Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

20|After party: 2

"- ¿Cuál es tu sueño? 

- Un beso bajo la lluvia, ¿ y el tuyo? 

- Qué comience a llover."

- Violeta Boyd

[Cap 20]

After party: 2
✧⁠*♡☾✩*॰ (⋆✉⋆) ॰*✩☽♡*✧

Mara

Después de aquel beso bajo la lluvia, Evan y yo permanecimos abrazados, sintiendo el agua caer sobre nosotros mientras nuestras respiraciones se mantenían entrecortadas. Sus manos en mi cintura me anclaban a ese momento perfecto.

—Mara, creo que deberíamos entrar y cambiarnos de ropa, o podríamos resfriarnos así —dijo con una pequeña sonrisa.

—Sí, tienes razón... pero como entenderás, no traje un vestido de repuesto —respondí riendo.

—Lo sé —contestó, riendo también—. ¿Recuerdas que esta torre perteneció a mi familia? Aún quedan algunas cosas en varias habitaciones. Ven, sígueme.

Evan me tomó de la mano, y lo seguí hacia adentro. El ambiente estaba animado y cálido, una sensación muy diferente al fresco de la lluvia. De fondo sonaba Alibi de Sevdaliza, y justo antes de subir las escaleras me detuve, moviendo mi cintura al ritmo de la canción. Evan volteó hacia mí, perplejo.

—¿Sucede algo? —preguntó.

Sin responder, seguí bailando, encantada por la sensualidad de la música. Él me miraba con una mezcla de sorpresa y fascinación.

—Qué bella es mi novia —dijo, acercándose—, pero mejor subamos antes de que nos vean todos empapados.

—Sí, pero no puedes negar que te gustó mi baile.

—Me encanta todo lo que bailes, eres preciosa y perfecta.

Me sonrojé y le tomé la mano, continuando hacia el segundo piso. Al llegar a una habitación amplia y de paredes azul pastel, Evan abrió un armario y sacó algunas prendas. Luego, se acercó a mí y me puso una toalla alrededor.

—Mira, encontré esto —me enseñó un vestido color crema de mangas cortas, con un corte elegante y espalda abierta. Era precioso, con un toque de princesa.

—Evan, es hermoso, pero... ¿de quién es?

—Era de Valeria. Dejó varias prendas aquí; ya no las quería en su armario.

—¿Y no le molestará que lo use?

—Claro que no, Valeria te adora. Más bien le encantará verte con él. Va contigo, pruébatelo.

Dudosa, tomé el vestido.

 —Perfecto y toma esto también —me da unos tacones del mismo tono del vestido, altos y preciosos.

—Evan es mucho. Ya estoy molestado con el vestido; puedo usar mis tacones.

—Mara, están mojados y puedes resbalarte o acarrear daños; no me seas terca, va, usalos, combinan con el vestido.

Sin ánimos de discutir, acepté; entré al baño, cerrando la puerta detrás de mí. El baño era digno de una princesa, amplio, con ducha y bañera. La porcelana era preciosa y había un espejo grande frente a mí. Tomé aire, comencé a secarme y luego a cambiarme. Me puse el vestido color crema y los tacones. Me hice el mismo peinado que tenía antes, un moño alto y unos mechones sueltos, mis pendientes y me miré en el espejo. Lucía como una princesa. El vestido me quedaba perfecto, no lo arrastraba, y no me quedaba grande ni ajustado. Era perfecto.

Una vez lista, salí y encontré a Evan sentado en la cama, afinando una guitarra. Me miró de arriba a abajo, y sus ojos se iluminaron.

—Te ves increíble. Sabía que te verías hermosa, pero me has dejado sin palabras.

—Oh, gracias, príncipe —respondí, sonrojada—. Tú también te ves muy guapo. Me has dejado sin aire.

Evan me indicó que me sentara a su lado. Comenzó a tocar unas suaves notas en la guitarra y me miró intensamente. 

Me senté a su lado, viéndolo afinar aquella guitarra acústica de madera, y tocando unas breves notas hasta que logró afinarla a su gusto. Me miró fijamente.

—¿Conoces esta canción? —preguntó, y empezó a cantar Me reviviste de Cristian Castro.

Evan comenzó a tocar unas notas suaves en la guitarra y comenzó a cantar:

Solo sé que sí porque es una tortura.
No estar cerca de tus labios.

A mi lado tú estarás siempre segura.

Tú me diste un nuevo aire y la frescura...
Que en mi vida había olvidado.
Al borde de esta soledad.
Que rescataste tú.

Y yo le seguí esa canción, claro que la conocía; cuando tienes una madre fan de Cristian Castro, era fácil reconocerlo.

Y me hablaste, y me tocaste.
Y te metiste entre mis planes...
Me miraste como nadie más lo hacía.
Te acercaste y me besaste
Encendiste cada parte.
Que mi alma lentamente se moría...
Me reviviste tú.
Me regresaste lo que había perdido de mi vida.

Comenzamos a cantar en unísono.

Tú, que detuviste el tiempo
Tú, con quien yo descubrí mi luz
El amor de mi vida
Tú, solamente tú (solamente tú)

Cantamos juntos, dejando que cada palabra y acorde resonaran en aquella habitación. Cuando terminamos, me llevó al balcón, y nos quedamos mirando las estrellas en silencio, mientras el viento acariciaba nuestros rostros.

Los ojos de Evan eran mi linterna en aquella habitación; la noche nos envolvía y la luna era testigo.

—Mara —dijo, mirándome a los ojos—. Me he sentido muchas veces perdido, solo... Contigo no tengo la necesidad de fingir. Eres mi paz. Me das algo que no había sentido en mucho tiempo... eres mi linterna en la oscuridad.

—Tú también eres mi paz, Evan. No tengo que fingir contigo ni reír cuando mi vida es un desastre. Tus brazos son mi hogar cuando no tengo dónde ir.

Nos abrazamos, y en ese instante comenzó a sonar Love Me Like You Do. Evan me tomó de la mano y me atrajo hacia él. Nos dejamos llevar por la melodía, moviéndonos lentamente, mientras nuestros corazones latían al mismo compás bajo la luz de la luna.

Mientras continuábamos bailando, el tiempo parecía detenerse. Cada paso que dábamos juntos en ese balcón, se sentía como un instante eterno. La música llenaba el aire, y aunque la fiesta continuaba animada unos pisos más abajo, en ese momento solo existíamos él y yo.

Después de que Love Me Like You Do terminó, Evan acarició mi mejilla con suavidad y me miró como si estuviera grabando cada detalle en su memoria.

—Mara, ¿te das cuenta de lo lejos que hemos llegado juntos? —susurró con una mezcla de ternura y orgullo—. Ni siquiera imaginaba que conocería a alguien como tú. Te has convertido en una parte de mí que no quiero perder jamás.

Nos quedamos ahí, en silencio, dejando que el sonido lejano de la fiesta y el suave murmullo de la noche llenaran los espacios. Fue Evan quien rompió el silencio:

—Vamos a volver antes de que piensen que nos escapamos por completo —dijo riendo, y me tomó de la mano.

Al regresar al salón, Valeria nos vio primero y se acercó rápidamente, con una sonrisa pícara y los ojos brillantes.

—¡Mira nada más! —exclamó, cruzándose de brazos—. ¿No se ven preciosos los dos? Ahora me pregunto si ustedes dos no se habrán robado el protagonismo de la noche.

Solté una risa nerviosa y le di un empujoncito juguetón.

—¡Ay, Vale, no exageres! Solo estábamos... en el balcón, hablando un rato.

—Sí, claro, "solo hablando" —replicó ella, haciendo comillas con los dedos y riendo—. Oye, hablando de cosas importantes... Mara, quiero decirte algo.

Su tono se volvió más serio, y me miró a los ojos con una calidez sincera.

—Mara, de verdad, estoy tan feliz por ti. Sé lo que este viaje ha significado y, ver todo lo que han logrado juntos, como equipo, y también... como pareja, es algo increíble. Me inspiras, amiga.

Me conmovieron sus palabras, así que la abracé fuerte, sintiendo una oleada de gratitud.

—Gracias, Vale. No sabes cuánto significa para mí escucharlo de ti. Creo que nunca habría llegado hasta aquí sin todo su apoyo.

Valeria me sonrió, y sus ojos brillaron con emoción.

—Esa es nuestra Mara. Y, bueno, ahora que estamos en confianza, ¿me cuentas qué tal estuvo ese momentito en el balcón? —preguntó, guiñándome un ojo.

Me reí, sintiéndome un poco sonrojada, y le susurré:

—Fue... mágico. Evan es... más de lo que podría haber imaginado.

Valeria suspiró soñadoramente, dándome otro abrazo antes de sacudir la cabeza con una gran sonrisa.

—Ay, el amor. Ahora sí, ¡vámonos! Que te toca el siguiente turno en el karaoke. ¡No puedes escaparte tan fácil!

Evan y yo intercambiamos una mirada divertida y, entre risas y aplausos, subimos al pequeño escenario. Elegimos una canción juntos, algo alegre para celebrar y cerrar la noche en grande.

✧⁠*♡☾✩*॰ (⋆✉⋆) ॰*✩☽♡*✧

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro