy quiero devolverte ese momento. Quiero cantarte Enchanted, pero la versión de Owl City, porque eso es lo que siento cuando estoy cerca de ti.

La cafetería quedó en silencio mientras las primeras notas de la canción empezaban a sonar. Cameron cerró los ojos por un segundo, tomó aire, y comenzó a cantar con una voz suave y emotiva que nos dejó a todos boquiabiertos.

Emily no apartaba la mirada de él. Sus ojos brillaban con una mezcla de sorpresa y emoción. Cada palabra que Cameron cantaba parecía estar dirigida únicamente a ella, llenando la sala de una atmósfera mágica y romántica.

This night is sparkling, don't you let it go
I'm wonderstruck, blushing all the way home
I'll spend forever wondering if you knew
This night is flawless, don't you let it go
I'm wonderstruck, dancing around all alone
Emily I'll spend my whole life
Wondering if you knew
I was enchanted to meet you too
I was never in love with someone else
I never had somebody waiting on me
'Cause you were all of my dreams come true
And I just wish you knew
Emily, I was so in love with you

Cuando terminó, el silencio fue reemplazado por aplausos y gritos de entusiasmo. Cameron bajó del escenario y, con valentía, se acercó a Emily.

—Espero no haberte incomodado... pero tenía que decírtelo —dijo con una sonrisa nerviosa.

Emily, aún sonrojada, se levantó y lo abrazó sin decir una palabra, dejando claro que la respuesta era más que positiva.

El resto de nosotros apenas podía contener la emoción. Habíamos presenciado el inicio de algo especial, y no podíamos estar más felices por ellos. Al parecer, las internacionales no eran lo único que estábamos preparando; una nueva historia de amor acababa de comenzar en nuestro grupo.

Mientras todos aplaudíamos la valentía de Cameron y la respuesta dulce de Emily, Ruth, Samantha y Mónica, que estaban sentadas juntas, intercambiaron miradas cómplices. De repente, Ruth rompió el silencio con una risa juguetona:

—¡Aww! Definitivamente somos las solteronas del grupo —dijo, llevándose una mano al pecho de forma dramática.

Samantha la siguió con una sonrisa. —Es verdad, Ruth. Todos aquí teniendo momentos románticos y nosotras nomás aquí con nuestro café y galletitas.

—Pero no cualquier galletita, chicas, ¡son de chispas de chocolate! —agregó Mónica riendo, levantando una de las galletas como si fuera un trofeo.

Todos soltamos una carcajada, y Valeria, que siempre tenía un comentario para todo, no tardó en intervenir.

—Bueno, si quieren les conseguimos un micrófono para que también confiesen algo. ¿Quién dice que no tienen un enamorado secreto por ahí?

Ruth negó rápidamente con las manos. —¡Ay, no! Yo paso, gracias. Mi relación más seria en este momento es con mi serie favorita, y no estoy lista para compromiso.

Samantha se unió, levantando su taza. —Brindemos por las solteras felices, independientes y sin dramas.

—Eso sí —añadió Mónica—, pero si alguien me canta Perfect de Ed Sheeran en karaoke, puede que cambie de opinión.

La conversación ligera y divertida nos recordó lo unidos que estábamos como grupo. Todos teníamos nuestras historias, nuestras emociones, y aunque algunos estaban en pleno romance, el resto estaba igual de feliz disfrutando del momento y apoyando a los demás.

Mientras seguíamos riendo y compartiendo historias, de fondo comenzó a sonar Accidentally In Love de Counting Crows. La atmósfera se volvió aún más animada. Algunos comenzaron a mover la cabeza al ritmo de la música, y otros tarareaban la canción mientras organizábamos nuestras ideas.

Valeria tomó la iniciativa, sacando una libreta de su bolso y poniéndola sobre la mesa. —Ok, equipo, dejemos el drama amoroso por un momento. ¡Tenemos cosas importantes que planear!

—Cierto, las internacionales no se organizan solas —añadió José, mientras daba un sorbo a su café.

Evan, que estaba sentado a mi lado, tomó su teléfono y comenzó a anotar ideas. —Primero, necesitamos decidir qué videos grabaremos para el registro del evento. Tiene que ser algo que represente lo mejor de nosotros.

—Y las canciones —interrumpió Emily—, ¿seguiremos con las que usamos en las nacionales o probaremos algo nuevo?

Ruth levantó la mano como si estuviera en clase. —Creo que deberíamos mezclar un poco. Mantener nuestras fortalezas, pero incluir algo más sorprendente.

Cameron asintió. —Estoy de acuerdo. Además, sería genial que nuestras presentaciones tuvieran más interacción entre canto y baile. Algo que realmente muestre lo que somos como grupo.

—¡Y los ensayos! —exclamó Samantha—. Tenemos que ponernos al día porque, aunque falte mucho para el evento, el tiempo vuela.

La conversación siguió entre ideas y sugerencias, mientras las notas de la canción parecían marcar el ritmo de nuestra planificación. Cada uno aportaba algo, desde coreografías hasta propuestas de vestuario.

De repente, Mónica comentó, riendo: —¿Se dieron cuenta de que todo esto comenzó porque un grupo de adolescentes quiso divertirse y ahora estamos aquí planeando viajar a una competencia internacional?

Todos sonreímos, conscientes de lo lejos que habíamos llegado. Aunque aún quedaba mucho trabajo por hacer, estábamos listos para darlo todo, como siempre lo habíamos hecho.

La cafetería estaba llena de ideas, risas y el inconfundible sonido de la cafetera que llenaba el ambiente con el aroma a café recién hecho. Nuestra mesa estaba cubierta de hojas, diagramas y bocetos de coreografías.

Valeria daba vueltas al lápiz mientras decía: —Entonces, estamos de acuerdo: necesitamos un cierre espectacular. Algo que deje huella.

Ruth asintió con entusiasmo. —Sí, pero también algo que represente lo que somos, nuestra esencia.

José miró los bocetos y sugirió: —Podríamos combinar los estilos que más nos identifican: fuerza, emoción y conexión.

—Y no olvidemos un toque dramático —añadió Samantha, sonriendo.

Evan, sentado a mi lado, me miró con complicidad. —¿Qué opinas, Mara? Tú siempre tienes las mejores ideas cuando se trata de transmitir emociones.

Me quedé pensativa, recordando todo lo que habíamos pasado juntos. Cada ensayo, cada momento de duda y de triunfo. Finalmente, dije: —Creo que deberíamos cerrar con una canción que cuente nuestra historia. Algo que nos conecte a todos y refleje lo que hemos vivido.

Mónica se inclinó hacia adelante. —¿Tienes alguna en mente?

Miré a Evan, quien entendió mi idea al instante. —¿Qué tal si usamos Enchanted de Owl City? Es perfecta para cerrar un ciclo y empezar otro.

Todos asentimos emocionados. Ruth exclamó: —¡Sí! Esa canción tiene la mezcla perfecta de magia y emoción.

El resto de la tarde la pasamos planeando cada detalle, entre risas y sugerencias creativas. Cuando nos dimos cuenta, la cafetería comenzaba a vaciarse, y las luces se atenuaban suavemente.

Antes de irnos, Valeria levantó su taza de café y dijo: —Por nosotros. Por lo que hemos logrado y por lo que está por venir.

Levantamos nuestras tazas y chocamos en un brindis improvisado, llenos de emoción por lo que nos esperaba.

Mientras salíamos de la cafetería, Evan me tomó de la mano y susurró: —Estamos listos, ¿verdad?

Lo miré y sonreí. —Más que listos.

La noche había caído, y el cielo estaba lleno de estrellas. Caminamos juntos, sintiendo que este capítulo de nuestra vida terminaba, pero que otro aún más grande estaba a punto de empezar.

Decidimos dar un paseo hasta nuestro estudio de baile. Era tarde, pero algo nos impulsaba a estar juntos antes de las internacionales.

El estudio estaba vacío, iluminado solo por la luz tenue de las farolas que entraba por las ventanas. Entramos riendo y hablando en voz baja, como si estuviéramos compartiendo un secreto que nadie más podía entender.

—¿Bailamos? —sugirió Samantha.

—¿Con Enchanted? —preguntó Emily emocionada.

Todos asentimos. José conectó el altavoz y en cuanto empezaron las primeras notas de la canción, nos acomodamos en nuestras posiciones.

El aire se llenó de la melodía mágica y nostálgica, y empezamos a movernos en perfecta sincronía. No había público, no había presión, solo nosotros y nuestra pasión por bailar.

Mientras giraba, vi a Evan, quien me sonrió, y todo lo que habíamos vivido pasó por mi mente. Cada lágrima, cada risa, cada abrazo... todo nos había llevado a este momento.

La canción terminó y nos quedamos en silencio, respirando con fuerza y mirando nuestras caras iluminadas por la luz de la luna.

Valeria rompió el momento diciendo: —Esto... esto es solo el principio.

Nos abrazamos en grupo, llenos de nervios y emoción por lo que vendría.

Al salir del estudio, mientras las demás conversaban, Evan se detuvo a mi lado. Me miró con esa intensidad que siempre me hacía sentir especial y dijo: —Mara, este baile, esta historia... todo esto es nuestro. Y no importa lo que pase en las internacionales o después, porque ya hemos ganado.

Lo miré a los ojos y respondí: —Sí, ya hemos ganado.

Y con esa certeza, caminamos hacia un futuro desconocido, sabiendo que, pase lo que pase, siempre tendríamos nuestra pasión, nuestra amistad y nuestro amor para guiarnos.

En verdad estoy encantada de haberlos conocido y que ahora formen parte de mi vida.

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