Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

16|¿Me concedes este baile?.

A nadie le importa si no bailas bien. Simplemente levántate y baila. Los grandes bailarines lo son por su pasión. 

–Martha Graham

[Cap 16]

¿Me concedes este baile?
✧⁠*♡☾✩*॰ (⋆✉⋆) ॰*✩☽♡*✧

Mara

08:00 am

El sonido insistente de la alarma llenó la habitación. Abrí los ojos, sintiendo la mezcla familiar de emoción y nervios recorrer mi cuerpo. Hoy era el día. El día que habíamos esperado durante tanto tiempo. Los nacionales.

Miré el reloj. Era temprano, pero mi mente estaba demasiado activa como para permanecer en la cama. Me levanté rápidamente, repasando mentalmente todo lo que habíamos practicado una y otra vez. ¿Sería suficiente? ¿Podría dar lo mejor de mí sin que los nervios me traicionaran?

Después de una ducha rápida, me vestí con ropa cómoda para el viaje en bus que nos llevaría hasta el lugar de la competencia. Mi mochila ya estaba lista junto a la puerta, con el traje de baile cuidadosamente doblado y todos los accesorios que necesitaría para nuestro número en pareja y la coreografía grupal.

Al bajar a la cocina, mi madre ya estaba despierta, preparándome un desayuno ligero.

—Sabía que estarías nerviosa, pero intenta comer algo, aunque sea un poco —dijo, sirviéndome un té caliente y una tostada.

—Lo intentaré, mamá —respondí, aunque mi estómago estaba demasiado revuelto para disfrutar de la comida. Tomé un sorbo de té, tratando de calmar los nervios.

Mi madre me observó con ojos comprensivos.

—Mara, sé cuánto has trabajado para esto. Pase lo que pase hoy, ya has ganado. Has crecido, te has hecho más fuerte y has formado amistades maravillosas. No te olvides de disfrutarlo también, ¿de acuerdo?

Asentí con una pequeña sonrisa. Ella siempre sabía qué decir para calmarme.

—Gracias, mamá. Te prometo que voy a darlo todo —le dije antes de darle un abrazo rápido y dirigirme hacia la puerta.

Salí de la casa y me dirigí hacia el punto de encuentro, donde el bus ya esperaba a todo el equipo. El aire fresco de la mañana me hizo sentir más despierta y alerta. Mientras caminaba, repasaba mentalmente cada paso de la coreografía, imaginando los movimientos y las transiciones.

Cuando llegué, vi a Evan y Valeria esperándome junto al resto del grupo. Evan me saludó con una sonrisa.

—¡Buenos días, campeona! —dijo, dándome un abrazo rápido—. ¿Lista para dejar a todos con la boca abierta?

—Lista, o al menos, eso espero —respondí, tratando de sonar confiada, aunque los nervios aún estaban presentes.

Valeria, con su energía contagiosa, nos reunió a todos mientras subíamos al bus.

—Chicos, esto es lo que hemos estado esperando. ¡Hoy vamos a arrasar! —dijo con entusiasmo.

Nos sentamos juntos en el bus, y mientras avanzábamos por la carretera, el ambiente estaba lleno de una mezcla de anticipación, risas nerviosas y concentración. Cada uno de nosotros estaba inmerso en sus propios pensamientos, pero al mismo tiempo, todos sabíamos que estábamos en esto juntos.

Evan, sentado a mi lado, tomó mi mano sin decir nada. El simple gesto me dio la tranquilidad que necesitaba en ese momento. Me llenaba de calma, miraba a todas las personas a mi alrededor y sabía que no estaba sola en este momento.

El viaje en bus no fue largo, pero la sensación de expectativa lo hacía parecer interminable. Todos estábamos inmersos en nuestros pensamientos, repasando mentalmente nuestras partes de la coreografía y los momentos clave. Pero en medio de esa tensión, también estaba la emoción compartida que nos unía como equipo.

José, siempre el bromista, rompió el silencio con un comentario que hizo reír a todos.

—¿Qué es lo peor que podría pasar? ¿Que Valeria se olvide de su propio nombre en mitad del baile? —dijo con una sonrisa maliciosa.

—¡Oye! —respondió Valeria, dándole un golpe suave en el brazo—. Para que sepas, tengo una memoria de hierro. Yo no soy la que siempre se tropieza en los ensayos.

—Eso fue solo una vez, ¡y me distrajo Cameron! —José intentó defenderse mientras Cameron levantaba las manos con una sonrisa culpable.

—Yo solo dije que el paso era difícil —dijo Cameron, con tono inocente, pero claramente disfrutando del momento.

—Lo importante es que vamos a dar lo mejor de nosotros. —Emily intervino, siempre buscando calmar los ánimos—. Y si alguien se tropieza, que al menos lo haga con estilo o que lo haga parte de la coreografía. 

Todos reímos. La tensión se disipaba poco a poco con cada broma y comentario. Sabíamos que el día sería duro, pero estar juntos hacía que todo pareciera más manejable.

Mónica, sentada en el fondo, nos miró a todos con una sonrisa amplia.

—Chicos, ya basta de bromas. Vamos a concentrarnos. Quiero que, cuando estemos en el escenario, todos se sientan como si estuvieran viviendo un sueño. No solo estamos aquí por la competencia, también para divertirnos y hacerlo increíblemente bien.

Samantha, que no solía hablar mucho, levantó su vaso de agua como si fuera una copa de champán.

—Un brindis por todos nosotros, el mejor equipo. Y claro, un brindis especial por los pelirrojos del grupo, que siempre traen la suerte. —Miró a Evan con una sonrisa traviesa.

—¡Ah, claro! —Evan levantó su botella—. Todos sabemos que los pelirrojos dominamos el mundo. ¡Por los pelirrojos!

—Y por todo el equipo —agregué, levantando mi vaso también.

El ambiente estaba lleno de complicidad y camaradería, y sentí que este grupo de amigos no solo me acompañaba en esta aventura, sino que había sido una parte fundamental de mi crecimiento como persona y como bailarina.

Finalmente, el bus se detuvo frente al auditorio donde se realizaría la competencia. Nos miramos entre nosotros, sabiendo que habíamos llegado. Todos salimos en silencio, cargados de adrenalina y emoción.

Ruth, que siempre tenía una sonrisa optimista, fue la primera en romper el silencio mientras bajábamos nuestras cosas del bus.

—Chicos, lo vamos a romper. Lo sé. Ya lo hicimos tantas veces en los ensayos, que hoy solo tenemos que disfrutarlo.

—Amén a eso —dijo Cameron, guiñándole un ojo mientras le daba un pequeño golpe en el hombro a José—. Y esta vez, sin distracciones.

Evan se acercó a mí mientras caminábamos hacia la puerta de entrada.

—Mara, ¿nerviosa? —preguntó en voz baja, solo para que yo lo escuchara.

—Un poco, pero estar contigo y con todos ellos lo hace más fácil —respondí, mirándolo a los ojos.

Me sonrió de una manera que siempre lograba calmarme.

—Va a salir bien. Lo sé.

Entramos al auditorio y el lugar ya estaba vibrando con la energía de los otros competidores. Equipos de diferentes lugares se movían de un lado a otro, ajustando vestuarios, practicando pasos de último minuto, y asegurándose de que todo estuviera listo.

Nos llevaron a nuestra sala de espera, donde tendríamos tiempo para prepararnos antes de la presentación. Mientras nos alistábamos, el ambiente cambió de las bromas a la concentración. Cada uno de nosotros tenía un papel importante, y sabíamos que juntos íbamos a dar lo mejor de nosotros en el escenario. Podríamos ver las otras presentaciones mientras esperábamos, pero sinceramente eso nos ponía más nerviosos, asi que decidimos no mirar mucho porque podria salir peor si nos tensábamos más de último momento.

Valeria, que siempre tenía un ojo para los detalles, comenzó a revisar mi maquillaje y peinado, mientras Ruth ajustaba el vestuario de Emily. Todos estábamos ayudándonos unos a otros, asegurándonos de que cada pieza estuviera en su lugar.

—Mara, ¿lista? —me preguntó Samantha, mientras me ajustaba los últimos detalles del traje.

—Lista —respondí con una sonrisa nerviosa, pero llena de emoción.

En ese momento, Evan se acercó, ya completamente vestido con su traje de príncipe, y me ofreció su mano con una sonrisa juguetona.

—Mara, ¿me concedes este baile? —preguntó en voz baja, sus ojos brillando con complicidad.

Tomé su mano, sintiendo que, a pesar de los nervios, estábamos listos para enfrentar el escenario juntos.

La competencia ya estaba en marcha, y el auditorio se llenaba de una mezcla de expectativa y emoción. Los equipos anteriores habían hecho sus presentaciones, y ahora era nuestro turno. Emily, siempre llena de energía y pasión, fue la primera en salir al escenario.

Llevaba un vestido precioso, claramente inspirado en la era Speak Now de Taylor Swift, su gran ídolo. El vestido tenía ese aire romántico, con tonos púrpura y detalles brillantes que la hacían lucir como una verdadera estrella. Su cabello rubio caía en suaves ondas, y su presencia en el escenario era impresionante. Emily siempre había sido una gran admiradora de Taylor Swift, y todos nosotros sabíamos lo mucho que significaba para ella estar interpretando esta canción en un día tan especial.

Con los primeros acordes de "Enchanted" llenando el aire, la voz de Emily resonó con una claridad y dulzura que capturó al público de inmediato. No solo era su voz, sino la manera en que se movía en el escenario, con la misma elegancia y carisma que Taylor. Cada nota parecía llevar una parte de su alma, y se notaba que estaba disfrutando cada segundo.

Mientras ella cantaba, en la pantalla detrás de ella comenzó a proyectarse el video que Evan y yo habíamos grabado juntos.

Contaba la historia de una chica enamorada de un chico popular y adinerado del instituto. La pantalla mostraba imágenes de una gran fiesta, en la que la chica llegaba nerviosa, observando cómo todo el mundo se divertía a su alrededor. Las escenas de la fiesta eran mágicas, con luces tenues y decoración de ensueño, y se podía sentir la tensión en el aire.

La chica, interpretada por mí en el video, observaba desde la distancia al chico, interpretado por Evan, quien estaba rodeado de amigos y risas. Había algo inalcanzable en él, y los ojos de la chica lo seguían con una mezcla de anhelo y tristeza. Aunque estaban en el mismo lugar, parecían pertenecer a mundos diferentes.

El momento más dramático del video llegó justo cuando Emily alcanzaba la parte más emocional de la canción: "Here I was praying that this was the very first page, not where the story line ends". En ese instante, la chica en el video, es decir, yo, veía a Evan hablando con otra chica. Su rostro mostraba una mezcla de sorpresa y dolor, y sin pensarlo dos veces, escapaba de la fiesta hacia el jardín. La angustia de esa escena coincidía perfectamente con la emoción en la voz de Emily, que lo daba todo en el escenario.

Mientras los acordes suaves resonaban en el auditorio, el video mostraba a Evan dándose cuenta de que yo había salido corriendo. Una expresión de confusión y arrepentimiento se apoderaba de su rostro antes de que decidiera seguirme. En el jardín, bajo un cielo lleno de estrellas, la chica estaba sola, intentando recomponerse. Se notaba su dolor, pero también su deseo de no sentirse tan vulnerable.

"Please don't be in love with someone else", cantaba Emily con intensidad, justo cuando Evan me encontraba en el jardín. El video capturaba el momento en que nuestras miradas se cruzaban y, sin necesidad de palabras, él me extendía la mano, pidiendo una segunda oportunidad. La tensión del momento se disipaba, y con la música de fondo, comenzábamos a bailar en medio del jardín.

La danza era lenta y llena de emociones, mientras el viento nocturno hacía ondear mi vestido y las luces de la fiesta brillaban a lo lejos. Evan y yo nos movíamos al ritmo de la música, y el video nos mostraba conectados de una forma más profunda que nunca. Era como si el resto del mundo desapareciera, dejándonos solos en ese momento perfecto.

El video terminaba justo cuando Emily alcanzaba las últimas notas de la canción, y el público en el auditorio estallaba en aplausos. La escena final mostraba a Evan y a mí, abrazados, con una promesa silenciosa en nuestras miradas de que, aunque no fuera fácil, estaríamos juntos. El brillo de las estrellas y las luces de la fiesta se apagaban, cerrando el video con un toque de esperanza y amor.

Emily, aún en el escenario, sonreía mientras hacía una reverencia. Su interpretación fue perfecta, y la historia que se contó a través de la canción y el video había cautivado a todos los presentes. Cuando ella dejó el escenario, se acercó a nosotros con una sonrisa radiante.

—¡Ustedes dos se vieron increíbles! —exclamó Emily, emocionada—. Estoy segura de que nadie va a olvidar este momento.

Evan me miró con una sonrisa suave, sus ojos brillaban con una mezcla de orgullo y cariño.

—Creo que nos tocaba algo especial, ¿no crees? —dijo en voz baja, mientras su mano buscaba la mía.

El ambiente entre nosotros era de complicidad total. Sabíamos que habíamos creado algo hermoso juntos, tanto en el video como en nuestra relación. Ahora, quedaba un último paso: dar lo mejor en la competencia y disfrutar del momento.

Después de la actuación de Emily, el escenario cambió de atmósfera. Las luces se atenuaron, proyectando sombras suaves mientras el sonido del piano de José comenzaba a llenar el espacio. Era el turno de nuestro grupo de cuatro.

Evan, Valeria, José y yo, Mara, íbamos a interpretar Plus forts ensemble de Elliott y Lou, una canción que, aunque estaba en francés, resonaba en lo profundo de nuestros corazones. Aunque yo no hablaba el idioma, el lenguaje de la música y el baile lo decía todo.

Valeria tomó su lugar en una esquina del escenario, su silueta iluminada por un foco suave mientras comenzaba a cantar la parte de Lou con su voz clara y envolvente. José, al piano, se encontraba justo a su lado, su concentración absoluta mientras sus dedos se deslizaban con gracia por las teclas, creando la base perfecta para la melodía.

Evan, por su parte, cantaría la parte de Elliott mientras bailaba conmigo. Su vestuario era completamente diferente a lo que había llevado antes; vestido de negro y descalzo, su presencia era intensa y elegante. Yo llevaba un vestido rojo, suelto y fluido, pero con un corset que mantenía la estructura necesaria para los movimientos delicados del baile.

Comenzamos a movernos al ritmo de la música, un baile cargado de emoción y sutileza. Hubo saltos, volteretas y levantamientos, pero todo fluía de manera suave, casi como si fuéramos una extensión del propio sonido del piano. Los movimientos eran precisos pero delicados, una coreografía que hablaba de amor, complicidad y fortaleza.

En una parte del baile, Evan me levantó suavemente, y por un momento, me sentí ligera, como si el peso de los nervios y las expectativas desapareciera en el aire. Valeria y Evan sincronizaban sus voces a la perfección, y a lo lejos, podía ver cómo José les seguía con una sonrisa discreta, completamente inmerso en su música.

Cada giro, cada paso que daba con Evan, sentía que estábamos contando nuestra propia historia, una de confianza, de apoyo mutuo, y sobre todo, de no dejarnos caer. Y al mismo tiempo, Valeria y José desde el piano tejían el telón de fondo perfecto, como si la música y las letras fueran el aire que respirábamos en cada paso.

La canción avanzaba, y conforme la intensidad crecía, también lo hacía la conexión entre todos nosotros. Era más que un simple baile, era la unión de todo lo que habíamos trabajado juntos, de los lazos que habíamos formado, y el mensaje de que, al final, éramos más fuertes juntos.

El momento final llegó cuando Evan me giró en una voltereta suave y me atrapó en sus brazos, mientras la voz de Valeria alcanzaba su nota más alta. Nos quedamos quietos por un segundo, sintiendo cómo el público contenía la respiración.

Entonces, el piano se detuvo, y las luces se apagaron lentamente, dejando una sensación de paz y satisfacción en el aire.

Nos tomamos un descanso de 5 minutos antes de seguir con nuestra actuación, nos estábamos preparando para nuestras dos últimas presentaciones. 

✧⁠*♡☾✩*॰ (⋆✉⋆) ॰*✩☽♡*✧

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro